BANCO CENTRAL DE COSTA RICA
(Nota de Sinalevi: El Banco Central de Costa Rica había emitido
anteriormente el acuerdo Aprueba
Programa Macroeconómico del banco Central de Costa Rica para 2010-2011 y
publicado en La Gaceta N° 32 del 16 de febrero de 2010)
La Junta
Directiva del Banco Central de Costa Rica en el numeral 1, del
artículo 4 del acta de la sesión 5467-2010, celebrada el 28 de julio del 2010,
con base en el oficio DEC-AAE 137-2010 del 28 de julio del 2010, remitido por
la División Económica,
así como en los comentarios y sugerencias formuladas en esta oportunidad, dispuso, en firme:
Aprobar la revisión del Programa Macroeconómico del Banco Central de Costa
Rica para el 2010-2011, en los términos que se anexan.
REVISIÓN PROGRAMA
MACROECONÓMICO
2010-11
Junta Directiva
Presidente
Dr. Rodrigo Bolaños Zamora
Ministro de Hacienda
Dr. Fernando Herrero Acosta
Vicepresidente
MEE José Eduardo Angulo Aguilar
Directores
Dr. Bernal Jiménez Chavarría
Lic. Jorge Alfaro Alfaro
Licda. Silvia Charpentier Brenes
El inciso b) del artículo 14 de
la Ley Orgánica
del Banco Central de Costa Rica (Ley 7558) establece el compromiso de
la Institución de
publicar el programa monetario [3] y sus respectivas
revisiones.
3 A
partir del 2007 se denomina Programa Macroeconómico, cuya consistencia es
evaluada con el Modelo Macroeconómico de Proyección Trimestral (MMPT). Para
mayor detalle consultar el documento "El modelo macroeconómico de proyección
trimestral del Banco Central de Costa Rica en la transición a la flexibilidad
del tipo de cambio" (Die-08-2008-DI) en www.bccr.fi.cr/ndie
En cumplimiento de lo
anterior, con base en el diagnóstico de la situación económica al primer
semestre del 2010 y las perspectivas económicas para los próximos dieciocho
meses, se mantiene el objetivo inflacionario planteado en el Programa
Macroeconómico 2010-11 [4], de 5% (±1 p.p.)
y 4% (±1 p.p.) para diciembre del 2010 y del 2011, respectivamente.
4
Aprobado por
la Junta Directiva
en el artículo 5 del acta de la sesión 5449-2010 celebrada el 27 de enero de
2010
En materia de política
monetaria las acciones continuarán dirigidas a consolidar el proceso de
desinflación observado en los últimos diecinueve meses, hasta alcanzar en el
mediano plazo inflaciones convergentes con las que muestran los principales
socios comerciales del país. Por tanto,
la Institución
seguirá con medidas tendientes a mejorar la gestión de la liquidez, con el fin
de que la tasa de interés constituya el principal instrumento de política
monetaria.
Por su parte, en el ámbito
cambiario mantendrá su objetivo de migrar gradualmente hacia un esquema de
flotación, en aras de incrementar la efectividad de la política monetaria.
El Banco Central procederá
a realizar los ajustes que sean necesarios en sus políticas monetaria y
cambiaria, en respuesta a cambios sustantivos en el entorno que afecten la
consecución de los objetivos propuestos. Estos cambios serán informados
oportunamente a la sociedad para promover la transparencia y la adecuada
formación de expectativas por parte de los agentes económicos.
Además, con esta
publicación se atiende lo señalado en el inciso f) del artículo 14 de
la Ley Orgánica
del Banco Central de Costa Rica, que establece que
la Institución
publicará durante los meses de enero y julio un informe sobre la evolución de
la economía en el semestre anterior.
REVISIÓN DEL PROGRAMA MACROECONÓMICO 2010-11
1. Introducción
El Banco Central de Costa Rica presenta la revisión
del Programa Macroeconómico 2010-11 (PM 2010-11) con la finalidad de comunicar
a la sociedad los objetivos y medidas de política tendientes a consolidar el
proceso de desinflación observado en los últimos diecinueve meses, para
alcanzar en el mediano plazo inflaciones convergentes con las que muestran los
principales socios comerciales del país. Lo anterior en consonancia con el
mandato legal asignado a
la Institución, de mantener la estabilidad interna y
externa de la moneda nacional y asegurar su conversión a otras monedas.
En la teoría económica y en las discusiones de
política económica existe consenso en que el mayor aporte que un banco central
puede hacer a la sociedad es contribuir a la estabilidad macroeconómica, en
particular debido a que inflaciones bajas y estables facilitan el proceso de
asignación de recursos, promoviendo el crecimiento de la economía. Asimismo,
inflaciones bajas tienen un efecto redistributivo por cuanto permiten preservar
el valor del dinero en el tiempo.
Esta revisión del PM 2010-11 inicia con un diagnóstico
de la situación macroeconómica durante el primer semestre del 2010, en el que
destaca el proceso de reactivación económica local determinado, en buena
medida, por la recuperación de las exportaciones de bienes y servicios, y a
nivel interno, por la mejora en la confianza de los agentes sobre las
perspectivas económicas, que contribuyó a la expansión del gasto.
En una tercera sección, partiendo de la mejor
información disponible [5], se presentan las estimaciones y proyecciones de
las principales variables macroeconómicas para el bienio 2010-11. La cuarta
sección expone los objetivos y medidas de política monetaria para este período,
que reafirman el compromiso del Banco Central de consolidar, en un contexto de
recuperación económica, la reducción de la inflación observada desde diciembre
del 2008, así como de continuar con medidas orientadas a mejorar el control de
la liquidez para que la tasa de interés constituya el principal instrumento de
política monetaria. En la última parte se mencionan algunos riesgos que, de
materializarse, podrían afectar la consecución del objetivo inflacionario.
5 Salvo que indique lo contrario,
la información contenida en este informe está referida al 30 de junio del 2010.
En línea con lo anterior, se mantiene el objetivo
establecido en el PM 2010-11, de alcanzar una tasa de inflación que se ubique
entre 4% y 6% en diciembre del 2010 y entre 3% y 5% en diciembre del 2011,
ambas medidas con la variación interanual del Índice de Precios al Consumidor
(IPC). Subsidiariamente y, en apego a lo
dispuesto en su Ley Orgánica, las acciones del Banco Central procurarán la
ocupación plena de los recursos productivos del país así como mejorar la
eficiencia, competencia y estabilidad del sistema financiero costarricense.
2. Situación macroeconómica en el primer
semestre del 2010
2.1. Economía internacional. El proceso de
recuperación económica mundial, iniciado desde el segundo trimestre del 2009,
tendió a consolidarse durante los primeros meses del 2010, en respuesta a medidas
de estímulo fiscal y monetario adoptadas a partir del 2008. Este mayor
dinamismo de la actividad mundial llevó a un aumento en las cotizaciones de los
precios de los metales, del petróleo y a un repunte de la inflación durante
esta primera parte del año.

El ritmo de recuperación de la economía mundial ha
sido desigual para las diferentes economías, ya que las desarrolladas mostraron
un repunte más moderado en comparación con aquellas en vías de desarrollo.
Particularmente, los países asiáticos emergentes continuaron liderando la
reactivación, especialmente, India y China [6].
6 En el primer trimestre del 2010
India mostró una variación trimestral anualizada de su producción de 19.9%, en
este último caso la más alta observada desde el 2007.
De manera consistente, indicadores relacionados con la
actividad industrial, exportaciones y confianza de los consumidores y
empresarios dieron señales de mejora de las perspectivas de crecimiento
económico. Durante los primeros cinco meses del 2010, el crecimiento de la
actividad industrial en Estados Unidos de América (EUA) [7],
la Eurozona y Japón estuvo
apoyado sobre todo en el proceso de reposición de inventarios.
7 La economía estadounidense
creció una taza anualizada de 2,7% en el primer trimestre del 2010 (5,6% en el
cuarto trimestre del 2009); alrededor de un 50% de este crecimiento provino de
la restitución de inventarios. De acuerdo con el informe de Perspectivas
Económicas Mundiales del Fondo Monetario internacional (FMI), la producción
industrial de EUA, medida con el promedio móvil de los trimestres terminado en
marzo, abril, y mayo aumentó en 0,6%, 1,3% y 1,9% respectivamente, lo cual
contrasta con las variaciones registrada en igual período del 2009 (-1,5%, -2,1%
y -3,6%).
Esta situación también incidió positivamente en el
consumo, que en los últimos meses se manifestó en un repunte de las ventas al
por menor. En el caso de EUA éstas crecieron en promedio 6%, en el lapso
enero-mayo del 2010 (-9% en igual período del 2009).
Asimismo, a partir del segundo semestre del 2009 las
exportaciones mundiales aumentaron [8], principalmente por la
mayor demanda de bienes externos por parte de las economías asiáticas. Al
primer trimestre del 2010 las exportaciones mundiales registraron una variación
interanual de 27,2% (-31,3% en igual lapso del 2009).
8 De acuerdo con
la Organización Mundial
de Comercio en el 2009 la reducción del comercio (en dólares estadounidense)
fue del 23%, debido tanto a la caída en el precio de las materias primas como
en el volumen negociado que disminuyó 12%. Lo anterior como consecuencia de la
contracción en la demanda mundial y del escaso financiamiento disponible.

El sector financiero, aunque se recupera, todavía
muestra fragilidad, razón por la cual los bancos centrales de algunos países
desarrollados (Inglaterra, Japón y EUA) anunciaron que mantendrán sus programas
de inyección de liquidez mediante la compra de activos en los mercados
financieros, a pesar de que ya iniciaron el retiro gradual de las facilidades
de crédito bancario.
Por otra parte, las autoridades monetarias de las
principales economías desarrolladas ratificaron su decisión de mantener en
niveles mínimos la tasa de interés de política monetaria, en espera de señales
más claras de recuperación; lo anterior, en el tanto no exista evidencia de
presiones inflacionarias que excedan sus previsiones.

El mayor dinamismo de la actividad económica mundial y
la mejora en las expectativas de crecimiento incidieron en el aumento del
precio de metales y del petróleo durante el primer cuatrimestre del año,
continuando así con la tendencia observada desde inicios del 2009. En el caso
particular de los hidrocarburos, la tendencia al alza se revirtió a partir de
mayo, motivada en parte por la adopción de planes de austeridad en algunos
países de Europa y la incertidumbre acerca del efecto que estas medidas podrían
tener sobre el proceso de recuperación económica mundial.
Por el contrario, los precios de granos básicos como
el arroz, maíz, trigo y soya presentaron una reducción, explicada por la
acumulación de estos productos en respuesta a cosechas favorables en el pasado
reciente y a la expansión de la superficie cultivada [9].
9 El precio promedio de maíz,
trigo, arroz y soya en el 2009 disminuyó en 25%, 31% y 2% con respecto al 2008.
En ese mismo orden, el precio promedio de éstos productos mostró, en los
primeros cinco meses del 2010, una variación de -2%, -14%, -12% y -14% con
respecto al valor medio del 2009.
Dado lo anterior y las presiones de demanda generadas
en algunas economías emergentes, la inflación internacional tendió al alza en
los primeros cinco meses del 2010. En el caso particular de América Latina, la
mayor inflación respondió en buena medida a presiones de demanda interna, hecho
que podría llevar en algunos casos a la aplicación de medidas de política
monetaria más restrictivas en los próximos meses.

La evolución reciente de los principales indicadores
económicos incidió positivamente en las proyecciones de crecimiento mundial
para el bienio 2010-11, que según estiman los organismos internacionales,
estará impulsado principalmente por las naciones asiáticas emergentes. Para las
economías desarrolladas proyectan un crecimiento menor al registrado antes de la
recesión, debido a que prevalecen altas tasas de desempleo, elevados déficit
fiscales, los sistemas financieros aún continúan frágiles y existe
incertidumbre sobre los efectos de un eventual retiro anticipado de las medidas
estabilizadoras aplicadas para enfrentar la crisis [10], [11].
10 En particular las estimaciones
de crecimiento para la
Eurozona con menos alentadoras, debido a la lenta
recuperación de la demanda interna y a los problemas fiscales que enfrentan
algunos de sus países miembros (España, Portugal, Irlanda y especialmente
Grecia), situación que los ha obligado a poner en práctica planes de austeridad
para recortar el déficit fiscal.
11
Una crisis
financiera incrementa el grado de incertidumbre de los agentes económicos y con
ello las primas por riesgo. Esto incide negativamente en la inversión, e el
proceso de acumulación de capital y por ende en el producto potencial. Para
mayor detalle ver: http://ec.europa.eu/economy_finance/publications/publication15479_en.pdf.
Según el FMI, para América Latina se espera un mayor
crecimiento de los países exportadores de materias primas que presentan mayores
vínculos con los mercados financieros internacionales, donde destacan Brasil,
Chile, Colombia, México y Perú, que representan dos terceras partes del PIB
regional.
En el caso de América Central, debido a su condición
de importador neto de materias primas, el FMI estima un crecimiento de 2,9%
para el 2010, inferior al crecimiento esperado para la región latinoamericana
(4,8%).

2.2. La economía costarricense
2.2.1. Precios. Durante el primer semestre del
2010 la inflación, medida con la variación del IPC, continuó el proceso de
desaceleración observado desde diciembre del 2008, a pesar de que su
tasa interanual mostró un repunte con respecto al cierre del 2009, explicado en
buena medida por elementos ajenos al control monetario de corto plazo, como la
estacionalidad, el impacto de la inflación importada y el efecto de los ajustes
en los precios de algunos bienes y servicios regulados. Ello ubicó la tasa
interanual de crecimiento de los precios en 6,3% en junio del 2010, lo que
significó un desvío con respecto al límite superior del rango meta del PM
2010-11 para diciembre del 2010 (entre 4% y 6%).

No obstante, la aceleración del crecimiento de los
precios durante el primer semestre del año se presentó en un contexto
macroeconómico caracterizado por menores presiones de demanda interna y un
comportamiento de los agregados monetarios, del crédito al sector privado y del
tipo de cambio que no contribuyó al aumento de las presiones inflacionarias
futuras. De manera consistente con esta
situación, la inflación de mediano y largo plazo, medida por la variación del Índice
Subyacente de Inflación (ISI), se ubicó en torno al 4% desde noviembre del 2009
y, particularmente en el segundo trimestre del 2010 por debajo de esa tasa.

Es importante acotar que la evolución mensual de la
inflación a lo largo del lapso enero-junio del 2010 se comportó de manera
asimétrica, ya que de la variación acumulada a junio (3,4%) el 68% se concentró
en los dos primeros meses del año (sólo en enero un 48%). Este hecho respondió,
entre otros factores, al ajuste en el precio de algunos bienes y servicios del
componente regulado del IPC [12] y de los servicios de
educación. Por su parte, la variación anualizada del IPC para los trimestres
terminados en marzo, abril, mayo y junio señala una reducción importante de la
presión al alza sobre el nivel general de precios [13].
12
La Autoridad Reguladora
de los Servicios Públicos (ARESEP) aprobó a finales de diciembre de 2009
ajustes en las tarifas de taxis, agua y combustibles, cuyo impacto sobre la
inflación se manifestó en mayor medida en enero. Aunado a lo anterior, de
acuerdo con el análisis de estacionalidad d la inflación realizado con las
variaciones mensuales del IPC para el lapso febrero 1997-junio2010, el mes enero suele presentar la mayor
variación promedio de IPC.
13 La variación anualizada del IPC
para los trimestres terminados en marzo, abril, mayo y junio del 2010 fue
10,7%, 4%, 3,3%, y 3,3% respectivamente.
El impacto de la inflación importada sobre los precios
internos estuvo asociado, en mayor medida, con el alza en el precio
internacional del petróleo (27% en promedio durante los primeros seis meses del
2010, respecto al valor medio registrado en el 2009), cuyo efecto fue
parcialmente compensado por la reducción que experimentó la cotización de los
granos básicos (maíz, trigo, arroz y soya) en el mercado internacional y la
apreciación de la moneda local. Así, los insumos importados para la elaboración
de alimentos procesados ejercieron menos presión sobre los precios internos [14], lo cual quedó
reflejado en el subíndice de bienes y servicios transables del IPC, que sólo
aportó 0,2 p.p. de la inflación acumulada a junio.
14 En junio del 2010 los alimentos
procesados de la canasta del IPC crecieron a una tasa interanual de 4,2% (10,4%
en igual período del 2009). Particularmente en los alimentos procesados del
componente transable del IPC esa
variación fue de 2,7% (10% en 2009).
Por su parte, el aporte del componente no transable a
la variación acumulada del IPC estuvo asociado, principalmente, al rubro de
transporte terrestre (autobús y taxi). Al desagregar la evolución del IPC por
grupos, el de transporte registró el mayor aporte porcentual a la inflación
acumulada a junio, con un 25% (0,9 p.p.). Le siguieron en orden de importancia
los grupos de alquiler y servicios de la vivienda y de educación, que
explicaron un 23% y 16%, respectivamente.

Los servicios de la vivienda que más contribuyeron al
resultado de su grupo fueron agua y electricidad (con variaciones acumuladas de
14,8% y 7,2%, en ese orden). En educación el mayor aporte provino de los
servicios de educación básica y universitaria, con un crecimiento acumulado de
11,5% y 10,1%, respectivamente [15].
15
Con
excepción de la educación formal, los demás servicio y bienes indicados en los
párrafos anteriores forman parte del componente regulado de la canasta del IPC,
el cual tiene una ponderación de alrededor del 20% y aportó cerca de un 43% de
la inflación acumulada en enero a junio.
Por último, pese a la baja histórica de la tasa de
inflación en el 2009 y las señales de estabilización evidenciadas por el
indicador de inflación subyacente, las expectativas inflacionarias, aunque
menores a las observadas un año antes, todavía se mantienen por encima del
límite superior del rango meta de inflación para el término del 2010, lo cual
muestra la dificultad para anclar las expectativas de los agentes económicos en
torno al objetivo inflacionario del Banco Central [16], luego de
diecinueve meses que evidencian un notable proceso de desinflación en Costa
Rica. Por ende se considera conveniente que los agentes económicos incorporen
elementos prospectivos en sus procesos de fijación de precios y formación de
expectativas, por cuanto ello favorece la reducción de la inercia
inflacionaria.
16 Este comportamiento también
reflejó una inercia inflacionaria que existe en el proceso de formación de
expectativas por parte de los agentes económicos.
2.2.2. Nivel de actividad económica. La
actividad económica, medida por el Producto Interno Bruto (PIB) real
trimestral, mostró claras señales de recuperación a partir del cuarto trimestre
del 2009, luego de presentar variaciones negativas desde el cuarto trimestre
del 2008. Al término del 2009 y en el primer trimestre del 2010, la producción
registró tasas de crecimiento interanuales de 3,0% y 5,3% respectivamente
(gráfico 6). Asimismo, las demandas interna y externa, que mostraron tasas de
variación interanual negativas durante todo el 2009, crecieron 6,3% y 16,0%, en
ese orden, en el primer trimestre del 2010.

La demanda externa, principal determinante de la
contracción que experimentó el PIB entre el cuarto trimestre del 2008 y el
tercero del 2009, lideró la recuperación del producto en el último trimestre
del 2009; mientras que la demanda interna fue la que mayormente explicó el
crecimiento en los primeros tres meses del 2010.
En el comportamiento de la demanda interna del primer
trimestre destacó la contribución de la formación bruta de capital y del
consumo final.
La inversión total, luego de presentar reducciones por
cuatro trimestres consecutivos, creció en los primeros tres meses del 2010 un
18,3%, principalmente, por la acumulación de inventarios. Este comportamiento
fue consistente con las nuevas condiciones de demanda y la mejora en las
perspectivas de crecimiento; particularmente, la acumulación de inventarios
explicó 14,2 puntos porcentuales (p.p.) del crecimiento de la formación bruta
de capital.

A nivel de componentes de consumo final, el
crecimiento del gasto del gobierno se mantuvo en torno al promedio observado
durante el 2009 (5%), en tanto que el consumo final de los hogares creció un
2,9% (1,5% en el 2009). Esta evolución estuvo explicada por la recuperación del
ingreso nacional disponible, la evidencia del aumento en el empleo y la mejora
en la confianza de los consumidores, manifiesta en el Índice de Confianza del
Consumidor (ICC) [17], que indica la presencia de un contexto optimista
acerca de la evolución esperada de la economía.
17 Calculado por
la Escuela de Estadísticas de
la Universidad
de Costa Rica.

El comportamiento de las variables asociadas con el
sector externo complementó el mayor dinamismo de la actividad productiva local.
La mayor demanda, tanto externa como interna, implicó
un aumento importante en las importaciones de bienes y servicios (20,4% en tasa
interanual en el primer trimestre de 2010).
Por otro lado, la evolución del valor agregado de las
industrias al primer trimestre de 2010 reveló que el proceso de reactivación
económica se presentó en la mayoría de las actividades, en especial de aquellas
vinculadas con el comercio exterior (manufactura, agropecuaria y servicios). Lo
anterior afectó positivamente la contratación de personal por parte de las
empresas que, de acuerdo con los registros de
la Caja Costarricense
del Seguro Social a junio del 2010, presentó un incremento de 23.917 nuevos puestos
con respecto a diciembre del 2009 (44.600 al incluir los asegurados por cuenta
propia).

Sin embargo, el nivel de tendencia ciclo del Índice
Mensual de Actividad Económica (IMAE) a mayo del 2010, mostró que la producción
tendió a perder dinamismo en los últimos meses si se compara con el nivel de
diciembre de 2009. Esto hace prever que el crecimiento del PIB observado en el
primer trimestre (5,1%) tendería a moderarse en lo que resta del año. Cabe
destacar que este comportamiento no es generalizado y está asociado,
principalmente, al desempeño de las industrias de manufactura (en especial de
aquellas establecidas en zonas francas) y de construcción [18].
18 En el primer caso, el volumen
exportado por las empresas amparadas a los regímenes especiales alcanzó un
máximo en diciembre del 2009 y, aunque que continuó creciendo hasta marzo del
2010, en el bimestre siguiente se registraron desaceleraciones interanuales en
este indicador. El comportamiento de la construcción obedeció a la contracción
tanto de las obras privadas como públicas (en éste último caso por la limitada
ejecución presupuestaria).
2.2.3. Balanza de pagos. La evolución de las
transacciones con no residentes durante la primera parte del 2010 evidenció el
alto grado de integración de la economía costarricense con el exterior, tanto
en el ámbito real como financiero. El desempeño positivo de la actividad
económica internacional y local implicó un repunte en el volumen de transacciones
de bienes y servicios, así como de los movimientos de capital.

La información preliminar para los primeros tres meses
del 2010 y una estimación para el segundo trimestre, permite inferir que el
déficit del sector real de la balanza de pagos alcanzó un 1,16% del PIB en el
primer semestre del año, en contraste con el superávit observado en igual lapso
del 2009.
Este comportamiento estuvo determinado por un mayor
déficit comercial (4,9% del PIB), que reflejó entre otros, el aumento de las
compras externas de bienes y servicios, debido al mayor dinamismo de la
actividad económica local, la recuperación de la demanda externa y el incremento
en el valor de la factura petrolera (tanto por mayor volumen como por
cotizaciones medias más altas). El efecto del mayor déficit comercial (1,9 p.p.
superior al del primer semestre del 2009) fue parcialmente compensado por el
superávit generado por servicios, principalmente, por el repunte en la
actividad turística receptiva y el desempeño de los centros de negocios, en
especial los de informática y procesamiento de información.
Por su parte, los flujos financieros del exterior,
incluida la
Inversión Extranjera Directa (IED) prácticamente financiaron
la brecha en la cuenta corriente. Se estima que, durante el primer semestre del
2010, los flujos totales de la cuenta de capital y financiera registraron un
incremento cercano a $350 millones en relación con lo observado en el mismo
período del 2009. Influyó en dicho resultado el mayor financiamiento neto tanto
para el sector público [19] como privado.
19 En el primer semestre del 2010
ingresaron, entre otros desembolsos, $66 millones para proyectos hidroeléctricos
y $26 millones para infraestructura vial.
2.2.4. Finanzas públicas. El déficit del Sector
Público Global Reducido (SPGR), según cifras preliminares acumuladas a junio
del 2010, representó un 2,1% del PIB, superior en 0,9 p.p. al registrado en
igual período del 2009. Dicho resultado estuvo determinado por el mayor
deterioro de las finanzas del Gobierno Central y el menor superávit generado
por el resto del Sector Público No Financiero Reducido (RSPNFR) [20].
20 Incluye una muestra de seis
instituciones del sector público: CCSS, ICE, CNP, RECOPE, JPSSJ e ICAA.

El deterioro de la situación financiera del Gobierno
estuvo asociado al incremento más que proporcional en los egresos con respecto
a los ingresos. En efecto, mientras los gastos crecieron a junio del 2010 un
26,5% [21], los ingresos lo hicieron a una tasa de 13,7%,
respecto al mismo período del año previo (9,2% los ingresos tributarios [22]). Esta situación
llevó a que el déficit del Gobierno acumulara un 2,2% del producto. Además, el
comportamiento de los ingresos y gastos (excluido el servicio de intereses)
implicó un déficit primario de 1,1% del PIB, superior en 0,9 p.p. al observado
un año antes.
21 En este comportamiento destacaron
los siguientes crecimiento: i) 36,2% de las transferencias corrientes,
principalmente, para la atención de programas sociales, ii) 23,3% y , iii)
24,2% del pago de intereses por el servicio de la deuda interna.
22 Destacó la mayor recaudación de impuestos
a las importaciones y ventas internas, asociada al proceso de reactivación
económica; en mayor medida aportó la recaudación del impuesto único a los
combustibles.
Con respecto al financiamiento neto requerido a junio,
el Gobierno acudió a mayor endeudamiento interno mediante la colocación neta de
títulos valores. Como parte de la estrategia de financiamiento, el Gobierno
utilizó en mayor medida pagarés [23], lo cual le permitió
financiarse a un menor costo, sin generar presiones adicionales sobre el nivel
de tasas de interés.
23
Los
pagarés son títulos valores no estandarizados y desmaterializados que
incorporan una promesa de pago a corto plazo por parte del Estado. Se amortizan
al vencimiento y sin cupones de interés, a plazos menores o iguales a 30 días
naturales y el mecanismo de colocación es mediante negociación directa con
instituciones públicas y entidades financieras. En el lapso enero-junio 2010 el
financiamiento obtenido por este medio representó casi el 15,4% de las
colocaciones totales de deuda interna.
Por otra parte, el Banco Central registró en los
primeros seis meses un déficit equivalente a 0,1% del PIB [24], menor al
observado en igual período del año previo. Esta mejora relativa obedeció a los
menores gastos financieros en moneda nacional producto tanto del menor saldo
medio de deuda como de la reducción de 120 puntos base en la tasa efectiva de
interés [25].
24 Calculado según la metodología
de cuentas monetarias.
25 La mejora relativa en la
finanzas del Banco Central ha estado asociada con la ausencia de monetizaciones
por operaciones cambiarias y con la estrategia seguida en la gestión de sus
pasivos. Esta mejora gradual se apreció en la evolución del déficit en términos
del producto, que pasó de un promedio anual de 1,4% en el período 2000-06 a un 0,6% del PIB en los
últimos tres años (2007-09).
Si bien la mejora en las finanzas del Banco Central
refleja en buena medida los efectos de las acciones orientadas a lograr una
mayor flexibilidad cambiaria y la mejor gestión financiera, ello no significa
que no se requiera de una capitalización, en el tanto parte importante de estas
"pérdidas" ha sido financiada con señoreaje.
El RSPNFR acumuló al cierre de junio un superávit
financiero equivalente a 0,2% del PIB, inferior a lo observado doce meses atrás
(0,3%), resultado asociado al deterioro en la situación financiera de
prácticamente todas las instituciones de este componente.
En línea con el deterioro de las finanzas públicas, el
saldo de la deuda pública total a junio del 2010 ascendió a ¢7,7 billones
(41,4% del PIB) [26], que en términos relativos significó un incremento
de 0,9 p.p. con respecto a lo observado doce meses atrás.
26 Incluye la deuda no consolidada
del Gobierno Central, Banco Central y algunas instituciones del RSPNFR.
Desde la perspectiva de los modelos que se utilizan
tradicionalmente para evaluar la sostenibilidad de las finanzas públicas [27], el
comportamiento apuntado para la razón de deuda a PIB estuvo asociado entre
otros factores al mayor déficit primario que generó el Gobierno y al incremento
en la tasa de interés real efectiva de sus obligaciones corregida por
crecimiento económico.
27
Borensztein, Eduardo, Eduardo Levy Yeyaty and Ugo Panizza (2007). Living with
Debt: How to Limit the Risks of Sovereing Finance. Ecinomic and Social Progress
in Latin America (2007 Report). Inter-American
Development Bank. David
Rockefeler Center for Latin American Studies. Harvard University.
Esta situación da continuidad al punto de inflexión
que experimentó la razón de la deuda del Gobierno Central a PIB en el 2009
cuando, luego de la reducción de casi 11,0 p.p. registrada entre 1999 y 2008,
ésta relación aumentó 3,0 p.p. como consecuencia de los efectos adversos que la
crisis internacional generó sobre la recaudación de ingresos tributarios y de
la adopción de medidas fiscales contracíclicas. De mantenerse este panorama
durante los próximos años se podría comprometer la sostenibilidad de la deuda
pública en el mediano y largo plazo. En razón de ello las autoridades del
Ministerio de Hacienda han anunciado la adopción de medidas tendientes a
reducir el desbalance financiero del Gobierno a partir del 2011.
2.2.5. Agregados monetarios, crediticios, tasas de
interés y tipo de cambio. Durante el primer semestre del 2010, el
comportamiento de los agregados monetarios y de los mercados de negociación
(dinero y cambiario) estuvo acorde con la reactivación de la actividad
económica y las políticas de gestión de pasivos de los principales emisores de
deuda pública en el país.
En aras de mantener el crecimiento de los precios
internos en niveles similares a los observados a finales del 2009, en la
primera mitad del 2010 el Banco Central realizó esfuerzos por mejorar el canal
de transmisión de su política monetaria, particularmente:
i) Mantuvo invariable su Tasa de Política
Monetaria (en 9% desde julio del 2009).
ii) Avanzó en la separación de la gestión de deuda
y de liquidez mediante la colocación de instrumentos a plazos mayores de 269
días, lo cual contribuyó a que el saldo de recursos líquidos excedentes de los
intermediarios financieros se redujera significativamente [28].
28 No obstante, en abril la
renovación parcial de BEM incrementó nuevamente estas disponibilidades,
situación que se fue corrigiendo a lo largo del segundo semestre
Como parte de esta estrategia el Banco Central
colocó Bonos de Estabilización Monetaria bajo el mecanismo de subasta y de
"ventanilla" y con el fin de promover este traslado incrementó las tasas de interés
de estos instrumentos y de los Depósitos Electrónicos a Plazo [29].
29 A manera de referencia, en la
subasta del18 de enero la tasa promedio del BEM con 359 días al vencimiento fue
de 7,76% (neta), en tanto que en el evento del 19 de marzo la tasa para el bono
con 353 días al vencimiento fue de 8,71% (neta). En el caso de los DEP, entre
os meses de febrero y marzo incrementó las tasas de interés para las
colocaciones a 270 días y más hasta en
140 puntos base. En mayo y de acuerdo con las condiciones del mercado tanto las
tasas de los DEP como las resultantes para los BEM se redujeron.
La menor disponibilidad de recursos líquidos quedó
manifiesta en el comportamiento del Mercado Integrado de Liquidez (MIL), cuyas
tasas de interés y montos negociados guardaron consistencia con esta condición,
generada por la colocación de BEM y la constitución de depósitos del Gobierno
en el BCCR, provenientes de la colocación de títulos de propiedad y pagarés.

El comportamiento de los agregados monetarios
restringidos estuvo acorde con el proceso de recuperación económica (mayor
demanda por dinero para transacciones), el mayor volumen de comercio exterior y
el menor costo de oportunidad de mantener saldos líquidos [30].
30 La tasa básica expresada en
términos reales pasó de 0,7% en el primer semestre del 2009 a casi cero en igual
lapso del 2010. Para expresar e términos reales este indicador, se tomó como
referencia el resultado de la expectativa de inflación de
la Encuesta Mensual
de Expectativas de Inflación y de Variación del Tipo de Cambio.
Particularmente, los agregados denominados en moneda
nacional mostraron un crecimiento medio del 9,1% en el segundo trimestre del
2010 (-7,9% un año atrás), sin que ello implicara excesos en relación con el
crecimiento del producto nominal (10,5% en el 2010) [31]. El componente en
moneda extranjera de este indicador de agregados restringidos también presentó
un repunte; no obstante, su crecimiento medio fue significativamente superior a
la variación del producto nominal y se estima estuvo asociado con la
recuperación de los volúmenes de comercio exterior.
31 Se tomó como referencia el
componente en colones del medio circulante ampliado.

Por su parte, el componente en moneda nacional de
agregados amplios, como la riqueza financiera, también mostró un mayor
crecimiento en relación con lo observado un año atrás, no así el componente en
moneda extranjera que presentó una clara desaceleración, aun cuando sus tasas
de variación continuaron positivas y en valores en torno al crecimiento nominal
de la producción. Esto reflejó el efecto de la eventual repatriación de
capitales, manifiesta en la disminución de la tenencia de títulos en el mercado
internacional por parte de residentes no bancarios ante la prevalencia de
rendimientos relativamente bajos en los mercados internacionales [32], así como de la
menor predictibilidad acerca del comportamiento del tipo de cambio. La
combinación de estos efectos se manifestó en la relativa estabilidad, observada
en esta primera mitad del año, en la preferencia de los agentes económicos por
instrumentos denominados en moneda nacional.
32 De acuerdo con información de
la Central de Valores se
estima que durante el primer semestre del 2010 la repatriación de capitales por
parte de residentes ascendió a $290 millones.
Por otro lado, el crédito concedido por el sistema
financiero al sector privado creció en términos interanuales un 2% al cierre
del primer semestre del año. Dos aspectos destacaron en el comportamiento de
este indicador:
En primer lugar, la colonización de las
operaciones, en la medida en que el saldo de crédito denominado en colones
aumentó un 11,6% en tanto que las operaciones constituidas en moneda extranjera
cayeron un 3,3% (expresadas en dólares) [33].
33 La participación de las
operaciones en moneda nacional dentro del saldo de crédito se incrementó en
casi cuatro puntos porcentuales entre el primer semestre del 2009 e igual lapso
del 2010 (de 55,6% a 59,5%). Para efectos de la valoración en colones de la
moneda extranjera se utilizó como referencia el tipo de cambio promedio del
período enero 2007-junio 2010.
En segundo lugar, la presunción de que los agentes
económicos, luego de la crisis financiera, han reajustado sus saldos deudores
ante el mayor grado de incertidumbre sobre las perspectivas económicas, proceso
de desapalancamiento que no ha sido exclusivo de Costa Rica.
A pesar del comportamiento de la liquidez y de la
mayor colocación de deuda pública, las tasas de interés del sistema financiero
se mantuvieron relativamente estables, lo cual se reflejó en la evolución de
la Tasa Básica
Pasiva (TBP), que en promedio se mantuvo en torno al 8,0% en el primer semestre
del año (11,6% en igual lapso del 2009).
La evolución comentada de las tasas de interés, aunada
a las mayores expectativas de variación nominal del tipo de cambio a partir de
marzo del presente año, llevaron a una disminución en el premio por ahorrar en
colones (promedio primer semestre del 2010 de 0,4% y de 1,1% el semestre
previo). Sin embargo, se estima que lo anterior no influyó en la preferencia de
los agentes económicos por colocar recursos en moneda nacional.
En lo relativo al mercado cambiario, durante los
primeros seis meses del año, éste se caracterizó por una mayor disponibilidad
de divisas, que acentuó la apreciación de la moneda nacional con respecto al
dólar estadounidense, observada desde agosto del 2009. Esta situación propició
que el tipo de cambio tendiera hacia el límite inferior de la banda (con
excepción del mes de mayo).

La mayor disponibilidad de divisas en el período en
comentario se estima respondió en buena medida a: i) los mayores ingresos netos
de divisas, provenientes del turismo y de las exportaciones, ii) la reducción
de posición propia por parte de los intermediarios cambiarios, iii) venta de
divisas por parte del Gobierno en marzo y, iv) la eventual repatriación de
capitales por parte de residentes privados e institucionales.
La evolución del mercado cambiario durante el primer
semestre del año se caracterizó por la ausencia de intervención del Banco
Central en el MONEX, como ha ocurrido desde la segunda quincena de agosto del
2009, lo cual dio mayores espacios a la política monetaria. Además, el Sector
Público no Bancario pudo atender sus requerimientos en el mercado de cambios.
Por tanto, la evolución de los agregados monetarios
con crecimientos que en términos generales se ubicaron alrededor de la
variación anual del producto; del crédito, que continuó manifestando el proceso
de desapalancamiento de la economía y, de una moneda local con tendencia a la
apreciación nominal, no generó presiones adicionales de demanda que
comprometieran la consecución del objetivo inflacionario planteado por el Banco
Central.
3. Estimaciones y
proyecciones para el período 2010-11 [34]. Se estima una reactivación de la actividad económica
para el bienio 2010-11, determinada en buena medida por la recuperación de las
exportaciones de bienes y servicios, asociada a la evolución favorable del
entorno internacional [35]. A nivel interno, la mejora tanto en la confianza
de los agentes sobre las perspectivas económicas como en el nivel del ingreso
nacional disponible contribuiría a expandir el gasto.
34 La consistencia de estas proyecciones fue
evaluada con el MMPT, herramienta de análisis que contempla los mecanismos de
transmisión de la política monetaria, por lo que la trayectoria supuesta para
los instrumentos de política es consecuente con el objetivo de inflación
planteado en este ejercicio.
35 Ver proyecciones en la sección 2.1.

El PIB a precios constantes se estima que crecerá un
4,0% en el 2010 y 3,9% en el 2011, con lo cual la economía costarricense
estaría ubicándose en la fase de recuperación del ciclo económico [36], sin alcanzar aún
el nivel del producto potencial. Si bien esto implicaría una brecha del
producto cada vez menos negativa [37], ello no compromete el
logro del objetivo inflacionario.
36 Es importante indicar que,
debido a la reducción en el nivel de la producción observada en el 2009, la
recuperación estimada implicaría que el crecimiento promedio del 2010 sea mayor
al del 2011.
37 Medida como la diferencia entre
los niveles del producto efectivo y potencial, como proporción de este último.
El PIB potencial es aquel nivel máximo de producto que la economía puede
alcanzar con una ocupación plena de sus recursos productivos, que no genera presiones inflacionarias. Ver
"Estimación del Producto potencial para Costa Rica: período 1991-2006". DIE-02-2007, en www.bccr.fi.cr/ndie .
El proceso de reactivación económica estaría liderado
por las industrias vinculadas al comercio exterior de bienes y servicios.
Particularmente, i) la industria manufactura se estima crecerá un 5,1% en el
2010 [38] y 3,1% en el 2011; ii) la actividad agropecuaria
crecería en el 2010 un 5,7% y 4,4% en el 2011, sustentada en la recuperación de
la producción de piña, banano, melón [39], y café (cosecha 2010-11)
y, iii) las industrias productoras de servicios se estima crecerían un 4,3% en
el 2010 [40] (4,2% en el 2011).
38Se espera que el volumen
productivo por las empresas adscritas al régimen de Zona Franca crezca 6,5% en
el 2010, ante las mejoras en las expectativas de los empresarios y la
oportunidad de ingreso a nuevos mercados. Para el régimen regular se estima un crecimiento más moderado
(4,8%); mientras que para las empresas asociadas al régimen de
perfeccionamiento activo se prevé que continuarán con la tendencia negativa de
los últimos tres años (-20,3%), como resultado de la menor colocación de
productos en su principal mercado de destino (EUA).
39 La oferta de estos tres
productos estuvo afectada en el 2009, por condiciones climatológicas que
disminuyeron el volumen de la cosecha y consecuentemente las exportaciones.
40 Destacan: a) transporte,
almacenamiento y comunicaciones por la mayor demanda de servicios asociados al
comercio exterior de mercancías (muelles y puertos, agencias aduanales, de
depósito, almacenaje y servicios de transporte por carretera), ingreso de
turistas (mayores servicios brindados por las agencias de viajes y autos de
alquiler) y los nuevos servicios de Internet y telefonía celular; b) comercio,
restaurantes y hoteles debido a la recuperación en la venta de vehículos,
hierro, maquinaria, productos químicos y el ingreso de turistas; c) servicios
comunales, sociales y personales relacionados con la educación, salud,
diversión y esparcimiento, y servicios empresariales, asociado a la expansión
de los servicios actualmente brindados y al inicio de operaciones de nuevas
empresas.

Por el contrario, se estima que la actividad de la
construcción se contraerá un 6,4%, en el 2010, por la disminución en la
construcción tanto privada como pública; en tanto que para el 2011 esta
actividad crecería un 4,0%.
Por componentes del gasto la recuperación de la
actividad económica mundial y su repercusión en la economía nacional, quedará
manifiesta en un crecimiento de la demanda global de 6,4% en el 2010 (4,5% para
el 2011), debido al mayor dinamismo previsto para las demandas externa (8,1%) e
interna (5,4%).
Se prevé además un mayor volumen de ventas externas de
productos agropecuarios y de las empresas amparadas al régimen de zona franca,
así como un incremento en la exportación de servicios asociados a la actividad
turística, informática e información.
El comportamiento de la demanda interna en el 2010
estaría determinado, principalmente, por la formación bruta de capital (12,7%).
El mayor dinamismo de la formación bruta de capital fijo respondería al
incremento en la adquisición de maquinaria y equipo (8,0%), que estaría compensando
el deterioro estimado para las nuevas construcciones, tanto públicas como
privadas.
Por su parte, el gasto en consumo final de los hogares
tendría un crecimiento de 3,4% en el 2010 (4,1% en el 2011), consistente con el
incremento esperado en el ingreso nacional disponible [41] y un mayor nivel
de contratación de personal por parte de las empresas.
41 El ingreso nacional disponible
crecería en el 2010 un 2,4% (3,6% en el
2011). En este caso, el impacto del mayor crecimiento estimado para el PIB
sería parcialmente compensado por el mayor pago de rentas al exterior derivado
de las mayores utilidades de la
IED y la pérdida en los términos de intercambio (-1,9%). El
deterioro en los términos de intercambio para el 2010 estaría asociado a
mayores precios de las materias primas importadas (en especial de
hidrocarburos) y, a que el aumento previsto para el precio en dólares de los
bienes y servicios de exportación sería inferior al estimado para las
importaciones.
La continuidad de la política fiscal expansiva se
reflejaría en un incremento del consumo público de 4,2% [42] en el 2010,
mientras que para el 2011 se prevé una moderación (2,8%) motivado por la
desaceleración en las compras intermedias y en los niveles de contratación de
empleo.
42 Tasa relativamente alta con
respecto al crecimiento medio de la última década (2,3%)
En lo que respecta a las importaciones de bienes a
precios constantes, se estima que experimentarán un crecimiento de 11,8% en el
2010 (5,8% en el 2011), concentrado en la adquisición de bienes intermedios y
en menor medida, de bienes de consumo final y de capital. Las importaciones de
servicios en el 2010 estarían creciendo un 10,5% (6,6% en el 2011), en
particular, las relacionadas con el transporte de mercancías y el turismo
emisor.
Consecuente con el comportamiento previsto para las
exportaciones netas reales, se estima que el déficit de la cuenta corriente
será de 3,8% del PIB en el 2010 y 4,4% en el 2011.

Específicamente, del déficit en cuenta corriente
estimado para el 2010, el 69% ($516 millones) correspondería a mayores
erogaciones de la factura petrolera, explicadas por un aumento esperado de
$20,4 en el precio medio del barril del cóctel de hidrocarburos y en la
cantidad de barriles (9%). El resto del valor de las compras externas, agrupado
en mercancías generales y regímenes especiales aumentaría cerca de un 14% con
respecto al 2009.
La recuperación del comercio exterior contribuiría a
que las exportaciones crezcan en torno al 10% en términos nominales (8,9% en
reales) en el 2010. Este comportamiento obedecería al repunte en las ventas
externas de productos agropecuarios (banano y piña), de otras manufacturas
(artículos de pulpa, papel y cartón) y en menor medida, de los bienes para
transformación.

Para el 2011 se prevé que el valor de la factura
petrolera aumente 14,8%, lo cual constituye el principal determinante del
incremento en la brecha de la cuenta corriente en ese año.
En general, se espera que la tendencia de recuperación
en los flujos de comercio de bienes se mantenga durante el 2011, aunque a tasas
inferiores a las previstas para el 2010.

El aporte neto de los servicios compensará el déficit
de la cuenta comercial, toda vez que se espera se ubique alrededor del 9,2% y
9,7% del PIB en el 2010 y 2011, en ese orden. En este resultado destaca tanto
el desempeño del turismo receptivo, como de las actividades de apoyo
empresarial, de informática y de procesamiento de información [43].
43
Este
último grupo se espera mantenga la tendencia observada en los últimos años como
resultado de procesos de mayor valor agregado, innovación y conocimiento de las
actividades transables. Adicionalmente, influirá el traslado hacia el país de
centros de llamadas, motivados en menores costos, mano de obra calificada y la
estabilidad relativa que tiene el país. Estas actividades abarcan un amplio
mercado, que incluyen los servicios financieros, de mercadeo, y el apoyo
técnico a clientes o empresas de un mismo grupo corporativo.
La brecha en el sector real de la balanza de pagos
estimada para el bienio 2010-11, se prevé que podrá ser financiada con ahorro
externo de largo plazo (IED). Para el cierre del 2010 se espera que los flujos
de capital aumenten respecto a los observados en el primer semestre del año, en
especial los canalizados hacia el sector privado [44]. En relación con
los flujos netos al sector público se espera un repunte por el uso de créditos
con organismos multilaterales.
44
Principalmente
canalizados a las industrias de manufacturas (dispositivos médicos), seguros y
comercio.
Para el 2011, se estima que el país continuaría
accediendo al ahorro externo de largo plazo para financiar la brecha en la
parte real de la balanza de pagos, dar curso a los proyectos de infraestructura
programados en el Plan Nacional de Desarrollo y atender los vencimientos
contractuales de Eurobonos por $250 millones.
Se estima que la economía podrá absorber los flujos de
financiamiento externo contemplados para el sector público, sin que ello genere
efectos importantes sobre los macroprecios.
En lo que respecta a las finanzas públicas, las
proyecciones consideran un déficit anual para el Sector Público Global en torno
al 5,2% del PIB en el 2010, superior observado un año atrás (3,9%).
Dadas las previsiones anteriores, se estima que los
agregados monetarios en 2010-11 crecerían de manera consistente con la
actividad económica y el objetivo inflacionario. La liquidez en colones del
Sistema Financiero Nacional crecería en 9,3% y 11,0% anual para esos años,
respectivamente, en tanto que se estima que en moneda extranjera crezca en 9,1%
y 5,5% anual en este bienio. Dichos recursos permitirían atender el
requerimiento neto de financiamiento interno por parte del sector público y
aumentar la disponibilidad de fondos prestables para el sector privado.
4. Objetivos y acciones de política. En la
teoría económica y en las discusiones de política económica hay consenso en que
el mayor aporte que un banco central puede hacer a la sociedad es procurar la
estabilidad macroeconómica, en particular por cuanto inflaciones bajas y
estables facilitan el proceso de asignación de recursos promoviendo el
crecimiento de la economía, y tienen un efecto redistributivo en la medida en
que permiten preservar el valor del dinero en el tiempo.
Por tanto, dado el comportamiento de las principales
variables macroeconómicas durante el primer semestre del 2010, así como las
estimaciones y proyecciones para los próximos dieciocho meses, el Banco Central
reafirma ante la sociedad costarricense su compromiso de ubicar la tasa de
inflación, medida por la variación anual del IPC, a diciembre del 2010 entre 4%
y 6%, en tanto que para el 2011 su objetivo es que la tasa de inflación
interanual a diciembre se ubique entre 3% y 5%.
Las acciones de política del Banco Central para los
próximos dieciocho meses darán continuidad al conjunto de medidas adoptadas
desde el 2005, tendientes a incrementar la efectividad de la política monetaria
y así tener un mejor control de la inflación en el mediano plazo. Estas medidas
están enmarcadas en el proceso de transición gradual hacia un esquema monetario
de meta explícita de inflación, el cual aún no ha concluido.
Previo a presentar la estrategia que se adoptará en
los próximos meses, se debe tener presente que bajo el esquema de meta
explícita de inflación, el Banco Central hace un anuncio público del objetivo
de mediano plazo para la inflación y orienta el uso de sus instrumentos de
política directamente al logro de tal objetivo, sin establecer metas
intermedias para agregados monetarios u otras variables macroeconómicas. Es por
ello que, como parte de esta transición gradual hacia un esquema de meta de
inflación, el Banco Central no contempla metas cuantitativas para los agregados
monetarios.
En consonancia con ese proceso de migración, en los
próximos meses las medidas que adopte el Banco Central estarán orientadas a
mejorar el control de la liquidez y consolidar la flexibilidad cambiaria, para
que la tasa de interés constituya el principal instrumento de transmisión de la
política monetaria.
Particularmente, en el corto plazo el Banco Central
mantendrá su compromiso con los parámetros de la banda cambiaria. En el mediano
plazo, continuará con la transición, gradual y ordenada, hacia la flotación cambiaria [45] y de esta forma
cumplir con uno de los prerrequisitos en el proceso de avance hacia metas de
inflación. Si bien, el Banco Central reconoce que el régimen de banda cambiaria
evidencia la corrección de algunos de los problemas del régimen cambiario
previo, tiene la particularidad de que todavía conlleva compromisos con los
tipos de cambio de intervención, que podrían limitar la eficacia de la política
monetaria. En línea con lo anterior, el Banco Central continuará apoyando los
esfuerzos orientados a atraer un mayor número de participantes a los mercados
de negociación de divisas y al surgimiento y desarrollo del mercado de
coberturas cambiarias.
45 El recuadro 2 del Informa de
Inflación de Mayo 2010 (http://www.bccr.fi.cr/flat/bccr_flat.htm)
describe la nueva clasificación de regímenes cambiarios que aplica el FMI.
En el campo monetario, de cara a una administración
activa de la liquidez, continuará el proceso para la adopción de una estrategia
de control monetario, que permita consolidar la tasa de interés como principal
instrumento de política [46]. Particularmente, en los próximos meses
la Institución
continuará con sus esfuerzos por:
46 Ibídem. El capítulo 3 reseña las
acciones en materia monetaria aplicadas por el Banco Central en los últimos
tres años, con el objetivo de crear las
condiciones propicias para consolidar la tasa de interés de corto plazo como el
principal instrumento de política.
i) Redefinir la tasa de política monetaria
(TPM), para que constituya la tasa de referencia en torno a la cual se ubiquen
las tasas de interés en el mercado de dinero.
ii) Establecer un corredor de tasas de interés
mediante la incorporación de una facilidad de depósito en el Mercado Integrado
de Liquidez (MIL) a un día plazo, sin que ello desincentive el normal
funcionamiento de las transacciones entre los entes financieros participantes
en dicho mercado.
iii) Crear instrumentos de captación a 7 y 14 días
que le permitan al BCCR realizar una gestión de liquidez de corto plazo, sin
tener que administrar saldos elevados de liquidez con los instrumentos de
captación disponibles a un día plazo.
iv) Una vez establecido el corredor de tasas de
interés, el BCCR iniciará una intervención activa en el MIL drenando o
inyectando recursos a un día plazo de acuerdo con las proyecciones diarias de
liquidez.
Aunado a las acciones que buscan una mayor
flexibilidad cambiaria y mejorar el control diario de la liquidez, el Banco
Central procurará mejorar el canal de comunicación con la sociedad, como medida
complementaria para facilitar la explicación de las decisiones de política
monetaria y cambiaria, y con ello coadyuvar en el proceso de formación de las
expectativas, lo cual finalmente es de esperar que contribuya al control de la
inflación.
De manera subsidiaria y, en apego a lo dispuesto en su
Ley Orgánica, las acciones del Banco Central también procurarán la ocupación
plena de los recursos productivos del país así como mejorar la eficiencia, la
competencia y estabilidad del sistema financiero costarricense.
En línea con lo anterior, el Banco Central además
dedicará esfuerzos a dar impulso a desarrollos institucionales como los
contenidos en los proyectos de ley de capitalización del Banco Central,
supervisión consolidada, resolución bancaria y creación de un seguro de
depósitos.
En el cuadro 12 se presentan las proyecciones de las
principales variables macroeconómicas para el bienio 2010-11 que dan sustento a
la revisión del PM2010-11. El Banco Central seguirá de cerca la evolución de
estas variables y reitera su compromiso de realizar los ajustes necesarios en
la ejecución de sus acciones de política monetaria y cambiaria, en la medida en
que cambios en el entorno atenten contra la consecución del objetivo inflacionario
planteado, máxime que como economía pequeña y abierta, Costa Rica está expuesta
a choques como el comportamiento de la actividad económica y financiera mundial
y la evolución de las cotizaciones de las materias primas en el mercado
internacional.

5. Balance de riesgos. Las proyecciones
macroeconómicas antes suministradas fueron elaboradas con la mejor información
disponible y suponen que el Banco Central ajustará la postura de su política
monetaria en función del logro del objetivo de inflación. No obstante, como
toda proyección macroeconómica, su valor predictivo está condicionado a la no
materialización de algunos riesgos.
En el entorno externo, las principales fuentes de incertidumbre
se refieren al ritmo de reactivación de la actividad económica y a la evolución
de los precios de las materias primas.
i) Existen dudas con respecto al ritmo de
reactivación de la actividad económica mundial para el bienio 2010-11. De
realizarse un retiro anticipado de los estímulos monetarios y fiscales en las
economías desarrolladas, aunado a los problemas financieros de
la Eurozona, las
proyecciones de crecimiento de la economía mundial se revisarían a la baja.
Esta situación, por su efecto sobre la demanda externa reduciría las
estimaciones de crecimiento de la producción interna, pero podría favorecer el
objetivo de inflación anunciado. En caso contrario, una economía mundial
creciendo más de lo previsto, por una parte podría generar un alza de la
inflación importada y por otra, si lleva la producción local por encima de su
nivel potencial, comprometería la consecución del objetivo inflacionario.
ii) En cuanto a la evolución de los precios
internacionales de las materias primas importadas, el riesgo se concentra,
particularmente, en el comportamiento del precio del petróleo, afectado por
condiciones geopolíticas, climáticas y preocupaciones ambientales. Si bien un
precio promedio del barril del cóctel de hidrocarburos superior a $89 y $94
para el 2010 y 2011, respectivamente, tendría implicaciones directas sobre los
precios de diversos bienes y servicios, el Banco Central debe mantenerse atento
para evitar que ese comportamiento se propague al resto de la economía, por
medio de los denominados efectos de segundo orden.
En el contexto interno, los principales factores de
riesgo se refieren al comportamiento de las expectativas inflacionarias, al
resultado financiero del Gobierno Central y del tipo de cambio nominal.
i) Expectativas de inflación por encima del
rango meta de inflación. De acuerdo con los modelos utilizados por el Banco
Central, las expectativas de inflación y la brecha del producto son, en ese
orden, las principales variables explicativas del comportamiento de corto plazo
de la inflación [47].
47 Ver "Dinámica inflacionaria
y
la Nueva Curva
de Phillips en Costa Rica" DIE-09-2003-DI/R, en http://www.bccr.fi.cr/ndie/inflacion.htm.
En general la modelación utilizadda por el banco Central ha seguido los
trabajos de Claridad, Galí y Gerther (1999) "The Science of Monetary Policy: a
New Keynesian Perspective". Journal of Economic Literature. Vol XXXVII Dec.
Pp.1661-1707.
Dentro de ese contexto, la reducción observada en las
expectativas inflacionarias desde el cuarto trimestre del 2008 hasta el tercero
del 2009, favorece la consolidación de niveles de inflación por debajo del
promedio de los últimos años (superior al 10%). No obstante, expectativas del
orden de 7,2% (encuesta mensual de julio 2010) y de 7,4% (encuesta del segundo
trimestre 2010) ponen de manifiesto la dificultad para anclar las expectativas
de los agentes económicos en torno al objetivo inflacionario, así como la necesidad
de aunar esfuerzos con el Estado para impulsar medidas tendientes a revisar los
modelos de fijación de precios y a reducir distorsiones que limitan la
competencia.
ii) Deterioro del resultado financiero del
Gobierno Central mayor al considerado en las proyecciones macroeconómicas.
Durante el 2009 se aplicaron medidas fiscales "anti-cíclicas" para amortiguar
los efectos de la crisis económica global, cuyo efecto es difícil de eliminar o
reducir una vez adoptadas. El financiamiento de un déficit del Gobierno Central
superior al 4,9% del PIB, implícito en las proyecciones macroeconómicas,
dependiendo del origen de los recursos que se utilicen para su financiamiento
podría generar comportamientos no previstos en las tasas de interés locales o
en el tipo de cambio, que incidan sobre eficacia de la política monetaria.
iii) Movimientos de capital de corto plazo que
ubiquen el tipo de cambio en los límites de la banda cambiaria. Aunque se reconoce
que el régimen de banda cambiaria ha permitido la corrección de algunos de los
problemas del régimen de paridad deslizante ("minidevaluaciones"), implica
todavía un riesgo para el accionar de la política monetaria, debido al
compromiso del Banco Central de defender los tipos de cambio de intervención y,
por consiguiente, la posibilidad de tener que afrontar variaciones no previstas
en la liquidez en moneda nacional.