BANCO CENTRAL DE COSTA RICA
JUNTA DIRECTIVA
La Junta Directiva del
Banco Central de Costa Rica, en el artículo 5 del acta de la sesión 6220-2024,
celebrada el 29 de octubre del 2024,
dispuso en firme:
aprobar el Informe de
Política Monetaria, octubre 2024, cuyo texto se inserta más adelante, de
conformidad con lo establecido en el literal b, artículo 14, de la Ley Orgánica
del Banco Central de Costa Rica, Ley 7558.
INFORME DE POLÍTICA
MONETARIA
OCTUBRE 2024
EL RÉGIMEN DE POLÍTICA
MONETARIA DEL BCCR
La política monetaria
comprende el conjunto de acciones que toma un banco central para influir sobre
la cantidad de dinero disponible en la economía (y sobre las tasas de interés),
con el fin de promover la estabilidad de los precios.
En el caso de Costa Rica,
las disposiciones en materia de política monetaria se rigen por lo establecido
en la Ley 7558, Ley Orgánica del Banco Central de Costa Rica. De acuerdo con su
artículo 2, el Banco Central orienta sus acciones de política monetaria al
logro de una inflación baja y estable como objetivo principal. En enero del
2018, el BCCR adoptó oficialmente el esquema de metas explícitas de inflación
para la conducción de su política monetaria1; sin embargo, desde
años antes implementaba, de hecho, este esquema monetario.
1 Un mayor detalle del
marco de política monetaria del BCCR se presenta en el capítulo 2 del Informe
de Política Monetaria de abril del 2020.
Dicho marco se caracteriza
por el anuncio público sobre el compromiso del banco central de alcanzar un
objetivo cuantitativo (por lo general con un rango de tolerancia alrededor de
la meta) para la inflación en un determinado horizonte de tiempo, y se acompaña
del reconocimiento de que su principal objetivo es mantener la inflación baja y
estable. Además, manifiesta la importancia de la rendición de cuentas y la
explicación de las motivaciones en la toma de decisiones de la autoridad
monetaria, para el proceso de formación de expectativas inflacionarias.
De acuerdo con lo anterior,
la Junta Directiva del Banco Central de Costa Rica definió la meta explícita de
inflación en 3%, con un margen de tolerancia de ± 1 punto porcentual, en un
horizonte de 24 meses.
Esto significa que la
política monetaria del BCCR es prospectiva. Es decir, dado que las medidas de
política monetaria requieren tiempo para transmitirse hacia otras variables económicas
y tener el efecto esperado sobre la inflación, éstas se fundamentan en la evolución
proyectada de la inflación y de sus determinantes. El principal instrumento
para indicar el tono de la política monetaria es la Tasa de Política Monetaria
a(TPM), la cual se revisa de conformidad
con un calendario aprobado por la Junta Directiva, que se hace de conocimiento
público con antelación2. Así, la TPM y la política monetaria en
general se ajustarán de forma tal que la inflación proyectada se oriente a la
meta de 3%.
2 A partir de marzo del
2024, el BCCR realiza una conferencia de prensa luego de cada decisión de
política monetaria, cuyo objetivo es comunicar su decisión y las razones que la
fundamentaron.
Los análisis efectuados por
el BCCR para tomar sus decisiones de política monetaria son informados a la
sociedad por medio de comunicados y documentos analíticos. Entre ellos está el
Informe de Política Monetaria el cual se publica cuatro veces al año, al
término de enero, abril, julio y octubre. Este informe analiza la coyuntura
macroeconómica, detalla las acciones de política monetaria aplicadas por el
Banco Central y presenta las proyecciones de esta entidad para la inflación y
la producción.
PRESENTACIÓN
En nombre de la Junta
Directiva del Banco Central de Costa Rica, presento el Informe de Política
Monetaria (IPM) correspondiente a octubre del 2024. Este documento hace
explícita la visión del BCCR sobre la coyuntura económica, nacional e
internacional, revisa las proyecciones para un conjunto de variables
macroeconómicas y detalla las acciones de política aplicadas y la orientación
de las que ejecutaría para cumplir con los objetivos establecidos en su Ley
Orgánica.
En el tercer trimestre del
2024, la inflación global siguió a la baja y, en algunos países, se ubicó en
valores cercanos a la meta definida por sus bancos centrales. En este contexto,
tanto las economías avanzadas como las emergentes, continuaron el proceso de
flexibilización de su política monetaria, aunque con cautela debido a la
incertidumbre sobre la evolución de los conflictos geopolíticos. Además, la
actividad económica mundial creció a un ritmo moderado, con diferencias entre
las principales economías.
En el ámbito local, la
producción mantuvo en el tercer trimestre del año un relativo buen desempeño,
aunque, tal como se anticipó en el IPM de julio, su ritmo de crecimiento se desaceleró.
La tasa de variación en este periodo (4,0%) es superior al crecimiento promedio
histórico de la economía nacional en el periodo 2010-2019 (3,8%) y a la de
nuestros socios comerciales en el 2023 y 2024 (estimado en 2,6% y 2,1%,
respectivamente).
Los resultados del mercado
laboral a agosto confirman la tendencia decreciente en la tasa de desempleo y
el aumento en el nivel de ocupación, así como en la participación laboral. Adicionalmente,
los ingresos reales de los trabajadores, especialmente del sector privado, se incrementaron,
influidos por la baja inflación y el desempeño positivo de la actividad económica.
No obstante, se requieren políticas públicas que permitan reducir la elevada
tasa de desempleo de la población más joven (de 15 a 24 años).
El déficit de cuenta
corriente de la balanza de pagos (0,3% como proporción del PIB) mostró en el
trimestre en comentario un comportamiento afín con la tendencia decreciente que
ha presentado esta variable a lo largo de las últimas cuatro décadas. Asimismo,
el país recibió un financiamiento externo suficiente para cubrir dicho déficit
y propiciar un incremento de los activos de reserva.
En las finanzas públicas,
al término de los primeros ocho meses del año el Gobierno Central registró un
superávit primario de 0,9% del PIB y un déficit financiero de 2,6% del PIB.
Estos resultados, si bien evidencian un deterioro en comparación con igual
lapso del año anterior, permiten continuar en la senda de la sostenibilidad
fiscal en el mediano plazo.
La inflación general
retornó a un valor positivo, que respondió, en gran medida, al menor ritmo de
disminución de los precios externos, al incremento en los costos del transporte
marítimo y a los efectos de la postura menos restrictiva de la política monetaria.
De igual forma, la inflación subyacente aumentó con respecto al segundo trimestre
del año en curso. Sin embargo, ambos indicadores se mantuvieron por debajo del límite
inferior del rango que contiene la meta de inflación.
Dado este comportamiento de
la inflación, así como el análisis de la trayectoria de los pronósticos de
inflación, de sus determinantes macroeconómicos y de los riesgos que condicionarían
la proyección de inflación, la Junta Directiva del BCCR dispuso en sus
reuniones de setiembre y octubre reducir el nivel de la TPM en un acumulado de
75 p.b., lo que la ubicó en 4,0%. Con ello el Directorio continuó con el
proceso de reducción de esa tasa, en procura de ubicarla en una trayectoria
gradual hacia una postura de política monetaria neutral.
En este informe, se
proyecta un crecimiento de la producción de 4,1% en el 2024, superior en 0,1
p.p. a la estimación de julio último, mientras que la del 2025 se ajustó a la
baja en igual magnitud, hasta 3,9%. En ambos años, la demanda interna
impulsaría el crecimiento. Con estos resultados, el PIB se ubicaría cerca de su
nivel potencial en el horizonte de proyección y no se prevén presiones
inflacionarias por el lado de la demanda agregada.
El déficit de la cuenta
corriente se ubicaría en el bienio 2024-2025, en un valor medio de 1,7% del
PIB, inferior en 0,3 p.p. a lo estimado en julio pasado.
El BCCR prevé que la
inflación general retornaría al rango que contiene a de la meta en el tercer
trimestre del 2025, en tanto que la subyacente lo haría en el segundo trimestre
de ese mismo año.
La revisión de las
proyecciones de las principales variables macroeconómicas presentada en este
informe, están sujetas a riesgos que, de materializarse, podrían desviar la
inflación con respecto al valor central proyectado. La valoración de riesgos
para la inflación se mantiene inclinada a la baja.
Al igual que lo ha hecho
hasta el momento, el BCCR mantendrá una política monetaria prudente, basada en
un análisis prospectivo de la inflación y de sus determinantes, así como los
riesgos cuya materialización podrían desviar a la inflación de su trayectoria
central.
En el mercado de divisas,
participará para atender sus requerimientos y los del sector público no
bancario, lo mismo que para mitigar fluctuaciones violentas en el tipo de
cambio y, en la medida de lo posible, fortalecer aún más el blindaje financiero
del país.
También, continuará con sus
esfuerzos por mejorar la comunicación con el público en general y los mercados
en particular, por medio, entre otros, de documentos como el que se presenta en
esta ocasión.
Róger Madrigal López

RESUMEN
I. Coyuntura económica
En el entorno
internacional, durante el tercer trimestre del 2024 la inflación mantuvo la tendencia
a la baja, lo que ha permitido que en varias economías se ubique en valores cercanos
a la meta definida por sus bancos centrales. Uno de los elementos que más ha influido
en esta trayectoria fue la reducción en el precio del petróleo, hecho asociado
con perspectivas de menor demanda por parte de China, Estados Unidos y la zona
del euro, a pesar de los recortes de producción voluntarios por parte de la
Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados.
Coherente con ello, los
bancos centrales de las economías avanzadas y emergentes han optado por
continuar con la flexibilización de su política monetaria, manifiesta en el
recorte en sus tasas de interés de referencia. Entre las decisiones más
relevantes del trimestre en análisis estuvo el recorte de 50 p.b. aprobado en
setiembre por el Sistema de la Reserva Federal de los Estados Unidos en su tasa
de referencia, con lo cual la ubicó en un rango de entre 4,75% y 5,0%. En
general, en sus comunicados los bancos centrales han expresado un mensaje de
cautela, dado el alto grado de incertidumbre existente, especialmente por los conflictos
geopolíticos.
En el contexto anterior, la
actividad económica del segundo trimestre del año continuó con un ritmo de
crecimiento moderado, pero disímil entre países y regiones. Para Estados Unidos
y la zona del euro el crecimiento económico (3,0% anualizado y 0,6% interanual,
respectivamente) se revisó al alza con respecto al trimestre previo (1,4% y
0,5% en ese orden), en el primero impulsado por el gasto en consumo y la
inversión y en la segunda, por el aumento de las exportaciones y el gasto
público. Por el contrario, China desaceleró en relación con los primeros tres
meses de año en curso (4,7% desde 5,3%), debido a la moderación de la demanda
interna, la crisis inmobiliaria y las tensiones comerciales con Estados Unidos
y la zona del euro.
En Costa Rica, en promedio,
durante el tercer trimestre la inflación general alcanzó un valor ligeramente
positivo (0,1%), que contrasta con la tasa negativa del trimestre previo
(-0,3%). De igual modo, la inflación subyacente, que se ha mantenido en valores
positivos, también aumentó con respecto al segundo trimestre (0,5% desde 0,2%).
Sin embargo, ambos indicadores continuaron por debajo del límite inferior del
rango definido alrededor de la meta de inflación.
La inflación general del
tercer trimestre estuvo determinada por la evolución de precios del subíndice
de servicios, contrario a lo observado en los trimestres previos, cuando el
subíndice de bienes lideró los resultados de la inflación general.
El incremento de la
inflación responde, en buena medida, al menor ritmo de disminución de los
precios externos, al incremento en los costos del transporte marítimo y a los
efectos de la postura menos restrictiva de la política monetaria.
Por su parte, la actividad
económica mantuvo un buen desempeño en el tercer trimestre del 2024 (variación
interanual de 4,0%) en comparación con el promedio histórico registrado en el
lapso 2010-2019 (3,8%) y con el de sus socios comerciales en el 2023 y el 2024
(estimado en 2,6% y 2,1%, respectivamente), aunque se desaceleró con respecto
al trimestre previo (4,2%). En el periodo en comentario, el crecimiento de la
producción estuvo impulsado, en buena medida, por la demanda externa, en
particular por las exportaciones de bienes del régimen especial y de servicios,
así como por la aceleración en la formación bruta de capital, principalmente en
equipo de transporte, en el sector privado, y de proyectos de infraestructura vial
y eléctrica en el sector público.
Los indicadores del mercado
laboral dan señales positivas. En los últimos tres meses que finalizaron en
agosto, la tasa de desempleo mantuvo un comportamiento a la baja y registró un
valor mínimo histórico (6,7%). Esta reducción se dio en un contexto de aumento
en la ocupación (57,2% y 55,8% un año atrás) y en la participación laboral
(53,3% desde 50,9% en agosto del 2023). Por otra parte, el ingreso real moderó
su ritmo de crecimiento, aunque con diferencias entre grupos del mercado
laboral.
En las finanzas públicas,
en los primeros ocho meses del año el Gobierno Central registró un resultado
primario y financiero equivalente a 0,9% y -2,6% del PIB, respectivamente, lo que
representó un deterioro con respecto a igual periodo del 2023 (1,4% y -2,0% en
ese orden). Este desempeño menos favorable obedeció al incremento de los gastos
totales y al bajo crecimiento de los ingresos, específicamente de los
tributarios.
El saldo de deuda pública
del Gobierno Central creció a un menor ritmo que la actividad económica, por lo
cual la relación de deuda a PIB a agosto (60,0%) disminuyó con respecto tanto a
agosto del 2023 (60,2% del PIB) como al término de ese mismo año (61,1% del
PIB).
En las operaciones del país
con el resto del mundo, en el tercer trimestre del 2024 el déficit de cuenta
corriente de la balanza de pagos con respecto al PIB ascendió a 0,3%, razón
inferior a la registrada un año antes (0,5%). El país recibió financiamiento
externo equivalente a 0,6% del PIB, razón levemente inferior a la observada en
el año previo, pero suficiente para financiar ese déficit y propiciar un
incremento de los activos de reserva
equivalente a 0,3% del PIB.
Por último, el crédito al
sector privado creció acorde con la evolución de la actividad económica y se
estima que el comportamiento tendencial de los agregados monetarios no generará
presiones inflacionarias en los próximos 24 meses.
II. Acciones de política
del BCCR
En las tres reuniones de
política monetaria del primer cuatrimestre del 2024, la Junta Directiva del
BCCR redujo el nivel de la TPM por un acumulado de 125 p.b., para ubicarla en
4,75%. No obstante, en las de junio y julio, mantuvo sin cambio dicho
indicador, pues, dado el rezago con que actúa la política monetaria, estimó que
era prudente dar el espacio para la transmisión de las reducciones previas en
esta variable hacia el resto de las tasas de interés del sistema financiero.
En las reuniones de
setiembre y octubre, la Junta retomó el proceso de reducción de la TPM (50 y 25
p.b., respectivamente) por considerar que la convergencia de la inflación al
rango de tolerancia ocurriría con un retraso de dos trimestres con respecto a
lo señalado en los informes de política monetaria de abril y julio del 2024,
las expectativas de inflación presentaban valores en torno al límite inferior
del rango de tolerancia y la valoración de riesgos asociada con las proyecciones
de inflación estaba inclinada a la baja. En ambas ocasiones, el Directorio
manifestó su intención de procurar que la TPM se ubique en una trayectoria
gradual hacia una postura de política monetaria neutral.
Como es usual, las
decisiones de la Junta se sustentaron en el análisis del comportamiento reciente
de la inflación y de la trayectoria de los pronósticos de inflación y de sus determinantes
macroeconómicos, así como de la valoración de los riesgos que condicionarían la
proyección de inflación.
En este informe se incluye
un recuadro que presenta el comportamiento de la inflación en el periodo enero
2021-setiembre 2024 y la estrategia de política monetaria empleada por el BCCR
para tratar de ubicar la inflación en un nivel congruente con la meta.
Las acciones de política
monetaria consideran también las condiciones de liquidez de corto plazo y en lo
transcurrido del actual año, el sistema financiero nacional ha mantenido la condición
holgada de la liquidez que caracterizó al año anterior, pero esos excesos han estado
contenidos en instrumentos de captación del BCCR.
Esos excesos de liquidez se
han originado, en buena medida, en el efecto monetario expansivo asociado a la
compra de divisas por parte del BCCR, compras que se han dado en un contexto de
un mercado privado de cambios superavitario.
La alta disponibilidad de
divisas ha permitido al Banco Central participar de manera activa en el mercado
cambiario como demandante neto, para atender los requerimientos del Sector Público
no Bancario (SPNB) y fortalecer su posición de reservas.
Ello contribuyó a que el
saldo de reservas internacionales netas (RIN) al 15 de octubre del 2024
ascendiera a USD 14.083,4 millones, lo que equivale a 14,8% del PIB del
2024 y a 147,3% del nivel mínimo considerado como adecuado según la metodología
sugerida por el Fondo Monetario Internacional (FMI). Ese saldo es mayor en USD
864,5 millones al registrado al término del 2023.
Pese a la activa
participación del BCCR como demandante neto, esa alta disponibilidad de divisas
se ha manifestado en una caída del tipo de cambio nominal. El pasado 15 de
octubre, el tipo de cambio promedio de Monex registró una variación acumulada
de -1,6%, con respecto al registrado al término del 2023.
III. Proyecciones y
acciones futuras de política monetaria
Los organismos
internacionales estiman que en el bienio 2024-2025, la economía mundial tendría
un crecimiento moderado (en torno a 3,2%), similar al previsto en el informe de
julio pasado. Ello se daría en un contexto de inflación decreciente, que
convergería a los objetivos fijados por los bancos centrales, principalmente de
economías avanzadas, a finales del 2025 y de reducción en las tasas de interés.
Sin embargo, los conflictos geopolíticos y los efectos del cambio climático
introducen incertidumbre sobre estas estimaciones.
La proyección de
crecimiento de la economía nacional para el 2024 se revisa al alza en 0,1 p.p.
con respecto a la estimación presentada en el IPM de julio pasado (4,0%),
mientras que la del 2025 se ajustó a la baja en igual magnitud, hasta 3,9%. En
ambos años, la demanda interna impulsaría el crecimiento, pero dado que el PIB
se ubicaría cerca de su nivel potencial en el horizonte de proyección, no se
prevén presiones inflacionarias por el lado de la demanda.
Se estima que la inflación
general retornaría al rango alrededor de la meta en el tercer trimestre del
2025, en tanto que la subyacente lo haría en el segundo trimestre de ese mismo año.
Estas proyecciones incorporan una postura de política monetaria cuyo objetivo
es que en el mediano plazo la inflación converja a la meta definida por la
Junta Directiva del BCCR (3% ± 1 p.p.).
En lo que respecta al
déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos, en el bienio, este se
ubicaría, en promedio, en 1,7% del PIB, superior en 0,3 p.p. con respecto a del
2023. Al igual que en año previos, la brecha negativa de la cuenta corriente se
financiaría con ahorro externo de largo plazo. Este último registraría en el bienio en cuestión un promedio, en términos
netos, de 2,6% del PIB, lo que lleva la razón de activos de reserva a PIB a un
nivel promedio de 15,1% y el indicador de reservas se ubicaría en un nivel
medio cercano a 150%.
Según las estimaciones del
Ministerio de Hacienda, para el bienio, los resultados serían menos favorables
que los incorporados en el IPM de julio pasado, pero se mantienen congruentes
con los objetivos fiscales establecidos en el proceso de consolidación fiscal
de mediano plazo. El superávit primario alcanzaría 1,3% y 1,6% del PIB en cada
año respectivamente, en tanto que para el déficit financiero los valores serían
de 3,7 % y 3,2% del PIB, en el orden indicado. De cumplirse estas proyecciones,
la deuda del Gobierno Central a PIB en el 2024 se ubicaría en un nivel similar
al del año previo (61,1%) y disminuiría en 0,4 p.p. en el 2025.
La revisión de las
proyecciones de las principales variables macroeconómicas presentada en este
informe incorpora la información disponible a octubre del 2024, pero está
sujeta a riesgos que, de materializarse, podrían desviar la inflación del valor
central incorporado en este informe.
De los riesgos a la baja
sobresalen la persistencia de una inflación por debajo del rango en torno a la
meta de inflación, que podría llevar a los agentes económicos a anticipar
niveles de inflación menores, un desempeño económico de los principales socios
comerciales de Costa Rica inferior al previsto, ante los efectos de una
política monetaria restrictiva por un tiempo más extenso; y a nivel interno, un
traspaso de las reducciones en la TPM hacia las tasas de interés activas del
sistema financiero más lento de lo observado históricamente.
De los riesgos al alza en
el ámbito externo destacan el efecto del escalamiento de los conflictos
geopolíticos actuales y la incertidumbre en torno a los procesos electorales en
varios países durante el 2024 (en especial en Estados Unidos de América,
principal socio comercial del país) y, en el interno, las condiciones
climáticas desfavorables, asociadas al desarrollo del fenómeno ENOS en su fase
La Niña hacia finales del 2024 o inicios del 2025.
En este contexto, la Junta
Directiva del BCCR reafirma su compromiso con la estabilidad de precios,
condición que favorece la estabilidad macroeconómica e incide positivamente en
el crecimiento económico y en la generación de empleo. Por ello mantiene la
meta de inflación en 3%± 1 p.p.
Al igual que lo ha hecho
hasta el momento, su política monetaria estará basada en un análisis prospectivo
de la inflación y de sus determinantes macroeconómicos, así como de los riesgos
cuya materialización puedan desviar a la inflación de su trayectoria central.
Con base en este análisis
hará los ajustes requeridos en la TPM para que la inflación retorne a valores
coherentes con esa meta. También con este propósito, gestionará la liquidez del
sistema financiero con el fin de reducir los excesos monetarios y evitar que su
persistencia genere presiones inflacionarias adicionales.
En materia cambiaria,
acorde con lo dispuesto en su Ley Orgánica, el BCCR participará en el mercado
cambiario con el fin de atender los requerimientos propios y del sector público
no bancario, así como para mitigar fluctuaciones violentas en el tipo de
cambio. En la medida que las condiciones del mercado cambiario lo permitan,
procurará fortalecer aún más el blindaje financiero del país.
Por último, la mejora en la
comunicación con el público continuará como prioridad, con el fin de facilitar
un mejor entendimiento de la coyuntura macroeconómica y de los elementos que
sustentaron las decisiones del BCCR en materia monetaria, cambiaria y de temas relativos
a la estabilidad y eficiencia del sistema financiero.
CAPÍTULO 1. COYUNTURA
ECONÓMICA
Seguidamente se presentan
los principales hechos de la coyuntura macroeconómica externa y nacional que
determinan el contexto en el cual el Banco Central de Costa Rica aplica su
política monetaria.
En el entorno externo, la
inflación global siguió a la baja y, en algunos países como los latinoamericanos,
se revirtió el incremento registrado meses atrás. En este contexto, tanto las
economías avanzadas como las emergentes, continuaron el proceso de
flexibilización de su política monetaria, aunque con cautela. En particular,
Estados Unidos inició el recorte de sus tasas de interés en setiembre del
presente año.
La actividad económica
global creció a un ritmo moderado, y con diferencias entre las principales
economías. Algunos acontecimientos, como la intensificación de las tensiones geopolíticas
o el alto nivel de endeudamiento, han generado preocupación ante las consecuencias
que podrían tener sobre el proceso de desinflación, el ajuste de la política monetaria
y el desempeño de la actividad económica.
La producción nacional si
bien mantiene un buen desempeño en comparación con los principales socios
comerciales del país, muestra desaceleración. En el tercer trimestre del 2024,
el PIB aumentó 4,0% en términos interanuales, en tanto que su variación
trimestral anualizada fue de 3,9%.
El déficit de cuenta
corriente de la balanza de pagos, como proporción del PIB, se redujo y las
finanzas públicas presentaron resultados primarios positivos, lo que apoya la
gradual reducción de la relación de la deuda pública con respecto al PIB en el
mediano plazo.
Por otra parte, el BCCR
estima que el comportamiento de los agregados monetarios y crediticios al
término del tercer trimestre del año en curso no generará presiones inflacionarias
que excedan la meta de inflación en los próximos 24 meses.
En el tercer trimestre del
2024 la inflación general retornó a un valor positivo, en contraste con la tasa
negativa del trimestre previo, mientras que la subyacente se ha mantenido en valores
positivos y también se incrementó. Sin embargo, ambos indicadores aún están por
debajo del límite inferior del rango definido alrededor de la meta de
inflación.
1.1 Economía internacional
En el tercer trimestre del
presente año, la inflación global continuó a la baja y se revirtió el repunte
observado en meses anteriores en algunas economías. En varios países, el indicador
ya se ha ubicado dentro del rango de tolerancia definido por sus bancos centrales
(Gráfico 1).
En setiembre, la inflación
general y subyacente de Estados Unidos, medida por el Índice de precios del
gasto del consumo personal (PCE, por sus siglas en inglés), se ubicó en 2,1% y 2,7%,
respectivamente (2,3% y 2,7% en agosto)3, mientras que en la zona
del euro los indicadores disminuyeron a 1,8% y 2,7% (2,2% y 2,8% en agosto). A
pesar de la senda decreciente de la inflación general, el componente de los
servicios sigue con una tasa de variación más alta (3,7% en Estados Unidos y
4,0% en la zona euro).
3 En setiembre, según el
Índice de precios al consumidor, la inflación general disminuyó a 2,4% y la
subyacente aumentó a 3,3% (2,5% y 3,2% en agosto).
En las principales
economías latinoamericanas, la inflación también se moderó en setiembre. Por
ejemplo, en México, Colombia, Chile y Perú4, el indicador disminuyó,
principalmente por la caída en el precio de los alimentos. Por el contrario, en
Brasil5 aumentó debido al alza en el costo de la electricidad y de
los alimentos, como consecuencia de la sequía que experimentó más de la mitad
del país. Con excepción de Chile y Brasil, en todos estos países la inflación
subyacente se desaceleró.
4 La inflación general se
redujo a 4,6%, 5,8%, 4,0% y 1,8%, en ese orden (5,0%, 6,1%, 4,6% y 2,0% en el
mes previo).
5 En Brasil el indicador
aumentó hasta 4,4% (4,2% en el mes previo).

Una de las variables que
más influye en el comportamiento de la inflación internacional es el precio del
petróleo. Si bien esta variable se caracteriza por su alta volatilidad6,
a partir de julio registró un comportamiento a la baja7 explicado,
principalmente, por las perspectivas de una menor demanda por parte de Estados
Unidos, China y Europa. Dicha disminución en la demanda se asocia, entre otros,
a un aumento en el uso de vehículos eléctricos, el fin del verano en el
hemisferio norte y la incertidumbre sobre la actividad económica, dados los resultados
recientes de los índices de gestores de compras de los sectores manufacturero y
de servicios.
6 Los precios del petróleo
WTI, usados como referencia, han fluctuado entre 65 y 90 dólares por barril en
el
2024.
7 Se usa como referencia el
precio del petróleo WTI.
La disminución del precio
del crudo ocurrió a pesar de la decisión de la Organización de Países
Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+) de extender por dos meses más
los recortes de producción voluntarios que finalizarían en setiembre y posponer
hasta diciembre el incremento en la producción anunciado meses atrás8.
8 En junio del presente
año, la OPEP+ anunció que a partir de octubre y hasta setiembre del 2025,
aumentaría de forma gradual su nivel de producción, con el fin de devolver al
mercado 2,2 millones de barriles diarios, extraídos como parte de los recortes voluntarios
aplicados por ocho de sus miembros.
En lo transcurrido de
octubre, las tensiones geopolíticas en Medio Oriente han empujado los precios
al alza, aunque todavía están por debajo del precio promedio registrado en el
presente año. Al día 30, la cotización promedio por barril del petróleo WTI fue
de USD 71,9 lo que significó un incremento de 3,4% con respecto al precio
promedio de setiembre (USD 69,6) (Gráfico 2).

Dado el proceso de
desinflación, los bancos centrales han optado por continuar con el recorte en
sus tasas de interés de referencia, aunque los ajustes se han efectuado con cautela.
Desde el informe de julio
pasado, la mayoría de los bancos centrales continuaron con el ajuste a la baja
en las tasas de política monetaria (Gráfico 3). Entre las economías avanzadas,
el Sistema de la Reserva Federal de los Estados Unidos aprobó, en su reunión de
setiembre, un recorte de 50 puntos base (p.b.) en su tasa de referencia, con lo
cual la ubicó en un rango de entre 4,75% y 5,0%. Esta decisión se fundamentó en
el avance de la inflación hacia el objetivo del 2%, el relativo enfriamiento
del mercado laboral y el sólido desempeño de la actividad económica9.
9 Minutes of the Federal Open Market Committee,
September 17-18, 2024.
De igual modo, en sus reuniones
más recientes, el Banco Central Europeo (BCE)10 y los bancos
centrales de Suecia y Suiza recortaron sus tipos de interés en 25 p.b. hasta
ubicarla en 3,25% (en cada caso), en tanto que el Banco de Canadá lo hizo en 50
p.b., con lo cual llegó a 3,75%. En todos los casos, las autoridades
justificaron su decisión por el continuo descenso de los indicadores de
inflación. Por el contrario, el Banco de Japón mantuvo su tasa de interés de
referencia en 0,25%, tras los incrementos aplicados en marzo (hasta el 0%-0,1%)
y en julio (hasta el 0,25%) del presente año.
10 Se trata de su tercer
ajuste a la baja en el 2024, para un total de 75 p.b. Además, en marzo pasado
el BCE anunció que a partir de setiembre guiará su política monetaria con la
tasa de la facilidad de depósito, en lugar de la tasa aplicable a las
operaciones principales de financiación, que se empleaba previamente.
En las economías
emergentes, la mayoría de las latinoamericanas continuó durante setiembre y
octubre el proceso de reducción de sus tasas de interés de referencia. Chile,
México, Costa Rica recortaron sus tasas de interés en 25 p.b., para ubicarlas
en 5,25%, 10,5%, 4,0% y 6,5%, en ese orden, mientras que Colombia redujo su
indicador en 50 p.b. hasta 10,25%. Mención aparte merece Brasil, que aumentó su
tasa de referencia en 25 p.b. hasta 10,75%; el banco central atribuyó ese
incremento a una brecha del producto positiva, proyecciones de inflación más
altas y el desanclaje de las expectativas de inflación. Por su parte, China
redujo sus tasas preferenciales de préstamos a 1 y 5 años en 25 p.b. hasta 3,1%
y 3,6% respectivamente.

Los mercados financieros
internacionales mostraron una relativa calma durante la primera mitad del año;
sin embargo, en agosto hubo un episodio de alta volatilidad que se corrigió
gradualmente en las semanas posteriores.
Los mercados bursátiles
registraron una alta caída a inicios de agosto, que comenzó con el desplome del
índice accionario Nikkei 225 (caída de 12,4% según Bloomberg) en la bolsa de Japón
y se extendió a los mercados de Europa y Estados Unidos (Gráfico 4.A). Según
los analistas, este evento fue impulsado por: a) la preocupación de una posible
recesión en Estados Unidos, ante los resultados del mercado laboral de julio,
b) la incertidumbre sobre la evolución de las acciones de las empresas
tecnológicas y c) la fuerte apreciación del yen y el aumento en la tasa de
interés de política monetaria de Japón, que afectaron las operaciones de
arbitraje de tasas de interés ("carry trade")11. Como
resultado, el VIX, indicador que mide la volatilidad esperada en los mercados
financieros en los próximos 30 días, se ubicó en 38,612 (Gráfico
4.B), su nivel más alto desde principios del 2020.
11 Estrategia que consiste
en pedir prestado en un lugar donde las tasas de interés son bajas y colocar
los recursos en otro lugar en activos con un rendimiento neto mayor. En este
caso, los agentes económicos que tomaron préstamos en yenes y colocaron los
fondos en activos en dólares, optaron por vender sus tenencias de activos para
cubrir los mayores costes de estas operaciones resultantes del cambio en la
tasa de política monetaria en Japón y de la apreciación del yen con respecto al
dólar estadounidense.
12 Valores superiores a 30
se asocian con una alta volatilidad e inferiores a 20 con períodos de relativa
calma o estabilidad. Valores entre 20 y 30 se consideran de volatilidad
moderada.
Luego de este episodio de
alta volatilidad, los mercados financieros se recuperaron de forma gradual y
los principales índices accionarios en Estados Unidos iniciaron una tendencia alcista,
acompañados de una baja volatilidad. Durante este período, hubo leves
retrocesos en los indicadores debido a preocupaciones sobre los resultados del
mercado laboral de Estados Unidos en agosto13 y a la intensificación
de las tensiones geopolíticas en Medio Oriente. Aun así, en lo que transcurre
de octubre (al 10), el VIX registró un valor promedio de 20,5 (relativa estabilidad),
apoyado por el comienzo de la flexibilización de la política monetaria del Sistema
de la Reserva Federal y el anuncio de nuevas medidas de estímulo monetario en China.
13 La publicación del
informe de empleo de agosto reveló que las nóminas no agrícolas aumentaron sólo
en 142.000 empleos, significativamente por debajo de los 161.000 previstos.

La actividad económica
mundial continuó en crecimiento, si bien con importantes diferencias entre las
principales economías (Gráfico 5.A). Los indicadores de corto plazo más
recientes brindan señales mixtas.
En el tercer trimestre,
Estados Unidos creció a una tasa anualizada de 2,8% (primera estimación)14
lo cual significó una revisión a la baja en relación con el segundo trimestre (3,0%).
Esta desmejora fue resultado de una desaceleración en la acumulación de
inventarios y una disminución de la inversión residencial. Estos movimientos
fueron parcialmente compensados por la aceleración de las exportaciones y del
gasto de los consumidores y del gobierno federal.
14 En el gráfico 5.A, para
fines comparativos, los datos se incluyen en términos interanuales. La
variación en el tercer trimestre del 2024 fue de 2,7% y de 3,0% en el segundo
trimestre.
En ese mismo lapso, el
producto interno bruto (PIB) de la zona del euro registró una variación interanual
de 0,9% (0,6% en el segundo trimestre). China, por su parte, creció 4,6% (4,7% en
el trimestre previo). La producción de esta última economía ha sido afectada
por la demanda interna (presiones deflacionistas), las tensiones comerciales
con Estados Unidos y la zona del euro, y la crisis inmobiliaria.
Los indicadores adelantados
de corto plazo brindan señales disímiles sobre la actividad económica. En
setiembre, el Índice compuesto de gerentes de compra (PMI, por sus siglas en
inglés) mostró una reducción tanto para las economías avanzadas como las
emergentes, aunque aún se encuentran en zona de expansión (Gráfico 5.B).
Particularmente, en China, la zona del euro y, en menor medida, en Estados
Unidos, dicho índice continuó en setiembre una senda decreciente, explicada por
una menor demanda de bienes y servicios, y un deterioro de las perspectivas
empresariales (en los dos últimos). El indicador registró valores de 54, 50,3 y
49,6 en ese orden (54,6, 51,2 y 51 en agosto).




Otros indicadores
adelantados para Estados Unidos y China brindaron señales mixtas (Gráfico 6).
En el primero de estos países, los resultados de setiembre en el índice de confianza
del consumidor y la tasa de desempleo fueron positivos, mientras que, la producción
industrial y las ventas minoristas mantuvieron su tendencia a la baja. Por su
parte, en China, la confianza del consumidor se ha mantenido relativamente
estable, aunque muy por debajo de los niveles prepandémicos, y las ventas
minoristas siguen desacelerándose, pero la tasa de desempleo y la producción
industrial mostraron mejores resultados que en
el mes previo. En este contexto, el Banco
Popular de China anunció, a finales de setiembre, medidas de estímulo monetario15
para tratar de alcanzar el objetivo de crecimiento de 5%.
15 Entre las medidas
destacan: a) flexibilización de reglas para la compra de viviendas, b)
reducción en los costos de endeudamiento con hipotecas, c) disminución del
coeficiente de reservas obligatorias y d) emisión de bonos soberanos
especiales.
1.2 Economía local:
actividad económica, mercado laboral, balanza de pagos y finanzas públicas
La actividad económica
crece a una tasa relativamente alta, sobre todo si se le compara con el
crecimiento de los principales socios comerciales del país, aunque se
desacelera con respecto a lo observado el año previo.
En el tercer trimestre del
2024, el PIB de Costa Rica aumentó 4,0% en términos interanuales (Gráfico 7),
en tanto que su variación trimestral anualizada fue de 3,9%. Con esto, mantuvo la
tendencia a la desaceleración en su ritmo de crecimiento observado desde la
segunda mitad del año anterior. No obstante, aún es superior al crecimiento
promedio histórico registrado en el periodo 2010-2019 (3,8%) y al de sus socios
comerciales en el 2023 y 2024 (estimado en 2,6% y 2,1%, respectivamente).
Al igual que en periodos
previos, el buen desempeño de la producción en el periodo en comentario estuvo
influido en buena medida por la demanda externa, en particular por las exportaciones
de bienes del régimen especial y de servicios, así como por la aceleración en la
formación bruta de capital en el sector privado (principalmente en equipo de
transporte) y de proyectos de infraestructura vial y eléctrica en el sector
público.

El consumo privado continuó
en desaceleración, pero dicho comportamiento fue compensado por la aceleración
en el consumo público y la formación de capital.
El consumo privado creció
3,0% interanual (3,9% el trimestre previo), coherente con la moderación en el
ritmo de crecimiento del ingreso disponible real de los hogares, en parte por
las menores presiones deflacionarias, con lo cual mantuvo la desaceleración
registrada en la primera mitad del año. Por tipo de bien y servicio, destacó el
mayor aporte al crecimiento del consumo de servicios financieros y seguros,
alquiler de vivienda, productos alimenticios, servicios de salud, prendas de
vestir, transporte y comidas fuera del hogar
(Gráfico 8).

El consumo público aumentó
0,7% interanual16 y continuó con la aceleración observada en los
trimestres previos. Este comportamiento es explicado por un aumento en la
contratación de plazas en varios ministerios (entre ellos, Educación pública,
Planificación y Seguridad), así como en el Tribunal Supremo de Elecciones y en
el Poder Judicial. Adicionalmente, hubo un aumento en las compras de bienes y
servicios para educación y para la atención de salud.
16 Este incremento en el
gasto público es congruente con la aplicación de la regla fiscal.
La formación bruta de
capital aumentó 5,3%, con lo cual acumuló tres trimestres consecutivos de
aceleración. Dicho comportamiento es producto de la mayor inversión en equipo
de transporte (de personas y mercancías) y maquinaria industrial vinculadas con
empresas de la industria médica y de tecnología. En este resultado destaca el
aumento en nuevas construcciones del sector público en proyectos de generación
eléctrica y obras de infraestructura vial ejecutadas por el Consejo Nacional de
Vialidad y las municipalidades.
Esta adición de bienes de capital estimula la
producción de forma contemporánea e incrementa la capacidad futura de
crecimiento económico.
Las exportaciones se aceleraron, impulsadas por la
manufactura de los regímenes especial y definitivo, y por las ventas de
servicios informáticos y empresariales.
Las exportaciones de bienes
aumentaron 7,5%, con un crecimiento diferenciado por tipo de régimen. Las del
régimen definitivo crecieron 3,0% en tanto que las del especial aumentaron 9,9%.
Por tipo de bien, sobresalieron las ventas de carne de vacuno, productos
lácteos, café, hilos conductores de cobre, láminas de acero y piña.
Por su parte, las
exportaciones de servicios crecieron 3,9% debido a la demanda por servicios informáticos
y empresariales proporcionados por el régimen especial. Además, hubo un aumento
de 1,8% en el ingreso de turistas (9,4% un año atrás).
Las importaciones
presentaron un comportamiento congruente con el desempeño de la demanda interna
(consumo e inversión). El aumento en las importaciones de bienes (4,1%) guarda
relación con las compras de vehículos, productos alimenticios y equipo de
transporte (de personas y mercancías). En el caso de los servicios, su
incremento (7,8%) fue explicado, principalmente, por los servicios relacionados
con el turismo emisor.
Por tipo de régimen, la
contracción de las compras de empresas del régimen especial fue menor con
respecto a la primera parte del año, vinculadas en particular con la industria
del plástico y materiales de construcción, en tanto que las del régimen definitivo
se desaceleraron.
La mayoría de las
actividades económicas se desaceleraron en el tercer trimestre del 2024, pero
este comportamiento fue más acentuado en la producción agrícola y en hoteles y restaurantes.
La construcción fue la única actividad que se contrajo (Gráfico 9).
El crecimiento de la
actividad agropecuaria fue de 0,5% (3,2% un año atrás). Esta desaceleración se
explica, mayormente, por la menor producción de café en grano y arroz, en parte
compensado por el incremento en la producción de bienes exportables como piña, raíces,
tubérculos y banano, en conjunto con la demanda interna por carne de vacuno y huevos.
Las condiciones
climatológicas imperantes (exceso de lluvia) desde la segunda parte del 2023 impactaron
negativamente la producción de café (caída y daños en el fruto). Por su parte,
la reducción de la producción de arroz se relaciona, principalmente, con la
caída en la cantidad de hectáreas sembradas. Según información de la
Corporación Arrocera Nacional (Conarroz) a julio del presente año17,
en el periodo 2023-2024 la cantidad de hectáreas de siembra previstas son
inferiores en 10.498 (43%) a las del periodo 2022/2023. Con ello, se mantendría
el comportamiento a la baja observado el año anterior en esta variable.
17 Corporación Arrocera
Nacional. Boletín julio 2024. Según el Informe Anual Estadístico
2021/2022 y el Informe Anual Estadístico 2022/2023 de esa entidad, en el
bienio 2022/2023, la producción de arroz disminuyó 33% con respecto al periodo
2022-2021, lo cual guarda relación con la caída en las hectáreas sembradas en
ese mismo lapso (31,3%) y, en menor grado, con la reducción en el rendimiento,
que pasó de 59 sacos (de 73,6 Kg) por hectárea a 57,7. Paralelamente, las
importaciones de este producto aumentaron 40,6% en el 2022/2023.
La producción de hoteles y
restaurantes aumentó 3,9% (7,8% en el tercer trimestre del 2023). Este
crecimiento estuvo determinado, principalmente, por la demanda externa por
estos servicios, dado el aumento observado en el turismo receptor (zonas
costeras y algunas zonas turísticas de montaña), aunado al crecimiento de la
demanda interna por los servicios de restaurantes (especialmente, cadenas de
comida rápida, servicios de alimentos especializados para grupos corporativos y
eventos empresariales en instalaciones hoteleras).

La construcción registró
una caída interanual de 0,8% que contrasta con el incremento observado en igual
periodo un año atrás (20,7%). Esta contracción es explicada por la evolución de
las construcciones con destino privado, particularmente con el desarrollo de proyectos
residenciales (construcción de viviendas de interés social, viviendas para
ingresos medios y altos, y edificios residenciales) y de infraestructura
complementaria para urbanizaciones y tapias. Lo anterior fue atenuado por el
aumento en la construcción de
edificaciones no residenciales,
principalmente naves industriales, edificios de oficinas y estacionamientos.
Contrario a lo observado
con las construcciones privadas, las públicas continuaron con la recuperación
observada desde el segundo trimestre del actual año debido a la mayor ejecución
en proyectos de generación eléctrica18, obras de infraestructura
vial del Consejo Nacional de Viabilidad (Conavi) y edificaciones del Programa
de Integración Fronteriza.
18 Proyecto Geotérmico
Borinquen en Guanacaste.
La manufactura y los
servicios empresariales crecen a tasas robustas. La actividad comercial se
desaceleró y crece a menor ritmo que la producción total.
La manufactura mantuvo en
el tercer trimestre del 2024 un crecimiento por encima de 5%. Al igual que en
periodos previos, este comportamiento se explica por el impulso proveniente de
la producción de empresas del régimen especial junto con el incremento en la
producción fabril de empresas del régimen definitivo, particularmente de
productos alimenticios (carne de pollo, de vacuno, azúcar, productos de
panadería y productos lácteos)19.
19 En el tercer trimestre
del 2024, la producción de la actividad manufacturera del régimen especial y
definitivo creció 9,9% y 1,8% respectivamente (17,1% y 0,7% en igual periodo
del 2023).
Los servicios empresariales
crecieron 6,7% impulsados por la demanda vinculada a actividades del régimen
definitivo (servicios de publicidad, alquiler de vehículos y servicios de
seguridad), aunado a la demanda externa por servicios de empresas ubicadas en
el régimen especial (de apoyo a empresas, investigación y desarrollo, servicios
administrativos a empresas y de pruebas de laboratorio para análisis de
calidad). En contraste, hubo una menor oferta de servicios de estudios de
mercado y diseño técnico.
La actividad de comercio y
reparación creció 3,1%, influida por el desempeño de las actividades de
manufactura y hoteles y restaurantes, dado el alto encadenamiento entre ellas. Por
tipo de bien, destacaron las mayores ventas de vehículos, productos
farmacéuticos, textiles y productos eléctricos.
Las actividades financieras
y de seguros, transporte y almacenamiento, información y comunicaciones, y el
resto de las actividades se aceleraron en comparación al tercer trimestre del
año anterior. Las tres primeras crecieron a tasas superiores al PIB.
La actividad de servicios
financieros y de seguros se aceleró con respecto al trimestre previo y al mismo
trimestre del año pasado, con un crecimiento de 6,7%. Este resultado se vincula
con el incremento en: i) el servicio de intermediación financiera, debido
principalmente al aumento de los depósitos a la vista, ii) las comisiones
explícitas que cobran las entidades financieras, particularmente por el uso de
tarjetas de crédito y débito, así como por el cambio y, iii) el incremento en
los ingresos asociados a los servicios de seguros.
La actividad de transporte
y almacenamiento creció 7,7% como resultado del aumento tanto en la producción
de servicios de apoyo al transporte como en los servicios de transporte (de taxis
y carga de mercancías), asociados a la movilidad de bienes por comercio
exterior y al ingreso de turistas por vía aérea.
El relativo buen desempeño
de la actividad de información y comunicaciones (6,2%) es explicado por la
demanda externa por servicios de informática de empresas del régimen especial
(específicamente, apoyo técnico, desarrollo de programas informáticos y
servicios de consultoría informática). Adicionalmente, hubo una mayor actividad
productiva de servicios de televisión convencional, telefonía móvil e internet.
Finalmente, el resto de las
actividades también creció por encima de lo observado en el tercer trimestre
del año pasado, aunque su variación fue de solo 1,7%. Dentro de este grupo
destacó el aumento en la producción de la actividad inmobiliaria, asociado al
aumento en los servicios brindados por las administradoras de los parques de
zona franca, así como un comportamiento positivo de los alquileres de empresas
del régimen definitivo, mientras que en el caso de los otros servicios, destacó
el aumento en las actividades deportivas, de esparcimiento y juegos de azar, lo
que fue atenuado parcialmente por la reducción en los servicios de reparación
de computadoras, actividades de entretenimiento y servicios de lavandería.
Los indicadores de
confianza del consumidor evidencian perspectivas más optimistas sobre la
economía nacional.
En el tercer trimestre del
2024, el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) elaborado por la Universidad
de Costa Rica se ubicó en 51,7 (6,4 puntos más que en el trimestre previo), con
lo cual mantuvo la tendencia al alza observada desde la segunda mitad del 2020
y, además, retomó los valores superiores a 50 puntos (Gráfico 10).
El ICC se subdivide en dos
subíndices, asociados con la percepción del entorno económico actual y de la
opinión sobre el futuro. En esta ocasión, ambos aumentaron con respecto al trimestre
previo.
El informe del ICC señala
que, en esta oportunidad, hubo un mayor incremento en la confianza de algunos
grupos que típicamente tienden a ser menos optimistas. En particular, destaca
que el mayor incremento en la confianza se dio, según el nivel de ingreso de
los encuestados, entre quienes perciben un ingreso menor a ?500 mil y, por
nivel educativo, los que tienen primaria o menos.
De manera similar, el
Índice de Confianza del Agente Económico calculado por el BCCR20 se
ubicó en 60,7 puntos (6,1 puntos más que en el trimestre previo) y acumuló seis
trimestres consecutivos al alza y en valores superiores a 50 puntos.
20 Los encuestados son
académicos vinculados al área económica, analistas económicos y financieros, y
empresarios.
Los índices de confianza
empresarial también reflejan una mejora en las perspectivas sobre el desempeño
de la economía. En particular, el índice global de expectativas empresariales subió
0,8 puntos con respecto al trimestre previo, en tanto que el índice empresarial
de confianza calculado por la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del
Sector Empresarial Privado (Uccaep) bajó 0,2 puntos, pero continúa en valores
que denotan optimismo.

La tasa de desempleo
mantiene el comportamiento a la baja y registra un valor mínimo histórico.
En agosto, la tasa de
desempleo21 se ubicó en 6,7%, valor mínimo registrado desde
setiembre del 2010 cuando inició el seguimiento del mercado laboral con base en
la Encuesta Continua de Empleo (ECE)22. Asimismo, la tasa de
subempleo fue de 4,0%, valor similar al observado a lo largo del presente año
(Gráfico 11.A). Además de que el desempleo ha disminuido, su duración también
es menor; a agosto del presente año se concentró en periodos inferiores a tres
meses (Gráfico 11.B).
21 Este indicador relaciona
la población desempleada con la fuerza de trabajo. La población desempleada
está compuesta por la fuerza de trabajo que no tenía empleo en la semana de
referencia, aunque estaba disponible para participar en la producción de bienes
y servicios, y buscó empleo. La fuerza de trabajo es el conjunto de personas de
15 años o más que durante el período de referencia participó en la producción
de bienes y servicios o estaba dispuesta a hacerlo; está conformada por la
población ocupada y la desocupada.
22 Entre 2010 y 2019 (año
previo a la pandemia), la tasa de desempleo promedio fue de 9,9%.

El grupo de los
desempleados está compuesto, mayormente, por personas jóvenes con un nivel
educativo de secundaria o menos (Gráficos 11.C y 11.D). De los 162 mil
desempleados que registra la ECE a agosto, 35% son menores de 25 años y solo el
23,5% cuenta con estudios universitarios. Esto podría dificultar su acceso a un
empleo dado que las actividades más dinámicas en meses recientes suelen
demandar trabajadores con niveles educativos altos.
Según grupos de edad, la
tasa de desempleo muestra valores relativamente bajos, excepto en las personas
que tienen entre 15 y 24 años, que presentaron en agosto una tasa de 21,0%.
Este valor ubica a Costa Rica como uno de los países con mayor desempleo
juvenil entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos (OCDE)23, cuyo promedio es de 11,4%. En el
grupo de 25 años o más, la tasa de desempleo de nuestro país (4,9%) también es
superior a la media de los miembros de esa organización (4,1%), pero la
diferencia es menor que en el segmento de personas más jóvenes.
23 Dentro de la OCDE, en el
segmento de desempleo juvenil, Costa Rica solo es superada por España (24,7%), Estonia
(22,7%) y Suecia (22,1%).
La reducción del desempleo
se dio en un contexto de aumento en la ocupación y la participación laboral.
La cantidad de personas
empleadas a agosto fue de 2,24 millones, valor ligeramente superior al
registrado previo a la pandemia (febrero del 2020). Este resultado implicó una
tasa de ocupación de 53,3% (50,9% un año atrás).
El empleo creció tanto en
las ocupaciones formales como en las informales. Las primeras aumentaron 14,5%
con respecto al nivel prepandémico (Gráfico 12.A) en tanto que las segundas
muestran un comportamiento al alza desde principios del 2024, pero siguen por debajo
del nivel de febrero del 2020. En particular, el empleo informal a agosto
representó el 40,1% del empleo total.
Por niveles de
calificación, hubo un comportamiento al alza en todas las categorías, aunque destacó
el caso de los empleos de calificación alta, que presentaron un nivel casi 20%
mayor al de antes de la pandemia, mientras que el de calificación media y baja
se mantuvo ligeramente por debajo de dicho nivel (Gráfico 12.B).
La participación en el mercado
laboral también aumentó. La tasa neta de participación ascendió a 57,2% en
agosto (55,8% un año atrás), aunque todavía no ha recuperado el nivel prepandémico.
La mejora reciente en esta variable se asocia con el crecimiento de la
actividad económica, cercano al 4% anual, el aumento en los salarios reales y
la mayor confianza de los agentes económicos, aspectos que pueden incentivar a
que una mayor proporción de personas fuera de la fuerza de trabajo decida
entrar en el mercado laboral.

El ingreso real modera su
ritmo de crecimiento, aunque con diferencias entre grupos del mercado laboral
(Gráfico 13).
En lo transcurrido del
2024, los ingresos laborales han mostrado una moderación en su ritmo de
crecimiento, tanto en términos reales como nominales. Este comportamiento es
coherente con el desempeño de la actividad económica y la baja inflación.
Tal como se ha indicado en
informes previos, la dinámica de los ingresos reales según sectores
institucionales es heterogénea, pues mientras el ingreso real de los
trabajadores del sector privado ha aumentado alrededor de 10 p.p. con respecto
al nivel de febrero del 2020, el del sector público se estancó en 15 p.p. por
debajo del registrado en dicho periodo.

Según el nivel de
calificación, destaca la recuperación de los ingresos de los trabajadores de calificación
media y baja, en tanto que, en los trabajadores de calificación alta, el nivel
aún está por debajo del registrado antes de la pandemia. En este último grupo,
hay un comportamiento diferenciado entre quienes laboran en el sector público y
en el privado; para los primeros, el ingreso real es cerca de 20 p.p. inferior
al nivel prepandémico, mientras que para los segundos es superior en cerca de 6
p.p. con respecto a dicho nivel.
En resumen, el mercado laboral
muestra una mejora importante en términos no solo de un menor desempleo, sino
también de un aumento en la ocupación y en la participación laboral. Adicionalmente,
los ingresos reales de los trabajadores, especialmente del sector privado y en
las ocupaciones que requieren baja calificación, registran incrementos,
influidos tanto por la menor inflación como por el desempeño positivo de la
actividad económica24.
24 Como parte del
seguimiento macroeconómico, el BCCR analiza los cambios que ocurren en el
mercado laboral y procura incorporar productos que se generan de fuentes
distintas a la Encuesta Continua de Empleo. Por ejemplo, recientemente fue
publicada la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) 2024, cuyos
resultados, en general, guardan coherencia con las mejoras comentadas para los
indicadores del mercado laboral. Específicamente, el indicador de pobreza
alcanzó 18,0% en el 2024 (21,8% el año previo); la pobreza extrema disminuyó a
4,8% (6,3% en el 2023); mientras que la concentración del ingreso de los
hogares, medida con el coeficiente de Gini, fue de 0,492 puntos, con una
variación estadísticamente significativa con respecto al 2023 (0,502 puntos).
Si bien estos resultados
son alentadores, aún hay espacio para una mayor inserción de los trabajadores
jóvenes al mercado laboral, así como una mayor cobertura de la educación universitaria
y técnica especializada con el fin de cerrar las brechas existentes entre la
oferta laboral y la demanda de trabajo.
En el tercer trimestre del
2024, el déficit de cuenta corriente de la balanza de pagos con respecto al PIB
fue de 0,3%, razón inferior a la registrada un año antes. Esta brecha fue más
que financiada con flujos de capital de largo plazo, como ha sido usual en los
últimos veinte años.
En este periodo, la balanza
de bienes mostró un déficit de USD 937,7 millones (Cuadro 1), equivalente
a 1,0% del PIB (1,3% en igual lapso del 2023), resultado que combinó un incremento
interanual de las exportaciones e importaciones de 8,7% y 3,5%, respectivamente.
Las mayores exportaciones
de bienes estuvieron determinadas, primordialmente, por el crecimiento de las
ventas externas de las empresas del régimen especial (12,8%), en especial de
implementos médicos. Adicionalmente, hubo un repunte en las ventas del régimen definitivo,
que pasaron de una contracción de 2,7% en el tercer trimestre del 2023 a un aumento
interanual de 6,0% en este año, en mayor medida por la recuperación en las
ventas de bienes manufacturados.
Las importaciones de bienes
también repuntaron en este período, lideradas por el régimen definitivo sin
hidrocarburos, cuyas compras crecieron 8,5% después de un incremento casi nulo
en el mismo lapso del año previo (0,1%). Dentro de este grupo destacó el
crecimiento de 14,3% en las importaciones de bienes de consumo, con lo cual mantuvo el comportamiento
observado desde mediados del 202225, hecho congruente con el mayor crecimiento
económico y la apreciación del colón. Adicionalmente, las compras del régimen especial
crecieron 0,4% en términos interanuales después de cuatro trimestres
consecutivos de contracción, impulsadas por la adquisición de materias primas y
materiales de construcción.
25 En los últimos 8
trimestres las importaciones de bienes de consumo han mostrado una variación
interanual media del 15,7%.
La factura petrolera
ascendió a USD 496,7 millones que representó una contracción interanual
de 22,2%. Lo anterior debido al efecto combinado de una reducción tanto en el precio
medio de la mezcla de hidrocarburos como de la cantidad de barriles importados (17,7%
y 5,4% respectivamente).

La cuenta de servicios
registró un superávit de USD 2.306,6 millones, lo que significó una razón
de 2,4% con respecto al PIB (2,5% del PIB en el 2023) y un aumento interanual
de 6,0%. Esto como resultado del incremento de los ingresos netos de la cuenta
de viajes, de los servicios de apoyo empresarial y de informática e
información, que crecieron 8,1%, 4,2% y 5,2% en el orden respectivo.
Los altos flujos de
inversión directa incidieron en mayor medida en el crecimiento del resto del
ingreso primario, principalmente por el incremento de las utilidades
reinvertidas de las empresas ubicadas en los regímenes especiales, mientras que
los intereses de la deuda pública externa aumentaron 4,3%. En conjunto, estos
movimientos implicaron egresos netos por la retribución a los factores
productivos (ingreso primario) de USD 1.769,4 millones, con un aumento
interanual de 11,0% y una relación con respecto al PIB de 1,9% (1,8% del PIB en
el 2023).
En el tercer trimestre del
2024, el país recibió financiamiento externo equivalente a 0,6% del PIB, razón
levemente inferior a la observada en el año previo, pero suficiente para financiar
el déficit de la cuenta corriente y propiciar un incremento de los activos de reserva
de 0,3% del PIB.
El financiamiento externo
fue dirigido mayormente al sector privado (0,5 p.p. del PIB), mientras que el
sector público registró un ingreso neto de recursos de 0,1 p.p. del PIB. En el primer
caso, los influjos de ahorro externo estuvieron vinculados a la inversión
directa, la cual mostró una variación interanual de 20,5% y ascendió a 1,2% del
PIB (1,1% del PIB en el mismo período del año anterior). Como ha sido usual en
los últimos años, la mayoría de la inversión directa fue canalizada a la
industria manufacturera, en particular a empresas de implementos médicos y de
alta tecnología. El Recuadro 1 de este informe examina la relación entre la
inversión directa y la industria de implementos médicos, que tiene actualmente
gran relevancia en la estructura productiva del país.
El resultado observado en
el sector público se asocia con el financiamiento externo neto de los bancos
públicos (0,2 p.p. del PIB), en particular, por la caída de activos en el
exterior. Dichos movimientos fueron parcialmente compensados por las salidas de
recursos por las amortizaciones de compromisos externos del Gobierno General
(0,1 p.p.), en contraste con la casi nula suma de desembolsos de deuda pública
externa recibidos en este mismo lapso, toda vez, que la mayoría de los
desembolsos programados para el 2024 se realizaron en el primer semestre del
año.
El ahorro externo permitió
financiar la brecha negativa conjunta de las cuentas corriente y de capital,
acumular activos de reserva en torno a 0,3% del PIB y alcanzar al término de
setiembre un saldo de USD 14.205,3 millones (15,0% del PIB). En este
contexto, el indicador de seguimiento de reservas internacionales netas (IR) se
ubicó en 147,0%, monto que está dentro del rango que se considera adecuado
según la metodología adoptada por la Junta Directiva del BCCR en marzo del
2023.
En términos de otros
indicadores, este monto de reservas equivale a 8,3 meses de las importaciones
de bienes del régimen definitivo y 2,5 veces de la deuda externa total de corto
plazo del país.
Recuadro 1. Inversión
directa y su vínculo con la actividad de dispositivos médicos
Costa Rica es una economía
pequeña de ingreso medio alto que ha propiciado una estrategia de crecimiento
basada en la apertura a la inversión extranjera y en la liberalización gradual del
comercio26. Este enfoque propició un fuerte vínculo entre el
desempeño productivo del país con la evolución de la actividad económica de los
principales socios comerciales y con los flujos de ahorro externo en sus
distintas modalidades, en particular, los asociados a la inversión directa (ID)27.
26 Véase https://www.bancomundial.org/es/country/costarica/overview visitada el 11 de octubre de 2024.
27 La inversión directa
también es conocida como inversión extranjera directa (IED).
La ID es una categoría de
la inversión procedente del resto del mundo caracterizada por un inversionista
no residente (inversionista directo) que posee 10% o más del capital social de una
unidad económica establecida en Costa Rica (conocida como empresa de inversión directa),
con el fin de ejercer un control o grado significativo de influencia en la
gestión de la empresa28. Esta categoría incluye los componentes de
recursos suministrados mediante: a) la suscripción de nuevo capital de la casa
matriz u otras empresas hermanas, b) la deuda otorgada dentro la estructura de
la multinacional y c) la reinversión de utilidades.
28 Una participación
superior al 50% implica que el inversionista directo tiene control de las
decisiones de la empresa; en tanto, un grado significativo de influencia tiene
lugar cuando esa razón va desde el 10% hasta el 50% de los votos de la
organización.
El proceso de construcción
y divulgación de las cifras de ID del Banco Central de Costa Rica (BCCR) consta
de tres etapas que inician con las cifras preliminares y finalizan con las definitivas.
Las tres etapas del procedimiento son: 1) cifras preliminares, a partir de una muestra
trimestral de empresas, 2) revisión de las cifras, a partir de la incorporación
de respuestas rezagadas, empresas encuestadas en forma anual, registros
administrativos como los informes de operaciones de las empresas de los
regímenes especiales y la Encuesta
Coordinada de Inversión Directa del FMI29
y, 3) conciliación entre las cuentas internacionales y nacionales, como
resultado de la armonización de la cuenta del resto del mundo, los cuadros de
oferta y utilización, y las cuentas económicas integradas.
29 La ECID es una
iniciativa mundial de recopilación de datos impulsada por el FMI, con el
objetivo de mejorar la calidad de las estadísticas de ID, la disponibilidad de
estas, y la reducción de asimetrías a nivel internacional mediante la
comparabilidad con los países de contraparte.
Evolución de la inversión
directa en Costa Rica y su importancia para la economía costarricense
Los montos, destinos y las
actividades económicas vinculadas con la inversión directa han experimentado
cambios significativos con el paso de los años. Esto queda de manifiesto con las
relaciones de ID con respecto al PIB. Entre 1950 y 1999, los flujos de ID y el
déficit de cuenta corriente de la balanza de pagos representaron en promedio
1,8% y 5,5% del PIB, respectivamente (Gráfico 1.1).
La relación de la ID a PIB
aumentó a 5,6% en el periodo 2000-2023 y, financió 1,8 veces el déficit de la
cuenta corriente, lo que ha permitido el financiamiento sostenible de ese
déficit con recursos de mediano y largo plazo, en concordancia con el objetivo
de estabilidad externa de la moneda nacional.30
30 De acuerdo con el
artículo 2 de la Ley Orgánica del Banco Central de Costa Rica.
Adicionalmente, la ID en
términos per cápita pasó de USD 186 en el 2000 a USD 913 en el 2023.
De estos flujos, en promedio, un 45% correspondió a utilidades reinvertidas,
38% a nuevas participaciones de capital y 17% a financiamiento entre empresas
relacionadas.
Los datos de flujos de ID
por actividad económica se encuentran disponibles para el periodo 2017-2021.
Durante este lapso, en promedio, las actividades económicas de manufactura y servicios
fueron las que más recibieron ID, con el 60% y 16% del total de los flujos de
ID, respectivamente; el 24% restante corresponde a otras actividades
económicas.


En la manufactura destacan
las empresas de dispositivos médicos y electrónica de alta tecnología; mientras
que en los servicios sobresalen los suministrados a distancia a no residentes
mediante plataformas tecnológicas, de información y comunicación.
Para el lapso 2017-2021,
las empresas de ID en todas las actividades económicas aportaron en promedio el
23% del valor agregado de la producción y emplearon el 14% de las personas ocupadas
en el país. Particularmente, en manufactura, las empresas de inversión directa aportaron
59% del valor agregado y el 35% de la población ocupada en esa industria
(Cuadro 1.1).
En la última década,
aproximadamente el 59% de los flujos de inversión directa se han dirigido a
empresas en el régimen especial (zonas francas y perfeccionamiento activo)31.
Lo anterior, aunado con la estrategia de integración comercial y
diversificación de productos y mercados, ha aumentado el valor y la variedad de
la oferta exportable del país32. Este comportamiento ha contribuido
a incrementar la disponibilidad de divisas en el mercado cambiario costarricense33.
31 Véase Recuadro 1 Los
regímenes especiales de producción en Costa Rica, IPM enero 2023.
32 Véase Recuadro 1. Hechos
estilizados de la reducción del déficit de la cuenta corriente de la balanza de
pagos, IPM abril 2024.
33 Véase Recuadro 2.
Resultados de la balanza cambiaria para Costa Rica: 2020-2023, IPM abril 2023.
La actividad de
dispositivos médicos como receptora de inversión directa en Costa Rica
En la manufactura, la
actividad de dispositivos médicos es una de las mayores receptoras de flujos de
inversión directa34. En el 2000, esta industria contaba con ocho
empresas que generaban unos 1.500 puestos de trabajo directos; para el 2022 el
número de empresas aumentó a 86 (Gráfico 2.2) y la generación de puestos de
trabajo directos a 50.500. Esto propició un crecimiento extraordinario de sus
exportaciones (Gráfico 2,2). El país tardó 22 años (entre 1998 y 2019) para
alcanzar los USD 3.528 millones (5,5% del PIB) de exportaciones de
dispositivos médicos pero estas exportaciones se duplicaron en tan solo cuatro
años hasta los USD 7.384 millones (8,5% del PIB) en 2023. Hoy uno de los
dispositivos médicos, catéteres en específico, es el principal producto de
exportación de Costa Rica.
34 Para el periodo
2012-2022, en promedio, los flujos de ID de las empresas de dispositivos
médicos representaron el 20,9% del total.
¿Cuánto de este aumento en
las exportaciones puede asociarse a un legítimo incremento en el valor
agregado? Mora y Pearson (2024) utilizan un modelo de ascenso en la cadena
global de valor (CGV) de dispositivos médicos para responder a esta pregunta35.
A continuación, se resumen los principales hallazgos:
35 El modelo de ascenso en
la CGV de dispositivos médicos utilizado es el propuesto por Bamber y Gereffi
(2013).
Conformación del
conglomerado. Costa Rica comenzó su
participación en la CGV de los dispositivos médicos en 1987 cuando Baxter
inició operaciones en Cartago. Posteriormente, el conglomerado se reforzó con
el ingreso de 86 suplidores y fabricantes de piezas originales (OEMs, por sus
siglas en inglés). Este crecimiento fue impulsado en su mayoría por capital extranjero
de multinacionales estadounidenses que construyeron nuevos centros de operaciones
y manufactura en zonas francas del país. Para el 2022, 14 de las 30 principales
empresas mundiales de dispositivos médicos tenían centros de producción en
Costa Rica.36
36 La cantidad de empresas
y de empleo son datos de CINDE. Las 30 principales empresas de dispositivos
médicos proceden de MPO («The 2023 MPO Top 30 Medical Device Companies Report»
disponible en https://www.mpo-mag.com/heaps/view/11657/?nav=top_nav visitado el
11 de octubre de 2024).
Como todo fenómeno
multicausal, varios factores innatos y adquiridos facilitaron el ingreso de
esta cantidad de empresas. El factor innato es la ubicación estratégica de
Costa Rica respecto a Estados Unidos, que es el principal destino de nuestras
exportaciones de dispositivos médicos. Factores adquiridos incluyen la continua
inversión en capital humano (que data del siglo XIX), estabilidad económica,
política y social, un modelo de apertura comercial, y beneficios fiscales
otorgados a las empresas que se adhieren al régimen de zonas francas. Pero en
los últimos años, el ingreso de OEMs y suplidores forma parte de una espiral que
se retroalimenta por la consolidación del conglomerado y la misma presencia de
otras OEMs y suplidores en el país.

Mejora funcional. También existió una mejora funcional, al producir en segmentos cada vez de
mayor valor agregado. Así, se ha generado una diversificación de los segmentos
del mercado de dispositivos médicos fabricados en Costa Rica, que se aceleró
entre 2001 y 2012, cuando el país pasó a tener presencia de 6 a 15 segmentos,
pero esta participación se ha moderado en tiempos recientes, cuando se
agregaron solo dos segmentos adicionales. Esta diversificación también se ha
producido de forma intensiva, con un aumento del número de empresas en cada
segmento de mercado a lo largo del tiempo, que exportan dispositivos cuya manufactura
es de complejidad creciente.
La complejidad del tipo de
dispositivo médico exportado también aumentó. Como los fabricantes tienden a especializarse en uno o varios segmentos
de mercado, la entrada de una nueva empresa incrementa el tipo de dispositivos
que se exportan. En 1987, Costa Rica exportaba sistemas para la administración
de medicamentos, un dispositivo desechable de alto volumen y bajo costo, aunque
igualmente sujeto a altos estándares de producción y controles de calidad. En
el 2010, inició la producción de válvulas cardiacas biológicas, un dispositivo
insertable en el corazón que se utiliza para apoyar, sostener y prevenir el
deterioro de la salud humana. Por su alto riesgo para los pacientes requiere de
los más estrictos controles regulatorios. En el 2014, Costa Rica incursionó en
la categoría de equipo de capital, que son dispositivos que se adquieren una
vez, pero se utilizan múltiples veces (como los ultrasonidos).
Ingreso de suplidores
estratégicos. Un factor crítico que ha permitido
el ascenso en la CGV de dispositivos médicos ha sido la identificación e
incorporación de etapas intermedias de producción que son estratégicas. En
particular, haber atraído procesos de esterilización y recubrimientos permitió
que los dispositivos salieran de Costa Rica directamente al comprador con el
mayor valor agregado posible.
Los encadenamientos con
empresas locales, aunque limitados, existen y han ido en aumento (Monge-González, 2022). Los encadenamientos describen la acción cuando
una empresa se vuelve proveedora de otra empresa, y aumentan el valor agregado
doméstico de una industria al realizar en el país una fracción mayor de los
procesos productivos involucrados en el producto que se exporta. En Costa Rica
existen esfuerzos institucionales para acrecentar los encadenamientos entre
OEMs y empresas domésticas, en las etapas de manufactura y de investigación y
desarrollo, que han facilitado el emparejamiento entre empresas.
Mejora de procesos
productivos. La evolución del proceso describe las mejoras
en la eficiencia de los sistemas de producción. La industria de dispositivos
médicos es altamente regulada debido a las graves consecuencias de los errores
humanos y a la posibilidad de demandas por responsabilidad civil. Por ello, la
calidad del capital humano involucrado en la producción es esencial para el
éxito de las empresas. La existencia de una oferta relativamente abundante de
ingenieros bilingües (en comparación con México y Centroamérica) a un costo
relativamente bajo (con respecto a EE. UU.), ha facilitado la mejora interna de
procesos productivos, la reducción de costos y de tiempos de producción.
Además, el conglomerado se
ha consolidado en generación de habilidades, talento humano y suplidores
locales. En el 2022, la industria generó 50.500 puestos de trabajo directos. De
esta manera, las empresas de dispositivos médicos que se instalan hoy en Costa
Rica pueden recurrir a una reserva de talentos capacitada y con experiencia en
la producción de dispositivos médicos. Esto acorta la curva de aprendizaje de
la formación de nuevos profesionales e indudablemente reduce los costos de
formación de mano de obra.
Consideraciones finales
La industria productora de
dispositivos médicos en Costa Rica ha sido una de las principales receptoras de
inversión directa en el país. Su crecimiento y su ascenso en la cadena de valor
ilustran cómo el país ha logrado incrementar la diversidad y complejidad de sus
exportaciones, así como el aporte nacional en su valor agregado.
Se reconoce que las causas
del atractivo de Costa Rica como destino de este tipo de inversión son varias y
que en el futuro los incentivos fiscales podrían ser menos importantes, lo que impone
el reto de contribuir con políticas públicas de mejoramiento del capital
humano, la productividad y la eficiencia del país para continuar su atractivo
como receptor de Inversión Directa.
Referencias
Bamber, P., y Gereffi, G.
(2013). Costa Rica in the Medical Devices Global Value
Chain: Opportunities for Upgrading: Chapter 2. https://www.globalvaluechains.org/cggclisting/costa-rica-in-the-medical-devices-globalvalue-chain-pportunities-for-upgrading-chapter-2/.
Monge-González, R. y
Rivera, L. (2022). Cadenas Globales de Valor, encadenamientos productivos y
derrames de productividad. Ciencias de la Vida y Servicios Corporativos de Alta
Tecnología. Academia de Centroamérica.
Mora-García, C.A., y
Pearson, A. (2024). Costa Rica's enablers and bottlenecks in moving along
the medical devices global value chain. Documento de Trabajo N° 02-2024.
Departamento de Investigación Económica.
Banco Central de Costa Rica.
En los primeros ocho meses
del año el Gobierno generó superávit primario, pese a lo cual las finanzas
públicas mostraron un deterioro con respecto a igual periodo del 2023.
En ese lapso el Gobierno
Central registró un resultado primario y financiero equivalente a 0,9% y -2,6%
del PIB, respectivamente, que se compara con 1,4% y -2,0% generado en el mismo
periodo del año previo, en igual orden (Gráfico 14.A). Este desempeño menos favorable
obedeció al mayor incremento de los gastos totales y al bajo crecimiento de los
ingresos, específicamente de los tributarios (Gráfico 14.B).

Los ingresos totales
aumentaron 2,2% (-2,3% en agosto del 2023), lo cual significó una caída de 0,2
p.p. del PIB con respecto a los primeros ocho meses del año pasado. En
particular, los ingresos tributarios crecieron 1,4%, por debajo de lo observado
en el mismo lapso de los dos años anteriores, influidos por:
a. La caída en la
recaudación del impuesto a los ingresos y utilidades, específicamente el de
personas jurídicas del sector privado, fue de ?139 mil millones (0,3 p.p. del PIB).
De acuerdo con el Ministerio de Hacienda, dicho comportamiento se debió, en buena
medida, a la menor liquidación del periodo fiscal 2023 realizada en marzo del 2024
y al menor monto por concepto del primer pago parcial del periodo 2024 efectuado
en junio de este año. Dicha caída se concentró en el tramo de ingresos brutos
mayores a ?120,6 millones, en el cual se encuentra el 1% de las empresas que generan
el 65% de los ingresos de este rubro; en particular, en aquellas que según actividad
económica se clasifican en financieras y de seguros, y de transporte y almacenamiento
(Gráfico 15)37.
37 De acuerdo con la
normativa, el Ministerio de Hacienda calcula el monto correspondiente al pago
parcial de cada contribuyente. Ese pago es un adelanto del impuesto sobre la
renta que los contribuyentes deben realizar en junio, setiembre y diciembre
(artículo 22 de la Ley del Impuesto sobre la Renta). En ese sentido, los pagos
adelantados que se realizan en el periodo t están en función del pago del
impuesto de los años previos. En particular, se les aplica el promedio
aritmético de los últimos tres años o bien, el pago del año previo, el que resulte
más alto. Es posible que la apreciación cambiaria registrada en el 2023 haya
incidido en la liquidación del impuesto sobre la renta de ese año (de los
contribuyentes que reciben sus ingresos en dólares), que se realizó en marzo
del 2024, pero este tema requiere más estudio.
b. La reducción en la
recaudación del impuesto a la propiedad, específicamente el impuesto a la
propiedad de vehículos, que disminuyó en ?37,5 mil millones (0,1% del PIB 2024)
en comparación con el mismo periodo del 202338.
38 En este resultado
incidió el registro en la primera semana de enero del 2023 de ingresos base
efectivo por ?56.437 millones (0,1% del PIB 2023) por el impuesto a la
propiedad de vehículos que correspondían a la última semana del 2022. Además,
hubo otros efectos relacionados con la entrada en vigor de la Ley 10.390
"Modificación al impuesto sobre la propiedad de vehículos automotores,
embarcaciones y aeronaves" en octubre del 2023.
c. Las caídas anteriores
fueron compensadas por la recaudación de aduanas, con un crecimiento de 7,8%, y
del impuesto único a los combustibles (12,7%) que, conjuntamente, incrementaron
los ingresos en una décima del PIB.

El gasto total presentó a
agosto un crecimiento de 7,2%, muy por encima del 3,3% registrado en el mismo periodo
del 2023. Dicho comportamiento obedeció a:
a. El mayor crecimiento del
gasto primario (7,8% contra 2,2% a agosto del 2023)39, producto,
principalmente, del comportamiento de las partidas de remuneraciones, transferencias
corrientes y de capital.
39 El crecimiento
interanual del gasto primario en los primeros 8 meses del presente año fue
también superior al promedio para igual lapso en los últimos 5 años (2,3%).
Las remuneraciones
crecieron 6,5%, como resultado del compromiso asumido por el Ministerio de
Hacienda de pagar a los servidores públicos el monto retroactivo correspondiente
al aumento general a la base, pendiente desde el 2020. El importe pagado en el
2024 por este concepto fue de aproximadamente ?92.000 millones.
Las transferencias corrientes
y las de capital aumentaron 6,5% y 50,8%, respectivamente (1,3% y 3,5% doce
meses atrás, en su orden). En las primeras destacan los recursos girados a la
Caja Costarricense del Seguro Social y al Fondo Especial de Educación Superior,
mientras que en las de capital sobresalen los giros al Banco Hipotecario de la
Vivienda, a las Juntas de Educación y a la Comisión Nacional de Emergencias.
b. El pago de intereses de
la deuda fue de ?1,7 billones, equivalente a 3,4% del PIB, lo que significó un
incremento de 5,5% interanual, menor en comparación con igual periodo del 2023
y 2022 (6,2% y 11,9%, respectivamente)40.
40 Del total pagado a
agosto, 81,8% correspondió a intereses de deuda interna y el restante 18,2% a
deuda externa.
El saldo de deuda pública
del Gobierno Central creció a un menor ritmo que la actividad económica, por lo
cual la relación de deuda a PIB a agosto (60,8%) disminuyó con respecto tanto a
agosto del 2023 como al término de ese mismo año (Gráfico 16.A).

La mayor confianza de los agentes
económicos en la capacidad del Gobierno Central para atender sus obligaciones,
se manifestó, entre otros, en la reducción de las tasas de interés en el
mercado primario de deuda durante el tercer trimestre al año en curso41
y de la brecha entre el indicador EMBI para Costa Rica y para Latinoamérica
(Gráfico 16.B).
41 Para plazos entre 3 y 15
años la disminución fue de entre 33 p.b. y 47 p.b., en títulos en colones y
alrededor de 19 p.b. en títulos en dólares a 10 años.
Este último resultado
signifca que los bonos soberanos costarricenses son percibidos como "de menor
riesgo de impago" en comparación con los de algunos países con mejor calificación
crediticia.
1.3 Condiciones monetarias
El Banco Central estima que
el comportamiento de los agregados monetarios al término del tercer trimestre
del año no generará presiones inflacionarias que excedan la meta de inflación
en los próximos 24 meses.
Al término del tercer
trimestre42 del presente año la base monetaria aumentó 1,4% con respecto
a diciembre del 2023, variación determinada, principalmente, por la expansión monetaria
resultante de la compra neta de dólares efectuada por el BCCR en el mercado cambiario
y del pago de intereses sobre los instrumentos de captación en moneda nacional.
Esos movimientos fueron parcialmente compensados por la colocación neta de
bonos de estabilización monetaria y el aumento de los depósitos en el Mercado
Integrado de Liquidez (MIL).
42 Considera información
del BCCR y de los intermediarios financieros (preliminar) al 30 de setiembre
del 2024.Las tasas de crecimiento de los agregados monetarios y del crédito al
sector privado excluyen el efecto de la variación en el tipo de cambio.
El ahorro financiero,
aproximado por los agregados monetarios amplios, mostró al término de setiembre
tasas de variación coherentes con el crecimiento de la actividad económica y la
meta de inflación, por lo cual se considera que su comportamiento no incuba presiones
inflacionarias por encima de dicha meta.
La liquidez total y la
riqueza financiera crecieron, en promedio, a una tasa interanual en torno a
8,0%, en tanto que el medio circulante (M1) amplio se aceleró, de 4,3% en setiembre
del 2023 a 11,9% un año después, lo cual puso de manifiesto la mayor preferencia
de los ahorrantes por depósitos altamente líquidos en colones (Gráfico 17.A). Este
comportamiento es consecuente con el menor costo de oportunidad de mantener instrumentos
con bajo o nulo rendimiento, dada la reducción de las tasas de interés pasivas en
colones43 y con niveles de inflación negativos en los últimos 16
meses.
43 Las reducciones de la
TPM desde marzo del 2023 y hasta el 31 de octubre de 2024 (500 p.b.) se han
trasladado principalmente a las tasas pasivas y, en menor medida, a las tasas
activas.
La disminución de las tasas
de interés pasivas en colones, unida al comportamiento en las tasas pasivas en
dólares y las expectativas de variación en el tipo de cambio (según mercado),
ubicó el premio por ahorrar en moneda nacional en torno a -240 p.b., en promedio,
a finales de setiembre (Gráfico 17.B).
Los valores negativos del
premio por ahorrar en colones44 han incidido en la dolarización de
los depósitos a plazo. Al término de tercer trimestre, la participación
relativa del componente en moneda extranjera de dichos depósitos aumentó en 2,9
p.p. con respecto al mismo lapso del año previo (1,1 p.p. en la liquidez total45).
No obstante, si se compara con el segundo trimestre del 2024, este proceso de
dolarización se ha contenido, toda vez que la proporción del componente en
dólares en la liquidez y la riqueza financiera ha disminuido en torno a 0,2
p.p. (Gráfico 17.C).
44 Esto debido,
principalmente, al comportamiento de las expectativas de variación cambiaria,
toda vez que las tasas de interés nominales en colones son mayores a las correspondientes
en dólares.
45 En el caso de la riqueza
financiera la participación relativa del componente en moneda extranjera se ha mantenido
relativamente estable, en torno a 25%, en los últimos doce meses terminados en
setiembre del 2024.

El crédito al sector
privado (CSP) en moneda extranjera continúa con altas tasas de crecimiento,
pero desacelera.
El CSP creció al tercer
trimestre del 2024 a una tasa anual cercana a 8,0% (6,0% un año antes),
coherente con el crecimiento de la actividad económica y la meta de inflación46.
El crecimiento se observó tanto en moneda nacional como extranjera, pero fue considerablemente
mayor en esta última (Gráfico 18.A). Sin embargo, el financiamiento en moneda
extranjera evidencia una desaceleración en su ritmo de crecimiento.
46 El incremento gradual en
la profundización financiera lleva a que el agregado tienda a crecer a un ritmo
mayor que el crecimiento del PIB nominal.
La mayor demanda de crédito
en dólares ha sido consecuente con el encarecimiento relativo del financiamiento
en colones. Al finalizar el tercer trimestre, el comportamiento de las tasas activas
en colones y en dólares y la evolución de las expectativas de variación
cambiaria (mercado), llevó a que el costo en exceso por endeudarse en colones
fuera positivo y se ubicara en 48 p.b., menor al valor observado en el
trimestre previo (167 p.b.)47.
47 Esta reducción podría
haber influido en la desaceleración en el crecimiento del crédito en moneda
extranjera comentada previamente.
Como resultado del mayor dinamismo
del crédito en moneda extranjera, su participación relativa dentro del total
ascendió a 32,5% en el período en comentario, 1,1 p.p. por encima de lo
observado un año atrás (Gráfico 18.B), lo cual aumenta la exposición del
sistema financiero al riesgo cambiario, especialmente si el crédito se concede
a personas con exposición cambiaria48. Cifras a agosto del actual
año evidencian un aumento de 5 p.p.49 en la proporción del crédito
en moneda extranjera otorgado a deudores con exposición cambiaria.
48 Según el Reglamento
sobre Administración Integral de Riesgos (Acuerdo Sugef 2-10), a partir de
enero del 2023 el deudor de un crédito en moneda extranjera califica como "sin
exposición a riesgo cambiario" si dispone de una cobertura natural o financiera
contra ese riesgo, que debe cubrir al menos el 100% del servicio del crédito.
La cobertura natural ocurre cuando el deudor tiene un flujo regular de ingresos
en la misma moneda de la(s) operación(es), en tanto que la financiera ocurre si
dispone de un derivado financiero para cubrirla.
49 Dicha proporción pasó de
58,5% en agosto del 2023 a 63,5% en igual mes del 2024.

Según las fuentes y usos de
recursos, en los primeros nueve meses del año el crédito en moneda extranjera
fue atendido con recursos provenientes de la captación del público, en tanto
que, en colones, además del incremento en la captación, contribuyó la reducción
de la tenencia de títulos fiscales por parte de los intermediarios financieros,
aunque en menor medida. Por actividad económica, cerca de 50%50 del
crédito continúa concentrado en consumo y vivienda, hecho que aumenta la
exposición del sistema financiero y limita el financiamiento a otras
actividades.
50 En julio del 2024, el
crédito en colones se concentró en las actividades de consumo (43,5%) y
vivienda (28,7%), mientras que en dólares fue en servicios (27,0%), vivienda
(24,0%) y comercio (13,8%).
A agosto del presente año,
la morosidad del Sistema Financiero Nacional aumentó en comparación con en
igual mes del año previo. El indicador de mora regulatoria de la cartera crediticia
(morosidad mayor a 90 días o en cobro judicial) se ubicó en 2,8% (1,8% en
agosto del 2023). No obstante, el indicador de mora amplia del Sistema Bancario
Nacional (que incluye la mora regulatoria, los créditos liquidados y los bienes
recuperados) registró una ligera reducción, al pasar de 11,6% en agosto del
2023 a 11,3% en igual mes del año en curso51.
51 El indicador de mora
amplia se ubicó en febrero del 2020 (mes previo a la declaratoria de la pandemia
en Costa Rica) en 11,3%.
1.4 Inflación
En promedio, durante el
tercer trimestre del 2024 la inflación general alcanzó un valor positivo, que
constrasta con la tasa negativa del trimestre previo. De igual modo, la inflación
subyacente52, que se ha mantenido en valores positivos, también
aumentó con respecto al segundo trimestre del año en curso. Sin embargo, ambos
indicadores se mantuvieron por debajo del límite inferior del rango definido
alrededor de la meta de inflación.
52 La inflación subyacente
captura en mayor medida el efecto de factores internos de demanda sobre las
cuales tiene efecto la política monetaria. Para mayor detalle, ver la nota
técnica "Índices de inflación subyacente de Costa Rica (IIS2021)".
Durante el tercer trimestre
del 2024, la inflación general, medida con la variación interanual del Índice
de Precios al Consumidor (IPC), mostró tasas alrededor de cero, cuyo promedio fue
0,1% (-0,3% en el trimestre previo). Por su parte, los indicadores de inflación
subyacente registraron valores positivos con un promedio trimestral de 0,5%
(0,2% en el segundo trimestre). Particularmente, en setiembre pasado la
inflación general se ubicó en -0,1% y la subyacente en 0,5% (Gráfico 19.A),
ambos por debajo del límite inferior del rango alrededor de la meta de
inflación (3,0% ± 1 p.p.).

El retorno de la inflación
general a una tasa interanual promedio ligeramente positiva en el tercer
trimestre del presente año se explica por la evolución de precios del subíndice
de servicios, contrario a lo observado en los trimestres previos, cuando el
subíndice de bienes determinó los resultados de la inflación general53.
En dicho lapso, la inflación de servicios contribuyó con 0,8 p.p. a la general,
lo que compensó el aporte negativo de 0,7 p.p. del subíndice de bienes54.
53 El aporte negativo del
subíndice de bienes mostró una tendencia a la baja a partir de setiembre del
2023, determinada, principalmente, por la recuperación en los precios de los
alimentos.
54 La ponderación de los
bienes y servicios en la canasta del IPC es de 53% y 47% respectivamente (base diciembre
2020), con variaciones interanuales promedio de -1,4% y 1,8% en el orden
indicado.
Contrario a lo señalado
para el trimestre, en setiembre el subíndice de bienes fue el que determinó el
resultado interanual negativo de ese mes. Dicho subíndice disminuyó 1,7% y, aunque
el de servicios creció en igual magnitud, dada su ponderación relativa en la
canasta del IPC, la contribución negativa de los bienes más que compensó el
aporte positivo de los servicios al resultado de la inflación interanual de ese
mes (Gráfico 19.B).
Al desagregar el IPC según
sus componentes regulado y no regulado, la variación interanual del primero en
el tercer trimestre del 2024 fue de -1,2% (-0,8% en el trimestre previo) y contribuyó
con -0,2 p.p. al promedio de la inflación interanual del trimestre en análisis.
La evolución de este componente estuvo determinada, mayormente, por la
reducción en las tarifas del transporte en autobús (5,5%), combustibles (1,5%)55
y suministro de agua (3,4%), en ese orden. Por su parte, el componente no
regulado mostró una variación interanual promedio de 0,3% (-0,2% en el
trimestre previo) y aportó 0,3 p.p. a la inflación promedio del trimestre. Su
incremento se asocia con los componentes de alimentos, comidas fuera del hogar,
paquetes vacacionales, telefonía fija y boleto aéreo, entre otros.
55 En setiembre el precio
del combustible cayó 6,4%, lo que compensó las variaciones positivas observadas
en julio y agosto, y llevó a la reducción promedio de 1,5% en el trimestre.
Esto difiere de lo ocurrido en el segundo trimestre, cuando esta variable
presentó una variación positiva que contribuyó al aumento de la inflación.
El retorno de la inflación
a valores ligeramente positivos, responde, mayor medida, al menor ritmo de
disminución de los precios externos, al incremento en los costos del transporte
marítimo y a los efectos de la postura menos restrictiva de la política
monetaria.
El menor ritmo de
disminución de los precios externos se ha reflejado internamente en el índice
de precios de materias primas importadas, el cual registró en los primeros
nueve meses del año en curso una reducción promedio inferior (-5,4%) en
comparación con el 2023 (-12,3%) (Gráfico 20.A).
Sin embargo, es importante
mencionar que en el tercer trimestre el índice de materias primas importadas
mostró una disminución promedio interanual de 9%, superior a la de los dos trimestres
previos (-4,0% y -3,2% en el primero y segundo, respectivamente), explicada por
la caída en agosto y setiembre del precio del crudo WTI (7,3% y 21,8% en el
orden indicado)56. El impacto de dicha reducción sobre el índice fue
compensado en parte por el leve decrecimiento en el precio de los alimentos57
y por el alto aumento en el precio mundial del transporte marítimo58..
56 Si se excluye el precio
del WTI, la caída del índice durante el tercer trimestre sería de 10,3% (-14,3%
en el trimestre previo).
57 El índice de
alimentos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura (FAO) presentó una caída interanual promedio de 0,3% en el
tercer trimestre del 2024 menor al -3,5% del trimestre anterior.
58 La referencia del precio
mundial de transporte de contenedores aumentó 57,2%, en promedio, entre el
segundo y tercer trimestre del 2024 (de USD 3.552 a USD 5.114),
pero el incremento fue más significativo en relación con el precio medio del
2023 (USD 1.488). Este comportamiento respondió, entre otros, a las
tensiones geopolíticas en el mar Rojo y a los efectos del cambio climático
sobre esta actividad.
El menor ritmo de
disminución de los precios externos y el aumento en el precio del transporte
marítimo han influido en el Índice de Precios del Productor de la Manufactura (IPP-MAN),
indicador que, si bien mantiene variaciones interanuales negativas desde abril del
2023, ha sido cada vez menos negativo. Particularmente, en el tercer trimestre
del 2024 su variación interanual promedio fue de -2,9% (-3,4% en el anterior)59
(Gráfico 20.B).
59 Al desagregarlo por tipo
de bien, el subíndice de precios de bienes de consumo final, que podría tener
mayor impacto en el corto plazo sobre el IPC, mostró en el tercer trimestre del
2024 una variación interanual promedio de -0,3% (-0,6% en promedio de los dos
trimestres previos); en setiembre fue de 0,3%.
Elementos de índole interno
también han contribuido al retorno de la inflación a un valor ligeramente
positivo en el tercer trimestre. Entre ellos destacan, la política monetaria
menos restrictiva60 aplicada a partir de marzo del 2023, y la menor
apreciación de la moneda local en lo que transcurre del 2024.
60 Entre diciembre del 2021
y octubre del 2022 la TPM aumentó en 825 p.b., lo que propició una postura
restrictiva de la política monetaria desde noviembre del 2022, que contribuyó a
moderar las presiones de demanda agregada y facilitó la contención de los
efectos inflacionarios de segunda ronda.

Las expectativas de inflación,
tanto las obtenidas de la encuesta que realiza el Banco Central como las
estimadas a partir de la negociación de títulos públicos en el mercado
financiero costarricense (expectativas de mercado), permanecen dentro del rango
de tolerancia definido para la inflación; sin embargo, sus valores han tendido
hacia el límite inferior de dicho rango. Al término del tercer trimestre del
2024, la primera de estas mediciones ubicó la mediana de las expectativas de
inflación a 12 y 24 meses en 2,0% y 3,0% respectivamente, mientras que las
expectativas de mercado se situaron alrededor de 2,3% a esos plazos61
(Gráfico 21).
61 Para los plazos a 36 y
60 meses las expectativas de mercado se ubican, en promedio, en 2,6% en los
últimos tres años terminados en setiembre del 2024.

Ficha articulo
CAPÍTULO 2. ACCIONES DE
POLÍTICA DEL BCCR
En las tres reuniones de
política monetaria del primer cuatrimestre del 2024, la Junta Directiva del
BCCR redujo el nivel de la TPM por un acumulado de 125 p.b., para ubicarla en 4,75%.
No obstante, en las de junio y julio, mantuvo sin cambio dicho indicador y retomó
el proceso de reducción en las reuniones de setiembre y octubre. Estas
decisiones se sustentaron en el análisis del comportamiento reciente de la
inflación y de la trayectoria de los pronósticos de inflación y de sus
determinantes macroeconómicos, así como de la valoración de los riesgos que
condicionarían la proyección de inflación.
En lo transcurrido del
2024, el sistema financiero nacional ha continuado con una condición holgada de
liquidez, pero esos excesos han estado contenidos en instrumentos del BCCR,
mayoritariamente en operaciones de muy corto plazo en el Mercado integrado de
liquidez (MIL).
Esa liquidez se ha
originado, en buena medida, en el efecto expansivo de la compra de divisas
efectuada por el BCCR, la cual se dio en un contexto de un mercado privado de cambios
superavitario.
2.1. Tasa de política
monetaria
El Banco Central ejecuta su
política monetaria sobre la base de un esquema de meta de inflación, en el que
utiliza la TPM como el principal instrumento para controlar la inflación.
Con cambios en el nivel de la TPM, establece
su postura de política y procura influir en el comportamiento de las
expectativas de inflación, al tiempo que busca controlar las presiones de
demanda agregada.
En las reuniones de
política monetaria de enero, marzo y abril del 2024, la Junta Directiva del
BCCR redujo la TPM por un monto acumulado de 125 p.b.62. Esas
reducciones formaron parte de un proceso de ajuste a la baja en dicho indicador
iniciado el 15 de marzo del 2023, que implicó una disminución acumulada de 425
p.b. entre esa fecha y finales de abril del 2024, con lo cual se ubicó en 4,75%
anual.
62 Distribuidos de la
siguiente forma: 25 p.b. en enero y 50 p.b. en cada reunión de marzo y abril.
Posteriormente, en las
reuniones de junio y julio, la Junta mantuvo la TPM, con la intención de dar
tiempo a la transmisión de las disminuciones previas a las tasas de interés del
sistema financiero, dada la existencia de un rezago entre las acciones de
política monetaria y el efecto de esas acciones sobre otras variables
económicas. Además, en estas decisiones consideró, entre otros, la valoración
de los riesgos sobre la evolución prevista para la inflación y el comportamiento
de las expectativas inflacionarias.
En las reuniones de
setiembre y octubre, nuevamente el BCCR disminuyó la TPM (50 y 25 p.b.,
respectivamente), para ubicarla en 4,0% a partir del 18 de octubre.
Particularmente, esta última decisión se fundamentó en los siguientes
argumentos:
1. En un contexto
internacional en que la inflación había seguido una trayectoria a la baja,
hasta ubicarse, en varias economías, en valores cercanos a la meta definida por
sus bancos centrales, dichos entes continuaron con la flexibilización de su
política monetaria, aunque con cautela, proceso que se previó continúe en los
próximos trimestres.
2. En la coyuntura
nacional, el Índice Mensual de Actividad Económica creció en agosto a una tasa
media anual de 4,3% e interanual de 3,9%. Este comportamiento fue coherente con
lo previsto por el Banco Central en julio pasado y ubicó el nivel de producción
en valores cercanos a su potencial; es decir, por la vía de la demanda agregada,
no existía evidencia de que se gestarían presiones inflacionarias en exceso a
la meta de inflación.
3. La inflación general,
medida con la variación interanual del IPC se ubicó en -0,1% en setiembre
último, mientras que el promedio de los indicadores de inflación subyacente continuó
con valores interanuales positivos (0,5%). Ambos indicadores permanecían por
debajo del límite inferior del rango alrededor de la meta de inflación (3,0% ±
1 p.p.).
4. La información
disponible a la fecha, observada y prospectiva, señalaba que la inflación
general presentaría variaciones mensuales positivas, pero dados los niveles de
precios registrados un año atrás, existe la probabilidad de que en el muy corto
plazo las tasas de variación interanual aún muestren valores negativos. El
ingreso a ese rango está previsto para el tercer trimestre del 2025.
5. Las expectativas de
inflación obtenidas de la encuesta del Banco Central y las estimadas a partir
de la negociación de títulos públicos en el mercado financiero costarricense
(expectativa de mercado), se mantenían dentro del rango de tolerancia alrededor
de la meta de inflación, pero sus valores han tendido hacia el límite inferior de
dicho rango.
6. La valoración de los
riesgos que pudieran desviar la inflación de la senda proyectada mostraba un
sesgo a la baja en el horizonte de proyección.
7. El Banco Central había
reducido, en ese momento, la TPM en 475 puntos base desde marzo del año
anterior, hasta ubicarla en 4,25% en setiembre. Esta reducción fue gradual,
consciente de los riesgos que podían afectar la senda proyectada de la inflación
y con el objetivo de preservar la credibilidad de la entidad.
8. A partir del análisis
prospectivo realizado, se consideró que había espacio para reducir la TPM y
continuar con el proceso ordenado y gradual hacia la neutralidad de la política
monetaria.
El BCCR considera de
importancia crítica mantener una comunicación permanente con la ciudadanía, con
el fin de presentar su posición sobre la evolución de la economía nacional y, especialmente,
hacer del conocimiento público la estrategia de política monetaria empleada para
tratar de ubicar la inflación en un nivel congruente con la meta. Este tema se
trata en el Recuadro 2.
Recuadro 2. Costa Rica:
inflación y política monetaria en el lapso enero2021-setiembre 2024
El objetivo de este
recuadro es explicar el comportamiento de la inflación en el periodo enero 2021-setiembre
2024 y las acciones de política monetaria aplicadas por el Banco Central de Costa
Rica (BCCR) para procurar su convergencia a la meta. Se inicia con una síntesis
del marco de política monetaria del BCCR, para facilitar la comprensión de esas
acciones de política.
2.1 Principales aspectos
del marco de la política monetaria del BCCR
El marco de política
monetaria aplicado por el BCCR presenta varias características que amerita tener
en cuenta para una mejor comprensión de las decisiones tomadas por esta entidad.
Entre ellas, destacan las siguientes:
a. En apego a lo
establecido en el artículo 2 de su Ley Orgánica (Ley No. 7558), el BCCR orienta
sus acciones de política monetaria a mantener la estabilidad interna de la
moneda nacional, entendida como una inflación baja y estable. En línea con lo anterior,
la Junta Directiva estableció una meta para la inflación igual a 3%63
en el mediano plazo, con un margen alrededor de la meta de ± 1 punto
porcentual. El principal instrumento para lograr este objetivo es la Tasa de
Política Monetaria (TPM), que se emplea como referencia para conducir el costo
de las operaciones en el Mercado integrado de liquidez (MIL)64.
63 La meta de 3% rige desde
enero del 2016. La escogencia de este valor se hizo con base en un estudio del
Banco Central sobre la inflación de largo plazo de los principales socios
comerciales (véase: Álvarez, Cristian y León, Jorge. "Inflación de socios
comerciales como referencia para la meta de inflación en Costa Rica".
Documento de Trabajo 022-2012), lo cual se justifica por el alto grado de
apertura de la economía costarricense a los flujos comerciales y financieros.
En el Plan Estratégico 2025-2030 (artículo 11 del acta de la sesión 6200-2024,
del 23 de julio del 2024) la Junta Directiva del BCCR estableció el compromiso
de "evaluar los parámetros a partir de los cuales se define la meta de
inflación, de acuerdo con las características de una economía pequeña y abierta
como la costarricense, y la experiencia internacional en esta materia".
64 El Banco Central
participa en el MIL mediante Operaciones Diferidas de Liquidez, que se utilizan
en las subastas y en las facilidades de crédito y de depósito. Con su
participación busca que las tasas de interés en este mercado se ubiquen en los
linderos de la TPM. Para ello, el Banco suministra al sistema financiero la
liquidez necesaria en caso de que se encuentre escaso de recursos o bien drena
recursos si el sistema muestra un exceso (ver Título IV de las Regulaciones de
Política Monetaria).
b. La conducción de la
política monetaria se realiza bajo un esquema de metas de inflación65.
Como es usual en la mayoría de los países que aplican este marco de política
monetaria, el BCCR decide la velocidad a la cual tratará de que la inflación retorne
a su meta en el horizonte de la programación monetaria (24 meses). La decisión
de intervenir más o menos rápido, o bien de no intervenir, ante algún evento que
conlleve a un desvío de la inflación depende en gran medida de la naturaleza
del choque que se enfrente, de su temporalidad y del comportamiento de las
expectativas inflacionarias. En general, si la información disponible sugiere
que el desvío obedece a razones transitorias, no se prevén efectos de segunda
ronda y las expectativas de inflación permanecen ancladas a la meta de mediano
plazo, lo más prudente podría ser no modificar la TPM.
65 Este régimen fue
aprobado oficialmente en enero del 2018, aunque desde el 2007 la gestión de la
política monetaria incorpora algunas de sus características. En la página 2 de
este informe se describen los principales elementos de dicho régimen monetario.
c. Dado que las acciones de
política monetaria (ajustes en la TPM) toman tiempo para generar el efecto
deseado sobre la inflación (actúan con rezago), la política monetaria es
prospectiva; es decir, se fundamenta en la trayectoria de los pronósticos de inflación,
de sus determinantes y de los riesgos asociados a esos pronósticos, tanto de origen
interno como externo. Por consiguiente, la valoración de las decisiones de política
debe realizarse sobre la base de la información disponible en el momento en que
fueron tomadas.
d. El marco analítico que
sustenta la implementación de la política monetaria se resume en el modelo
macroeconómico de proyección trimestral del BCCR66. En este modelo, el
comportamiento de la inflación en el mediano plazo se explica, principalmente,
por las presiones de demanda y las expectativas de inflación. Las presiones de
demanda se aproximan con la brecha del producto67, mientras que el
proceso de formación de las expectativas de inflación incorpora elementos
inerciales y prospectivos. En la medida en que la credibilidad del Banco
Central mejora, aumenta su capacidad para anclar las expectativas a la meta de
mediano plazo anunciada y disminuye la importancia relativa de los componentes
inerciales.
66 Véase: Muñoz, Evelyn y
Rodríguez, Adolfo "El modelo de proyección macroeconómica (MoP) del Banco
Central de Costa Rica". Nota Técnica N.º 007-2022.
67 La brecha del producto
se define como como la diferencia entre la producción efectiva y el producto
potencial, expresada como porcentaje del producto potencial.
Para el buen entendimiento
del fenómeno inflacionario, el BCCR cuenta con un conjunto de indicadores de
expectativas inflacionarias, de inflación subyacente y agregados monetarios.
Además, dispone de metodologías de pronóstico de la inflación de muy corto
plazo, para el análisis en tiempo real, y de corto plazo, que incluyen modelos
con técnicas univariadas, bayesianas, de aprendizaje automático, métodos de
factores, entre otros. Para el pronóstico de mediano plazo se utiliza el modelo
macroeconómico del BCCR.
Como parte de los esfuerzos
por fortalecer la comunicación con el público, a partir del 2020 el BCCR
publica con antelación el calendario anual de sus 8 reuniones de política
monetaria. Además, el mismo día de la decisión de política monetaria realiza un
comunicado y desde el 2024, efectúa una conferencia de prensa para explicar
dicha decisión.
2.2 Evolución de la
inflación y acciones de política monetaria del BCCR en el periodo enero
2021-setiembre 2024
Como se muestra en el
Gráfico 2.1.A, entre enero del 2021 y setiembre del 2024 pueden identificarse
tres periodos inflacionarios: a) presiones alcistas, b) periodo
desinflacionario y c) aumento paulatino desde valores negativos. A
continuación, se examina cada uno de estos periodos, considerando tanto el
comportamiento de la inflación como las acciones aplicadas por el BCCR para
tratar de ubicarla en valores cercanos a la meta.
Primer periodo (enero
2021-agosto 2022).
Si bien el objetivo de este
recuadro es analizar el desempeño inflacionario y las medidas de política
monetaria en el periodo enero 2021-setiembre 2024, conviene señalar algunos
hechos presentes en años previos, con el fin de describir el contexto monetario
que enfrentó el país al reabrirse la economía luego de la pandemia.
En el 2019, la inflación se
ubicó en torno a 2% y la brecha del producto era negativa, aspectos que,
aunados al potencial efecto contractivo de corto plazo de la recién aprobada
Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, llevó al Banco Central a
considerar que existía espacio para aplicar una política monetaria
contracíclica. Las presiones desinflacionarias posteriores68 y los
efectos económicos negativos de la pandemia ampliaron el alcance de esas medidas
monetarias expansivas.
68 De estas presiones
destacaron: i) un menor efecto del componente importado de la inflación local, debido a la desaceleración de la
inflación mundial, ii) una brecha del producto más negativa, como consecuencia
de la contracción económica, iii) el estancamiento del crédito al sector privado,
congruente con la caída de la actividad económica, y iv) el efecto base de la
introducción del impuesto al valor agregado en julio del 2019, que propició una
variación negativa de la inflación en julio y agosto del 2020.
De las medidas adoptadas en
el lapso 2019-2021 destacan: a) una reducción gradual de la TPM de 450 p.b.,
hasta ubicarla en 0,75%, el valor más bajo desde que existe este indicador;
b) una baja en la tasa de encaje mínimo legal
en moneda nacional de 3 p.p. y; c) en respuesta a los efectos económicos de la
pandemia, el BCCR puso a disposición del sistema financiero una facilidad de
crédito especial por ?826 mil millones, a una tasa de interés de 0,8% anual y,
en su mayoría con vencimiento en el 2025.
Así, la postura de política
monetaria era claramente expansiva cuando Costa Rica enfrentó el choque
inflacionario internacional. La inflación interanual repuntó a partir del segundo
trimestre del 2021, aunque en la mayor parte de ese año presentó valores relativamente
bajos (promedio de 1,7%) y fue hasta en el 2022 cuando se ubicó por encima del
rango de tolerancia alrededor de la meta.
El aumento sostenido de la
inflación en este periodo fue un fenómeno mundial, aunque disímil en cuanto a
magnitud y ritmo entre países y regiones. En Costa Rica, dicha aceleración se
asocia, principalmente, a una inflación de costos de origen externo, ante el fuerte
aumento en los precios de las materias primas69 y del transporte
marítimo de mercancías70. Adicionalmente, influyeron factores
internos, como el efecto base asociado a la baja inflación registrada en el
202171, el repunte de la demanda agregada72 y la depreciación
del colón (en el primer semestre del 2022)73.
69 Influido por la
creciente demanda global luego de la pandemia, así como por factores
geopolíticos, intensificados en los primeros meses del 2022 por la guerra
Rusia-Ucrania (en el caso del petróleo) y climáticos (en los alimentos), que
impactaron negativamente la oferta.
70 Esto debido a las trabas
logísticas para la producción y movilización de mercancías, asociadas a las
medidas de restricción por la pandemia, que generaron problemas en las cadenas
mundiales de suministro.
71 Dada la significativa
contracción que presentó la demanda agregada en ese año, entre otras razones
por los efectos económicos de la pandemia por COVID-19.
72 Evidenciado en una
brecha del producto transitoriamente positiva.
73 En el primer semestre
del 2022 el tipo de cambio aumentó 7,7% con respecto a diciembre del 2021. Esto
debido a las presiones de demanda de divisas originadas, entre otros, por el
aumento de los precios de las materias primas y en los costos internacionales
para el transporte de mercancías, así como en la demanda de divisas por parte
de las operadoras de pensiones. Al respecto, véase la Memoria Anual del 2022.
El incremento de los
precios de las materias primas importadas, en especial hidrocarburos y granos
básicos, explicó en mayor medida el aumento en los precios locales de
combustibles y alimentos (Gráfico 2.1B), lo que a su vez determinó el
comportamiento al alza de los precios de los bienes incluidos en la canasta del
IPC. Debido a ello, el subíndice de bienes fue el que presentó el mayor aporte
porcentual a la inflación74, en comparación con el de servicios
(Gráfico 2.1C). En los servicios la mayor contribución provino del transporte terrestre,
boletos aéreos, electricidad y servicios de alimentación, situación asociada en
parte con los precios de las materias primas importadas y el aumento del tipo
de cambio.
74 Entre diciembre del 2021
y agosto del 2022, el aumento de los precios de los bienes explicó 84% de la
inflación. Dado que en diciembre del 2020 hubo un cambio en la canasta del IPC,
esta información no se dispone para meses anteriores a diciembre del 2021.
Dado que en la mayor parte
del 2021 la inflación se ubicó en valores bajos, las expectativas inflacionarias
estaban alineadas a la meta (Gráfico 2.2.A) y los pronósticos de inflación eran
inferiores a la meta (Gráfico 2.2.B), el BCCR mantuvo la TPM en 0,75%, su
mínimo histórico, con el fin de apoyar la recuperación de la economía, que
había registrado una significativa contracción en el 2020, y la política
monetaria fue expansiva toda vez que la TPM real se ubicó por debajo de la tasa
de interés real neutral (Gráfico 2.2.C).

A finales del 2021, hubo
señales de presiones alcistas en la inflación por lo cual la Junta Directiva
aumentó la TPM en 50 p.b. y anunció que continuaría con los incrementos en
dicha tasa para acercarla gradualmente a una posición de neutralidad75.
Esta decisión tomó en consideración, entre otros aspectos, que el repunte de la
inflación global observado a lo largo del 2021 podría ser más fuerte y duradero
de lo que inicialmente habían previsto algunos organismos internacionales y
autoridades monetarias de las economías avanzadas, situación que efectivamente
ocurrió.
75 Situación en la que la
brecha entre la TPM real y la tasa de interés real neutral (TIRN) es cercana a
cero. La TIRN es el nivel de tasa de interés real que se asocia con una
política monetaria que no es ni expansiva ni contractiva.

El aumento en la TPM
continuó en el 2022, para procurar que las expectativas inflacionarias (en
especial las medidas con la encuesta), que mostraban un comportamiento al alza,
se ubicaran en una senda consecuente con la convergencia gradual hacia la meta
inflacionaria y con ello evitar que la inflación persistiera una vez que se
superara el choque externo (efectos de segunda ronda).
Los mayores incrementos se
realizaron en el segundo y tercer trimestres del 2022, lapso en el que las
presiones inflacionarias eran más intensas76. Esas presiones se
evidenciaron en las proyecciones de inflación del BCCR, las cuales ubicaban la
inflación en el horizonte de la programación macroeconómica en niveles
superiores al rango de tolerancia alrededor de la meta. Pese a estos ajustes,
la política monetaria se mantuvo expansiva (hasta el segundo trimestre si se
consideran las expectativas de mercado o el tercer trimestre si se toman como referencia
las expectativas de la encuesta) (Gráfico 2.2.C).
76 Entre abril del 2021 y
agosto del 2022 la TPM aumentó en 675 p.b.
Adicionalmente, a partir de
junio del 2022 el BCCR complementó el ajuste en la TPM con el retorno al valor
históricamente utilizado de la tasa de encaje mínimo legal para las operaciones
en moneda nacional, lo que representó un incremento de 3 puntos porcentuales (p.p.),
con el fin de complementar los esfuerzos por reducir los excesos de liquidez
existentes en la economía.
Segundo periodo (setiembre
2022-agosto 2023).
En setiembre del 2022
inició un proceso sostenido de reducción de la inflación, que se extendió hasta
agosto del 2023, mes en el que la inflación fue de -3,3%. Este comportamiento se
asocia en parte con la reversión del aumento en los precios de las materias
primas importadas77 (en especial hidrocarburos y granos básicos),
ante expectativas de desaceleración de la actividad económica global, la
disipación paulatina de las presiones asociadas con otros choques externos
(menores costos de transporte marítimo y retorno a la normalidad en las cadenas
de suministros), la apreciación de la moneda nacional (13% en promedio) y los
incrementos realizados en la TPM desde finales del 2021.
77 Esto debido a la
reducción en los precios internacionales de las materias primas, que se reflejó
en el índice de materias primas importadas por el país. Entre abril del 2021 y
agosto del 2022, dicho índice aumentó en promedio 62,5% en términos
interanuales, mientras que de setiembre del 2022 a setiembre del 2023 registró
una caída de 15%.
En línea con lo anterior,
el aporte de los bienes a la inflación disminuyó, en particular por la reducción
de los precios de los combustibles y los alimentos. Por su parte, la
contribución de los servicios fue relativamente estable hasta abril del 2023,
luego de lo cual empezó a disminuir, aunque siempre fue positiva.
En setiembre y octubre del
2022, el BCCR continuó los ajustes al alza en la TPM. En el primer mes la
incrementó en 100 p.b. debido, principalmente, a la necesidad de contrarrestar la
tendencia creciente de las expectativas de inflación78 e inducirlas
gradualmente hacia el objetivo inflacionario.
78 En la encuesta de agosto
del 2022, la mediana de las expectativas fue de 9,5% y 7,0% a 12 y 24 meses, en
ese orden, valores que superaron en 1,5 y 2 p.p. a los registrados en el mes
previo.
De igual forma, en octubre
la TPM aumentó en 50 p.b. pues, aunque en setiembre tanto la inflación general
como las expectativas inflacionarias desaceleraron con respecto a lo observado
en el mes previo, continuaban muy por encima de la meta y era preciso reducir
la posibilidad de que ocurrieran efectos de segunda ronda que prolongaran el
periodo de alta inflación. Además, los pronósticos todavía ubicaban la
inflación por encima del rango de tolerancia alrededor de la meta en los
siguientes 24 meses.
En las reuniones de
política de diciembre del 2022 y enero del 2023, la Junta Directiva acordó mantener
la TPM con el fin de dar un espacio prudencial para que se completara la transmisión
de los incrementos en ese indicador (que en ese momento acumulaba 825 p.b. en los
últimos 12 meses) hacia las tasas de interés del sistema financiero. Esto en un
contexto de clara postura monetaria restrictiva y de desaceleración tanto en la
inflación como en las expectativas inflacionarias.
En los meses siguientes el
descenso de la inflación se acentuó, lo cual unido al análisis prospectivo de
la inflación y de sus determinantes, posibilitó que el BCCR iniciara en marzo del
2023, antes que otros países, un proceso de reducción de la TPM (250 p.b. entre
ese mes y julio) pese a lo cual la política monetaria continuó restrictiva.
Tercer periodo (setiembre
2023-setiembre 2024)
A partir de setiembre del
2023 la inflación mostró valores cada vez menos negativos, comportamiento
relacionado con el menor ritmo de disminución de los precios externos de las
materias primas79, con el incremento en el precio del transporte
marítimo observado a lo largo del 202480, el carácter menos
restrictivo de la política monetaria y la menor apreciación de la moneda local.
79 El índice de precios de
materias primas importadas registró entre setiembre del 2023 e igual mes del
2024 una caída promedio de 4,5%, inferior en comparación con la disminución
observada en los 12 meses previos (15%).
80 El precio mundial de
transporte de contenedores pasó, en promedio, de USD 1.488 en el 2023 a USD
3.785 entre enero y el 11 de octubre del año en curso (154,4%). Este
comportamiento respondió, entre otros, a las tensiones geopolíticas en el mar
Rojo, a la congestión en puertos asiáticos por mantenimiento y problemas de
espacio, así como a la escasa oferta de buques.
En setiembre del 2023, la
Junta Directiva dispuso hacer una pausa en el proceso de disminución de la TPM
pues consideró, entre otros, que los riesgos asociados a la proyección de la
inflación estaban inclinados al alza81 y que, dado el rezago con que
actúa la política monetaria, era prudente dar el espacio para la transmisión de
las reducciones previas hacia el resto de las tasas de interés del sistema
financiero.
81 La valoración de esos
riesgos queda reflejada en el gráfico de abanico incluido en capítulo 3 de cada
Informe de Política Monetaria.
En las reuniones de
política monetaria de octubre y diciembre del 2023, y en las de enero, marzo y
abril del 2024, continuaron las reducciones en la TPM, por cuanto el análisis macroeconómico
mostró que había margen para aplicar dichas reducciones. En marzo y abril se
tomó en consideración la información más reciente (como siempre) sobre el
crecimiento de la economía y el mercado laboral, por lo cual el ritmo de
reducciones fue superior (50 p.b. en cada una) al de las reuniones previas.
En las siguientes reuniones
(junio y julio), la Junta mantuvo este indicador, entre otros debido a la
trayectoria creciente de la inflación por varios meses, la inclinación
ligeramente al alza del balance de riesgos y la relativa cercanía de la TPM a
la zona de neutralidad82 de la política monetaria.
82 Dada la meta de
inflación de 3% y una tasa de interés real neutral estimada para Costa Rica de
1,4% con un margen de incertidumbre de ±0,5 p.p., la zona de neutralidad (de
mediano plazo) de la política monetaria la definiría una TPM nominal ubicada entre
3,9% y 4,9%. Para más detalle ver Segura-Rodriguez, C. (2024). La tasa de
interés real neutral en una economía abierta y pequeña: el caso de Costa Rica.
Nota técnica N.º 03-2024. Departamento de Investigación Económica. Banco
Central de Costa Rica.
En las reuniones de
setiembre y octubre, nuevamente el BCCR disminuyó la TPM (50 y 25 p.b.
respectivamente) por considerar que la convergencia de la inflación al rango de
tolerancia ocurriría con un retraso de dos trimestres con respecto a lo
señalado en los informes de política monetaria de abril y julio del 2024, las
expectativas de inflación presentaban valores en torno al límite inferior del
rango de tolerancia y la valoración de riesgos asociada con las proyecciones de
inflación estaba inclinada a la baja en el corto plazo y balanceada en el
mediano plazo.
En síntesis, durante este
periodo, las reducciones en la TPM se orientaron a procurar una trayectoria
gradual hacia una postura de política monetaria neutral, toda vez que las proyecciones
de inflación la ubicaban en un rango de convergencia sin necesidad de una intervención
significativa del BCCR.
Las disminuciones de la TPM
fueron graduales y ordenadas debido a que la elevada incertidumbre
prevaleciente en el entorno externo requería una actitud cautelosa por parte de
las autoridades.
Precisamente, esa
incertidumbre incidió en una sobreestimación recurrente de la inflación en especial
en este último periodo.
2.5 Consideraciones finales
Tanto la aceleración de la
inflación local hasta agosto del 2022 como su posterior moderación respondieron,
principalmente, a una inflación de costos de origen externo que, por su naturaleza,
está fuera del control de la política monetaria, pero tenía el potencial de incrementar
las expectativas de inflación y generar efectos de segunda ronda. Además, como se
indicó antes, algunos factores internos también influyeron en dicho
comportamiento.
Ante ambos fenómenos, el
BCCR aplicó una política monetaria prudente, coherente con el marco de política
monetaria vigente, que incorporó la información disponible en cada momento,
observada y proyectada, así como una valoración de los riesgos que, de materializarse,
podrían llevar a un desvío de la inflación respecto a lo previsto.
Así, cuando la inflación se
aceleró, aplicó un aumento significativo en la TPM para tratar de mantener
ancladas las expectativas inflacionarias a la meta y cuando se desaceleró (e
incluso registró valores negativos) disminuyó dicho indicador. Esa reducción,
sin embargo, fue gradual porque la alta incertidumbre prevaleciente requería
una política prudente para evitar que hubiera una reversión en el proceso
desinflacionario que afectara la credibilidad del BCCR y, por consiguiente,
dificultara el retorno a la meta en el futuro.
2.2 Gestión de la liquidez
de la economía
El excedente de liquidez
promedio mostró un incremento con respecto al 2023 en torno a ?350 mil millones
(Gráfico 22.A.). A lo largo del año la liquidez se ha mantenido en un monto
promedio de ?1.073 mil millones, explicado fundamentalmente por el efecto monetario
resultante de la compra neta de divisas del BCCR en el mercado cambiario (USD
1.740,8 millones), del pago de intereses sobre su deuda (alrededor de
?216.000 millones) y de la disminución en el saldo promedio de depósitos del
Gobierno en el BCCR (alrededor de ?250.000 millones). Estos efectos fueron
esterilizados, en buena medida, mediante la colocación de Bonos de
estabilización monetaria83, cuyo saldo aumentó en ?1.150 mil millones
y, la diferencia mediante un incremento en el saldo de depósitos netos del
sistema financiero en el MIL.
83 En lo transcurrido del
año (hasta el 30 de setiembre) del total de valores colocados (?1.864 mil
millones en valor facial), 53,5% corresponde a BEM a un año o menos.
Las tasas de interés del
MIL a un día plazo se han ajustado a las disminuciones de la TPM. Al 30 de
setiembre, el indicador de tasas de interés que incluye las operaciones del
BCCR registró una brecha con respecto a la TPM de 3 p.b. mientras que la brecha
asociada al indicador que las excluye fue de 11 p.b. (Gráfico 22.B). Sin
embargo, cabe indicar que esta última brecha se amplió a partir de la segunda
quincena de agosto y mantuvo ese comportamiento aún después de la disminución
de la TPM el 20 de setiembre. Este hecho obedeció, principalmente, a cambios en
la posición neta de algunos bancos privados que presionaron al alza las tasas
de interés.

Hubo varios aspectos que
incidieron en el comportamiento de la liquidez durante lo transcurrido del
presente año, dentro de los cuales destacan:
1. La disminución
significativa de recursos excedentes en el sistema financiero registrada en
mayo y junio debido a la captación de recursos efectuada por el Ministerio de
Hacienda, tanto por la recaudación trimestral de impuestos como por la colocación
neta de deuda. Esta situación se revirtió a finales de junio debido a la atención
de deuda por parte de esa entidad84.
84 El 26 de junio el
Ministerio de Hacienda tuvo un vencimiento de deuda interna estandarizada por
?585.018 millones (en valor transado), de ese monto renovó el 33,6%.
2. La disposición tomada
por la Junta Directiva del BCCR (artículo 8 del acuerdo 6121-2023 del 25 de
mayo del 2023) que obliga a las entidades financieras sujetas al requerimiento
de reserva de liquidez a constituirlo en depósitos en el MIL a 28 días plazo o
más85. Esta medida empezó a regir en enero del 2024 y al 30 de
setiembre el saldo en estos instrumentos aumentó en ?149.500 millones (60%
corresponde a cooperativas de ahorro y crédito y el resto a asociaciones
solidaristas). Parte de los incrementos observados coincidieron con fechas en
que se registraron vencimientos de BEM en los que las cooperativas y
asociaciones eran tenedores importantes.
85 Según lo dispuesto en el
artículo 117 de la Ley 7558, las asociaciones solidaristas y las cooperativas
de ahorro y crédito, que el BCCR exima del encaje deben cumplir con una reserva
de liquidez, en un porcentaje igual al aplicado para el encaje y en las
condiciones que defina la Junta Directiva del BCCR.
3. Los movimientos en el encaje
excedente, el cual registró en el primer cuatrimestre del presente año un monto
promedio de ?70.069 millones y aumentó posteriormente a un valor medio de
?106.493 millones. Este hecho se relaciona con la aplicación gradual del encaje
a las cooperativas de ahorro y crédito supervisadas a partir de abril (acuerdo
de Junta Directiva antes citado)86.
86 Cabe indicar que varias
las entidades sujetas a este requerimiento suelen mantener recursos excedentes
en sus cuentas de fondos por encima de lo requerido.
4. La disminución del saldo
de las Operaciones diferidas a plazo (ODP) por redenciones anticipadas en
?79.700 millones. Al momento, el saldo vigente es de ?580.570 millones, cuyos
vencimientos se distribuyen entre diciembre de este año y marzo del 202587.
87 Según el plazo original
establecido esta es la estructura de vencimientos: 1,2%, 75,2%, 22,5% y 1,1%
por mes, empezando en diciembre del 2024 y terminando en marzo del 2025, la
cual puede variar según sean las redenciones anticipadas.
El 9 de setiembre anterior
el BCCR habilitó nuevamente las subastas de Operaciones diferidas de liquidez
(ODL) a 7 días plazo para gestionar los excedentes de liquidez señalados, con
lo que se promueve una menor concentración en las subastas de liquidez en colones
a un día plazo88. Adicionalmente, a partir del 7 de octubre habilitó
las de 14 días plazo. El saldo al 15 de octubre de estos instrumentos fue de
?21.000 millones y ?40.900 millones, a 7 y 14 días plazo, respectivamente89.
El Gráfico 23 muestra los montos diarios convocados y el porcentaje de
asignación.
88 Esta medida fue
comunicada a los intermediarios financieros el 26 de agosto del presente año.
89 En su orden, el saldo
promedio mantenido en estos instrumentos desde su reciente activación es de
?34.370 millones y ?26.450 millones.
Finalmente, durante el
actual año el BCCR no ha participado en los mercados de recompra de títulos
administrados por la Bolsa Nacional de Valores, aunque en julio compró en el mercado
secundario títulos propios por USD 49 millones.

2.3. Participación del BCCR
en el mercado cambiario
En lo que transcurre de la
segunda mitad del 2024, el BCCR ha mantenido una participación como demandante
neto en el Mercado de Monedas Extranjeras (Monex). El 57% de sus operaciones se
ha orientado recientemente a mejorar el blindaje financiero del país.
De inicios de julio al 15
de octubre, el superávit promedio diario aumentó a USD 27,3 millones,
monto similar al registrado en el primer trimestre del año. Esta recuperación
fue resultado, principalmente, de una menor demanda diaria (USD 6,3 millones
menos en promedio)90.
90 En el segundo trimestre
del año en curso, el promedio diario del superávit de las operaciones
cambiarias en ventanillas fue de USD 23,9 millones, cerca de USD 8,0 millones
menos que en el primer trimestre. Esto debido tanto a un incremento en la
demanda como a una reducción en la oferta diaria de dólares (USD 1,6 millones y
USD 6,5 en el orden mencionado).
En este contexto, de menor
demanda de dólares por parte del público, el tipo de cambio registró una
variación acumulada de 2,5%, con lo cual se revirtió la depreciación del colón observada
en el segundo trimestre y el tipo de cambio promedio de Monex registró una variación
acumulada de -1,6% en lo que transcurre del 2024 (Gráfico 24).
Al 15 de octubre el
superávit acumulado de las operaciones del mercado privado de cambios (conocido
como "ventanillas") fue de USD 5.548,5 millones. Este resultado permitió
al BCCR realizar compras en Monex por USD 4.618,0 millones91,
de las cuales USD 2.042,7 millones92 correspondieron a
operaciones propias. Los restantes USD 2.575,3 millones, junto con la
compra de USD 700,0 que el BCCR realizó al Ministerio de Hacienda en
diferentes momentos del 2024, más que cubrieron la demanda contemporánea de
divisas del resto del sector público no bancario (RSPNB), por USD 2.979,8
millones93.
91 La participación de
demanda neta del BCCR del monto total transado en Monex en el 2024 fue de 60%.
92 De mayo del 2023 al 15
de octubre del 2024 por concepto de blindaje financiero el BCCR ha comprado USD
3.941,8 millones. Este monto equivale a cerca del 27,9% del saldo de las
RIN a esta última fecha.
93 Al remanente se adicionó
el saldo para operaciones cambiarias del RSPNB al término del 2023 (USD 160,0
millones).
El saldo de reservas
internacionales netas (RIN) al 15 de octubre del 2024 ascendió a USD 14.083,4
millones, lo que equivale a 14,8% del PIB del 2024 y a 147,3% del nivel mínimo considerado
como adecuado según la metodología sugerida por el FMI. Ese saldo es mayor en USD
864,5 millones al registrado al término del 2023.
Este aumento es resultado
de la participación neta del BCCR en el mercado cambiario por USD 1.628,3
millones94, la ganancia de intereses por la administración de las
RIN por USD 419,7 millones y el incremento de depósitos de entidades
financieras por USD 233,1 millones.
94 Incorpora compras en
Monex para RSPNB por USD 2.575,3 y por operaciones propias por USD 2.042,7,
así como ventas al RSPNB por USD 2.979,8 y por estabilización por USD
9,9, todas estas cifras corresponden a millones.
Estos movimientos fueron
compensados principalmente por la reducción de los depósitos en moneda
extranjera por parte del Ministerio de Hacienda por USD 419,7 millones95
y el pago de USD 982,6 millones al Fondo Latinoamericano de Reservas.
95 Esta reducción de los
depósitos del Gobierno no incorpora la venta de los USD 700,0 millones
dado que se consideró en la atención de la demanda neta del RSPNB.

Ficha articulo
CAPÍTULO 3. PROYECCIONES Y
ACCIONES DE POLÍTICA
A continuación, se
presentan las proyecciones macroeconómicas para el periodo 2024-2025 y los
riesgos que condicionan su realización.
Los organismos
internacionales estiman que en el bienio 2024-2025, la economía mundial tendría
un crecimiento moderado, prácticamente igual a lo previsto en el IPM de julio.
Además, prevén que la inflación global continuaría la senda decreciente y convergería
a los objetivos fijados por los bancos centrales a finales del 2025.
La proyección de
crecimiento para la economía nacional se revisa al alza para el 2024, en 0,1
p.p., y a la baja para el 2025, en igual magnitud. Además, se estima que la inflación
general retornará al rango que contiene la meta en el tercer trimestre del
2025, en tanto que la subyacente lo haría en el segundo trimestre de ese mismo
año.
El déficit de la cuenta
corriente se ubicaría en el bienio 2024-2025, en promedio, en 1,7% del PIB, lo
que significa un incremento de 0,3 p.p. con respecto al observado en el 2023, aunque
es menor en esa misma proporción en relación con lo estimado en julio. Al igual
que en años previos, la brecha negativa de la cuenta corriente se financiaría
con ahorro externo de largo plazo.
Las proyecciones fiscales
para el bienio 2024-2025 muestran resultados menos favorables que los
incorporados en el IPM de julio pasado, pero se mantienen congruentes con los
objetivos fiscales establecidos en el proceso de consolidación fiscal de
mediano plazo.
Las proyecciones
presentadas en este informe están sujetas a riesgos que, de materializarse,
desviarían la inflación de la trayectoria central. En esta ocasión, los riesgos
se mantienen sesgados a la baja.
3.1 Proyecciones para la
economía internacional
La estimación de
crecimiento económico mundial para el 2024 y 2025 se mantiene prácticamente
inalterada con respecto a lo previsto en julio. Además, se estima que la inflación
global continuaría la senda decreciente y convergería a los objetivos fijados
por los bancos centrales a finales del 2025.
Los organismos
internacionales estiman que el crecimiento de la economía mundial se estabilizará
en torno a 3,2% en el bienio 2024-2025 (Gráfico 25 y Cuadro 2), aunque hay ligeras
diferencias en sus estimaciones. El FMI mantuvo su proyección de crecimiento
para el 2024 mientras que la OCDE ajustó ligeramente al alza su estimación para
ese año con respecto a sus proyecciones anteriores, ya que prevé que la mayor
desinflación, la mejora de los ingresos reales y la aplicación de una política
monetaria menos restrictiva en muchas economías contribuirá a estimular la
demanda agregada. Para el 2025, la OCDE mantuvo su Estimación anterior en tanto
que el FMI hizo una corrección marginal a la baja.
Para los Estados Unidos,
principal socio comercial de Costa Rica, los citados organismos pronostican
tasas de crecimiento promedio de 2,7% y 1,9% para el 2024 y 2025, respectivamente.
Lo anterior en un contexto en el que el efecto sobre la inflación de la desaceleración
en el crecimiento del PIB en los próximos trimestres (con respecto al primer semestre
del 2024) sería atenuada por la flexibilización de la política monetaria. Cabe
señalar que el Sistema de la Reserva Federal proyecta para el presente año un
crecimiento de 2,1%, inferior a lo previsto por los organismos antes
mencionados, en tanto que para el 2025 su estimación es ligeramente superior
(2,0%)96.
96 Para el 2024, el valor
corresponde al límite superior de la tendencia central, mientras que para el
2025 es la mediana. En este informe se utilizan dichos valores.

Para la zona del euro, se
mantiene la previsión de un crecimiento medio cercano a 0,8% en el presente
año, en tanto que para el próximo se ajustó a la baja el pronóstico a 1,3%
debido al modesto desempeño esperado para las economías más importantes de esa
zona (Alemania, Francia e Italia). Pese a ello, en el 2025 la producción se
aceleraría con respecto al 2024 por la recuperación de los ingresos reales y la
mayor disponibilidad de crédito.
La economía de China
crecería 4,8% en el 2024 y 4,5% en el 2025. En lo que resta del presente año,
el crecimiento seguiría apoyado por el aumento del gasto público, luego del reciente
aumento de la emisión de bonos de los gobiernos locales, pero la actividad económica
sería limitada en parte por la prolongada corrección en el sector inmobiliario
y la confianza de los consumidores que no recupera sus niveles prepandémicos.
En el caso de América
Latina y el Caribe, el FMI ajustó al alza sus perspectivas de crecimiento para
el 2024 debido a un desempeño de Brasil mejor al esperado, pese al menor crecimiento
proyectado para México y una contracción mayor a la estimada para Argentina. Para
el 2025, prevé una aceleración del crecimiento, aunque menor a la prevista anteriormente,
debido a las revisiones a la baja para Brasil y México.

En cuanto a la inflación,
el FMI espera que continúe en descenso a nivel global; los precios al consumidor
pasarían de crecer 6,7% en el 2023 a 5,8% en el 2024 y 4,3% en el 2025 (Gráfico
26). La desaceleración sería más pronunciada en las economías avanzadas para
las cuales se estima una convergencia a la meta fijada por sus bancos centrales
a finales del 2025. En las emergentes, la inflación general se ubicaría en 7,9%
en el 2024 y 5,9% en el 2025, desde el 8,1% del 2023, aunque con resultados muy
dispares entre países.

La OCDE también pronostica
que, en general, la inflación se mantendrá más alta en las economías emergentes
que en las avanzadas, aunque también disminuirá gradualmente. Para las
economías del G20, predice una marcada disminución de la inflación general de
los precios al consumidor, como resultado de la reducción de los precios de las
materias primas y de la inflación de los precios de los servicios, a medida que
se moderen las presiones sobre los costos laborales. Además, espera que la
inflación subyacente en dichas economías disminuya y se ajuste a los objetivos
de los bancos centrales a finales del próximo año.
En lo que respecta a las
materias primas, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) volvió a rebajar
su estimación del crecimiento de la demanda para el 2024 (aunque sería mayor a
la del año previo) y estima que el mercado del petróleo se enfrentará a un considerable
superávit en el próximo año, en un contexto de abundante oferta97 y
menor crecimiento de la demanda, (particularmente por la desaceleración del
consumo en China).
97 La AIE espera un fuerte
incremento en la oferta de petróleo de los productores ajenos al acuerdo de la
OPEP+ este año y el próximo, principalmente por parte de Estados Unidos,
Brasil, Guyana y Canadá, la cual cubrirá con creces el crecimiento previsto de
la demanda.
Por su parte, la FAO98
aumentó ligeramente su estimación de la producción mundial de cereales en el
2024, debido a una revisión al alza de la producción de arroz y trigo, por mejores
perspectivas en Australia e India, que compensaría la reducción en la
producción mundial de cereales secundarios, particularmente en la Unión
Europea, por condiciones meteorológicas desfavorables. No obstante, prevé que
la producción mundial de cereales en el 2024 descienda moderadamente con
respecto al 2023.
98 Nota informativa de la
FAO sobre la oferta y la demanda de cereales.
Los comportamientos
esperados por ambos organismos están alineados con la reducción prevista en
este informe en el precio medio de los hidrocarburos para el bienio y en el precio
de los granos para el 2024.
Los supuestos de las
estimaciones del entorno externo se resumen en el Cuadro 3.

La economía mundial
enfrenta una elevada deuda pública que presagia ajustes fiscales que tenderán a
limitar las posibilidades de crecimiento durante los procesos de consolidación
fiscal.
Si bien la deuda pública es
una herramienta para promover el crecimiento y desarrollo económico, su
utilización en forma excesiva conlleva el riesgo de convertirse en una carga insostenible
para los países cuya corrección usualmente es costosa en términos de
eficiencia, equidad y bienestar.
En las últimas décadas, la
razón deuda/PIB global ha mostrado una marcada tendencia al alza99,
situación que se agravó en años recientes debido a dos acontecimientos: la
crisis financiera mundial del 2008 y la pandemia del COVID-19 (Gráfico 27).
Ambos eventos ameritaron la aprobación de estímulos fiscales para atender sus
efectos sobre la economía, que impulsaron la deuda al alza.
99 La deuda pública mundial
casi se triplicó desde mediados de los años setenta; en el 2021 llegó a
representar casi el 40% de la deuda total. Véase al respecto: "La deuda
mundial reanuda su tendencia ascendente", FMI, setiembre 2023 y "La
deuda mundial alcanza cifra récord de USD 226 billones", FMI, diciembre
2021.
Con datos del World
Economic Outlook (WEO) de abril del 2024, publicado por el FMI, se determina
que la evolución de la razón deuda/PIB por grupo de economías tras los eventos antes
mencionados, ha sido la siguiente:
a. Economías avanzadas. El
mayor incremento de la razón deuda/PIB se dio luego de la crisis financiera del
2008, cuando pasó de 74%, en promedio, en el lapso 2001-2008 a 102% en el
periodo 2009-2019, situación que se agravó con la pandemia del COVID-19; así,
en el lapso 2020-2024 dicha razón aumentó a 113%, porcentaje que se estima se
mantendría en el mediano plazo. El desplome de los ingresos y la adopción de
medidas fiscales generaron un aumento en los déficits fiscales de estas economías.
b. Economías emergentes.
Estos países enfrentaron restricciones financieras más duras que las
economías avanzadas durante el período de la pandemia. La razón deuda/PIB pasó
de 43% (2001-2019) a 66% (2020-2024), y se estima que supere el 70% del PIB en
el mediano plazo.
c. América Latina y el
Caribe. La crisis financiera hizo que la razón deuda/PIB superara el
horizonte del 50%, porcentaje que aumentó durante la pandemia hasta 72% del
PIB. Para este grupo, se prevé que dicha razón disminuya en el mediano plazo.
En el Monitor Fiscal de
octubre del 2024100, el FMI señaló que el nivel de deuda pública en el
mundo es muy elevado y estima que supere los USD 100 billones en el 2024
(alrededor de 93% del PIB mundial). Después de una disminución en el 2021-2022,
la deuda pública mundial volvió a aumentar en el 2023. En un escenario mucho
más adverso, con un crecimiento económico más débil, condiciones de
financiamiento más estrictas, desviaciones fiscales y una mayor incertidumbre
económica y política, la deuda pública mundial podría alcanzar hasta 115% del
PIB en los próximos tres años (20 p.p. del PIB por encima de la proyección
base).
100 Fiscal Monitor: Putting a Lid on Public Debt.
FMI, octubre de 2024.

3.2 Proyecciones para la
economía nacional
La proyección de
crecimiento económico para el 2024 se revisa al alza en 0,1 p.p. con respecto a
la estimación presentada en el IPM de julio pasado, mientras que la del 2025 se
ajustó a la baja en igual magnitud. En ambos años, la demanda interna será el
principal motor del crecimiento.
Para los años 2024 y 2025,
se proyecta un crecimiento económico del 4,1% y 3,9%, respectivamente. En el
primero de estos años, el resultado refleja un mayor crecimiento en el consumo,
aunque parcialmente contrarrestado por la desaceleración de la inversión
privada y las exportaciones de servicios. Por su parte, para el segundo, aunque
se proyecta una desaceleración de la demanda interna, el crecimiento económico
mantiene su dependencia crítica de esta variable.
La demanda externa total se
proyecta con un crecimiento más moderado en ambos años, en comparación con el
informe de julio, toda vez que se anticipa una desaceleración en la actividad
económica de los principales socios comerciales del país. Particularmente, se
prevé un menor dinamismo del turismo receptor que sería compensado ligeramente
por el aumento en las exportaciones de bienes, en especial de empresas que
operan bajo regímenes especiales.
Además, se espera un
aumento del ingreso nacional disponible bruto de 4,0% en el 2024 y 4,2% en el
2025, impulsado por una mejora en el ingreso primario neto, en el primer año, y
una ganancia en los términos de intercambio en ambos años (de 1,0% y 0,4%101
en el orden respectivo). Estas cifras son más optimistas en comparación con las
proyecciones de julio, que anticipaban una ganancia de 0,7% en el 2024 y una
pérdida de 0,1% en el 2025.
101 La mayor ganancia en
los términos de intercambio se debe a una mejora en la relación de precios de
los bienes, impulsada por una mayor caída en el precio de los combustibles en
comparación con el informe anterior. Esta situación permite que el país
adquiera más bienes con la misma cantidad de recursos, lo cual fortalece el
ingreso nacional disponible.
Por componentes del gasto
(Cuadro 4), durante el bienio destaca el mayor crecimiento del consumo privado,
mientras que se proyecta una desaceleración en la inversión, especialmente la
privada, y en las exportaciones de servicios.
Seguidamente se presenta la
estimación del PIB, para el bienio 2024-2025, por componentes del gasto:
1. Consumo de hogares.
La revisión al alza del pronóstico de crecimiento para ambos años se debe,
principalmente, al aumento del ingreso personal disponible bruto. En particular,
la estimación para el 2024 se ajustó al alza en 0,9 p.p. debido al mejor desempeño
del mercado laboral, la recuperación de la confianza del consumidor y el impacto
de la baja inflación en el poder adquisitivo de los hogares.
La información disponible
indica un mayor consumo en el primer semestre del año, con un crecimiento de
4,4% en serie de tendencia ciclo, superior al 4,1% estimado en el informe de
julio. Entre los elementos que sustentan estas proyecciones, destacan el aporte
significativo del consumo de servicios de alquiler de vivienda, servicios financieros
y seguros, restaurantes, transporte, productos alimenticios, servicios de salud
y la compra de vehículos.
Para el 2025 se espera una
ligera desaceleración del consumo privado, con una revisión a la baja de 0,1
p.p. con respecto a lo estimado en julio. Con los ajustes indicados, el
crecimiento proyectado para el bienio sigue siendo inferior al del 2023.
2. Consumo del Gobierno.
La proyección para el 2024 se mantiene sin cambios, aunque el resultado refleja
una combinación de efectos. Por un lado, se revisa al alza el gasto en
educación y administración pública, debido a mayores compras de bienes y
servicios, así como al aumento en la contratación de personal en los
ministerios de Educación, Planificación y Seguridad, así como en el Tribunal
Supremo de Elecciones y el Poder Judicial. Esta expansión es compensada por una
reducción mayor a la esperada en el gasto en servicios de salud, como resultado
de una menor contratación de personal sanitario y expectativas de menores
compras de bienes y servicios, tal como se había anticipado en el informe de
julio.
Para el 2025, de acuerdo
con el Proyecto de Presupuesto Nacional, se prevé una mayor demanda de
contratación en el Poder Judicial, el Tribunal Supremo de Elecciones y el
Ministerio de Seguridad, que contribuye a una revisión al alza del gasto
público en 0,1% con respecto al informe anterior.
3. Formación bruta de
capital fijo. Se estima un crecimiento de 4,4% y 6,0% para el bienio
2024-2025, lo que representa una revisión a la baja con respecto a las proyecciones
anteriores (7,1% y 7,5%, respectivamente). Este ajuste se debe a que los
resultados del tercer trimestre del 2024, en el sector de la construcción
privada, fueron inferiores a lo esperado, especialmente en el segmento
residencial. Además, se prevé que la construcción pública crecerá menos de lo
estimado en el informe anterior102.
102 La proyección de
inversión en nueva construcción privada para el 2024 se revisó de 4,8%,
estimado en julio, a una contracción de 0,7% en el presente informe. Esta caída
se relaciona con el debilitamiento del sector residencial, en el segmento de
vivienda, tanto de interés social como en el de hogares de altos ingresos. Este
impacto sería parcialmente compensado por el crecimiento en obras relacionadas
con plazas, locales comerciales y bodegas.
Para la inversión pública
en nuevas construcciones, se proyecta un incremento de 5,2% (5,5% previsto en
julio), influenciado por retrasos en obras como: a) la ampliación de la Ruta
32, b) la postergación de la finalización del Hospital Monseñor Sanabria de
Puntarenas, y c) la ampliación del Programa de Obras Estratégicas de
Infraestructura Vial del Conavi. Este efecto negativo sería parcialmente
compensado por un incremento en la ejecución del Programa de Infraestructura de
Transporte y del Programa de Emergencia para la Reconstrucción Integral y
Resiliente de Infraestructura.
Para el 2025, se estima un
crecimiento de 1,6% en la inversión de nueva construcción privada (4,9%
estimado en julio) y de 5,1% en la inversión en infraestructura pública (7,2%
estimación previa). En este último caso el cambio está determinado por la
reducción en el presupuesto del Conavi y las Juntas de Educación en comparación
con el 2024; no obstante, este efecto sería parcialmente compensado por un
incremento en la ejecución de la reestructuración de las oficinas centrales del
Banco Popular y por la construcción de rotondas en los cantones situados en la
Ruta 32.
En cuanto a la inversión en
maquinaria y equipo, se reduce la proyección para el 2024 a 9,5% (9,9% en el
informe de julio) y se aumenta ligeramente la del 2025 de 10,1% en el informe
previo a 10,3%.

4. Demanda externa.
Se ajusta a la baja su crecimiento para el bienio debido a una moderación en
las exportaciones de servicios vinculados al turismo, que se estima serán
inferiores al pronóstico realizado en julio. No obstante, se mantiene el dinamismo
en los servicios profesionales, especialmente en áreas como apoyo a empresas e
investigación y desarrollo, así como en servicios informáticos, que incluyen apoyo
técnico, desarrollo de software y consultoría.
En el caso de las
exportaciones de bienes, se pronostica un mejor desempeño durante el bienio en
comparación con la proyección de julio. Para el 2024, se esperan mayores ventas
de productos manufacturados del régimen especial, además de la mejor evolución
de las ventas externas de piña y banano. En el 2025, el crecimiento se desaceleraría,
con respecto al año anterior, por el efecto combinado de un menor aumento en la
demanda externa por productos manufacturados del régimen definitivo, toda vez
que se mantiene el supuesto de moderación en la demanda externa por productos
del régimen especial.
5. Importaciones. La
revisión a la baja en esta variable se debe, en el 2024, a una menor adquisición
de materias primas, bienes de capital y un menor volumen de combustible. En el
2025, la disminución se explica por una moderación en las compras de bienes de
consumo y materias primas, coherente con la evolución esperada de la actividad
económica.
En igual sentido, las importaciones
de servicios registrarían un menor crecimiento en el bienio, explicado en ambos
años por el comportamiento del turismo emisor, parcialmente compensado, en
especial en el 2024, por la demanda de servicios empresariales, como
consultoría, gestión financiera y recursos humanos, así como derechos de
propiedad intelectual e investigación y desarrollo. En el 2025 influiría, además,
el crecimiento de los servicios de transporte de mercancías.
Por actividad económica, la
revisión a la baja en el 2024 de la construcción, los servicios de hoteles y
restaurantes e inmobiliarios fue ligeramente compensada por el mayor crecimiento
en el resto de las actividades. En el 2025, además de la menor proyección para las
actividades antes citadas, se suman la manufactura y el comercio,
contrarrestado en parte por el mayor crecimiento de la actividad de
intermediación financiera y seguros, así como los servicios de transporte
(Cuadro 5).
Con respecto a las
proyecciones del PIB para el 2024 y el 2025, según la actividad económica, destaca
lo siguiente:
1. Construcción. Se revisa a la baja el crecimiento previsto para el bienio. Como se
explicó anteriormente, en adición al comportamiento estimado para la
construcción con destino privado, se espera una desaceleración de la inversión
pública.
2. Hoteles y restaurantes. En línea con el comportamiento proyectado para las exportaciones de
servicios, el menor crecimiento estimado para el bienio se atribuye a una
desaceleración en la demanda externa de estos servicios, originada por la moderación
en las proyecciones de ingreso de turistas103.
103 En este informe, la
proyección del crecimiento del ingreso de turistas se revisa a la baja; de las
estimaciones previas de 15,7% para el 2024 y 8,6% para el 2025 se pasa a 7,0% y
8,4%, respectivamente.
3. Inmobiliaria. La revisión a la baja en comparación con el ejercicio anterior se
explica por la ralentización en el crecimiento de los alquileres no
residenciales. Esta desaceleración está vinculada a actividades económicas
cuyas empresas operan bajo el régimen definitivo, como restaurantes y servicios
diversos (reparación de computadoras, servicios de lavandería y otros servicios
profesionales).
4. Manufactura. El pronóstico para el 2024 se revisa al alza, impulsado por un mejor desempeño
de la producción tanto de empresas del régimen especial como del régimen definitivo.
En el caso del régimen especial, el crecimiento está vinculado a una mayor demanda
externa de implementos médicos, en tanto que en el definitivo está impulsado
por una mayor producción destinada al mercado interno de pollo, leche, azúcar,
productos de panadería, frutas y legumbres, carne y productos de cemento.
Por el contrario, el
crecimiento del 2025 se revisa a la baja, congruente con la evolución esperada
de la demanda externa por bienes manufacturados del régimen especial, así como
de la demanda interna, que incidirá en la producción de las empresas del
régimen definitivo.
5. Transporte. Esta actividad se revisa al alza para ambos años, impulsada por el aumento
en los servicios de transporte de pasajeros en taxis, así como en las actividades
de apoyo al transporte, que incluyen servicios de peaje, aeropuertos y puertos.
Además, el transporte de carga vinculado al comercio exterior también contribuye
a este crecimiento. Sin embargo, dicho aumento es parcialmente compensado por
un menor crecimiento en el flujo de turistas.

6. Intermediación
financiera y seguros. La estimación para el 2024
se revisa a la baja en 0,2 p.p., pese a que se proyecta un mayor crecimiento en
la producción, favorecido por un aumento en la demanda de crédito y depósitos.
Se estima un incremento aún mayor en el consumo intermedio de las entidades que
prestan servicios de seguros e intermediación financiera104, lo que
afectaría el resultado del valor agregado para este año105. Para el
2025, se anticipa una aceleración del crecimiento en comparación con el informe
anterior, debido al aumento estimado en la demanda de crédito y en la producción
de los servicios de seguros.
104 En el 2024 se observa
una mayor adquisición de reaseguros por parte de las empresas aseguradoras, así
como un aumento en el pago de comisiones por servicios financieros (puestos de
bolsa, fideicomisos, entre otros) y adquisición de servicios administrativos y
de apoyo de oficina por parte de las entidades financieras.
105 Valor agregado bruto =
Valor de la producción?Consumo intermedio.
7. Comercio. El crecimiento para el 2024 se revisa al alza debido al mejor desempeño de
la demanda interna, particularmente del consumo de los hogares.
Por grupo de comercio, los
que más incidirían en ese resultado son automóviles, productos alimenticios y
artículos eléctricos y electrónicos. Para el 2025 se espera una desaceleración
del crecimiento, acorde con la evolución prevista para las importaciones.
8. Servicios empresariales.
El mayor crecimiento estimado para ambos años es explicado
por el incremento en los servicios de investigación y desarrollo, oficinas principales
y servicios administrativos y de apoyo a empresas que brindan las empresas
adscritas al régimen especial, destinados principalmente al mercado externo, así
como servicios de publicidad, alquiler de vehículos y de seguridad que ofrecen empresas
del régimen definitivo.
9. Agropecuario. El crecimiento estimado para el 2024 se revisa al alza con respecto a lo
estimado en el IPM de julio. Este resultado combina un mejor desempeño en las actividades
pecuarias (carne, leche y huevos), impulsadas por una mayor demanda interna,
con una mejor evolución en las ventas externas de banano.
Para el 2025, se mantiene
el crecimiento previsto en julio pasado. Este resultado supone un aumento
moderado en la producción exportable de banano y piña, la recuperación de la
producción de café y una moderada permanencia del impulso de la demanda interna
sobre las actividades pecuarias. No obstante, persiste el riesgo de afectaciones
debido a posibles condiciones climáticas adversas, derivadas del fenómeno ENOS
en su fase La Niña106, que impactaría negativamente el rendimiento por
hectárea de cultivos orientados al mercado local.
106 A nivel nacional se
continúa bajo una fase Neutra del ENOS, que se prolongará hasta que inicie la
fase de la Niña, a finales del 2024 o inicios del 2025 Pronóstico
Estacional octubre - diciembre 2024, pág. 1, Instituto meteorológico
nacional.
El Gráfico 28 resume el
crecimiento estimado para el PIB en este informe para los años 2023 y 2024,
tanto por componentes del gasto como por actividad económica.

En el período 2024-2025, el
déficit de la cuenta corriente se ubicaría, en promedio, en 1,7% del PIB
(Gráfico 29), lo que significaría un incremento de 0,3 p.p. con respecto al observado
en el 2023, aunque es menor en esa misma proporción en relación con lo estimado
en julio. Al igual que en años previos, la brecha negativa de la cuenta
corriente se financiaría con ahorro externo de largo plazo.
El déficit de la cuenta de
bienes alcanzaría en el bienio una razón promedio con respecto al PIB de 5,0%,
similar a la del 2023, estimación que fue revisada a la baja en este informe. Dicha
revisión consideró que las cifras observadas de comercio exterior, en lo que
transcurre del 2024, muestran un crecimiento promedio de compras y ventas
externas de bienes menor al previsto, pero en forma más acentuada en las
importaciones en ambos regímenes de producción (especial y definitivo).
A pesar de la revisión a la
baja, en este informe se mantiene la previsión de una aceleración de las
importaciones de bienes con respecto al 2023 que estaría explicada, en lo
fundamental, por las mayores compras del régimen definitivo (sin
hidrocarburos), las cuales crecerían a una tasa promedio en el bienio de 9,3%
(5,7% en el 2023), en especial por las compras destinadas a los bienes de
consumo y de capital.
En el rubro de hidrocarburos,
se estima que en el bienio continuaría la contracción observada desde el 2023,
después del crecimiento excepcional registrado en el 2022. Dicho comportamiento
obedecería, básicamente, a las previsiones de menores precios para la mezcla
del producto terminado (caída interanual promedio de 7,5%), toda vez que se
espera un aumento medio interanual de 1,4%107 en la cantidad de
barriles importados.
107 El incremento estimado
en los barriles importados estaría influido por el aumento en el primer
semestre del 2024 en las compras del ICE para el funcionamiento de sus plantas
térmicas. No obstante, se espera que este efecto se disipe en el 2025, con un
volumen de barriles importados similar al del 2023.

Las exportaciones de bienes
crecerían a una tasa interanual media de 7,5%, lideradas por las empresas
adscritas a los regímenes especiales, aunque con un ritmo de crecimiento menor
en relación con lo previsto en julio. Para el régimen definitivo se espera una
aceleración con respecto al 2023, principalmente por el repunte esperado de las
ventas de bienes manufacturados, que pasarían de una contracción de 5,4% en ese
año a un crecimiento medio de 3,8% en el bienio 2024-2025.
La cuenta de servicios
registraría un superávit promedio anual de USD 10.704,2 millones y una
relación media con respecto al PIB de 10,9%. Ello significa una revisión a la
baja tanto con respecto a la estimación del IPM de julio como en relación con
lo observado en el 2023, de 0,6 p.p. del PIB y 0,3 p.p. del PIB en cada caso.
Dicha revisión respondió a una previsión menos optimista para el ingreso de
turistas108 y en el crecimiento de las exportaciones netas del resto
de los servicios, en especial de los de apoyo empresarial.
108 Según los datos
disponibles a setiembre por parte del Instituto Costarricense de Turismo (ICT).
En lo que respecta a la
retribución a los factores de producción, se alcanzaría un resultado deficitario
medio del orden de 8,2% del PIB, razón cercana a la del 2023. Este desbalance representaría
el nivel más alto en los últimos 25 años, lo cual es congruente con flujos crecientes
de inversión directa y de financiamiento público externo. Para el bienio en comentario,
se estima una variación interanual media de 7,9% en el déficit de la cuenta de ingreso
primario.
En el bienio 2024-2025 el
país registraría un ingreso de ahorro externo neto promedio de 2,6% del PIB,
monto inferior al observado en el 2023. Pese a ello, la razón de activos de reserva
a PIB alcanzaría un nivel promedio de 15,1% y el indicador de reservas se
ubicaría en un nivel medio cercano a 150,0% del nivel mínimo considerado como
adecuado.
En el periodo en
comentario, el financiamiento externo neto promedio del país rondaría los 2.573,5
millones, cifra menor en 4,1 p.p. del PIB con respecto al 2023. Este
comportamiento se explica por la reducción en los ingresos netos de recursos,
tanto para el sector público, por menores desembolsos, como para el sector
privado (excluida la inversión directa), por el pago neto de pasivos externos.

Los flujos de inversión
directa continuarían estables y alcanzarían, en promedio, un valor en torno a
5,0% del PIB (Gráfico 30), superior al promedio del quinquenio que finalizó en
el 2022. Dichas cifras fueron revisadas levemente a la baja (0,1 p.p. del PIB)
con respecto a lo estimado en julio, debido a la moderación de las
exportaciones observadas a setiembre de las empresas amparadas a los regímenes
especiales, que impactaría las estimaciones para el resto del horizonte del
pronóstico.
El financiamiento externo
estimado para el bienio, en conjunto con las previsiones para el déficit de la
cuenta corriente, permitiría la acumulación de activos de reserva hasta
alcanzar un saldo promedio de 15,1% del PIB y mantener el indicador de
seguimiento de reservas en un valor medio de 149,0%, porcentaje que está dentro
del rango adecuado para el país, según la metodología adoptada por la Junta
Directiva del BCCR en marzo de 2023.
Las proyecciones fiscales
para el bienio 2024-2025 denotan menores rendimientos de los esfuerzos por mantener
la disciplina fiscal, que los incorporados en el IPM de julio pasado, pero se
mantienen congruentes con los objetivos fiscales establecidos en el proceso de
consolidación de mediano plazo.
109 Corresponde a las
proyecciones publicadas en el Marco Fiscal de Mediano Plazo (MFMP) 2024-2029 de
agosto del 2024, escaladas al PIB incluido en este IPM.
Como parte de la
actualización del Marco Fiscal de Mediano Plazo109 que acompañó al Proyecto de
Ley del Presupuesto Nacional de la República correspondiente al ejercicio económico
del año 2025 (Expediente 24.535), el Ministerio de Hacienda revisó al alza las previsiones
de gastos (totales y primarios) para el bienio 2024-2025, por lo cual se estima
que los resultados primario y financiero como proporción del PIB se ubicarían
en el 2024 en 1,3% y -3,7%, respectivamente, y en el 2025 en 1,6% y -3,2%, en
igual orden (Gráfico 31.A y Cuadro 6).

Estos resultados, si bien
apoyan el proceso de consolidación fiscal de mediano plazo, lo hacen en menor
medida que el escenario contemplado en el IPM julio del año en curso. Nótese
que, en relación con el PIB, a pesar de la reducción de los ingresos y el
incremento de los gastos en el 2024, es posible generar en ambos años superávit
primario, que es lo que en última instancia permite continuar en la senda
decreciente en la relación deuda/PIB.
Las proyecciones fiscales
incorporan los siguientes supuestos:
1. Los rendimientos en
ingresos previstos por la Ley 9.635 se alcanzaron en su totalidad, por lo cual,
no se contemplan recursos adicionales.
2. Los ingresos totales y
tributarios crecerían a una tasa promedio de 4,3% y 4,0% en el 2024 y 2025110,
respectivamente, por debajo del crecimiento promedio proyectado para el PIB
nominal en el bienio. Dado lo anterior, la carga tributaria promedio
equivaldría a 13,3% del PIB, levemente inferior a la registrada en el 2023.
110 Los mayores ajustes a
la baja en el 2024 se registran en el impuesto sobre la renta y el impuesto al
valor agregado y, en menor medida, en el impuesto a la propiedad. Ello debido a
lo observado en el primer semestre del año y a lo que se dejará de percibir por
la aplicación de las leyes 10.390 "Modificaciones sobre la propiedad de
vehículos automotores" y 10.381 "Modificación a la Ley 7.092, Ley del Impuesto sobre
la Renta".
3. El gasto total y el
primario aumentarían 4,3% y 4,1%, en promedio, durante el bienio, lo que
ubicaría su razón media con respecto al PIB en 18,4% y 13,5%, en el orden mencionado,
tasas superiores a las previstas en el IPM de julio111. El
incremento en el gasto se explicaría por el comportamiento de las
remuneraciones, las transferencias corrientes y el pago de intereses de la
deuda.
111 Sin embargo, la
relación gasto a PIB se mantendría por debajo de los valores registrados en el
periodo 2017-2019, antes de la aprobación de la Ley N°9.635, cuando su valor
medio fue de 20% en el gasto total y 16,5% en el primario.
4. La aplicación de la
regla fiscal se mantendrá sobre el control del gasto total, toda vez que en el
último cuatrienio la razón de la deuda como proporción del PIB superó el 60%112
(Gráfico 31.B).
Debido al deterioro
previsto para el bienio en los balances fiscales, la relación de la deuda del
Gobierno Central con respecto al PIB se ubicaría por debajo del 60% del PIB hasta
el 2026, no el 2025 como se había anunciado en los últimos informes de política
monetaria. Por lo tanto, de cumplirse estas previsiones, la aplicación de la
regla fiscal sobre el gasto corriente sería hasta el 2028, lo que retrasaría el
mayor espacio para el gasto de capital y, en especial, para la inversión.
112 De acuerdo con el
artículo 11 del Capítulo II del Título IV de la Ley 9635, el crecimiento del
gasto total por aplicación de la regla fiscal será de un máximo de 3,53% y
3,75% en el ejercicio económico del 2024 y 2025, respectivamente, por cuanto la
relación de deuda a PIB del Gobierno Central se mantiene por encima del límite
establecido (60%).
5. El pago de intereses
alcanzaría un máximo en el 2024 (5,0% del PIB) y empezaría a disminuir en el
mediano plazo (0,2 p.p. del PIB a partir del siguiente año). Esta reducción se
asocia a la mejora en la calificación crediticia (recientemente Moody´s mejoró
la calificación crediticia, de B1 a Ba3 con perspectiva positiva), que se
manifiesta en una mejor percepción de riesgo del país y la persistencia en la
generación de superávits primarios.
6. Según la dinámica
esperada en las finanzas públicas, específicamente, en el superávit primario y
el déficit financiero, el requerimiento bruto de financiamiento del Gobierno Central
en términos del PIB se ubicaría durante el bienio en un promedio de 8,5%, superior
a lo proyectado en el informe anterior (8,1%).

Se estima que la inflación
general retornará al rango que contiene la meta en el tercer trimestre del 2025,
en tanto que la subyacente lo haría en el segundo trimestre de ese mismo año.
En este informe, el
horizonte de pronóstico relevante para la política monetaria comprende desde el
cuarto trimestre del 2024 hasta el tercero del 2026 y las proyecciones incorporan
una postura de política monetaria cuyo objetivo es que en el mediano plazo la
inflación converja a la meta definida por la Junta Directiva del BCCR (3% ± 1
p.p.).
Con la mejor información
disponible, los modelos de proyección del Banco Central señalan que, la
inflación general, en términos interanuales, se mantendrá en valores cercanos a
cero, e incluso negativos, en lo que resta del 2024 y alcanzaría valores
coherentes con el rango que contiene la meta en el tercer trimestre del 2025.
La valoración de riesgos se
mantiene inclinada a la baja; es decir, existe una mayor probabilidad de que la
inflación, tanto general como subyacente, se ubiquen por debajo del valor
central proyectado113.
113 Las trayectorias son
generadas a partir del modelo macroeconómico del BCCR, con información a
octubre del 2024 de proyecciones de precios internacionales de materias primas,
tasas de interés, crecimiento e inflación de los principales socios comerciales
de Costa Rica, entre otras, y toman en cuenta la respuesta de la TPM, modelada
mediante una regla tipo Taylor. El horizonte de 8 trimestres permite considerar
los rezagos con que opera la política monetaria.
La inflación interanual
general del tercer trimestre del 2024 (0,1% en promedio) resultó 0,4 p.p.
inferior a lo estimado en el IPM de julio pasado. Este error de pronóstico de
corto plazo (1 trimestre) se debió, en mayor medida, a que el precio
internacional de algunas materias primas, en especial el petróleo, resultó
inferior al supuesto en ese informe.
Las expectativas de
inflación, uno de los determinantes macroeconómicos de la inflación, tenderían
a ubicarse en torno a 2,8%, en promedio, en todo el horizonte de proyección.
La brecha del producto se
mantendría en valores ligeramente positivos, pero no representa excesos de
demanda agregada que desvíen la inflación de su meta.
Lo anterior llevaría a que,
en términos interanuales, la inflación subyacente, luego de ubicarse en 0,5%,
en promedio, en el tercer trimestre del 2024, se mantendría en torno a 2,4% en promedio
en todo el horizonte de proyección (Gráfico 32.A).
La inflación general se
ubicaría en 2,1%, en promedio, en el horizonte de proyección (Gráfico 32.B) e
ingresaría a valores coherentes con el rango que contiene la meta a partir del
tercer trimestre del 2025, lo que implica un rezago de dos trimestres con
respecto al informe de julio anterior. El principal factor que influye en este
rezago es una trayectoria en el precio de las materias primas en los mercados
internacionales inferior a la supuesta en el informe previo, como se observa en
el cuadro 3 de los principales supuestos de economía internacional.

El ahorro financiero y el
crédito al sector privado aumentarían de conformidad con el crecimiento real
previsto para la actividad económica y la meta de inflación.
Dada la meta de inflación,
así como el comportamiento previsto para las cuentas de producción, la liquidez
total crecería a una tasa anual de 7,2% en el 2024 y 7,1% en el 2025, lo que
permitiría un crecimiento anual del crédito al sector privado de 7,2% y 6,9%,
en el mismo orden.
El aumento del crédito
ocurriría tanto en moneda nacional como extranjera; sin embargo, se supone que
el crecimiento del crédito en dólares se desaceleraría (de 11,0% en el 2023 a 10,0%
y 8,0% en el 2024 y 2025, respectivamente) y con ello se desacelera el proceso
de dolarización relativa del crédito observado desde el 2023. Este menor
crecimiento previsto en el crédito en moneda extranjera sería el resultado de
la reducción esperada en las tasas de interés activas en colones del sistema
financiero (comportamiento congruente con las reducciones aplicadas en la TPM),
que llevaría a un repunte del crédito en moneda nacional en detrimento de las
operaciones en dólares.
El Cuadro 7 presenta un
resumen de las proyecciones de las principales variables macroeconómicas
incluidas en este informe.

3.3 Balance de riesgos del
pronóstico macroeconómico
La actualización de las
proyecciones de las principales variables macroeconómicas para el horizonte de
pronóstico se realizó con la mejor información disponible a octubre del 2024. No
obstante, como es habitual en toda proyección macroeconómica, existen riesgos inherentes
tanto al contexto externo como al interno que podrían desviar el escenario macroeconómico
central contemplado en este informe. De materializarse estos riesgos, la inflación
podría desviarse tanto a la baja (riesgos a la baja) como al alza (riesgos al
alza) respecto al valor central proyectado.
Riesgos a la baja
1. La persistencia de una
inflación por debajo del rango en torno a la meta de inflación podría llevar a
los agentes económicos a anticipar niveles de inflación más bajos, lo que
disminuiría las expectativas inflacionarias y, por tanto, reduciría las
presiones sobre la inflación observada.
2. Un crecimiento de la
economía mundial inferior al proyectado en este ejercicio, en particular de los
principales socios comerciales del país, podría traducirse en una reducción de
la demanda externa. Esto desaceleraría el crecimiento económico local y disminuiría
las presiones inflacionarias.
3. Un traspaso más lento de
las reducciones en la TPM a las tasas de interés activas del sistema
financiero, en comparación con lo observado históricamente en Costa Rica, afectaría
negativamente la actividad económica, lo que reduciría las presiones de la demanda
interna sobre los precios.
Riesgos al alza
1. Un posible escalamiento,
aun mayor, de los conflictos geopolíticos actuales, como la guerra en Europa
del Este, las tensiones en Oriente Medio y las tensiones comerciales entre los
países del G7 y China, junto con la incertidumbre en torno a los procesos electorales
en varios países durante el 2024114 podría aumentar la fragmentación
del comercio global. Esto generaría disrupciones adicionales en las cadenas de
suministro y aumentaría la volatilidad de los precios de las materias primas,
especialmente del petróleo y los alimentos, lo que, como en otros episodios
similares, se trasladaría a mayores costos de producción y presiones
inflacionarias.
114 Destacan las elecciones
en Estados Unidos de América, principal socio comercial de Costa Rica.
2. Condiciones climáticas
extremas, como el desarrollo del fenómeno ENOS en su fase La Niña hacia finales
del 2024 o inicios del 2025 tendría un impacto negativo en la producción
agrícola y en otras actividades dependientes del clima, tanto a nivel local como
internacional. Esto podría no solo reducir la oferta de ciertos productos
básicos, que eleve sus precios, sino también generaría mayores costos en la
cadena de suministro agrícola y energética, y con ello se amplificarían las
presiones inflacionarias.
3.4. Acciones futuras de
política monetaria y funcionamiento del mercado cambiario
La Junta Directiva del BCCR
reafirma su compromiso con la estabilidad de precios, condición que promueve la
estabilidad macroeconómica e incide positivamente en el crecimiento económico y
en la generación de empleo. Por ello mantiene la meta de inflación en 3%± 1
p.p.
El BCCR hará los ajustes
requeridos en la TPM para que la inflación retorne a valores coherentes con esa
meta. Lo anterior basado en la valoración del comportamiento reciente y la
trayectoria de los pronósticos de la inflación y de sus determinantes
macroeconómicos (brecha del producto y expectativas de inflación), así como de
los riesgos asociados a la proyección de inflación.
También, gestionará la
liquidez del sistema financiero con el fin de reducir los excesos monetarios
para evitar que su persistencia genere presiones inflacionarias adicionales.
Además, buscará mejorar la
comunicación con el público, con el fin de facilitar un mejor entendimiento de
la coyuntura macroeconómica y de los elementos que sustentaron las decisiones
del BCCR en materia monetaria, cambiaria y de temas relativos a la estabilidad
y eficiencia del sistema financiero. Con ello se busca contribuir a un proceso
informado de construcción de expectativas económicas, que facilite la
convergencia de la inflación a la meta definida por el BCCR.
En materia cambiaria,
acorde con lo dispuesto en su Ley Orgánica, el BCCR participará en el mercado
cambiario con el fin de atender los requerimientos propios y del sector público
no bancario, así como para mitigar fluctuaciones violentas en el tipo de
cambio. En la medida que las condiciones del mercado cambiario lo permitan,
procurará fortalecer aún más el blindaje financiero del país. Además,
continuará con el análisis de eventuales cambios operativos que procuren el
mejor funcionamiento de ese mercado y con ello, contribuya a un proceso
ordenado de formación de precios.
Ficha articulo
Fecha de generación: 15/11/2025 10:06:13