BANCO CENTRAL DE COSTA RICA
JUNTA DIRECTIVA
La Junta Directiva del Banco Central
de Costa Rica, en el artículo 5 del acta de la sesión 6201-2024, celebrada el
26 de julio del 2024, dispuso en firme:
aprobar el Informe de Política Monetaria, enero 2024, cuyo texto se inserta más
adelante, de conformidad con lo establecido en el literal b, artículo 14, de la
Ley Orgánica del Banco Central de Costa Rica, Ley 7558.
INFORME DE POLÍTICA MONETARIA -julio
2024-
PRÓLOGO
EL RÉGIMEN DE POLÍTICA MONETARIA DEL
BCCR
La política monetaria comprende el
conjunto de acciones que toma un banco central para influir sobre la
cantidad de dinero disponible en la economía y, por tanto, sobre las tasas de
interés, con el fin de promover la estabilidad de los precios. En el
caso de Costa Rica, las disposiciones en materia de política monetaria se rigen
por lo establecido en la Ley 7558, Ley Orgánica del Banco Central de
Costa Rica (BCCR). De acuerdo con su artículo 2, el Banco Central
orienta sus acciones de política monetaria al logro de una inflación
baja y estable como objetivo principal. En enero del 2018, el BCCR adoptó oficialmente
el esquema de metas explícitas de inflación para la conducción de su política
monetaria1; sin embargo, desde años antes implementaba, de
hecho, este esquema monetario.
1 Un mayor detalle del marco de política monetaria del BCCR
se presenta en el capítulo 2 del Informe de Política Monetaria de abril del
2020.
Dicho marco se caracteriza por el anuncio
público sobre el compromiso del banco central de alcanzar un objetivo
cuantitativo (por lo general con un rango de tolerancia alrededor de la meta)
para la tasa de inflación en un determinado horizonte de tiempo, y se acompaña
del reconocimiento de que el principal objetivo del banco central es
mantener la inflación baja y estable. Además, manifiesta la importancia
de la rendición de cuentas y la explicación de las motivaciones en la
toma de decisiones de la autoridad monetaria, para el proceso de formación
de expectativas inflacionarias.
De acuerdo con lo anterior, la Junta
Directiva del Banco Central de Costa Rica definió la meta explícita de
inflación en 3%, con un margen de tolerancia de ± 1 punto porcentual, en un
horizonte de 12 a 24 meses.
Esto significa que la política
monetaria del BCCR es prospectiva. Es decir, dado que las medidas de
política monetaria requieren tiempo para transmitirse hacia otras variables económicas
y tener el efecto esperado sobre la inflación, éstas se fundamentan en la
evolución proyectada de la inflación y de sus determinantes. El principal
instrumento para indicar el tono de la política monetaria es la Tasa de
Política Monetaria (TPM), la cual se revisa de conformidad con un calendario
aprobado por la Junta Directiva, que se hace de conocimiento público con
antelación. Así, la TPM y la política monetaria en general se ajustarán de
forma tal que la inflación proyectada en un horizonte de 12 a 24 meses se
oriente a la meta de 3%. Logrado esto, el BCCR debe procurar que la producción
tienda a su nivel potencial, en cumplimiento de uno de sus objetivos
subsidiarios.
Los análisis efectuados por el BCCR
para tomar sus decisiones de política monetaria son informados a la sociedad
por medio de comunicados y documentos analíticos. Entre ellos está el Informe
de Política Monetaria el cual se publica cuatro veces al año, al término de
enero, abril, julio y octubre. Este informe analiza la coyuntura
macroeconómica, detalla las acciones de política monetaria aplicadas por el Banco
Central y presenta las proyecciones de esta entidad para la inflación y la
producción.
PRESENTACIÓN
En nombre de la Junta Directiva del
Banco Central de Costa Rica, presento el Informe de Política Monetaria
(IPM) correspondiente a julio del 2024. Este documento hace explícita la visión
del BCCR sobre la coyuntura económica, nacional e internacional, revisa las proyecciones
para un conjunto de variables macroeconómicas y detalla las acciones de política
aplicadas y la orientación de las que ejecutaría para cumplir con los objetivos
establecidos en su Ley Orgánica.
En el segundo trimestre del 2024, la
inflación global continuó, en general, con una tendencia a la baja,
aunque a un ritmo más lento de lo previsto en meses previos. Este hecho, unido
a la elevada incertidumbre generada por las condiciones geopolíticas,
llevó a los bancos centrales a mantener una política monetaria
restrictiva. Dado lo anterior, en la mayoría de las economías avanzadas
el crecimiento económico fue débil, con un mejor desempeño en las emergentes.
En este contexto internacional, la
economía costarricense mostró un desempeño con resultados mixtos. La
producción, aunque desaceleró, creció en el segundo trimestre a una tasa
relativamente alta (4,2%), superior al promedio registrado en los años previos
a la pandemia, al crecimiento previsto de los principales socios
comerciales del país en el presente año y al promedio simple de los
países de ingreso mediano alto, según la clasificación del Banco
Mundial.
En el mercado laboral, la tasa de
desempleo aumentó, pero mejoraron los niveles de ocupación y
participación laboral, así como los ingresos reales de los trabajadores.
Además, la tasa de subempleo continuó en niveles mínimos históricos.
El déficit de cuenta corriente de la
balanza de pagos, como proporción del PIB, se mantuvo, en el primer
semestre, en una razón similar a la del mismo período del año previo,
comportamiento afín con la tendencia decreciente que ha presentado esta
variable a lo largo del tiempo.
El Gobierno Central generó un
superávit primario y un déficit financiero que le permite continuar en
la senda de la sostenibilidad fiscal en el mediano plazo.
En el segundo trimestre continuó la
disipación de las presiones deflacionarias, lo cual alejó a la inflación
general de los valores negativos mostrados durante el último año, aunque, al
igual que la inflación subyacente, permaneció por debajo del límite
inferior del rango de tolerancia alrededor de la meta de inflación.
Dado este comportamiento de la
inflación, así como el análisis de la trayectoria de los pronósticos de
inflación, de sus determinantes macroeconómicos y de los riesgos que
condicionarían la proyección de inflación, la Junta Directiva del BCCR dispuso
en sus reuniones de junio y julio mantener el nivel de la TPM en 4,75%,
luego de la reducción aplicada en el primer cuatrimestre del año. Esto con el
objetivo de dar el tiempo necesario para que la reducción acumulada en
la TPM, iniciada en marzo del 2023 (425 p.b.), se transmita al resto de
tasas de interés del sistema financiero, en especial, a las tasas de
interés activas.
El proceso de ajuste de la TPM hacia
la neutralidad monetaria se ha conducido con gradualidad y prudencia por
parte de la Junta Directiva, consciente de que se debe preservar la
credibilidad del Banco Central, para mantener las expectativas de inflación alrededor
de la meta de inflación, indicador que actualmente se encuentra cerca de esa
condición.
En este informe, se proyecta un
crecimiento de la producción de 4,0% en el 2024 y el 2025, lo que
significa una revisión al alza de 0,2 p.p. en relación con la estimación
presentada en abril último.
Asimismo, el BCCR prevé que la
inflación general y la subyacente retornarían al rango de tolerancia
alrededor de la meta en el primer trimestre del 2025, tal como se contempló en
el IPM de abril pasado. No obstante, el primero de estos indicadores
presentaría valores positivos a partir del tercer trimestre del año en
curso. Por su parte, el déficit de la cuenta corriente se ubicaría en
esos años en 2,0% del PIB en promedio, superior al resultado del 2023 y
a lo previsto en el informe de abril.
La revisión de las proyecciones de
las principales variables macroeconómicas presentada en este informe
incorpora la mejor información disponible al momento, pero está sujeta a riesgos
que, de materializarse, podrían desviar la inflación con respecto al valor
central estimado en este informe. En esta ocasión, si bien los pronósticos de
inflación la ubican en valores por debajo del rango de tolerancia en los
últimos dos trimestres del 2024, la valoración de riesgos para un
horizonte más amplio está inclinada al alza.
Al igual que lo ha hecho hasta el
momento, el BCCR mantendrá una política monetaria prudente, basada en un
análisis prospectivo de la inflación y de sus determinantes, así como los
riesgos cuya materialización podrían desviar a la inflación de su trayectoria
central.
Asimismo, participará en el mercado
de divisas para atender sus requerimientos y los del sector público no
bancario, así como para mitigar fluctuaciones violentas en el tipo de cambio
y, en la medida de lo posible, fortalecer aún más el blindaje financiero
del país. También mantendrá sus esfuerzos por mejorar la comunicación
con el público en general y los mercados en particular, por medio, entre
otros, de documentos como el que se presenta en
esta ocasión.
Róger Madrigal López

Resumen
I. Coyuntura económica
En el segundo trimestre del presente
año, la evolución de la economía internacional continuó condicionada por
los conflictos geopolíticos existentes desde tiempo atrás, algunos de los cuales
se han agravado, y por la política monetaria restrictiva.
En este contexto, la inflación
global mantuvo la tendencia a la baja, aunque a un menor ritmo que en
meses previos, e incluso en algunos países hubo un repunte en este indicador,
debido a la persistencia de la inflación en los servicios y a que la
desinflación en los precios de los bienes se ha atenuado. Si bien ese
repunte fue limitado (en magnitud y cantidad de países afectados), la
senda decreciente de la inflación podría ser afectada por la evolución en el
precio del petróleo y en el costo de transporte marítimo de contenedores.
El ajuste más lento de lo esperado
en la inflación mundial, la relativa fortaleza de la demanda global y la
elevada incertidumbre en torno a las condiciones geopolíticas ha llevado a que
los bancos centrales mantengan el tono restrictivo de la política
monetaria y que, en general, en sus decisiones priven elementos de
prudencia.
En un entorno de política monetaria
restrictiva en la mayoría de las economías avanzadas el crecimiento fue
débil, mientras que en las emergentes los resultados fueron mejores. Indicadores
de corto plazo como el índice de gerentes de compras, dan señales mixtas para
ambos grupos.
En Costa Rica, en el segundo
trimestre del 2024 continuó la disipación de las presiones deflacionarias,
manifiesta desde setiembre del 2023, lo cual alejó a la inflación general de
los valores negativos mostrados durante el último año. Sin embargo,
tanto este indicador como el de inflación subyacente se mantuvieron por
debajo del límite inferior del rango de tolerancia alrededor de la meta
de inflación. En junio, la inflación general, medida con la variación
interanual del Índice de Precios al Consumidor (IPC) y el promedio de los indicadores
de inflación subyacente se ubicaron en 0,0% y 0,4%, respectivamente.
La actividad económica se
desaceleró, pero su variación en el segundo trimestre (4,2%) es un buen
resultado, pues no solo superó al crecimiento promedio registrado en los años
previos a la pandemia (3,8% entre el 2010 y el 2019), sino también al
que han mostrado los principales socios comerciales del país (2,6% en el
2023 y 2,4% previsto para el 2024) y al promedio simple de los países de
ingreso mediano alto según la clasificación del Banco Mundial (3,3%).
El comportamiento indicado de la
producción estuvo influido por la desaceleración del consumo privado,
cuyo efecto fue en parte compensado por una leve aceleración del consumo público
y la recuperación de la formación bruta de capital.
Los indicadores del mercado laboral
presentaron resultados mixtos durante el segundo trimestre del año. La
tasa de desempleo aumentó debido al efecto combinado de la mayor participación
laboral, principalmente de personas jóvenes, y la moderación en la tasa de crecimiento
interanual del empleo. Sin embargo, hubo mejoras en el nivel de ocupación, en
la tasa de participación laboral y en los ingresos expresados en términos
reales. Además, la tasa de subempleo continuó en niveles mínimos
históricos (3,4% en mayo).
Al término de los primeros cinco
meses del 2024, el Gobierno Central generó un superávit primario
coherente con el objetivo de sostenibilidad fiscal; sin embargo, los resultados
fiscales presentaron un deterioro en relación con el 2023.
El déficit de cuenta corriente de la
balanza de pagos, como proporción del PIB, registró en el primer
semestre del 2024 una razón similar a la observada en el mismo período del año
previo. En este lapso el país recibió menor financiamiento externo que en
igual periodo del 2023; sin embargo, fue suficiente para financiar el
déficit de la cuenta corriente y propiciarun incremento en los activos de
reserva.
Por último, el crédito al sector
privado mostró un crecimiento acorde con el dinamismo de la actividad
productiva y se estima que el comportamiento tendencial de los agregados monetarios
no generará presiones inflacionarias en el presente año, ni en el próximo.
II. Acciones de política del BCCR
En las tres reuniones de política
monetaria del primer cuatrimestre del 2024, la Junta Directiva del BCCR
redujo el nivel de la TPM por un acumulado de 125 p.b., hasta ubicarla en
4,75%. No obstante, en las reuniones de junio y julio, dispuso mantener sin
cambio dicho indicador.
Estas decisiones se sustentaron en
el análisis del comportamiento reciente de la inflación, externa e
interna, de la trayectoria de los pronósticos de inflación y de sus
determinantes macroeconómicos, así como de la valoración de los riesgos
que condicionarían la proyección de inflación.
Particularmente, en las decisiones
de junio y julio, de mantener el nivel de la TPM, la Junta consideró
que, si bien los pronósticos ubican la inflación por debajo del rango de
tolerancia en el segundo semestre del 2024, la valoración de riesgos
para un horizonte más amplio está inclinada al alza. Ello, unido al
rezago con que actúa la política monetaria, indica la necesidad de dar
el tiempo necesario para que la reducción acumulada en la TPM, iniciada en
marzo del 2023, se transmita al resto de tasas de interés del sistema
financiero, en especial, a las tasas de interés activas.
También manifestó que ese cuerpo
colegiado ha conducido el proceso de ajuste de la TPM hacia la neutralidad
monetaria con gradualidad y prudencia, consciente de que debe preservar la
credibilidad del Banco Central, para mantener las expectativas de inflación
alrededor de la meta de inflación, indicador que actualmente se
encuentra cerca de esa condición.
Las acciones de política monetaria
consideran también las condiciones de liquidez de corto plazo. En el
segundo trimestre del año en curso, al igual que en el primero, el sistema financiero
nacional mantuvo una condición holgada de liquidez, aunque en los dos últimos
meses y lo transcurrido de julio esta ha tendido a disminuir con respecto a
lo observado en el primer trimestre del año. Esos excesos han estado
contenidos en instrumentos de captación del BCCR, con una concentración
en el muy corto plazo.
Los excesos monetarios, observados
desde el año anterior, se han originado, en buena medida, en el efecto
expansivo sobre la base monetaria asociado a la compra de divisas por parte
del BCCR, compras que se han dado en un contexto de un mercado privado de
cambios superavitario, aunque en forma más moderada en el segundo
trimestre del año.
Como resultado de esa moderación, al
término del segundo trimestre el tipo de cambio registró una variación
acumulada de 0,65% con respecto a marzo, que compensó parcialmente la
apreciación del colón registrada previamente.
La disponibilidad de divisas también
ha permitido al Banco Central participar de manera activa en el mercado
cambiario como demandante neto, para atender los requerimientos del Sector
Público no Bancario (SPNB) y fortalecer su posición de reservas. Dado lo
anterior, el saldo de las reservas internacionales netas (RIN) se ubicó
al 26 de julio del presente año en el equivalente a 141,1% del valor
adecuado que acordó la Junta Directiva del BCCR en marzo del 2023. Dicha
resolución establece realizar el cálculo del indicador de reservas internacionales
adecuadas de acuerdo con la metodología sugerida por el Fondo Monetario Internacional
(FMI).
III. Proyecciones y acciones futuras
de política monetaria
En general, los organismos
internacionales revisaron al alza las perspectivas de crecimiento mundial para
el 2024 con respecto a lo indicado en el informe anterior. Además, estiman que
la inflación global mantendrá la senda decreciente, influida por los efectos de
políticas monetarias restrictivas y de una relativa estabilidad en los precios
internacionales de las materias primas.
A pesar del proceso gradual de
disminución de la inflación, su convergencia a los objetivos inflacionarios, al
menos en las economías avanzadas, ocurriría hasta en el 2025.
La proyección de crecimiento para la
economía nacional también se revisó al alza en comparación con lo previsto en
el IPM de abril. En promedio, el PIB crecería 4,0% anual en el bienio 2024-2025,
impulsado, en el primer año, tanto por la demanda externa como la interna y, en
el segundo, principalmente por esta última. Se estima que en el 2025 la
producción se ubique cerca de su nivel potencial, sin que ello implique
presiones inflacionarias en exceso a la meta de inflación, por el lado de la
demanda.
La inflación general y la subyacente
retornarían al rango de tolerancia alrededor de la meta en el primer trimestre
del 2025, tal como se contempló en el IPM de abril pasado. No obstante, el primero
de estos indicadores retornaría a valores positivos a partir del tercer
trimestre del año en curso.
El déficit de la cuenta corriente se
ubicaría en el 2024-2025 en 2,0% del PIB en promedio, superior al resultado del
2023 y a lo previsto en el informe de abril. Esto debido al aumento en las
brechas negativas de las cuentas de bienes y de ingreso primario, toda vez que
la de servicios registraría superávits mayores a los del 2023.
El país presentaría en el bienio un
ingreso de ahorro externo neto promedio de 2,6% del PIB, inferior al del año
previo. Pese a ello, la razón de activos de reserva a PIB alcanzaría 14,5% en
promedio y mantendría el nivel de reservas internacionales dentro del rango
considerado como adecuado por el BCCR.
El Ministerio de Hacienda proyecta
para el bienio un escenario menos favorable para las finanzas públicas en
comparación con el 2023 (mayor déficit financiero en el 2024 y menor superávit
primario en ambos años). Sin embargo, estos resultados son coherentes con la
búsqueda de la sostenibilidad fiscal en el mediano plazo.
La deuda del Gobierno Central con
respecto al PIB disminuiría, tanto en el 2024 como en el 2025, y en este último
año esa relación se ubicaría por debajo de 60%. En este resultado incide el
supuesto de que los títulos de deuda externa por USD 1.000 millones
anuales programados para el período 2024-2025, según la Ley 10.332, se
trasladarían para el 2025- 2026.
Por último, el ahorro financiero y
el crédito al sector privado aumentarían de conformidad con el crecimiento real
previsto para la actividad económica, la meta de inflación y el incremento
gradual en el nivel de profundización financiera.
Estas proyecciones están sujetas a
riesgos que, de materializarse, podrían desviar la inflación hacia arriba
(riesgos al alza) o hacia abajo (riesgos a la baja) con respecto al valor
central estimado en este informe.
De los primeros destacan la
intensificación de los conflictos geopolíticos, así como una eventual
recomposición no ordenada en el portafolio de instrumentos financieros,
producto de una diferencia amplia y persistente entre las tasas de interés por
monedas, mientras que en los segundos sobresalen un crecimiento de los socios
comerciales inferior a lo previsto y un traspaso de los ajustes de la TPM a las
tasas de interés activas más lento de lo que señala la evidencia histórica en
Costa Rica. En el ejercicio que se presenta en este informe, los riesgos están
inclinados al alza hacia el final del horizonte de proyección.
La Junta Directiva del BCCR reitera
su compromiso con la estabilidad de precios como condición necesaria para la
estabilidad macroeconómica y el crecimiento económico; congruente con ello,
mantiene la meta de inflación en 3%, con un rango de tolerancia de ± 1 p.p.
Al igual que lo ha hecho hasta el
momento, su política monetaria estará basada en un análisis prospectivo de la
inflación y de sus determinantes macroeconómicos, así como de los riesgos cuya
materialización puedan desviar a la inflación de su trayectoria central. Con
base en este análisis realizará los ajustes necesarios en la tasa de interés de
referencia, con el objetivo de que la inflación se ubique en valores cercanos a
la meta en el horizonte de su programación macroeconómica.
También con este propósito,
procurará reducir los excesos monetarios, mediante una activa participación en
los mercados de liquidez y de deuda, con el fin de evitar que su persistencia
genere presiones inflacionarias.
Acorde con lo dispuesto en su Ley
Orgánica, el BCCR participará en el mercado cambiario para atender sus
requerimientos de divisas y los del SPNB, así como para mitigar fluctuaciones
violentas en el tipo de cambio; igualmente, procurará fortalecer aún más el
blindaje financiero del país, en la medida que las condiciones del mercado lo
permitan.
Además, continuará con el análisis
de eventuales cambios operativos que procuren el mejor funcionamiento de este
mercado y contribuyan al proceso de formación de precios.
CAPÍTULO 1. COYUNTURA ECONÓMICA
Seguidamente se presentan los
principales hechos de la coyuntura macroeconómica externa y nacional, que
determinan el contexto en el cual el Banco Central de Costa Rica aplica su
política monetaria.
En el entorno externo, la inflación
global continuó a la baja, pero a un ritmo menor que en meses previos, e
incluso en algunos países hubo un repunte en este indicador debido a la
persistencia de la inflación en los servicios y a que la desinflación en los
precios de los bienes se ha atenuado. Debido a ello, los bancos centrales han
sido prudentes en la flexibilización de la política monetaria.
Por su parte, la actividad económica
en las principales economías del mundo mantiene un ritmo de crecimiento
moderado, lo cual se evidencia también en uno de los indicadores de corto plazo
más utilizados (índice de gerentes de compra) a julio. Esta situación podría
acentuarse debido a la incertidumbre asociada a los efectos de recientes
eventos geopolíticos.
En el ámbito local, la actividad
económica creció a un ritmo relativamente alto en el segundo trimestre del
2024, aunque continuó en desaceleración, en tanto que los indicadores del
mercado laboral y los resultados fiscales del Gobierno mostraron un deterioro.
El déficit de cuenta corriente de la
balanza de pagos, como proporción del PIB, registró en el primer semestre del
2024 una razón similar a la observada en el mismo período del año previo.
El crédito al sector privado mostró
un crecimiento acorde con el dinamismo de la actividad productiva y se estima
que el comportamiento tendencial de los agregados monetarios no generará
presiones inflacionarias en los próximos 24 meses.
Por último, al término del segundo
trimestre del 2024 la inflación general interanual fue de 0,0%, luego de
registrar valores negativos desde junio del 2023, mientras que la inflación
subyacente interanual se ubicó en 0,4%.
1.1.
Economía
internacional
La inflación mundial, general y
subyacente, continuó a la baja (Gráficos 1.A y 1.B), pero a un ritmo menor que
en meses previos, por lo cual la convergencia hacia el objetivo de los bancos
centrales ha sido más lenta de lo previsto.
En varios países y regiones incluso
hubo un repunte en la inflación en los primeros meses del presente año, entre
ellos Estados Unidos y la zona del euro, aunque en ambos este indicador retomó
la tendencia decreciente en junio. De igual modo, en algunas economías
latinoamericanas la inflación general registró un ligero aumento durante el
segundo trimestre, debido principalmente a las variaciones en determinados
servicios (vivienda, transporte, restaurantes y recreación) y bienes (alimentos
y bebidas no alcohólicas). No obstante, la inflación subyacente en esos países
continuó a la baja, lo cual es indicio de que el incremento en el indicador
general podría ser temporal.

En términos generales, la evidencia
apunta a que la moderación del proceso desinflacionario ha respondido,
principalmente, a la persistencia en la inflación de los servicios2,
que continúa elevada en muchos países, y al menor ritmo en la desinflación de
los bienes.
2 La sincronización de la inflación de servicios es un hecho
llamativo dado que, por su naturaleza, depende de condiciones propias de cada
país. En su Informe de Política Monetaria de junio del 2024, el Banco Central
de Chile atribuye ese hecho a la coincidencia de choques asociados a la
pandemia y el inicio de la guerra en Ucrania, así como a las políticas
adoptadas para enfrentarlos. En su criterio, eso habría generado un aumento en
la correlación de las brechas de producto a nivel mundial y dinámicas similares
en los precios relativos entre servicios y bienes. Además, indica que hasta
ahora la mayor parte del cambio en el precio relativo entre bienes y servicios
ha ocurrido por la caída de la inflación de bienes, proceso que prácticamente
se ha completado, y no es esperable que continúe con una contribución
importante con el restablecimiento de precios relativos. Sin embargo, luego de
esos choques, los precios de los servicios quedaron significativamente
rezagados, por lo cual es previsible que la normalización de la inflación de
servicios demore algunos trimestres más, e incluso podría ser más lenta de lo
habitual, por la intensificación de los mecanismos de indexación ocurrido en
este ciclo.
En China, la segunda economía del
mundo, luego de un período a la baja en el cual la inflación registró su
contracción más fuerte en catorce años, en junio pasado ese indicador acumuló
cinco meses consecutivos de incrementos, aunque leves, por lo cual el nivel de
precios se mantiene relativamente bajo. En ello incide que la demanda interna
sigue débil, por los efectos de la prolongada crisis del sector inmobiliario y
el alto desempleo juvenil.
Si bien el aumento en la inflación
durante el presente año se ha limitado a unos cuantos países y ha sido
moderado, la senda decreciente de este indicador podría ser afectada por el
comportamiento del precio del petróleo3 y el costo de transporte
marítimo de contenedores.
3 El precio de esta materia prima es muy volátil, por lo cual
el aumento de las últimas semanas podría revertirse próximamente.
El precio del petróleo WTI, que se
caracteriza por una alta volatilidad, retomó a partir de la primera semana de
junio el movimiento alcista de inicios de año (Gráfico 2.A), principalmente,
por la persistencia de las tensiones geopolíticas, las expectativas de una
mayor demanda de combustible debido al inicio del verano en el hemisferio norte
y la reducción de las reservas de crudo estadounidense en la última semana de
junio. Sin embargo, más recientemente las preocupaciones por la demanda,
influidas por la desaceleración de la economía china (según los resultados
preliminares al segundo trimestre del presente año),revirtieron ese aumento. El
23 de julio su cotización promedio fue de USD 76,96 lo que significó una
variación de 4,0% y 13,4%, respectivamente, con respecto al precio promedio del
mes previo y de diciembre del 2023.
En igual sentido, el precio mundial
del transporte aumentó en comparación con el año anterior (Gráfico 2.B).
Particularmente, en julio (al día 19) presentó un incremento de 270% y 22,5%
con respecto al registrado al término del 2023 y al promedio de junio del 2024,
en ese orden. En este comportamiento influyó, entre otros, la demanda
anticipada de productos chinos desde Estados Unidos y Europa, que incrementó la
demanda de servicios de transporte marítimo; la escasa oferta de contenedores y
espacios en los buques de China, y la congestión y aglomeración de buques en
puertos externos. Como se comentó en el IPM previo, las principales navieras
han tenido que buscar otras rutas, debido a los ataques en el mar Rojo.
La principal opción, viable y segura
en un contexto de tensiones geopolíticas, ha sido el cabo de Buena Esperanza,
una ruta más larga y costosa.

Como resultado del proceso
desinflacionario, en muchos países la inflación retornó a valores coherentes
con su objetivo inflacionario, lo cual ha permitido que la política monetaria
sea cada vez menos restrictiva. Sin embargo, ante la elevada incertidumbre
asociada a las condiciones geopolíticas y el reciente repunte de la inflación
antes comentado, los bancos centrales han sido cautelosos en sus decisiones de
política.
En el cuatrimestre concluido en
julio, algunos bancos centrales de economías avanzadas comenzaron a recortar
sus tasas de interés de referencia4, mientras que las emergentes
continuaron con los ajustes a la baja o pausaron el ritmo de recortes (Gráficos
3.A y 3.B).
4 Los presidentes de estos bancos centrales han manifestado
que el recorte en las tasas de interés se hará cuando exista suficiente
evidencia de que la inflación se acerca sostenidamente a la meta.

En junio, el Banco Central Europeo,
el Banco de Canadá y el Banco Nacional Suizo5 disminuyeron su tasa
de referencia en 25 puntos base (p.b.) y no descartaron nuevos recortes en lo
que resta del año. En este sentido, en julio el Banco de Canadá nuevamente
redujo dicho indicador en igual cuantía.
5 De las economías avanzadas, fue el primero en reducir su
tasa de referencia (en marzo, por 25 p.b.).
Por el contrario, el Comité Federal
de Mercado Abierto del Sistema de la Reserva Federal de Estados Unidos6
pospuso los recortes de tasas previstos inicialmente para principios de año,
luego de que la inflación se mostrara más persistente de lo esperado. Igualmente,
el Banco de Inglaterra mantuvo su tasa de referencia, pese a la desaceleración
de la inflación.
6 Al cierre de edición de este informe, no se había
realizado la reunión de política monetaria del Sistema de la Reserva Federal
programada para el 31 de julio del año en curso. Sin embargo, los analistas
estiman que hay un 95,9% de probabilidad de que en esa fecha se mantenga sin
cambios la tasa de interés de referencia.
En las economías emergentes, China
redujo en julio su tasa de referencia en 10 p.b. (primer ajuste desde agosto
del año anterior. Por su parte, algunos países latinoamericanos pausaron el
ritmo de ajuste de sus tasas de interés de política, mientras que otros
continuaron el proceso de reducción iniciado meses atrás. República Dominicana,
Perú, Brasil y México mantuvieron, en sus reuniones de mayo y junio, la tasa de
referencia, en tanto que Chile y Colombia las ajustaron a la baja en 25 p.b. y
50 p.b., respectivamente.
Durante el primer trimestre del
2024, en la mayoría de las economías avanzadas el crecimiento fue débil,
mientras que las emergentes mostraron mejores resultados (Gráfico 4.A).
Indicadores de corto plazo a junio dan señales mixtas para ambos grupos
(Gráfico 4.B).
En ese lapso, según la tercera
estimación, Estados Unidos creció a una tasa anualizada de 1,4% (2,9%
interanual), lo que implicó una desaceleración con respecto al trimestre
anterior, pero en el segundo trimestre aceleró a 2,8% (3,1% interanual, primera
estimación) 7. Este repunte se debió al aumento tanto en la
inversión privada como en el gasto de los consumidores. Por su parte, la zona
del euro creció 0,3% tanto en el primer trimestre como en el segundo.
7 Para fines comparativos con los demás países considerados
en esta sección, en el Gráfico 4.A solo se incluyen los datos del primer
trimestre en variación interanual.
En las economías emergentes, China
creció 5,3% en el primer trimestre, tasa superior a la del periodo previo y a
lo previsto por los analistas económicos; sin embargo, en el segundo trimestre
desaceleró a 4,7%8. Esto último debido, entre otras razones, a la
severa caída del mercado inmobiliario y al debilitamiento de la demanda
interna.
8 Pese a esta desaceleración, el crecimiento promedio del
primer semestre (5,0%) cumple con las metas establecidas para el año.
En un grupo de economías
latinoamericanas (Brasil, Chile, Colombia, México y Perú), el crecimiento
económico en el primer trimestre del año en curso fue moderado, pero mayor con
respecto al trimestre previo (excepto México que presenta dos trimestres
consecutivos de desaceleración).

En cuanto a indicadores de corto
plazo de actividad económica, el Índice de gerentes de compra global (PMI, por
sus siglas en inglés)9 muestra que, si bien las principales
economías continúan en expansión, en algunas este indicador desacelera, dado el
menor crecimiento en las actividades dedicadas a los servicios y a la
manufactura.
9 El PMI es un indicador elaborado con información obtenida,
por medio de encuestas, de los encargados de compras de empresas de las
actividades de manufactura y de servicios, sobre la evolución de la actividad
económica en su actividad (si es igual, mayor o menor) en el mes de aplicación,
en comparación con el mes anterior, así como su pronóstico a un año. Se supone
que el acopio de insumos que realizan los responsables de compras y
aprovisionamiento de las empresas es indicador del sentido de la evolución
futura de la actividad o bien.
Existe un PMI para las actividades de manufactura y otro
para las de servicios, así como un indicador compuesto, que pondera el
comportamiento de los dos anteriores en función de su aporte al PIB. Un PMI por
encima de 50 indica una mejoría en la actividad económica (expansión), por debajo
de 50 señala un deterioro (contracción) y si es igual a 50, la situación es
estable.
El PMI para Estados Unidos mostró
una expansión con respecto al mes previo, influido por el crecimiento de los
servicios y la manufactura; en junio esta última actividad acumuló seis meses
en zona expansiva (los últimos tres con tendencia creciente). Por el contrario,
en la zona del euro y en China el indicador se desaceleró, aunque todavía se
encuentra por encima de 50 puntos. Por su parte, en Japón, el PMI compuesto disminuyó
en casi tres puntos con lo cual se ubicó en un valor que denota contracción,
debido principalmente al comportamiento a la baja en la demanda por servicios10.
10 En julio, el índice de Japón retornó a la zona de expansión,
el de Estados Unidos nuevamente presentó una mejora y el de la zona euro
continuó desmejorando. Al cierre de edición de este informe, no se disponía del
dato correspondiente a los demás países considerados.
El dólar estadounidense se ha
apreciado en el 2024 con respecto a las principales monedas, pero a la vez
recientemente se ha reforzado el proceso de desdolarización en varios países.
El índice del dólar calculado por la
Reserva Federal de Estados Unidos11 aumentó 2,9% en lo
transcurrido del año, lo cual evidencia la fortaleza del dólar estadounidense
con respecto a las principales monedas.
11 Mide el valor del dólar estadounidense en relación con
una canasta de seis monedas (euro, franco suizo, yen, dólar canadiense, libra
esterlina y corona sueca).
En esa fortaleza han incidido la
solidez de la economía estadounidense, la permanencia de tasas de
interés relativamente altas por la política monetaria restrictiva y el aumento
del riesgo geopolítico, que lleva a los ahorrantes a buscar
activos de refugio, función que usualmente se asocia con activos
como el oro12 y la divisa estadounidense.
12 En lo transcurrido del 2024 (con datos a julio), la
cotización del oro (onza troy) ha aumentado 16,7%, con una variación interanual
del 21,7%.
La subida del dólar puede afectar en
forma negativa a otras economías, en especial las más endeudadas
en esa moneda, que tendrían mayor dificultad para realizar el servicio de su
deuda, así como los que tengan dependencia de importaciones
estadounidenses.
Si bien el dólar se ha fortalecido
en lo transcurrido del año, en parte por su condición de activo
de refugio en un entorno de crecientes conflictos geopolíticos, según el FMI,
la reorganización de la actividad económica, financiera y
geopolítica en bloques separados ha impulsado el uso de monedas
distintas al dólar estadounidense, para las transacciones y reservas
internacionales por parte de varias economías13.
13 El predominio del dólar en el sistema de reservas
internacionales: una actualización, 11 de junio del 2024, IMF Blog.
En meses recientes han ocurrido
algunos acontecimientos que podrían acelerar el proceso de desdolarización,
entre ellas:
1. En junio pasado, Arabia Saudita
decidió no renovar el acuerdo con Estados Unidos sobre la comercialización de
petróleo14.
14 En 1974, Arabia Saudita y Estados Unidos convinieron en
que el primero de estos países vendería su petróleo en dólares estadounidenses
y, a cambio, recibiría protección militar y apoyo económico de Estados Unidos.
Esto ayudó a consolidar el dólar como moneda dominante en el comercio mundial
de petróleo y en el mercado de reservas internacionales. Con la decisión recién
tomada, Arabia Saudita se suma a la desdolarización en el comercio del
petróleo.
2. El bloque de los BRICS15,
ahora ampliado a diez economías, busca el abandono del dólar estadounidense en
sus transacciones comerciales, financieras y como moneda de reserva. En días
recientes, Rusia y dos de los miembros del bloque, India e Irán, manifestaron
su interés en nuevas alianzas para crear un sistema de integración de pagos,
que permitiría liquidar sus transacciones en monedas locales.
15 Grupo originalmente conformado por Brasil, Rusia, India,
China y Sudáfrica, que fue ampliado, a partir del 2024, con la incorporación de
Irán, Arabia Saudí, Egipto, Etiopía y Emiratos Árabes Unidos.
3. Datos de la encuesta sobre la
composición de las reservas oficiales de divisas del FMI muestran una reducción
gradual en la proporción del dólar en las reservas de divisas de bancos
centrales y gobiernos. Este comportamiento, según señala el organismo, se ha
acompañado de un aumento de las denominadas monedas de reservas no
tradicionales16.
16 Se incluyen el dólar australiano, el dólar canadiense, el
renminbi chino, el won surcoreano, el dólar singapurense y las monedas
nórdicas.
4. En línea con lo anterior, ha
habido un aumento significativo en la compra y acumulación de oro por parte de
los bancos centrales, especialmente de las economías emergentes. Según el FMI,
los riesgos geopolíticos, la incertidumbre en torno a la política económica
(tasas de interés e inflación) y las sanciones han influido en dicho
incremento.
5. En un contexto en el que las
tensiones comerciales entre China y Estados Unidos podrían aumentar, el
gobierno chino vendió una suma récord de deuda estadounidense en el primer
trimestre del presente año, lo que pone en evidencia su interés en diversificar
sus activos en detrimento del dólar estadounidense.
La desdolarización es un proceso
gradual cuya duración es difícil de establecer, pero las acciones anteriores
constituyen un avance en esa dirección.
1.2.
Economía
local: actividad económica, mercado laboral, balanza de pagos y finanzas
públicas Conforme a lo previsto, en el segundo trimestre del presente año la
actividad económica continuó desacelerándose, aunque su crecimiento es
relativamente alto17.
17 Con el resultado del Censo
Nacional de población 2022, el Instituto Nacional de Estadística y Censos
presentó la nueva actualización de las "Estimaciones y proyecciones
nacionales de Población 1950-2100"
(https://admin.inec.cr/sites/default/files/2024-
07/mepoblaceppnac%201950%20-%202100.pdf) Estas cifras confirman una disminución
de 144,7 mil habitantes en el total de la población costarricense para el 2024
en comparación con la estimación previa. El efecto de un menor número de
habitantes implica un incremento en las variables de PIB e Ingreso bruto per
cápita de alrededor de ₡259,4 y ₡240.5 mil colones respectivamente.
En el segundo trimestre del 2024, el
PIB registró una variación interanual de 4,2% (Gráfico 5), tasa que, si bien es
inferior a la del trimestre previo, refleja el buen desempeño de la economía
costarricense, pues no solo superó el crecimiento promedio en los años previos
a la pandemia (3,8% entre el 2010 y el 2019), sino también al que han mostrado
los principales socios comerciales del país (2,6% en el 2023 y 2,4% previsto
para el 2024) y los países clasificados por el Banco Mundial como de ingreso
mediano alto (3,3% como promedio simple para el 2024, Gráfico 6).
Por componentes del gasto, el
comportamiento del PIB en el segundo trimestre estuvo influido por la
desaceleración del consumo privado, cuyo efecto fue en parte compensado por una
leve aceleración del consumo público y la recuperación de la formación bruta de
capital (Gráfico 7).

El consumo privado reflejó el
deterioro en la confianza del consumidor, así como la moderación en el ingreso
real, mientras que en la formación de capital incidieron las mayores
inversiones de los sectores privado y público.

En el segundo trimestre el consumo
privado creció 3,6%, 1,0 punto porcentual (p.p.) menor a la tasa registrada en
el trimestre previo y un año atrás. El mayor aporte a esa tasa de crecimiento
provino de los servicios de alquiler de vivienda, salud, y comida y bebidas,
además del consumo de productos alimenticios.
El consumo público mostró una
modesta aceleración; de ese resultado destacaron las mayores compras de bienes
y servicios (en buena medida para los servicios de salud), así como un cambio
nulo en el gasto en la contratación de nuevas plazas18.
18 En este lapso, hubo una caída en la contratación de nuevo
personal en ciencias médicas que fue compensada por el aumento en la
contratación de nuevas plazas en las actividades de administración y enseñanza pública.
La formación bruta de capital creció
7,3%, 6,3 p.p. más que en el trimestre previo. Ello respondió a la mayor
inversión en equipo de transporte para personas y maquinaria industrial, así
como transformadores y contadores de electricidad. Adicionalmente, influyeron
las nuevas construcciones del sector privado (proyectos residenciales, en
especial viviendas de interés social y edificaciones para oficinas, naves
industriales y parqueos)19 y del sector público (infraestructura
vial ejecutada por el Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) y proyectos
municipales; además de obras de generación eléctrica y de acueductos y
alcantarillados).
19 Este efecto fue en parte contrarrestado por la caída en
las obras destinadas a plazas, locales comerciales y bodegas.

En el segundo trimestre continuó la
moderación en el ritmo de crecimiento real de las transacciones de comercio
internacional, en particular de las exportaciones.
Al segundo trimestre del 2024, las
exportaciones de bienes registraron un incremento interanual de 6,0% (1,8% las
del régimen definitivo y 8,1% las del régimen especial), y un 3,7% las ventas
de servicios. Ello significó una moderación con respecto al trimestre previo,
que es congruente con un crecimiento de los socios comerciales que se recupera,
pero todavía es bajo, y una demanda interna que pierde dinamismo.
En la reducción en la tasa de
crecimiento de las exportaciones de bienes (que se mantiene relativamente
alta), confluyen dos circunstancias. Por una parte, un efecto base, dadas las
elevadas tasas de incremento de las ventas de las empresas del régimen especial
el año anterior20 y por otra, la caída en las ventas agrícolas
(banano, raíces y tubérculos, entre otros).
20 En el segundo trimestre del 2023 las ventas de este grupo
aumentaron 23,3%.
Por el contrario, las ventas de
productos manufacturados (azúcar, productos lácteos, envases de vidrio y
láminas de acero) mostraron una recuperación.
En cuanto a la venta de servicios,
su evolución estuvo determinada por la demanda de servicios informáticos,
empresariales y de transporte, así como por el mayor ingreso de turistas al
país (9,1% interanual).
Las importaciones de bienes
mantuvieron una senda afín con el desempeño de la demanda interna (consumo e
inversión). Específicamente, el comportamiento de las importaciones del régimen
definitivo puso de manifiesto las mayores compras de vehículos, productos
farmacéuticos, alimenticios, combustible y equipo de transporte de personas. En
el régimen especial, hubo una menor contracción (-8,7% interanual desde -15,6%
el trimestre previo), principalmente vinculada con insumos de la industria
alimentaria y textil, así como maquinaria industrial.
En cuanto a la importación de
servicios, esta presentó una desaceleración determinada por los flujos de
turistas costarricenses al exterior.
Por rama de actividad, en el segundo
trimestre del 2024 destacó, con respecto a igual periodo del año anterior, la
desaceleración de la agricultura (Gráfico 8).
La actividad agropecuaria mostró una
notable desaceleración con respecto al segundo trimestre del 2023, debido a la
contracción en la producción de banano y café21; en contraste,
la demanda interna de leche, huevos
y pollo aumentó.
21 En el caso del banano, influyó un efecto base, ya que el
incremento observado entre marzo y junio del 2023 fue superior a su promedio
histórico. Por su parte, la caída en la producción de café se asocia con
condiciones climatológicas adversas.

En el caso de la manufactura, al
igual que en periodos previos, el resultado combinó el impulso generado por la
producción de las empresas del régimen especial (moderado con respecto a meses
previos) con la mejora en la producción de las empresas del régimen definitivo
(productos alimenticios, cemento, plástico y prendas de vestir)22.
La construcción, aunque con un
crecimiento positivo, está lejos de las tasas registradas un año atrás. El
comportamiento de esta actividad se relaciona con las obras con destino privado
público previamente comentadas.
En el crecimiento del comercio
influyó el desempeño de las actividades de manufactura, y servicios de hoteles
y restaurantes, dado el alto encadenamiento entre ellas. Por tipo de bien,
destacaron las mayores ventas de vehículos, combustibles y productos
eléctricos,alimenticios y farmacéuticos.
Al igual que en el trimestre previo,
la mayor afluencia de turistas impulsó la producción de servicios de hotelería,
restaurantes y transporte de pasajeros.
La actividad de transporte y
almacenamiento muestra una aceleración desde la segunda mitad del 2023,
determinada por el aumento en la movilidad de personas, debido al mayor ingreso
de turistas y al aumento en la demanda vinculada con el comercio de mercancías.
En línea con lo anterior, el
crecimiento de la producción de los hoteles y restaurantes responde,
principalmente, a la demanda externa de dichos servicios, dado el aumento en el
turismo receptor (zonas costeras y algunas zonas turísticas de montaña), aunado
al crecimiento de la demanda interna por servicios de restaurantes
(especialmente, cadenas de comida rápida).
Las actividades financieras y de
seguros se aceleraron por la mayor colocación de crédito, seguros y cobro de
comisiones, mientras que los servicios profesionales fueron impulsados por la
recuperación del régimen definitivo.
Las actividades financieras y de
seguros acumulan cinco trimestres consecutivos de aceleración en su tasa de
variación interanual. Este resultado se vincula con: i) el aumento en el
servicio de intermediación financiera, principalmente por el crecimiento de los
depósitos en cuenta corriente y ahorro a la vista; ii) las comisiones
explícitas que cobran las entidades financieras, en particular por el uso de
tarjetas de crédito y débito y; iii) el incremento en los ingresos asociados a
los servicios de seguros.
Similarmente, los servicios
empresariales se aceleraron, impulsados por la demanda de actividades
vinculadas con el régimen definitivo (servicios de publicidad, alquiler de vehículos
y agencias de viaje), a lo cual se añade la demanda externa por servicios de
empresas ubicadas en el régimen especial (investigación y desarrollo, servicios
administrativos a empresas y centros de llamadas). En el caso de la actividad
de información y comunicaciones, el desempeño positivo se relaciona
estrechamente con la demanda externa por servicios de informática (soporte
técnico, desarrollo de software y de gestión de
procesamiento de datos).
La confianza de los empresarios
disminuyó levemente, aunque se mantuvo en terreno optimista, mientras que la de
los consumidores evidenció un mayor deterioro (Gráfico 9).

En el segundo trimestre del 2024, el
Índice de confianza del consumidor de la Universidad de Costa Rica (UCR) se
ubicó en 45,3 puntos, lo que implicó una reducción de 4,8 puntos con respecto
al trimestre anterior y un quiebre en la tendencia al alza que mostró el
indicador desde la segunda mitad del 2020. Ese deterioro se manifestó tanto en
la percepción de los consumidores sobre su situación actual y futura (medidas
por el Índice de Condiciones Económicas Actuales y el Índice de Expectativas
Económicas, respectivamente), aunque con menor intensidad en este último caso.
En igual sentido, el Índice de
Confianza del Agente Económico calculado por el BCCR registró en el segundo
trimestre del año una caída con respecto al periodo previo, para ubicarse en
54,6 puntos, lo que denota un menor optimismo por parte de los encuestados23.
De acuerdo con la UCR, si bien
continúa el optimismo sobre las perspectivas económicas, este se moderó. El
Índice Global de Expectativas Empresariales calculado por la UCR cayó en 1,6
puntos en el tercer trimestre del 2024 con respecto al trimestre previo, pero
acumula doce trimestres consecutivos con valores superiores a 50 puntos.
Por último, aunque el PIB es un
indicador relevante para analizar el estado general de una economía, no es el
más apropiado para valorar otras dimensiones del desarrollo económico, como la
capacidad de consumo y los efectos distributivos de dicho crecimiento. Para
ello existen indicadores de cuentas nacionales, como el ingreso disponible y la
riqueza neta de los hogares, que permiten analizar la distribución de grupos
específicos de hogares. El Recuadro 1 de este informe actualiza la información
sobre este tema presentada en el IPM de octubre del 2023.
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Recuadro 1. Comparación de las fuentes del
ingreso y distribución del consumo de los hogares entre 2018 y 2023, según
las cuentas nacionales de Costa Rica.
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Este recuadro presenta la
distribución de las fuentes del ingreso y del consumo de los hogares para el
2023 según quintil24 de ingreso equivalente25, en
adelante quintil de ingreso, y la compara con la distribución que se
estimó para el 201826. Así, es posible calcular indicadores de
desigualdad con base en el consumo, que aproximan mejor la desigualdad del
bienestar material respecto a los indicadores que se basan en la distribución
del ingreso.
23 Los encuestados son académicos vinculados al área
económica, analistas financieros, consultores en temas económicos o financieros
y empresarios.
24 Un quintil de ingreso representa un grupo ordenado por
nivel de ingreso (de menor a mayor) que comprende el 20% de los hogares: el
quintil 1 se refiere al 20% de hogares con menores ingresos, el quintil 2 al
siguiente 20% de hogares, y sucesivamente hasta el quintil 5 que corresponde al
20% de hogares con mayores ingresos.
25 Las unidades de consumo equivalente se definen según la
escala de equivalencia modificada de la Organización para la Cooperación y
Desarrollo Económicos (OCDE), que otorga un valor de 1 a la persona de
referencia del hogar, 0,5 a cada adulto adicional de 14 años o más y 0,3 a cada
niño menor de 14 años.
26 El BCCR publicó los resultados del primer ejercicio de
medidas distributivas del ingreso, consumo y ahorro de los hogares 2018 en el
Recuadro 1 del Informe de Política Monetaria de octubre 2023. https://
www.bccr.fi.cr/publicaciones/DocPolticaMonetariaInflacin/IPM-octubre-2023-informe.pdf
La metodología utilizada para esta
estimación se basó en las recomendaciones del Grupo de expertos de la
Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) y la Oficina Europea
de Estadística (Eurostat) sobre disparidades en un marco de cuentas nacionales
(EG-DNA). Este método emplea fuentes microeconómicas para desagregar el ingreso
y el consumo de cuentas nacionales por quintil de ingreso.
Entre las fuentes micro se utilizaron:
1) la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho 2023), 2)
la Encuesta Nacional de Ingresos y
Gastos de los Hogares (Enigh 2018), y 3) la Encuesta Nacional de
Microemprendimiento de los Hogares (Enameh 2023). La primera provee información
sobre el ingreso y características sociodemográficas de los hogares, la segunda
junto con la ENAHO se utilizó para implementar regresiones por cuantiles27
que permiten estimar el consumo por finalidad por quintil de ingreso, y la
tercera se utiliza para aproximar la actividad informal de los hogares como
productores de bienes y servicios.
27 Según Koenker, R., & Bassett, C. (1978), la regresión
por cuantiles permite estimar la mediana condicional del consumo en función de
características de los hogares, incluso cuando no se cumplen los supuestos de
la regresión lineal. Esta técnica se aplicó a los datos de la Enigh 2018 para
definir los coeficientes de regresión y, estimar el consumo según finalidad con
información de la Enaho 2023.
Fuentes de ingreso de los hogares
Los hogares reciben ingresos brutos
por las remuneraciones recibidas por su trabajo, las utilidades
generadas en sus propios procesos productivos, los ingresos por la renta de la
propiedad neta (intereses, utilidades distribuidas, renta de la tierra y recursos
naturales), las prestaciones sociales para atender circunstancias como
enfermedad y jubilación y las transferencias corrientes netas28.
En contraparte, realizan egresos por el pago de impuestos corrientes
sobre el ingreso y la riqueza, y por las contribuciones sociales29.
28 Transferencias corrientes
realizadas a los hogares por: a) hogares y otros sectores de la economía o
resto del mundo (como las remesas), b) instituciones sin fines de lucro y c) el
Gobierno (por ejemplo, becas para educación).
29 Las contribuciones sociales
netas son pagos efectivos o imputados al sistema de seguridad social. Dichos
pagos pueden realizarlos los empleadores en nombre de los asalariados y forman
parte de la remuneración de los empleados, o bien los mismos hogares en calidad
de empleadores.
La importancia relativa de las
fuentes de ingreso de todos los hogares fue la misma en ambos años: el
primer lugar lo ocuparon las remuneraciones, seguido de las utilidades de los
hogares productores, la renta de la propiedad neta, las prestaciones sociales,
y, en último lugar, las transferencias corrientes netas; y en términos
del egreso, las contribuciones sociales netas ocuparon el primer
lugar, seguido por los impuestos sobre el ingreso y la riqueza (Gráfico.1).
Sin embargo, si hubo cambios entre
2018 y 2023 en la participación relativa de cada fuente de ingreso. En
dicho quinquenio, aumentó la contribución de las remuneraciones (65,8% y 54,7
en 2023 y 2018, respectivamente), la renta de la propiedad (17,6% y 12,6%) y
las prestaciones sociales (12,8% y 8,5%). En el mismo periodo se observó
un incremento en la participación relativa del egreso por el pago por
contribuciones sociales.
En ambos años el peso relativo de
las fuentes de ingresos difiere entre los hogares de menores y mayores
ingresos (primer y quinto quintil). Si bien en estos quintiles, las remuneraciones
fueron la principal fuente de ingreso, la importancia relativa cambia a partir
del segundo lugar. En el primer quintil, el segundo lugar lo ocupa los ingresos
por actividades como hogares productores y las transferencias corrientes
netas el tercero, mientras que en el quinto quintil el segundo lugar
corresponde a los ingresos por renta de la propiedad y las utilidades
por actividades de los hogares como productores en tercero. En este
quintil las transferencias corrientes ocuparon el último lugar.
Además, la contribución de las
remuneraciones aumentó durante ese quinquenio en todos los quintiles de
ingreso; la de las transferencias corrientes aumentó en el quintil I y II, disminuyó
en los quintiles III y IV, y se mantuvo estable en el quintil V; la de las prestaciones
sociales disminuyó en el quintil I y aumentó en el quintil V; y la de las utilidades
disminuyó en los quintiles I y III, pero aumentó en los quintiles IV y V (ver
Gráfico 1.1).

Consumo
de los hogares
El
consumo de los hogares agrupa los bienes y servicios que las personas disponen
para su bienestar material, y refleja tanto la evolución de los
ingresos, como la riqueza de los hogares, el momento del ciclo de vida
de los miembros del hogar y su acceso a bienes públicos o subsidiados30.
30 Banco de España (2018). La desigualdad de la renta, el
consumo y la riqueza en España. Documentos ocasionales N.º 1806 (https://repositorio.bde.es/handle/123456789/8774)
Tanto para 2018 como 2023, los
componentes con mayor peso en el gasto de los hogares fueron alimentos y bebidas,
seguido de transporte, comunicaciones y vivienda. Las categorías con menor
participación fueron artículos de vestir y calzado, y educación. Además, la
participación relativa de transportes y comunicaciones en el gasto aumentó en
2023 con respecto al 2018, mientras que las categorías de bienes y servicios
varios, salud y ocio experimentaron una disminución en su contribución.
La distribución del consumo difiere
por quintil: las familias del quintil I asignaron una mayor proporción de su
presupuesto a alimentos y bebidas, un 34,6% y 34,4% del gasto total en 2023 y
2018, respectivamente, mientras que el rubro de mayor gasto para los hogares
del quintil V fue transportes y comunicaciones, con un 18,2% y 20,5% en 2023 y
2018, respectivamente. (Gráfico 1.2). El componente de vivienda, el tercero en
importancia en el gasto total mostró una participación relativa similar en
todos los quintiles en el 2018 y su participación relativa aumentó en el 2023
para los quintiles I y II, y disminuyó para el quintil V.

Indicadores de desigualdad sobre el
consumo
Los indicadores de desigualdad
tradicionalmente se calculan a partir de la distribución de los ingresos
de los hogares. El estimar la distribución del gasto de consumo permite
construir medidas de desigualdad a partir de este, lo que refleja mejor
la desigualdad del bienestar material.
A partir de las distribuciones del
consumo, el gráfico 1.3 presenta la curva de Lorenz, el coeficiente de Gini
y el índice Palma31 para los años 2018 y 2023.
31
Palma, Gabriel (2016). "Do nations just get the inequality they deserve? The
'Palma Ratio' reexamined." Cambridge Working Papers in Economics (CWPE) 1627.

El gráfico 1.3A presenta la curva de
Lorenz. En esta, el eje horizontal corresponde a la proporción acumulada de
población ordenada de acuerdo con su consumo y el eje vertical representa el porcentaje
acumulado del consumo. La línea diagonal, denominada recta de equidistribución,
corresponde a una distribución igualitaria, y cuanto mayor sea la distancia de
la curva de Lorenz a esta línea, mayor será la desigualdad distributiva32.
Esta distancia se resume con el coeficiente de Gini, que se presenta en el
Gráfico 1.3B. Este es igual a 0 si la distribución del consumo es equitativa,
es decir, todos los hogares tienen el mismo consumo promedio, y es igual 1, si
todo el consumo se concentra en un hogar. Finalmente, el Gráfico 1.3C presenta
el índice Palma que corresponde a la proporción entre el consumo del 10% de los
hogares con mayor consumo y del 40% de los hogares con menor consumo.
De acuerdo con los tres indicadores la
desigualdad del consumo disminuyó en 2023 con respecto a 201833.
Dado que se cuenta con la distribución del consumo por finalidad, es posible
analizar en qué componentes del gasto se observó dicha disminución. El cuadro
1.1 presenta estos resultados, y muestra que el coeficiente de Gini disminuyó34
en todas las categorías, excepto en equipo y mantenimiento de vivienda, y
destaca la reducción en alimentos y bebidas, vivienda y educación35.
32 EAPN ESPAÑA (2015), Guía básica para interpretar los
indicadores de desigualdad, pobreza y exclusión social
33 Este resultado se encuentra en línea con la disminución
en la desigualdad del ingreso que se observó entre 2018 y 2023: la relación del
ingreso del quinto quintil con respecto al primero disminuyó de 12,13 a 11,24,
y el Coeficiente de Gini se redujo de 0,514 a 0,502, según el Instituto
Nacional de Estadística y Censos.
34 Si se ajusta el coeficiente de Gini incorporando las
transferencias sociales en especie de los servicios públicos de salud y
educación que recibe la población, la desigualdad sería aún menor al pasar de
0,42 en 2018 a 0,30 en 2023.
35 En todos los casos la disminución en la desigualdad se
debió a un cambio en los patrones de consumo por quintil, y no a una variación
en la participación relativa del componente en el gasto agregado. Además, se
presentaron indicadores de desigualdad por consumo. Estos muestran que se
presentó una disminución entre el 2018 y el 2023, lo que sugiere una
distribución más equitativa del bienestar material. Esta disminución en la
desigualdad se presentó en todas las categorías de consumo, excepto en equipo y
mantenimiento de vivienda.
Es importante recordar que el
coeficiente de Gini del consumo depende de los coeficientes de Gini de cada una
de las categorías y de su participación relativa en el gasto total. Así, en el
2023, la contribución relativa a la desigualdad de las categorías de
transportes y comunicaciones, alimentos y bebidas y vivienda fueron las más
altas a pesar de presentar coeficientes de Gini más bajos que otras categorías;
y las categorías de educación, hoteles y restaurantes; y salud, fueron las que
menos contribuyeron a la desigualdad a pesar de presentar coeficientes de Gini
elevados.

Consideraciones finales
Este recuadro presentó la
distribución de las fuentes de ingreso y de los componentes del consumo
por quintil de ingreso, lo que permite identificar diferencias relevantes entre
quintiles. Por ejemplo, los hogares del quintil I dependen más de las
transferencias corrientes y las prestaciones sociales y gastan más en
alimentos y bebidas que el resto de los hogares.
El desempleo repuntó por el efecto
de la mayor participación laboral y la moderación en el crecimiento del empleo.
En mayo del 2024, la tasa de
desempleo36 alcanzó 8,5%, si bien inferior en 1,6 p.p. con respecto
al mismo mes del año anterior, superó en 1,2 p.p. la tasa registrada en
diciembre del 2023 (Gráfico 10.A). No obstante, ese nivel es menor al promedio
histórico del periodo prepandémico (9,9% entre 2010 y 2019).
36 Este indicador relaciona la población desempleada con la
fuerza de trabajo. La población desempleada está compuesta por la fuerza de
trabajo que no tenía empleo en la semana de referencia, aunque estaba
disponible para participar en la producción de bienes y servicios, y buscó
empleo.La fuerza de trabajo es el conjunto de personas de 15 años o más que
durante el período de referencia participó en la producción de bienes y
servicios o estaba dispuesta a hacerlo; está conformada por la población
ocupada y la desocupada.
La creación de empleo muestra un
estancamiento en los últimos tres meses en tasas de variación interanual
cercanas al 3,0% (Gráfico 10.B), en contraste con la aceleración registrada a
partir del cuarto trimestre del 202337. Este hecho es coherente con
una actividad económica que, a pesar de crecer a una tasa relativamente alta,
tiende a desacelerarse con respecto al año previo. Por su parte, la tasa de
subempleo continúa en niveles mínimos históricos (3,4% en mayo).
37 A mayo del 2024, en términos interanuales, el nivel de
ocupación aumentó en 57 mil personas, debido al incremento en la ocupación
formal, dado que la ocupación informal cayó (en ese mes representó 38,4% del
empleo total).
El aumento en la tasa de desempleo
estuvo determinado tanto por la mejora en la participación laboral como por la
moderación, en meses recientes, en la generación de empleo. En efecto, la tasa
neta de participación aumentó en mayo 1,8 p.p. con respecto a diciembre último,
para ubicarse en 55,6%. Este comportamiento se observó en todos los grupos
etarios, pero destacó el de edades comprendidas entre 15 y 24 años, con un
incremento de 4,6 p.p.
Este hecho puede estar asociado con
una mejora en las expectativas de encontrar empleo, motivadas por la evolución
de la actividad económica en periodos recientes, lo cual es congruente con la
recuperación de la tasa de creación de empleo y la disminución de la tasa de
destrucción de empleo, ambas calculadas con información de la Encuesta Continua
de Empleo al primer trimestre de 202438 (Gráfico 10.C y 10.D).
38 La tasa de creación de empleo se mide como la probabilidad
de pasar del desempleo al empleo en trimestres consecutivos, mientras que la
tasa de destrucción de empleo se mide como la probabilidad de pasar del empleo
al desempleo. Típicamente, la tasa de creación de empleo exhibe un comportamiento
procíclico, mientras que la tasa de destrucción de empleo es contracíclica.
Cabe destacar que, del total de
desempleados al mes de mayo, el 70,6% ha mantenido esta
condición por un periodo menor a
tres meses, mientras que en febrero del 2020 esa proporción fue de 60%; es
decir, la duración del desempleo ha bajado, situación que es congruente con el
buen desempeño reciente de la actividad económica.


El ingreso real continúa con mejoras
y en algunos grupos alcanzó el nivel registrado previo a la pandemia.
Como se ha señalado en informes
anteriores, el ingreso real de los trabajadores ha aumentado, en forma
coherente con la evolución de la actividad económica y la reversión del choque
inflacionario. En meses recientes ese ritmo de crecimiento se ha moderado y en
mayo último
se ubicó en torno a 7,0% interanual
(Gráfico 11.A).
Dicho comportamiento ha permitido
que el ingreso real alcance e incluso supere, en algunos casos, el nivel que
tenía a principios del 2020. En particular, los trabajadores del sector privado
en promedio muestran un ingreso real superior en poco más de 7,0% al registrado
previo a la pandemia, pero los del sector público presentan una caída del 14%.
Según calificación, mientras los trabajadores de calificación media y baja
muestran una ganancia superior a 3,5% en ese periodo de comparación, los de
calificación alta presentan una caída de 9,4% (Gráfico 11.B).

En resumen, si bien la tasa de
desempleo aumentó recientemente, ese comportamiento fue producto del efecto
combinado de una mayor participación laboral, principalmente de personas
jóvenes, y la moderación en la tasa de crecimiento interanual del empleo;
además, en lo que transcurre del presente año, ha habido mejoras en el nivel de
ocupación, la tasa de participación laboral y los ingresos expresados en
términos reales.
En el primer semestre del 2024, el
déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos fue de 0,6% del PIB,
razón similar a la observada en el mismo período del año previo.
En términos del PIB, los principales
rubros de la cuenta corriente no mostraron variaciones significativas en
relación con lo observado un año antes. El aumento de 0,1 p.p. en el superávit
de la cuenta de servicios fue compensado por el mayor déficit en el ingreso
primario, mientras que la cuenta de bienes no mostró cambios en relación con un
año atrás (Cuadro 1).

El déficit en la cuenta de bienes
alcanzó el equivalente a 2,5% del PIB (USD 2.356,4 millones), resultado que
combinó un incremento interanual de las exportaciones e importaciones de 5,7% y
6,7%, respectivamente (17,7% y 7,5% en ese mismo orden, en igual lapso del año
anterior).
La desaceleración de las
exportaciones estuvo determinada, principalmente, por el comportamiento de las
ventas de las empresas amparadas al régimen especial39, cuyo
crecimiento en el primer semestre del 2024 (9,4%) fue inferior al registrado en
igual periodo del 2023 (25,8%). Adicionalmente, las exportaciones del régimen
definitivo crecieron 2,1% (5,9% en el año anterior), influidas en buena medida
por el menor crecimiento en las ventas de bienes agropecuarios (de 18,6% en el
2023 a 3,5% un año después).
39 Como se indicó antes, esta desaceleración estuvo
influida, en parte, por un efecto base.
Igualmente, desaceleró el
crecimiento de las importaciones dadas las menores compras del régimen especial
(9,8%), situación que estuvo presente por cuarto trimestre consecutivo, luego
de exhibir una tasa media de aumento de 22,7% durante el 2022 y la primera
mitad del 2023. En contraste, las compras del régimen definitivo aumentaron
12,3%, en gran medida por la evolución de los bienes de consumo y los
hidrocarburos.
Particularmente, en el primer
semestre del año la factura petrolera ascendió a USD 1.338,9 millones, con una
variación interanual de 13,2%; este resultado reflejó el efecto conjunto de una
mayor cantidad de barriles importados (16,0%) y de la reducción en el precio
medio de la mezcla de hidrocarburos (2,5%). El mayor volumen de derivados del
petróleo estuvo influido por las compras realizadas por el Instituto
Costarricense de Electricidad (ICE) para abastecer sus plantas térmicas, dada
la reducción en el nivel de los embalses a causa del fenómeno atmosférico El
Niño (ENOS).
La cuenta de servicios, por su
parte, fue superavitaria en USD 5.678,9 millones, lo que significó un
incremento interanual de 11,8% y una relación con respecto al PIB de 6,0%. Este
impulso respondió al dinamismo de los ingresos netos de la cuenta de viajes, de
los servicios de apoyo empresarial y los de informática e información (con
tasas de variación de 19,2%, 18,5% y 7,6% en el orden indicado).
Los egresos netos por la retribución
a los factores productivos (ingreso primario) ascendieron
a USD 4.163,4 millones, cifra que
representó un crecimiento interanual de 12,6% y una relación con respecto al
PIB de 4,4% (4,3% un año atrás). Este resultado es coherente con una economía
caracterizada por flujos relativamente altos y estables de inversión directa y
un mayor nivel de endeudamiento externo como resultado de la gestión del
financiamiento del Gobierno, en un contexto de tasas de interés de la deuda
pública externa más altas.
En el primer semestre del 2024, el
país recibió financiamiento externo equivalente a 1,1% del PIB; si bien ese
valor fue inferior al registrado el año previo, fue suficiente para atender el
déficit de la cuenta corriente y propiciar un incremento en los activos de
reserva de 0,6% del PIB.
El financiamiento externo fue
dirigido principalmente al sector privado (0,8% del PIB)40 y, en
menor medida, al sector público (0,3% del PIB). Los influjos de ahorro externo
neto al sector privado estuvieron vinculados a la inversión
directa, que ascendió a 2,7% del PIB (2,6% en igual período del
año anterior). En el primer semestre del año, esta modalidad de inversión
creció 11,1% interanualmente y, como ha sido usual, en su mayoría fue
canalizada a la industria manufacturera, en particular a empresas
dedicadas a la producción de implementos médicos y de alta
tecnología.
40 La disminución en la cuenta financiera privada se debe,
entre otros factores, a una reducción del financiamiento con pasivos externos
en el primer semestre del 2024 por parte del resto del sector privado no
financiero en comparación con igual lapso del año pasado.
Los ingresos de recursos para el
sector público provinieron, en su mayoría, de desembolsos de deuda pública
(1,5% del PIB), cuyo efecto fue parcialmente compensado por las amortizaciones
de deuda externa por 1,3% del PIB. Además de las amortizaciones programadas,
destacó el pago anticipado del préstamo de apoyo para la balanza de pagos
otorgado por el Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR) al Banco Central y
realizado en el primer trimestre del año (en conjunto la amortización
programada para febrero y el pago anticipado ascendieron a USD 962,5
millones).
El acceso al ahorro externo permitió
financiar el déficit conjunto de las cuentas corriente y de capital, y acumular
activos de reserva, cuyo saldo al término de junio ascendió a USD
13.746,3 millones (14,5% del PIB). Con este saldo, el indicador de seguimiento
de reservas internacionales netas (IR) se ubicó en 139,6%, razón dentro del
rango considerado adecuado según la metodología adoptada por la Junta Directiva
del BCCR en marzo del 2023.
En términos de otros indicadores,
este saldo de reservas equivale a 8 meses de las importaciones de bienes del
régimen definitivo, 2,3 veces de la deuda externa total de corto plazo del país
y 1,5 veces la base monetaria amplia41.
41 Incluye todos los pasivos
monetarios del BCCR.
Al término de los primeros cinco
meses del 2024, el Gobierno Central generó un superávit primario coherente con
el objetivo de buscar la sostenibilidad fiscal; sin embargo, los resultados
fiscales presentaron un deterioro en relación con el 2023.
En ese lapso el Gobierno Central
(GC) generó un resultado primario y financiero equivalente a 0,6% y -1,3% del
PIB, en ese orden, desde 1,1% y -0,8% generado en el mismo periodo del año
previo, en igual orden (Gráfico 12.A).
Los ingresos totales a mayo
crecieron 0,9%, muy por debajo de lo observado en el mismo lapso de los dos
años anteriores (Gráfico 12.B). Este resultado estuvo influido por la caída en
la recaudación de los impuestos a ingresos y utilidades (específicamente el
correspondiente a personas jurídicas privadas42) y a la propiedad de
vehículos43; este efecto fue atenuado por el aumento en la
recaudación del impuesto único a los combustibles (15%), el selectivo de
consumo (13,9%) y al valor agregado (3,0%).
42 La recaudación por este concepto disminuyó alrededor de
¢105 mil millones (0,21% del PIB). Según el Ministerio de Hacienda, este
comportamiento se concentró en marzo y las actividades económicas que más
incidieron fueron el comercio; financieras y de seguros; actividades
profesionales, administrativas y servicios de apoyo; transporte y
almacenamiento y la construcción.
43 Con una caída de ¢35 mil millones (0,07% del PIB 2024) en
comparación con igual periodo del 2023. Esta variación está afectada por el
registro (base efectivo) realizado a inicios de enero del 2023, de ingresos por
el impuesto a la propiedad de vehículos correspondientes a la última semana del
2022 (¢56.437 millones, equivalentes a 0,12% del PIB 2023).
El gasto total creció 8,5% a mayo,
en lo cual influyó tanto, el pago de intereses sobre la deuda (9,6% interanual)44
como el incremento en el gasto primario (8,1%)45. En el caso de este
último, alrededor del 70% de su incremento neto fue explicado por las partidas
de remuneraciones y transferencias corrientes.
44 El pago de intereses de la deuda alcanzó ¢978,7 mil
millones, equivalente a 2,0% del PIB. Este resultado creció 9,6% interanual
(10,3% un año atrás).
45 En términos del PIB, este incremento es 0,2 p.p. superior
al del mismo periodo del año anterior (5,4%)

Las remuneraciones crecieron 7,3%, como
resultado del pago a los funcionarios públicos del retroactivo correspondiente
al aumento general a la base, por ¢7.500, pendiente desde el 202046.
Por su parte, las transferencias corrientes aumentaron 8,0%, especialmente por
los recursos destinados por el Fodesaf a la Caja Costarricense del Seguro
Social (CCSS), según lo dispuesto en la Ley de Desarrollo Social y
Asignaciones Familiares (Ley 5662) y su reforma (Ley 8783).
La deuda del Gobierno Central
aumentó 2% (¢582 mil millones), con lo cual su saldo ascendió a ¢29,3 billones,
valor que en términos del PIB presentó una disminución de un punto porcentual
en relación con lo observado un año atrás (Gráfico 13.A).
El proceso de consolidación fiscal
ha contribuido a mejorar la confianza de los agentes económicos en la capacidad
del Gobierno Central para atender sus obligaciones, lo cual se manifestó, entre
otros, en la reducción de las tasas de interés en el mercado primario de deuda47
y la brecha entre el indicador EMBI para Costa Rica y para Latinoamérica
(Gráfico 13. B). Cabe señalar que este último resultado significa una mejor
percepción del riesgo de Costa Rica en comparación con algunos países con mejor
calificación crediticia, como México, Colombia y Panamá en el caso de S&P
Global Ratings y Moody's.

En junio pasado el directorio del
FMI aprobó la sexta y última revisión del acuerdo de Servicio Ampliado del
Fondo (SAF) con el Gobierno de Costa Rica y la tercera revisión y final del
acuerdo de Servicio de Resiliencia y Sostenibilidad (SRS), que se llevó en
paralelo con el SAF. Con estas revisiones culminaron los acuerdos aprobados en
marzo del 2021 (SAF) y noviembre del 2022 (SRS), que permitieron al país
acceder a DEG 1.237,5 millones y DEG 554,1 millones (aproximadamente USD 1.600
millones y USD 730 millones respectivamente). Los detalles de estos
acuerdos se presentan en el Recuadro 2 de este informe.
1.3 Condiciones monetarias
El Banco Central estima que el
comportamiento de los agregados monetarios al término del segundo trimestre del
2024 no generará presiones inflacionarias que excedan la meta de inflación en
los próximos 24 meses.
Al término del segundo trimestre del
presente año la base monetaria aumentó 5,1% con respecto a marzo, variación
determinada por la expansión monetaria resultante de la compra neta de dólares
efectuada por el BCCR, el pago de intereses sobre los instrumentos de captación
en moneda nacional, el uso de depósitos por parte del Gobierno y la reducción
de los depósitos de los intermediarios financieros en el Mercado Integrado de
Liquidez (MIL).
Estos movimientos fueron parciamente
compensados por la colocación neta bonos de estabilización monetaria y
depósitos electrónicos a plazo.
El ahorro financiero, aproximado por
la liquidez total y la riqueza financiera, mostró al término de junio tasas de
variación afines con el crecimiento de la actividad económica y la meta de
inflación, por lo cual se estima que su comportamiento no incuba presiones
inflacionarias por encima de la meta.
La liquidez total y la riqueza
financiera total y privada crecieron, en promedio, a una tasa anual de 7,6%, en
tanto que el medio circulante (M1) amplio se aceleró (de 0,3% en junio del 2023
a 12,9% un año después), lo cual puso de manifiesto una mayor preferencia de
los ahorrantes por depósitos altamente líquidos en colones, en detrimento de
los depósitos a plazo en colones, que pasaron de registrar un tasa anual de
17,6% en junio del 2023 a 0,7% a finales del segundo trimestre del 2024
(Gráfico 14.A).
Este comportamiento es consecuente
con el menor costo de oportunidad de mantener instrumentos con bajo o nulo
rendimiento, dada la reducción de las tasas de interés pasivas en colones48.
48 Las reducciones de la TPM desde marzo del 2023 (425 p.b.)
se han trasladado prácticamente en su totalidad a las tasas de interés pasivas.
La disminución de las tasas de
interés pasivas en colones, junto con la relativa estabilidad en las tasas
pasivas en dólares y el comportamiento de las expectativas de variación en el
tipo de cambio (según mercado), ubicó el premio por ahorrar en moneda nacional
entre -148 y - 234 p.b. al finalizar junio, para los plazos de 180 a 209 días y
360 a 539 días, en su orden (Gráfico 14.B).
El incremento en la dolarización
relativa del ahorro financiero, registrado desde octubre del año anterior
(aunque a menor ritmo en lo que trascurre del presente año), es coherente con
el comportamiento del premio por ahorrar en colones. En efecto, si se compara
con lo observado al término del tercer trimestre del 2023 (periodo a partir del
cual el premio registra valores nulos o negativos), la participación relativa
del componente en moneda extranjera en los depósitos a plazo aumentó en 2,3
p.p. y entre 0,3 y 1,2 p.p. en los agregados monetarios amplios (Gráfico 14.C).

El crédito al sector privado en
moneda extranjera continúa con altas tasas de crecimiento.
El crédito al sector privado (CSP)
creció al término del segundo trimestre del 2024 a una tasa 7,7% en el mismo
lapso del 2023), mientras las operaciones en colones aumentaron 6,0% (4,2% un
año antes) (Gráfico 15.A).
Este comportamiento llevó a un
aumento en la participación relativa de la moneda extranjera en la cartera
total de 1,3 y 0,5 p.p. con respecto a lo registrado un año atrás y al término
del 2023 (Gráfico 15.B), respectivamente.
La mayor demanda de crédito en
dólares ha sido consecuente con el encarecimiento relativo del crédito en
colones. Al finalizar el segundo trimestre del presente año, el comportamiento
de las tasas activas en colones y en dólares y la evolución de las expectativas
de variación cambiaria (de mercado), llevó a que el costo en exceso por
endeudarse en colones se ubicara en 167 p.b.
El aumento en la participación del
componente en moneda extranjera dentro del CSP incrementa la exposición del
sistema financiero al riesgo cambiario. Particularmente en mayo del presente
año la proporción del crédito en moneda extranjera otorgado a deudores con
exposición cambiaria se ubicó en 60,0% superior en 1,6 p.p. al valor observado
al término del 2023 (58,8%)49.
49 Según el Reglamento sobre Administración Integral de
Riesgos (Acuerdo Sugef 2-10), a partir del 2023 el deudor de un crédito en
moneda extranjera califica como "sin exposición a riesgo cambiario" si dispone
de una cobertura natural o financiera contra ese riesgo, que debe cubrir al
menos el 100% del servicio del crédito. La cobertura natural ocurre cuando el
deudor tiene un flujo regular de ingresos en la misma moneda de la operación,
en tanto que la financiera es cuando es cubierta con un derivado financiero.

Según las fuentes y usos de
recursos, en el primer semestre del presente año, el crédito en moneda
extranjera fue atendido con recursos provenientes de la captación del público,
y en el caso del crédito en colones, además del incremento en la captación
contribuyó la reducción de la tenencia de títulos fiscales. Por tipo de
actividad, el 61%50 del crédito continúa concentrado en consumo y
vivienda, hecho que aumenta la exposición del sistema financiero y limita el
financiamiento a otras actividades.
50 Al mes de abril del 2024 el crédito en colones se
concentró en las actividades de consumo (43,0%) y vivienda (29,6), mientras que
en dólares en servicios (23,6%), en vivienda (25,2%) y comercio (13,8%).
A mayo del 2024, la morosidad del
Sistema Financiero Nacional ha aumentado respecto a lo observado en igual mes
del año previo; así el indicador de mora regulatoria de la cartera crediticia
(morosidad mayor a 90 días o en cobro judicial) se ubicó en 2,5%, (1,8% en mayo
del 2023). No obstante, el indicador de la mora amplia del Sistema Bancario
Nacional51 (incluye la mora regulatoria, los créditos liquidados y
los bienes recuperados) se ha mantenido relativamente estable (11,5% en mayo
del 2024 contra 11,6% en igual mes del 2023)52.
51 No incluye cooperativas, financieras ni mutuales.
52 El indicador de mora amplia se ubicó en 11,3% en febrero
del 2020 (mes previo a la pandemia).
1.4 Inflación
La disipación de las presiones
deflacionarias manifiesta desde setiembre del 2023, continuó en el segundo
trimestre del 2024, lo cual alejó a la inflación general de los valores
negativos mostrados durante el último año. Sin embargo, tanto este indicador
como el de inflación subyacente se mantuvieron por debajo del límite inferior
del rango de tolerancia alrededor de la meta de inflación.
En junio del presente año, la
inflación general, medida con la variación interanual del Índice de Precios al
Consumidor (IPC) y el promedio de los indicadores de inflación subyacente53
se ubicaron en 0,0% y 0,4% (Gráfico 16.A), respectivamente, ambos por debajo
del límite inferior del rango de tolerancia alrededor de la meta establecida
por el BCCR (3,0% ± 1 p.p.).
53 La inflación subyacente captura en mayor medida el efecto
de factores internos de demanda sobre las cuales tiene efecto la política
monetaria. Para mayor detalle ver la nota técnica Índices de inflación
subyacente de Costa Rica (IIS2021).
Con ello, el promedio interanual de
esos indicadores en el segundo trimestre del año fue de - 0,3% y +0,2%, en ese
orden (-1,4% y 0,0% en el trimestre previo).

La disminución de las presiones
deflacionarias fue determinada por el componente de los bienes, cuya deflación
promedio pasó de 3,7% en el primer trimestre a 1,9% en el segundo, en tanto que
los servicios registraron tasas de variación positivas en ambos periodos (1,4%
y 1,6% respectivamente). Específicamente en junio pasado el subíndice de
servicios creció 2,1% y el de bienes cayó 1,8% y, dada su participación
relativa en la canasta del IPC, ambos movimientos se compensaron entre sí
(Gráfico 16.B).
La reducción del aporte negativo del
subíndice de bienes al resultado interanual de la inflación general (de 2 p.p.
en el primer trimestre a 1 p.p. en el segundo, ambos en promedio) fue
determinada, principalmente, por los precios de los alimentos y de los
combustibles, en ese orden, con tasas de variación interanual promedio de -1,6%
y de -0,1% (en ese orden, - 4,1% y -8,1% en el primer trimestre del año).
La reducción de la deflación en el
precio de los combustibles, aunada a la desaceleración en el crecimiento del
precio de la electricidad (2,3% en promedio desde 9,8% en el primer trimestre
del 2024) determinaron, en mayor medida, la variación interanual negativa del
componente regulado del IPC de 0,8%; esa tasa fue inferior en 0,8 p.p. con
respecto a la del primer trimestre del año. Por otra parte, la menor deflación
de los precios no regulados -0,2% desde -1,4% en términos interanuales para
igual lapso) se asoció con tasas de variación del precio de los alimentos cada
vez menos negativas.
La baja en las presiones
deflacionarias responde, mayormente, al menor ritmo de disminución de los
precios externos, incluso algunos con tendencia al alza recientemente, y a los
efectos de la postura restrictiva de la política monetaria.
En el ámbito local, la ralentización
de la reducción de los precios externos (algunos incluso han aumentado) se ha
reflejado en el índice de precios de materias primas importadas, que, si bien
desde agosto del 2022 presenta variaciones interanuales negativas, registró en
el primer semestre del año en curso una caída promedio inferior en comparación
con el 2023 (Gráfico 17.A).
La reducción interanual promedio del
índice fue mayor en el primer trimestre que en el segundo (4,0% y 3,2% en el
orden respectivo), a lo cual contribuyó la evolución de los precios de los
granos básicos (-23,0% en el primer trimestre y -17,5% en el trimestre siguiente)54
y del precio del crudo WTI que aumentó desde 1,3% en los primeros tres meses a
9,4% en el siguiente trimestre; además, se estima que incidió el incremento en
el precio del transporte marítimo observado a lo largo del presente año55.
54 El Índice de precios de los alimentos de la FAO presentó
una caída interanual promedio de 8,5% en el primer trimestre del 2024 (-3,7% en
el siguiente).
55 La referencia del precio mundial de transporte de
contenedores aumentó 6,9%, en promedio, entre el primer y segundo trimestre del
2024 (de USD 3.044 a USD 3.252), pero el incremento fue significativo en
relación con el precio medio del 2023 (USD 1.488). Este comportamiento
respondió, entre otros, a las tensiones geopolíticas en el mar Rojo y a los
efectos del cambio climático sobre esta actividad.
Los factores anteriores también han
influido en el Índice de Precios del Productor de la Manufactura (IPP-MAN),
indicador que, si bien mantiene variaciones interanuales negativas desde abril
del 2023, en los trimestres recientes ha sido menos negativo. En el segundo
trimestre del 2024, su variación interanual promedio fue de -3,4% (-4,9% en el
anterior)56 (Gráfico 17.B). Ese comportamiento anticipa que las
presiones deflacionarias, manifiestas en el IPC, originadas en menores costos
de producción tienden a revertirse.
56 Al desagregarlo por tipo de bien, el subíndice de precios
de bienes de consumo final, que podría tener mayor impacto en el corto plazo
sobre el IPC, mostró en el segundo trimestre del 2024 una variación interanual
promedio de -0,3% (-0,9% en el anterior); en junio fue de 0,1%.
Elementos de índole interno también
han contribuido en la desaceleración de la inflación desde setiembre del 2022,
así como a la deflación, que luego de alcanzar su máximo valor en agosto del
2022, tendió a reducirse hasta desaparecer al término del segundo trimestre del
2024. Entre ellos destacan, la política monetaria restrictiva, a pesar de la
reducción en la TPM aplicada entre marzo del 2023 y julio del 2024 (425 p.b.)57
y la apreciación de la moneda local, dado que reduce las presiones al alza en
los precios de los bienes, principalmente de
los importados.
57 Entre diciembre del 2021 y octubre del 2022 la TPM
aumentó en 825 p.b., lo que propició una postura restrictiva de la política
monetaria desde noviembre del 2022, que contribuyó a moderar las presiones de
demanda agregada y facilitó la contención de los efectos inflacionarios de
segunda ronda.

Pese a la persistencia de la
deflación en los últimos meses, si bien cada vez de menor magnitud, las
expectativas de inflación obtenidas de la encuesta realizada por el BCCR a
analistas financieros, consultores, académicos y empresarios, así como las
estimadas a partir de la negociación de títulos públicos en el mercado
financiero costarricense (expectativa de mercado), se mantienen dentro del
rango de tolerancia alrededor de la meta de inflación. Al término del segundo
trimestre del 2024, la primera de estas mediciones ubicó la mediana de las
expectativas de inflación a 12 y 24 meses en 2,0% y 3,0% respectivamente,
mientras que las expectativas de mercado registraron tasas de 3,0% y 2,4% en
esos mismos plazos58 (Gráfico 18).
58 Para los plazos a 36 y 60 meses las expectativas de
mercado se ubican en promedio en 2,7% en los últimos 30 meses terminados en
junio del 2024.

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Recuadro 2. Acuerdos entre el Fondo
Monetario Internacional y el Gobierno de Costa Rica 2021-2024
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Recuadro 2. Acuerdos entre el Fondo
Monetario Internacional y el Gobierno de Costa 2021-2024
El 14 de junio del 2024, el
directorio ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó la sexta y
final revisión del acuerdo de Servicio Ampliado del Fondo (SAF) con el Gobierno
de Costa Rica, así como la tercera y última revisión del acuerdo de Servicio de
Resiliencia y Sostenibilidad (SRS). Estas revisiones permitieron al Gobierno de
Costa Rica completar los desembolsos de estos créditos y acceder a un total de USD
2.407,1 millones59.
59 Los créditos aprobados están denominados en Derechos
Especiales de Giro (DEG), con montos de DEG 1.237,5 millones para el SAF y DEG
554,1 millones para el SRS. Al aplicar la conversión a dólares en el momento de
cada desembolso, el total asciende a USD 1.670,2 millones y USD 736,9 millones
respectivamente.
El propósito del SAF fue apoyar la
ejecución de medidas para la sostenibilidad de las finanzas públicas, mantener
la estabilidad monetaria y financiera e impulsar el crecimiento económico
inclusivo para acelerar la recuperación luego de la crisis causada por la
pandemia. Como complemento al SAF, en el 2022 el Gobierno solicitó acceso al
SRS, con el fin de fortalecer la capacidad del país para enfrentar posibles
choques negativos causados por el cambio climático y retomar su agenda para
reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Las evaluaciones periódicas de FMI
dieron seguimiento al desempeño de la economía en general, así como al avance
de las reformas relacionadas con eficiencia y gobernanza del gasto público,
transparencia, redes de seguridad social, sistema financiero y monetario, temas
macroestructurales y cuestiones relacionadas con el cambio climático (cuadro
2.1). Según dicho organismo, "la finalización de las revisiones marca la
conclusión exitosa de un ambicioso programa de reformas multianual y
multidimensional, bajo el cual las autoridades demostraron su firme compromiso
con un amplio programa nacional de reformas que está ayudando a remodelar la
economía de Costa Rica y a avanzar en la agenda climática"60.
60 Fondo Monetario Internacional. Comunicado de prensa No.
24/220. 14 de junio del 2024.
Condiciones que propiciaron los
acuerdos con el FMI
Las conversaciones con el FMI para
un eventual acuerdo en el marco del SAF iniciaron en enero del 2021.
En ese momento Costa Rica estaba en medio de un proceso de consolidación fiscal
iniciado a finales del 2018 e iniciaba la recuperación de la crisis sanitaria y
económica provocada por la pandemia del COVID-19, que llevó a una
profunda recesión económica en el 2020 y a una significativa
reducción en el empleo (Gráfico 2.1)61. Ello generó una caída en
la recaudación de impuestos y un incremento en los gastos del Estado asociados
a la atención de la emergencia sanitaria, que acentuó la
fragilidad de la situación fiscal y revirtió los incipientes
avances obtenidos con la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas (Ley
9635, aprobada a finales del 2018). En ese contexto, el déficit financiero del
Gobierno Central alcanzó el 8% del PIB en el 2020, valor máximo
en los últimos 40 años, y la deuda total llegó a 70% del PIB.
Ambos indicadores señalaron una senda fiscal insostenible en el mediano
plazo.
61 En abril del 2020 el Gobierno negoció con el FMI un
crédito de Financiamiento Rápido por USD 508 millones, como parte de las
medidas de emergencia para atender la crisis de la pandemia. Esta operación no
se incluye en los acuerdos analizados en este recuadro.
Características de los acuerdos
El SAF tiene entre sus objetivos
"respaldar programas integrales centrados en las políticas necesarias
para corregir desequilibrios estructurales durante un período prolongado"62.
Como condición para acceder a este programa, el país se
compromete con "políticas centradas en reformas estructurales que
resuelvan las deficiencias institucionales o económicas, y con políticas
que mantengan la estabilidad macroeconómica". Los desembolsos se aprueban
luego de la revisión de criterios de ejecución cuantitativos y de los
avances en las medidas estructurales acordadas.
62 www.imf.org: El Servicio Ampliado del FMI. La operación
con Costa Rica es a 10 años plazo, con una tasa estimada de 2,05% anual, un
período de desembolso de 3 años y un periodo de gracia de 4 años.

Con respecto al SRS, este brinda
financiamiento a largo plazo en condiciones favorables63 a países
que realicen reformas para reducir los riesgos para la estabilidad futura,
incluidos los relacionados con el cambio climático y la preparación ante
pandemias. Con la aprobación del SRS, Costa Rica se convirtió en el primer país
en completar un acuerdo de este tipo. El plazo y la aprobación de los
desembolsos están ligados al desempeño y el avance de las medidas del SAF y, adicionalmente
incorpora acciones tendientes a incrementar la resiliencia de la economía ante
el cambio climático (Cuadro 2.1).
63 Los créditos bajo el SRS se otorgan a 20 años plazo, con
10,5 años de período de gracia y a tasas con un margen de entre 55 y 95 p.b.
sobre la tasa de referencia de los DEG a tres meses, la cual a la fecha de
edición de este documento es de alrededor de 4%.
Criterios de desempeño
El FMI realizó revisiones
semestrales del desempeño de la economía basadas en indicadores clasificados
de la siguiente forma:
1) Criterios cuantitativos de
desempeño: (i) Valor mínimo del balance primario del Gobierno Central y (ii)
Valor mínimo de las reservas netas del BCCR.
2) Criterio continuo de desempeño:
Valor máximo de nuevos atrasos en los pagos externos del sector público no
financiero y del BCCR. Este suele ser parte del conjunto de indicadores a los
que el FMI da seguimiento en el contexto de un SAF; sin embargo, cabe señalar
que desde 1998 Costa Rica no presenta atrasos en los pagos de deuda externa por
parte del sector público.
3) Objetivo indicativo: Valor máximo
del saldo total de la deuda del Gobierno Central.
4) Cláusula de consulta de política
monetaria: La inflación se ubique dentro de dos bandas (interna y externa)
definidas alrededor de un indicador de inflación64.
64 A partir de marzo del 2022 se vinculó a la meta de
inflación del BCCR (3,0%).

Las revisiones realizadas por el FMI
en el 2023 y 202465 concluyeron que se cumplieron los criterios de
desempeño de resultado primario del Gobierno Central, reservas netas del BCCR66
y que no hubo atrasos en pagos externos del SPNF y BCCR.
65 Las revisiones realizadas en 2021 y 2022 también
generaron resultados satisfactorios. Estos fueron comentados en el recuadro 1
del Informe de Política Monetaria de octubre 2022.
66 El cálculo de las reservas internacionales para fines del
seguimiento del SAF difiere metodológicamente del cálculo realizado y publicado
por el BCCR.
Si bien el saldo de la deuda del
Gobierno Central superó ligeramente el máximo establecido en junio del 2023 y
marzo del 2024 (panel C del Gráfico 2.2), debe recordarse que, dadas las
autorizaciones legislativas, no necesariamente hay sincronía entre el mejor
momento de acudir al mercado financiero y las necesidades del Ministerio de
Hacienda, lo que en ocasiones lleva a colocar deuda y a mantener temporalmente
esos fondos en depósitos en el BCCR.
De acuerdo con la medición utilizada
por el FMI, la inflación se desvió de la banda interna en marzo y junio del
2023 y de la banda externa en setiembre y diciembre del 2023 y marzo del 2024
(panel D del Gráfico 2.2). En este contexto, el BCCR explicó al equipo técnico
y al directorio del FMI las razones del desvío, las medidas previstas y la
estimación del horizonte temporal en el que la inflación se ubicaría dentro de
las bandas definidas en el acuerdo, lo cual fue de satisfacción para el FMI.
Cabe señalar que durante este lapso
el comportamiento de la inflación estuvo influido, entre otros, por los efectos
de choques de oferta, en buena medida de naturaleza externa. Así, la dinámica
esperada para la inflación llevó al equipo del BCCR a plantear, en diversas
ocasiones, la necesidad de revisar la razonabilidad de los límites establecidos
en esta cláusula de consulta de política monetaria; no obstante, los parámetros
se mantuvieron. Por tanto, en cada una de esas revisiones hubo que dar las
explicaciones debidas, pese a que esos desvíos se pudieron anticipar.
Reformas acordadas en el marco de
los acuerdos con el FMI
Las autoridades de Costa Rica
acordaron reformas que formaron parte del seguimiento efectuado
por el FMI para aprobar los distintos desembolsos. El Cuadro 2.1 resume algunas
de estas reformas y su estado al momento de la última revisión
realizada en el 2024.

En conclusión, ante la situación
fiscal que enfrentaba el país, significantemente exacerbada por la crisis
económica provocada por la pandemia del COVID-19, las autoridades
costarricenses tuvieron acceso a recursos oportunos y en términos financieros
favorables del FMI para impulsar una recuperación más acelerada. Además, las
reformas planteadas como parte de los acuerdos con ese organismo propiciaron o
propiciarán ajustes estructurales, principalmente en el ámbito de las finanzas
públicas y fortalecimiento de capacidades ante el cambio climático.
CAPÍTULO 2. ACCIONES DE POLÍTICA DEL
BCCR
En las tres reuniones de política
monetaria del primer cuatrimestre del 2024, la Junta Directiva del BCCR redujo
el nivel de la TPM por un acumulado de 125 p.b., para ubicarla en 4,75%. No
obstante, en las reuniones de junio y julio, dispuso mantener sin cambio dicho
indicador. Estas decisiones se sustentaron en el análisis del comportamiento
reciente de la inflación y de la trayectoria de los pronósticos de inflación y
de sus determinantes macroeconómicos, así como de la valoración de los riesgos
que condicionarían la proyección de inflación.
En lo transcurrido del 2024, el
sistema financiero nacional ha continuado con una condición holgada de
liquidez, pero esos excesos han estado contenidos en instrumentos del BCCR,
mayoritariamente en operaciones de muy corto plazo en el Mercado integrado de
liquidez (MIL).
Esa liquidez se ha originado, en
buena medida, en el efecto expansivo de la compra de divisas efectuada por el
BCCR, la cual se dio en un contexto de un mercado de cambios superavitario. A
su vez, esta liquidez es la que ha hecho posible el crecimiento, en términos
reales, del crédito del sistema financiero al sector privado.
2.1. Tasa de política monetaria
El Banco Central ejecuta su política
monetaria sobre la base de un esquema de meta de inflación, en el que utiliza
la TPM como el principal instrumento para controlar la inflación. Con cambios
en el nivel de la TPM, establece su postura de política y procura influir en el
comportamiento de las expectativas de inflación, al mismo tiempo que busca
controlar las presiones de demanda agregada.
En las reuniones de política
monetaria de enero, marzo y abril del 2024, la Junta Directiva del BCCR redujo
la TPM por un acumulado de 125 p.b.67. Esas reducciones formaron
parte de un proceso de ajuste a la baja en dicho indicador iniciado el 15 de
marzo del 2023, que implicó una disminución acumulada de 425 p.b. entre esa
fecha y finales de abril del 2024, con lo cual se ubicó en 4,75% anual.
67 Distribuidos de la siguiente forma: 25 p.b. en enero y 50
p.b. en cada reunión de marzo y abril.
Posteriormente, en las reuniones de
junio y julio, la Junta dispuso mantener la TPM sin cambios. Como es usual,
estas decisiones se sustentaron en un análisis del comportamiento de la
inflación, de la evolución prevista para esta variable y sus determinantes, así
como en la valoración de los riesgos68 identificados en
cada momento. Particularmente, en la última de estas reuniones, su decisión se
basó en los siguientes argumentos:
68 La valoración de esos riesgos, sean de origen interno o
externo, permite inferir si su materialización ubicaría la inflación por arriba
o por debajo del pronóstico central.
1.
En un contexto internacional, en el
cual la inflación (general y subyacente) continúa a la baja, pero a un ritmo
menor al previsto inicialmente, la mayoría de los bancos centrales de economías
avanzadas y emergentes ha dado mensajes de prudencia y, en sus últimas
reuniones de política monetaria, han mantenido el nivel de sus tasas de interés
de referencia, a la espera de información que les brinde la confianza necesaria
para iniciar o continuar con las reducciones en esas tasas.
2.
La incertidumbre asociada a las
condiciones climáticas adversas y los conflictos geopolíticos pueden afectar la
senda decreciente de la inflación en el mundo.
3.
En el entorno interno, el Índice
Mensual de Actividad Económica, en su serie de tendencia ciclo, presentó en
mayo pasado un crecimiento (4,1% interanual y 4,2% en promedio) superior al
crecimiento económico esperado para los principales socios comerciales (2,4%
para el 2024) y para el conjunto de países de ingreso mediano alto, según la
clasificación utilizada por el Banco Mundial (promedio simple de 3,3%). Dicho
crecimiento se ha generado en un contexto de reducción gradual de la TPM.
4.
En el trimestre móvil que concluyó
en mayo anterior, la tasa de desempleo aumentó hasta 8,5%, pero se mantuvo por
debajo de su nivel histórico.
5.
La inflación (general y subyacente)
continuaron en junio por debajo del límite inferior del rango de tolerancia
alrededor de la meta de inflación (3,0% ± 1 p.p.), pero la trayectoria de la
inflación general ha sido creciente en los últimos diez meses.
6.
Las expectativas de inflación
obtenidas de la encuesta del Banco Central y las estimadas a partir de la
negociación de títulos públicos en el mercado financiero costarricense (expectativa
de mercado), se mantienen dentro del rango de tolerancia alrededor de la meta
de inflación.
7.
Prospectivamente, el Banco Central
estima, con la información disponible al momento de tomar esta decisión, tasas
de variación interanual positivas para la inflación general a partir del
segundo semestre del 2024, con lo cual ingresaría al rango de tolerancia
alrededor de la meta en el primer trimestre del 2025, como fue señalado en el
IPM de abril pasado.
Si bien los pronósticos ubican la
inflación por debajo del rango de tolerancia en el segundo semestre del 2024,
la valoración de riesgos para un horizonte más amplio está inclinada levemente
al alza. Ello, unido al rezago con que actúa la política monetaria, lleva a la
Junta a considerar necesario dar el espacio para que la reducción acumulada en
la TPM iniciada en marzo del 2023 se transmita al resto de tasas de interés del
sistema financiero, particularmente, a las tasas de interés activas.
8. La TPM está cerca de la zona de
neutralidad de la política monetaria. Este cuerpo colegiado ha conducido el
proceso hacia la neutralidad monetaria de forma gradual y con prudencia,
consciente de que debe preservar la credibilidad del Banco Central, para
mantener las expectativas de inflación alrededor de la meta de inflación.
La Junta Directiva reiteró su
compromiso de avanzar de manera responsable y, en la medida en que las
circunstancias macroeconómicas lo permitan, hacia la neutralidad de la política
monetaria. En este sentido, los cambios en la TPM procurarán ser graduales y
prudentes, para responder oportunamente y en la dirección que corresponda,
cuando las condiciones macroeconómicas y la valoración de los riesgos lo
requieran.
2.2. Gestión de la liquidez de la
economía
En el segundo trimestre del 2024 y
en el mes de julio el sistema financiero continuó con excedentes de liquidez,
que el BCCR esterilizó por medio de instrumentos de captación.
Estos excedentes han aumentado
gradualmente desde el 2023 (Gráfico 19.A) como resultado, principalmente, de la
compra de divisas efectuada por el BCCR (USD 3.673 millones en el 2023 y USD
1.253 millones al 30 de julio del presente año69), tanto para
atender requerimientos del SPNB como para fortalecer el blindaje financiero del
país. La expansión monetaria resultante de estas operaciones70 ha
sido gestionada mediante la colocación de deuda bonificada, cuyo saldo, al 26
de julio, aumentó en ¢773.661 millones con respecto al término del 2023 y con
operaciones de muy corto plazo en el MIL71.
69 Corresponden a la compra de divisas con efecto monetario.
70 En el 2024 (hasta el 30 de julio), la participación del
BCCR en el mercado cambiario generó un efecto monetario de alrededor de ¢640
mil millones, a lo cual se añade el pago de intereses (alrededor de ¢165 mil
millones por deuda bonificada, MIL y DEP).
71 En julio del 2023 el BCCR introdujo los BEM a 3 y 6
meses, para mejorar la transmisión de la TPM y facilitar referencias al mercado
para la valoración de instrumentos financieros. En lo transcurrido del año
(hasta el 29 de julio) del total de valores colocados (¢1.400.096 millones en
valor facial), 36,8% corresponde a BEM de corto plazo.
Uno de los aspectos que incidió en
el comportamiento de los depósitos en el MIL fue la disposición tomada por la
Junta Directiva del BCCR (acuerdo 6121-2023 del 25 de mayo del 2023) de que las
entidades financieras sujetas al requerimiento de reserva de liquidez72
deben constituirlo en depósitos en el MIL a 28 días plazo o más. Esta medida
empezó a regir en enero del 2024 y al 29 de julio el saldo en estos
instrumentos aumentó en ¢107.661 millones (71,7% corresponde a cooperativas de
ahorro y crédito y el resto a asociaciones solidaristas).
72 Según lo dispuesto en el artículo 117 de la Ley 7558, las
asociaciones solidaristas y las cooperativas de ahorro y crédito, que el BCCR
exima del encaje deben cumplir con una reserva de liquidez, en un porcentaje
igual al aplicado para el encaje y en las condiciones que defina la Junta
Directiva del BCCR.
Cabe mencionar que de mayo al 29 de
julio del presente año, el monto promedio de recursos excedentes disminuyó en
¢103.834 millones con respecto a lo observado en el primer cuatrimestre del
año. En este resultado influyó el aumento en la captación de recursos efectuada
en junio por el Ministerio de Hacienda (tanto por la recaudación trimestral de
impuestos como por la colocación neta de deuda), aunque a finales del mes ese
comportamiento se revirtió debido a la atención de deuda por parte de esta
entidad73.
73 El 26 de junio el Ministerio de
Hacienda tuvo un vencimiento de deuda interna estandarizada por ¢585.018
millones (en valor transado); de ese monto renovó el 33,6%.
Adicionalmente, contribuyó en esa
disminución de liquidez la aplicación gradual del encaje a las cooperativas de
ahorro y crédito supervisadas a partir de abril (acuerdo de Junta Directiva
antes citado). Como resultado de esta disposición, al 29 de julio pasado el
saldo de depósitos por encaje de estas entidades aumentó ¢28.267 millones con
respecto al término del 2023.
Las tasas de interés de las
operaciones en el MIL en colones a un día plazo continúan con brechas bajas en
relación con la TPM, de 3 p.b. en el indicador que incluye las operaciones en
que el BCCR es contraparte y de 10 p.b. en el que excluye esas operaciones
(Gráfico19.B). Los desvíos más significativos con respecto a la TPM han
respondido a negociaciones efectuadas por los bancos privados.

2.3. Mercado cambiario y
participación del BCCR
En los primeros siete meses del 2024
el tipo de cambio aumentó en 0,5% con respecto al valor registrado al término
del 2023. La depreciación del colón estuvo concentrada en los últimos tres
meses de ese lapso, consecuente con el menor superávit relativo en el mercado
privado de cambios.
El 26 de julio de 2024 el tipo de
cambio de Monex fue de ¢526,13 y registró una variación interanual de -3,4% y
acumulada con respecto a finales del año previo de 0,5%.

En los primeros siete meses del año
la evolución de este precio fue diferenciada (Gráfico 20). En el primer
cuatrimestre (hasta el 18 de abril) el tipo de cambio disminuyó 4,1%, consecuente
con un superávit promedio diario en ventanillas de USD 34,0 millones,
similar al de igual periodo del 2023 (USD 33,3 millones).
En tanto que, del 19 de abril al 26
de julio el superávit promedio diario fue de USD 21,9 millones, inferior
en USD 6,0 millones al observado en igual periodo del 2023 y en USD 12,1
millones al registrado en los meses previos. Este menor superávit fue
resultado, básicamente de menores ventas del público a los intermediarios
cambiarios, que en promedio diario registraron un valor de USD 128,5
millones (USD 140,2 millones en el primer periodo indicado para el
2024). En este lapso el tipo de cambio aumentó 4,8%.
En el acumulado del 2024 el
superávit del mercado privado de cambios ascendió a USD 4,067,8 millones
(USD 4.413,4 millones en igual cantidad de días hábiles del 2023). Este
resultado permitió al BCCR realizar compras netas en Monex por USD 3.459,9
millones. Este monto está compuesto por: a) USD 1.393,2 millones para
mejorar el blindaje financiero del país; b) USD 2.076,6 para operaciones
del RSPNB (USD 1.888,4 millones para atender requerimientos
contemporáneos y USD 188,2 millones para demandas futuras) y; c) realizó
ventas por estabilización por USD 9,9 millones74.
74 Estas ventas se realizaron el 31 de mayo, ante problemas
técnicos que limitaron la participación de algunos intermediarios cambiarios en
el Monex.
Al 26 de julio el saldo de reservas
internacionales netas ascendió a USD 13.876,6 millones, equivalente a
14,6% del PIB del 2024 y a 141,1% del valor adecuado que acordó la Junta
Directiva del BCCR en marzo del 202375. Dicho saldo es mayor en USD 657,7
millones al registrado al término del 2023.
El aumento de las RIN responde a la
participación neta del BCCR mayormente en sus operaciones cambiarias (para fortalecer
el blindaje financiero y para atender requerimientos futuros del SPNB, antes
comentadas) y a los movimientos generados por los intereses ganados por la
gestión de las RIN y el incremento en los depósitos de entidades financieras.
Por el lado de los usos, destacó el pago de USD 982,6 millones al FLAR y
el uso de depósitos en moneda extranjera por parte del Gobierno76.
El Recuadro 3 de este informe amplía
el tema de las operaciones cambiarias del BCCR en el mercado de divisas, en
línea con los motivos que la Ley Orgánica le encomienda y plantea para el
periodo comprendido entre enero del 2019 y junio del 2024 un resumen de su
participación neta por: operaciones propias, estabilización y con el SPNB.
Por último, cabe señalar que a
partir del 1° de abril del año en curso el BCCR empezó a recibir información
adicional de las operaciones cambiarias en ventanillas con la que es posible
clasificar las transacciones según sector institucional, actividad económica y
el régimen de comercio. Con base en estos datos se desprende que entre abril y
junio los mayores oferentes netos de dólares han sido empresas que realizan
actividades profesionales, científicas, técnicas, administrativas y servicios
de apoyo77.
77Ver:https://www.bccr.fi.cr/comunicacion-y-prensa/Docs_Comunicados_Prensa/CP-BCCR-024-2024
BCCR_clasifica_transacciones_del_mercado_de_divisas.pdf
|
Recuadro 3.
Operaciones cambiarias del Banco Central de Costa Rica entre enero del 2019 y
junio de 2024
|
Este recuadro analiza los motivos
por los cuales el Banco Central de Costa Rica (BCCR) realiza operaciones cambiarias y presenta la evolución
de estas entre enero del 2019 y junio del 2024.
Motivos de las operaciones
cambiarias que realiza el BCCR
La Ley Orgánica del BCCR (Ley No.
7558) establece las razones por las cuales la entidad puede realizar
operaciones cambiarias. En este sentido, el artículo 87 señala que "El Banco
Central podrá comprar y vender divisas en el mercado, para evitar fluctuaciones
violentas en el tipo de cambio y para llenar sus necesidades."
Además, el artículo 89 indica que "Las
instituciones del sector público no bancario efectuarán sus
transacciones de compra-venta de divisas por medio del Banco Central o
de los bancos comerciales del Estado, en los que este delegue la realización de
tales transacciones. En todo caso, estas transacciones se realizarán a
los tipos de cambio del día, fijados por el Banco Central para sus
operaciones".
Al amparo del artículo 87, el BCCR
realiza operaciones de estabilización para neutralizar volatilidades excesivas
en el tipo de cambio que no reflejen el comportamiento de las variables
económicas fundamentales que determinan el tipo de cambio. Además, con base en
este artículo, ejecuta compras para alcanzar el nivel deseado de reservas
internacionales, con el anuncio de programas de acumulación de reservas o, como
lo ha hecho explícito al público, desde el 5 de mayo del 2023, mediante compras
no programadas en Monex en la medida en que el mercado lo permita.
Por su parte el artículo 89 señala
que el BCCR debe gestionar las transacciones de divisas que requieren las
entidades del SPNB78. En este sentido, el artículo 10 del Reglamento
para las Operaciones Cambiarias de Contado79 (ROCC) establece que
las entidades del SPNB con operaciones de compra o venta de divisas menores a
USD 10 millones mensuales y a USD 100.000 diarios realizarán sus transacciones
por medio de los bancos comerciales del Estado.
78 Comprende al Ministerio de Hacienda y al resto de
entidades del sector público no bancario; entre ellas el Instituto
Costarricense de Electricidad (ICE) y la Refinería Costarricense de Petróleo
(RECOPE), las de mayor transaccionalidad.
79 Reglamento para las Operaciones Cambiarias de Contado.
Estos bancos estatales, a más tardar
el día hábil siguiente, trasladarán las divisas compradas o solicitarán el
reintegro de las divisas vendidas al BCCR. En los demás casos, las operaciones
deberán realizarse directamente con la autoridad monetaria. La Junta Directiva,
en el artículo 10 de la sesión 5651-201480, determinó que el BCCR
cubriría con sus reservas internacionales los requerimientos contemporáneos de
divisas del SPNB y las restituiría, con compras en Monex, en la medida que las
condiciones del mercado cambiario lo permitan81.
80 Artículo 10 del acta de la
sesión 5651-2014.
81 Las transacciones del
Ministerio de Hacienda son parte del SPNB, por lo que sus operaciones solo se
reflejan en movimientos contables en los estados financieros del BCCR y no se
ejecutan directamente en Monex. Históricamente, las ventas del MH son mayores
que sus compras, mientras que lo contrario sucede para entidades como el ICE o
Recope.
Participación del BCCR en el mercado
cambiario
El cuadro 3.1 resume las operaciones
cambiarias del BCCR entre enero del 2019 y junio del 2024. En el 2019, año
previo a la pandemia, el BCCR realizó compras netas en Monex que superaron las
ventas por estabilización y las compras para atender los requerimientos del SPNB.
Dicho resultado fue posible por el exceso de oferta de dólares en el mercado
privado de cambios ("ventanillas")82, que superó la demanda
realizada por las entidades del SPNB. Al finalizar el año, el BCCR tuvo una
participación neta positiva (compras menos ventas) por USD 883,9 millones.
82 Comprende operaciones en cajeros físicos y en la
infraestructura electrónica de los intermediarios cambiaros (cajeros
automáticos y banca por Internet) con el público. El registro del monto diario
está disponible en: Operaciones Diarias de las Entidades en Ventanilla
En el 2020, la pandemia de COVID-19
redujo la oferta neta de divisas en el mercado cambiario debido a la
significativa caída de la producción, en particular en actividades de
exportación como el turismo. A pesar de esto durante el primer semestre de ese
año compró en Monex USD 992,6 millones para el SPNB y USD 137,2 millones por
compras propias; que en total superaron las ventas para la atención de los
requerimientos netos del SPNB (USD 552,8 millones) y las ventas de
estabilización.

Sin embargo, en el segundo semestre
de 2020 se suscitó una mayor demanda del SPNB y de los gestores de fondos de
pensiones, y una menor oferta de divisas del sector privado resultado de las
medidas de contención de la pandemia (incluido el cierre de fronteras), lo que
provocó que la autoridad monetaria trasladara a Monex solo una parte de los requerimientos
del SPNB, ello de acuerdo con la regulación antes citada. Aunado a ello, realizó
ventas por estabilización, así como compras propias. Dado lo anterior, en neto
para ese semestre, la autoridad monetaria redujo su acervo de reservas
internacionales en USD 1.143,0 millones.
En el 2021 y el primer semestre del
2022, el BCCR tuvo ventas netas por un total de USD 2.178,5 millones.
Este comportamiento respondió al incremento en los precios del petróleo, de
otras materias primas y en el costo del transporte marítimo, lo que aumentó los
requerimientos de dólares tanto de las entidades del SPNB, como del sector
privado.
Además, las "ventanillas" mostraron
un menor superávit, causado por el deterioro de los términos de intercambio
(mayor precio de los bienes importados) y la decisión de las administradoras de
fondos de pensiones de incrementar la porción de sus activos financieros que
deseaban mantener en moneda extranjera.
A partir del segundo semestre del
2022, la reversión del choque de precios de las materias primas, la recuperación
de los flujos de turismo, el ingreso de divisas por inversión extranjera y la
mayor actividad económica en el régimen especial condujeron a una oferta neta
positiva de divisas en el mercado cambiario costarricense. Esto resultó en un
sustancial incremento en el superávit de las operaciones cambiarias en
"ventanilla".
A lo largo de este periodo, el BCCR
ha comprado en Monex una cantidad de dólares que excede la requerida por el
SPNB. Entre julio del 2022 y junio del 2024, las compras realizadas por el BCCR
(USD 12.278,9 millones) le permitieron restituir las divisas vendidas al SPNB entre
julio del 2020 y junio del 2022, cubrir los requerimientos contemporáneos de
estas entidades (USD 6.255,2 millones), realizar compras para requerimientos
futuros del SPNB (USD 197,9 millones) y fortalecer el blindaje financiero del
país (USD 3.293,3 millones).
El gráfico 3.1 muestra la
participación neta del BCCR en el mercado cambiario, el resultado neto de las
operaciones cambiarias en ventanillas y la evolución del tipo de cambio
promedio mensual en Monex para el periodo en análisis.

En general, hay una relación
positiva entre la participación neta (compras menos ventas de dólares) del BCCR
y el resultado de las ventanillas. Entre julio del 2020 y junio del 2022 la
reducción en el superávit de las ventanillas se asoció con el uso de reservas
monetarias por parte del BCCR para suplir los requerimientos del SPNB. Desde
julio de 2022, el superávit históricamente alto del mercado cambiario, le ha
permitido al BCCR realizar compras netas de divisas en Monex.
Consideraciones finales
El análisis realizado muestra que el
BCCR ha tenido una activa participación en el mercado cambiario, como un
comprador de dólares tanto para la restitución de las RIN vendidas de manera
previa al SPNB como para sus necesidades propias y como vendedor de dólares por
operaciones de estabilización. Durante el período 2019-2024, el BCCR ha
intervenido en el mercado cambiario bajo distintas posturas, con apego a su Ley
Orgánica y en concordancia con el régimen de flotación administrada adoptado en
Costa Rica desde el 2 de febrero del 2015.
CAPÍTULO 3. PROYECCIONES Y ACCIONES
DE POLITICA
A continuación, se presentan las
proyecciones macroeconómicas para el periodo 2024-2025 y los riesgos que
condicionan su realización.
Las perspectivas para la economía
mundial señalan un crecimiento modesto para el bienio 2024-2025, por debajo de
su promedio histórico. Ello se daría en un contexto de inflación a la baja,
influida por los efectos de políticas monetarias restrictivas y de una
reducción en los precios internacionales de las materias primas. A pesar del
proceso gradual de disminución de la inflación, su convergencia a los objetivos
inflacionarios, al menos en las economías avanzadas, ocurriría hasta en el
2025.
El crecimiento de la economía
nacional se revisa al alza en comparación con lo previsto en el IPM de abril;
en promedio, la economía nacional crecería 4,0% anual en el bienio, impulsada,
en el primer año tanto por la demanda externa como interna y, en el segundo
principalmente por esta última. Por su parte, la inflación general y la
subyacente retornarían al rango de tolerancia alrededor de la meta en el primer
trimestre del 2025.
El déficit de la cuenta corriente se
ubicaría, en promedio, en 2,0% del PIB, lo que significa un incremento de 0,6
p.p. con respecto al observado en el 2023, pero continuaría por debajo de sus
niveles históricos promedio. Esto debido al aumento en las brechas negativas de
las cuentas de bienes y de ingreso primario, toda vez que el superávit de
servicios sería mayor al del 2023. Sin embargo, al igual que en años previos,
la brecha negativa de la cuenta corriente se financiaría con ahorro externo de
largo plazo.
Estas proyecciones están sujetas a
riesgos que, de materializarse, podrían desviar la inflación hacia arriba
(riesgos al alza) o hacia abajo (riesgos a la baja) con respecto al valor
central estimado en este informe. De los primeros destacan la intensificación
de los conflictos geopolíticos, así como una eventual recomposición no ordenada
en el portafolio de instrumentos financieros, producto de una diferencia
persistente entre las tasas de interés por monedas; mientras que en los
segundos sobresalen un crecimiento de los socios comerciales inferior a lo
previsto y un traspaso de los ajustes de la TPM a las tasas de interés activas
más lento de lo que muestra la evidencia histórica en Costa Rica.
3.1 Proyecciones para la economía
internacional
Las perspectivas para el bienio
2024-2025 contemplan un crecimiento mundial moderado y una inflación que
continuaría en la senda decreciente.
Los organismos internacionales
estiman que la economía mundial crecerá a un ritmo moderado en el
2024-2025 (Gráfico 21 y Cuadro 2). En sus informes publicados en
mayo y julio últimos el FMI mantuvo su proyección para el 2024,
mientras que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos (OCDE) y el Banco Mundial (BM) la ajustaron al alza,
debido a la solidez de la economía estadounidense, el crecimiento más fuerte de
lo previsto en China y la desaceleración de la inflación global,
esto en un entorno de riesgos más equilibrados.
Para el 2025, tanto el FMI como la
OCDE mejoraron ligeramente su estimación de crecimiento, al
considerar la menor inflación y la expectativa de tasas de interés más bajas,
así como un sólido crecimiento en el comercio; por su parte, el BM
mantuvo su estimación.

Los tres organismos citados
coinciden en que Estados Unidos, principal socio comercial de Costa Rica,
crecería en el 2024 a una tasa similar con respecto al año previo, para luego
desacelerar en el 2025, trayectoria que coincide con la supuesta en las
proyecciones del Sistema de la Reserva Federal de Estados Unidos. La actividad
económica en el 2025 estaría influida por el enfriamiento del mercado laboral,
la moderación del consumo y el endurecimiento gradual de la política fiscal y
que, con esas tasas de crecimiento, a finales del 2025 la producción se
acercaría a su potencial y, por consiguiente, se cerraría la brecha positiva
del producto.
Para la zona del euro proyectan un
comportamiento creciente de la actividad económica para el bienio. El resultado
esperado para el actual año considera, principalmente, una recuperación en los
ingresos reales, cuyo efecto estaría limitado por un crecimiento aún moderado
de la inversión y las exportaciones. La aceleración en el 2025 estaría asociada
a una mejora en el consumo debido al crecimiento de los salarios reales, así
como a una mayor inversión propiciada por condiciones de financiamiento más
favorables dada la distensión gradual de la política monetaria.
Las proyecciones de crecimiento para
China fueron revisadas al alza para el 2024, debido al repunte del consumo
privado, la inversión en infraestructura y el fortalecimiento de la demanda
externa. Se estima que, en el 2025, el crecimiento económico se desaceleraría,
en parte debido a un crecimiento lento de la productividad y de la inversión.
Para América Latina y el Caribe,
tanto el FMI como el BM ajustaron a la baja sus perspectivas de crecimiento
para el 2024, debido al impacto negativo de las inundaciones en Brasil y el
menor desempeño esperado de México y Argentina. No obstante, prevén una
aceleración en el 2025, explicada por la reconstrucción tras el desastre
natural y factores estructurales favorables en Brasil.

En cuanto a la inflación mundial, el
FMI prevé que continúe a la baja (Gráfico 22), pero el ajuste sería más lento
de lo previsto inicialmente y, en las economías avanzadas, la inflación general
retornaría a la meta a finales del 2025. Para las economías de mercados
emergentes y en desarrollo espera que la inflación sea más alta y se reduzca
más lentamente que en las economías avanzadas.
Sobre otras variables relevantes que
incluye el sistema de proyecciones del BCCR (Cuadro 3), se espera que el precio
del petróleo mantenga la tendencia a la baja por consideraciones principalmente
de oferta.

Según la Agencia Internacional de
Energía83, la menor demanda de petróleo en el actual año se
manifestaría especialmente en Europa84, en tanto que el suministro
de petróleo estaría impulsado por una mayor producción de Estados Unidos,
Canadá, Guyana y Brasil. En su informe de julio pasado85 esa agencia
también evidenció un crecimiento más lento de la demanda en comparación con la
oferta.
Al igual que en el caso del
petróleo, se estima un menor precio para los granos básicos, que se sustentaría
en un aumento en su producción. Según la Organización de las Naciones Unidas
para la Alimentación y la Agricultura (FAO) 86, en el 2024 la
producción mundial sería levemente superior a la del 2023, con lo cual
alcanzaría un nuevo máximo histórico.
83 Oil Market Report - May 2024. International Energy
Agency.
84 La demanda estaría liderada por las economías emergentes,
en particular China. 85 Oil Market Report-July 2024. International Energy
Agency.
86 Nota informativa de la FAO sobre la oferta y la demanda
de cereales. https://www.fao.org/worldfoodsituation/csdb/es
Para el maíz suponen mejoras en la
cosecha en Argentina, Brasil, Turquía y Ucrania, que compensarían la rebaja
prevista en Indonesia, Pakistán y algunos países de África. Por su parte, las
mejores estimaciones para la producción de trigo en Asia superarían el descenso
previsto en la producción de Rusia, afectada esta último por condiciones
climáticas adversas al cultivo. Finalmente, prevén un nivel récord en la
producción mundial del arroz.
En síntesis, los aspectos del
entorno internacional más importantes para la economía nacional en el bienio
2024-2025 son: a) crecimiento moderado tanto a nivel mundial como de los socios
comerciales, b) menor inflación global, con niveles más bajos en las economías
avanzadas y c) disminución de los precios del petróleo y de los granos básicos.

3.2. Proyecciones para la economía
nacional
Se revisa al alza la proyección de
crecimiento de la producción tanto para el 2024 como el 2025. El crecimiento
estimado para el primer año combina un mejor resultado tanto de la demanda externa
como de la interna, mientras que en el segundo influiría, principalmente, esta
última.
Para el bienio 2024 y 2025 se
proyecta un crecimiento de 4,0% en cada año, que significa un aumento de 0,2
p.p., en relación con lo estimado en el informe pasado.
La estimación para el 2024 considera
una mayor demanda externa por productos agrícolas, manufacturados del régimen
definitivo, servicios de información y comunicación, servicios relacionados con
el ingreso de turistas y empresariales. Además, se estima que el consumo y la
inversión serían más dinámicos que lo estimado en abril del 2024 y que las
empresas reabastecerán los inventarios que redujeron en el 2023.
En el 2025, el crecimiento se
sustentaría en la demanda interna87 y, en menor medida, en la
externa, acorde con el crecimiento previsto en la actividad económica de los
principales socios comerciales. Se estima que el PIB se ubicaría cerca de su
nivel potencial en el horizonte de proyección, sin que ello implique presiones
inflacionarias significativas por el lado de la demanda.
87 Esto en un escenario en el que se promueva un adecuado
ambiente de negocios y en el que se preserve la estabilidad macroeconómica y
financiera, lo cual impulsaría la ejecución de proyectos de inversión y la
generación de nuevos puestos de trabajo.

Por componentes del gasto (Cuadro
4), destaca en el bienio el mayor crecimiento de las exportaciones de
servicios, el consumo privado y la inversión, tanto privada como pública, esta
última en el segundo año.
Los principales aspectos que
justifican la revisión de la estimación del PIB para el 2024 y 2025, por
componentes del gasto, son:
1.
Consumo de
hogares. Se estima un incremento del consumo
privado para el bienio en comparación con el informe de abril, debido a la
aceleración en el ritmo de crecimiento de la actividad económica y del ingreso
disponible88. Destaca en estas proyecciones el mayor aporte al
crecimiento del consumo por servicios de alquiler de vivienda, suministro de
comida y bebidas, productos alimenticios, servicios de salud y de transporte
(autobuses y taxis). No obstante, cabe señal que el crecimiento estimado para
el bienio es inferior en comparación con el 2023.
88 Las proyecciones contemplan un aumento del ingreso
nacional disponible bruto en volumen de 2,9% y 3,9% para el 2024 y 2025, en ese
orden (2,6% y 3,7% en el IPM de abril). Para el 2024, dicho aumento se explica
por el crecimiento de la producción y la ganancia en la relación de los
términos internacionales de intercambio (0,7%) y para el 2025 influirían el
crecimiento de la actividad económica y la mejora en el ingreso primario neto,
toda vez que los términos de intercambio mostrarían una ligera pérdida (0,1%).
2.
Consumo del
Gobierno. El ajuste a la baja para el 2024 se
relaciona con la reducción prevista en el gasto de servicios de salud por
menores compras en bienes y servicios89. Adicionalmente, las entidades
públicas dedicadas a las actividades de administración y enseñanza pública
continuarían sujetas a la política de contención del gasto en remuneración y en
compra de bienes y servicios. Para el 2025, de conformidad con las proyecciones
del Ministerio de Hacienda, se estima un menor gasto por compras de bienes y
servicios por parte de las entidades dedicadas a las actividades de
administración y de educación.
3.
Formación bruta
de capital fijo. En ambos años se revisó al alza, con
respecto a lo estimado en abril de 2024, la inversión en nuevas construcciones
privadas90, en tanto que las de destino público91 se
revisaron ligeramente a la baja para el 2024 y se aumentó para el siguiente año. Para la inversión en maquinaria y
equipo, con información de los primeros meses del 2024, se prevé para este año
un menor crecimiento con respecto a lo estimado en abril (9,9% contra 11,0%),
mientras que, para el siguiente año, se mantiene la proyección prevista en el
IPM anterior (10,0%).
89 Esto debido en parte a que en el 2023 hubo gastos
adicionales por la apertura del hospital William Allen Taylor de Turrialba y el
avance del hospital Monseñor Sanabria Martínez de Puntarenas.
90 De 3.0% y 3,6% en abril a 5,0% y 5,1%, para el 2024 y
2025, respectivamente El crecimiento se explica por el dinamismo observado de la actividad constructiva al
primer semestre del 2024 en los segmentos residencial de interés social y no
residencial de edificios de oficinas, naves industriales y parqueos.
91 La inversión pública en nuevas construcciones crecería
5,5% y 7,2% en el 2024-2025 (5,6% y 6,1%, en el IPM de abril). La menor
ejecución por parte del Programa de Infraestructura de Transporte y un avance
más lento de proyectos a cargo del Ministerio de Obras Públicas y Transporte
(MOPT) incidiría en el resultado del 2024. Este menor crecimiento sería
parcialmente. compensado por el incremento en la ejecución del Programa de
Emergencia para la Reconstrucción Integral y Resiliente de Infraestructura; de
hecho, 120 de las 502 obras en riesgo inminente ya se encuentran en ejecución.
Para el 2025, la mayor inversión estaría sujeta al avance de los trabajos de
mantenimiento y mejora de los tramos entre Barranca-Limonal y la Angostura, en
Puntarenas, y el inicio del Programa para la gestión de activos de impacto
nacional por parte del Conavi, que incluye el mejoramiento de la ruta nacional
606, Guacimal-Santa Elena, la ampliación a cuatro carriles de la radial a
Heredia y el diseño de "túneles falsos" en la ruta nacional 32, en la sección
Braulio Carrillo.
4.
Demanda externa. Su
revisión al alza se explica, en el 2024, por el crecimiento de la demanda por
servicios (la demanda de bienes se mantiene similar al ejercicio de abril). En
el 2025, la ligera desaceleración prevista combina el crecimiento de las ventas
externas de servicios con una moderación
mayor en la de bienes.
Las exportaciones de bienes se
revisan a la baja en ambos años; en el 2024, debido al menor desempeño previsto
en el banano y las ventas de empresas del régimen especial, que sería atenuado
por la mejor evolución en la piña y en productos manufacturados del régimen
definitivo.
Para el 2025, la revisión supone la
desaceleración en productos manufacturados del régimen especial92.
En ambos años las exportaciones de servicios serían impulsadas por un mayor
dinamismo del turismo receptor, servicios de información y comunicación,
servicios de investigación y desarrollo, y servicios de oficinas principales y
administrativas a empresas.
92 El ejercicio contempla que se mantiene el crecimiento en
la demanda externa de productos manufacturados del régimen definitivo y piña,
que se sumaría a la recuperación en las ventas de banano.
5.
Importaciones. La revisión al alza en esta variable se explica en ambos
años por las mayores compras de bienes y servicios. Para el 2025, se mantiene
la proyección del informe previo para el total, pero por componentes, se
registraría una baja en los bienes y un incremento en los servicios.
La ligera revisión al alza en las
importaciones de bienes para el 2024 se debe al mayor volumen de compras de
combustibles y de materias primas por parte de empresas del régimen definitivo.
Asimismo, el comportamiento de esos productos para el mismo grupo de empresas
explicaría el menor crecimiento estimado para el 202593 en este
informe, efecto que sería parcialmente compensado por el aumento en las
importaciones de bienes de consumo.
93 Las importaciones de empresas del régimen especial se
revisaron a la baja para ambos años, dada la evolución prevista de las
exportaciones para el bienio.
Por su parte, el aumento en las
importaciones de servicios en ambos años estaría asociada con los servicios
profesionales y de apoyo empresarial, la salida de costarricenses al exterior y
los servicios de transporte de mercancías. Por actividad económica, la revisión
al alza en el crecimiento del bienio se relaciona con las actividades de
manufactura, intermediación financiera, información y comunicaciones,
inmobiliaria y construcción, ligeramente compensado por la desaceleración en
los servicios empresariales, los provistos por los hoteles y restaurantes, y la
actividad agropecuaria (Cuadro 5).

Con respecto a las proyecciones del
PIB para el 2024 y el 2025, según la actividad económica, destaca lo siguiente:
1. Manufactura. En ambos años se revisa al alza el pronóstico. En el
2024, debido a un mejor desempeño en la producción de las empresas del régimen
definitivo destinada tanto al mercado local como al externo94.
Para el
2025, se espera que la actividad de las empresas del régimen especial y
definitivo crezca, congruente con la evolución de la demanda externa e interna.
2. Intermediación financiera y seguros. Acorde con las proyecciones de
depósitos y crédito para el bienio, se revisa al alza el crecimiento de los
servicios financieros y seguros en ambos años. En esta aceleración incidió,
entre otros, el crecimiento de los depósitos a la vista y de ahorro, la mayor
demanda de crédito (por la disminución de tasas de interés y mayor estabilidad
del tipo de cambio). También influyó, aunque en menor medida, el aumento en las
comisiones por cambio de moneda y tarjetas de crédito, y en los servicios de
seguros.
3. Información y comunicaciones. Se estima una aceleración en el
crecimiento promedio para el bienio (6,2% contra 4,4% en el informe pasado).
Este comportamiento estaría asociado a la mayor demanda externa por servicios
informáticos como el soporte técnico, desarrollo de programas informáticos
("software"), y de gestión y procesamiento de bases de datos.
4. Inmobiliaria. Se espera para ambos años un mayor dinamismo de
esta actividad en comparación con lo previsto en abril, determinado por la
actividad de las administradoras de los parques de zona franca, tanto para
operaciones industriales como logísticas. También se espera un crecimiento de
los alquileres residenciales y recuperación en los alquileres no residenciales.
5. Construcción. Se revisa al alza el crecimiento previsto para el
bienio. Como se explicó anteriormente, en adición a la dinámica estimada para
la construcción con destino privado, se espera que haya un impulso de la
inversión pública en el 2025 por la continuación de construcción de carreteras
caminos y puentes.
6.
Comercio. Para el bienio se estima que la actividad comercial
acelere el ritmo de crecimiento, acorde con la evolución prevista para la
manufactura y la construcción, dado su vínculo con estas actividades.
7.
Servicios
empresariales. El ajuste a la baja en el
crecimiento para el bienio está asociado con el comportamiento de la demanda
interna por servicios de consultoría en gestión financiera, recursos humanos,
mercadeo, publicidad y estudios de mercado; servicios jurídicos y de
contabilidad.
94 Por tipo de producto, destaca la producción de pollo,
leche, azúcar, frutas y legumbres, carne y productos de panadería.
8. Hoteles y restaurantes. El menor crecimiento estimado para el bienio se
asocia a la moderación de la demanda interna por ambos servicios, ligeramente
compensado por una mayor demanda externa debido al aumento en el turismo
receptor.
9. Agropecuario. La
revisión a la baja en el crecimiento para el 2024 se debe a una reducción mayor
a la prevista en la producción de banano95 y café, aunado a un menor
crecimiento en la producción de carne, raíces, tubérculos y hortalizas96.
Se espera que este comportamiento se compensará parcialmente por el crecimiento
de la oferta exportable de piña, debido al aumento en la productividad por
hectárea y la calidad de la fruta asociado al efecto del paquete tecnológico.
95 El pronóstico de la producción exportable de banano está
influido por un efecto base, dado que en el 2023 registró valores que superaron
el promedio histórico anual.
96 El fenómeno climático ENOS fase El Niño estuvo presente
desde la segunda parte del 2023 hasta el primer trimestre del 2024, con
implicaciones negativas sobre la producción de café y hortalizas,
Asimismo, la intensa estación lluviosa durante el segundo
trimestre del 2024 provocó la saturación de los suelos y la proliferación de
plagas de insectos y la enfermedad del gusano barrenador. Estos últimos
fenómenos dieron sus primeras señales en la segunda parte del 2024.
Para el 2025, la revisión supone un
menor crecimiento en la producción exportable de banano y piña, que combina la
evolución de la demanda por el primero de estos bienes debido a la saturación
de mercados tradicionales (Estados Unidos y Europa) con el efecto base de la
piña, dado el buen desempeño del bienio 2023-2024 (crecimiento medio de 6,9%).
Además, se considera una afectación mayor en la producción agropecuaria
producto del fenómeno climático ENOS en su fase La Niña97.
97 Costa Rica sigue bajo el efecto de una fase Neutra, que
se prolongaría hasta que se consolide la fase La Niña durante el último
trimestre del 2024. Pronóstico
Estacional julio - setiembre 2024, pág. 1, Instituto Meteorológico Nacional

En el bienio 2024-2025 el déficit de
la cuenta corriente se ubicaría, en promedio, en 2,0% del PIB, lo cual
representaría un incremento de 0,6 p.p. con respecto al observado en el 2023 y
0,2 p.p. en relación con lo previsto en el informe de abril (Gráfico 23). No
obstante, al igual que en años previos, la brecha negativa de la cuenta
corriente se financiaría con ahorro externo de largo plazo.
El déficit de la cuenta de bienes
alcanzaría una razón promedio con respecto al PIB de 5,7% en el bienio (5,2% en
el 2023), resultado que combina una aceleración en las compras externas (9,0%)
y una moderación en las exportaciones (8,0%)98. La desaceleración de
las ventas externas sería congruente con la reducción prevista en la tasa de
crecimiento de la actividad económica de los principales socios comerciales.
98 Durante el 2023 las importaciones crecieron
interanualmente en 3,5%, mientras que las exportaciones lo hicieron en 13,3%.
Las exportaciones de bienes estarían
lideradas por las empresas adscritas a los regímenes especiales, con un
crecimiento medio interanual de 10,4%, mientras que las del régimen definitivo
lo harían a una tasa media de 3,1%. En este último régimen destacaría la
recuperación en las ventas de bienes manufacturados, que pasarían de una
contracción de 5,4% en el 2023 a un crecimiento medio de 3,9% en el presente
año.
Por su parte, el repunte de las
importaciones de bienes estaría determinado, principalmente, por las mayores
compras del régimen definitivo (sin hidrocarburos), en particular orientadas a
consumo y al acervo de capital físico. Para los hidrocarburos se estima un
valor medio anual de USD 2.462,3 millones, que combina la compra de 25,4
millones de barriles (media anual superior en 1,3 millones de barriles al dato
del 2023)99 y un precio promedio para la mezcla del producto
terminado de USD 96,9 (USD 100,3 en el año anterior).
99 Este comportamiento está influido por el aumento
observado, en el primer semestre del 2024, en las compras del ICE para el funcionamiento de sus plantas
térmicas. No obstante, se espera que ese efecto se disipe en el 2025, cuando el
volumen de barriles importados retorne a un nivel similar al del 2023.
La cuenta de servicios incrementaría
su resultado superavitario, con un promedio anual de USD 11.216,2
millones. Destaca el dinamismo esperado de la cuenta de viajes, con un
crecimiento medio en el valor nominal cercano a 18,9%, y en los servicios de
apoyo empresarial, telecomunicaciones, información e informática, de 6,2%.
La retribución a los factores de
producción registraría un resultado deficitario medio del orden de 8,4% del PIB
(8,1% del PIB en el 2023). Este desbalance representaría el nivel más alto en
los últimos 25 años, congruente con flujos crecientes de inversión directa,
mayor financiamiento público externo y tasas de interés más altas.
Para el bienio en comentario, se
estima una variación interanual media de 9,0% en el déficit de la cuenta de
ingreso primario.
En el periodo 2024-2025 el país
registraría un ingreso de ahorro externo neto promedio de 2,6% del PIB, monto
inferior al del año previo. Pese a ello, la razón de activos de reserva a PIB
alcanzaría 14,5%, en promedio, y mantendría el nivel de reservas internacionales
dentro del rango considerado como adecuado, según la metodología adoptada por
la Junta Directiva del BCCR en marzo del 2023 (Gráfico 24).

En este periodo, el financiamiento
externo neto promedio del país sería cercano a USD 2.549,7 millones,
equivalente a 2,6% del PIB (6,7% en el 2023) y similar a lo estimado en el IPM
previo. Esta reducción responde a menores desembolsos para el sector público y
el pago esperado de pasivos externos por parte del sector privado.
Los flujos de inversión directa
continuarían estables y alcanzarían, en promedio, 5,2% del PIB, superior
al promedio del quinquenio que finalizó en el 2023 (4,8% del PIB). Este dato
fue revisado al alza en 0,4 p.p. con respecto a lo estimado en abril,
debido al incremento observado en la reinversión de utilidades,
particularmente de las empresas dedicadas a la producción de
dispositivos médicos, así como el desempeño general previsto para las exportaciones
de las empresas de los regímenes especiales.
Los flujos de ahorro externo para el
bienio, en conjunto con las previsiones para el déficit de la cuenta
corriente, permitirían acumular activos de reserva hasta alcanzar un saldo
promedio de 14,5% del PIB y mantener el indicador de seguimiento de
reservas en un valor medio cercano a 146%, porcentaje que está dentro
del rango adecuado para el país, según la metodología adoptada por la
Junta Directiva del BCCR en marzo del 2023.
Para el bienio 2024-2025 se proyecta
un escenario menos favorable para las finanzas públicas en comparación
con el 2023. Sin embargo, estos resultados son coherentes con la búsqueda de
la sostenibilidad fiscal en el mediano plazo.
Según las estimaciones del Ministerio
de Hacienda100, los resultados primario y financiero como
proporción del PIB se ubicarían en el 2024 en 1,6% y -3,4%, respectivamente, y
en el 2025 en 1,9% y -2,7%, en igual orden (Gráfico 25.A).
100 Corresponde a una revisión preliminar de las
proyecciones del Marco Fiscal de Mediano Plazo 2024-2029 publicado en marzo
pasado, realizada por el Ministerio de Hacienda en julio del 2024. Esta
revisión incorpora los supuestos macroeconómicos incorporados en el presente IPM.
Si bien estos resultados consideran
el apego a la regla fiscal en cuanto a la contención del gasto primario
y la continuidad de las medidas que han llevado a un buen desempeño en la recaudación
tributaria durante el último quinquenio, el MH estima para el 2024 un déficit
financiero mayor al registrado en el 2023 y que los resultados primario y
financiero sean menos favorables que los contemplados en el IPM de abril
pasado (en ese orden, consideró para el 2024 un 1,9% y -3,1%, y para el
2025 un 2,2% y -2,5%).
En particular, las proyecciones
fiscales incorporan los siguientes supuestos:
1. Los ingresos tributarios
crecerían a una tasa promedio de 4,2% anual, lo que lleva a una carga
tributaria media equivalente a 13,3% del PIB, similar a la del quinquenio 2019-2023.
Incidiría en este comportamiento, la evolución prevista para la actividad
económica (especialmente de la demanda interna, que impacta al impuesto
de renta y al valor agregado). No obstante, también incorpora la pérdida
en la recaudación producto de la aprobación de las Leyes 10.390 y 10.381101.
101 Ley 10.390 "Modificaciones sobre la propiedad de
vehículos automotores, embarcaciones y aeronaves" y Ley 10.381 "Modificación a
la Ley 7.092, Ley del Impuesto sobre la Renta".
2. Los gastos primarios aumentarían
en términos nominales a una tasa promedio de 3,0%, pero su relación al
PIB disminuiría hasta ubicarse en 13,2% (15,5% en el quinquenio 2019-2023).
El comportamiento previsto es coherente con la aplicación de la regla fiscal
sobre el gasto total, toda vez que la razón de la deuda como proporción del
PIB superó el 60% en el último cuatrienio102 (Gráfico 25.B).
102 De acuerdo con el artículo 15 del Capítulo II del Título
IV de la Ley 9635, la tasa de crecimiento al gasto total por aplicación de la
Regla Fiscal será de 3,53% para el 2024.
3. El pago de intereses se
mantendrá, en promedio, en 4,8% del PIB en el bienio y alcanzaría su
punto máximo en el 2024 (4,9% del PIB). Esta proyección pone de manifiesto el
efecto que han tenido en el financiamiento la gestión de la deuda
pública, la mejora en la calificación crediticia, la percepción de
riesgo del país y la generación de superávits primarios. La reducción
del costo financiero promedio a partir del 2025 propiciaría una tendencia
decreciente en la razón de gasto total a PIB, que pasaría de 18,3% en el 2024 a
17,7% en el 2025.
Las proyecciones de deuda del
Gobierno Central con respecto al PIB muestran una caída de 0,4 p.p. y 1,1 p.p.
en el 2024 y 2025, en ese orden, lo que ubicaría dicha relación por debajo de
60% del PIB en el último año. De cumplirse estas proyecciones la aplicación de
la regla fiscal sobre el gasto corriente sería a partir del 2027, lo que da
mayor espacio para el gasto de capital y en especial para el rubro de
inversión.
Dado el comportamiento esperado de
las finanzas públicas, el Ministerio de Hacienda prevé que en el bienio el
requerimiento bruto de financiamiento del Gobierno Central en términos del PIB
se ubique, en promedio, en 8,1%. La menor presión del Ministerio de Hacienda
sobre el mercado local de fondos prestables tendría un efecto favorable para el
desempeño económico del país.

Se estima que la inflación general y
la subyacente retornen al rango de tolerancia alrededor de la meta en el primer
trimestre del 2025. La primera retornaría a valores positivos durante el tercer
trimestre del año en curso.
En este informe, el horizonte de
pronóstico relevante para la política monetaria comprende desde el tercer
trimestre del 2024 hasta el segundo del 2026 y las proyecciones incorporan una
postura de política monetaria del Banco Central que tiene como objetivo que en
el mediano plazo la inflación converja a la meta definida por la Junta
Directiva del BCCR (3% ± 1 p.p.).
Con la mejor información disponible,
los modelos de proyección del Banco Central señalan que, al igual que se indicó
en el informe de abril pasado, la inflación general interanual mostrará valores
positivos en el tercer trimestre del 2024 y alcanzaría valores coherentes con
el rango de tolerancia alrededor de la meta a inicios del 2025.
Si bien los pronósticos de inflación
la ubican en valores por debajo del rango de tolerancia en los últimos dos
trimestres del 2024, la valoración de riesgos para un horizonte más amplio está
inclinada al alza103.
103 Las trayectorias son generadas a partir del modelo
macroeconómico del BCCR, con información a julio del 2024 de proyecciones de
precios internacionales de materias primas, tasas de interés, crecimiento e
inflación de los principales socios comerciales de Costa Rica, entre otras, y
toman en cuenta la respuesta de la TPM, modelada mediante una regla tipo
Taylor. El horizonte de 8 trimestres permite considerar los rezagos con que
opera la política monetaria.
La inflación interanual general del
segundo trimestre del 2024 (-0,3% en promedio) resultó menos negativa de lo
estimado en el IPM de abril pasado (-0,8%), lo cual se estima coherente con una
trayectoria inflacionaria hacia valores positivos en el corto plazo.
Las expectativas de inflación, uno
de los determinantes macroeconómicos de la inflación, tenderían a ubicarse en torno
al 3 % como promedio para todo el horizonte de proyección. Por su parte, la
brecha de producto si bien se mantendría en valores ligeramente positivos, no
representan excesos de demanda que se manifiesten en presiones inflacionarias
que lleven la inflación más allá de la meta.
Lo anterior llevaría a que, en
términos interanuales, la inflación subyacente luego de ubicarse en 0,2% como
promedio en el segundo trimestre del 2024, se mantenga en torno a 2,6% como
promedio en el horizonte de proyección (Gráfico 26.A). Por su parte, la
inflación general se ubicaría en 2,4% como promedio en el horizonte de
proyección (Gráfico 26.B).
El ahorro financiero y el crédito al
sector privado aumentarían de conformidad con el crecimiento real previsto para
la actividad económica y la meta de inflación.
Dada la meta de inflación, así como
el comportamiento previsto para las cuentas de producción, la
liquidez total crecería en torno a 7,1% anual en el bienio, lo que permitiría
un crecimiento anual del crédito al sector privado de 7,0% en el
2024 y 6,7% en el 2025.
El aumento del crédito ocurriría
tanto en moneda nacional como extranjera; sin embargo, se supone
que el crecimiento del crédito en dólares se desaceleraría (de 11,0% en el 2023
a 10,0% y 8,0% en el 2024 y 2025, en su orden) y con ello se
desacelera, también, el proceso de dolarización relativa del
crédito observado desde el 2023.

El Cuadro 6 presenta un resumen de las
proyecciones de las principales variables macroeconómicas incluidas en este
informe.

3.3. Balance de riesgos del
pronóstico macroeconómico
La revisión de las proyecciones de
las principales variables macroeconómicas para el bienio 2024-2025 incorpora la
mejor información disponible a julio del 2024. Sin embargo, como es usual en
toda proyección macroeconómica, existen riesgos asociados con la evolución del
contexto externo y local que podrían alterar el escenario macroeconómico
central incluido en este ejercicio. Estos riesgos, de materializarse,
provocarían un desvío en la inflación hacia abajo (riesgos a la baja) o hacia
arriba (riesgos al alza) con respecto al valor central de inflación proyectado
en este informe.
Riesgos al alza
1. El escalamiento de alguno de los
conflictos geopolíticos actuales104 o bien, la incertidumbre
alrededor de los procesos electorales que se realizan en varios países en
el 2024105, aumentaría la fragmentación del comercio global, crearía
congestiones en las cadenas de suministro y tendería a incrementar los
precios de las materias primas.
104 Los conflictos en el Oriente Medio (Israel-Irán e
Israel-Hamás), la guerra entre Rusia y Ucrania, y las tensiones comerciales
entre los países del G7 y China.
105 Destacan las elecciones en India, Reino Unido, Rusia,
Indonesia, Estados Unidos, Pakistán, Bangladesh, Irán, Francia, México y
Venezuela, entre otros.
2. Una eventual recomposición no
ordenada en el portafolio de instrumentos financieros producto de una diferencia persistente entre las tasas de interés
por monedas podría generar en el mediano plazo un incremento abrupto en
las expectativas de variación cambiaria y, consecuentemente, en las
expectativas de inflación de los agentes.
3. Un impacto por condiciones
climáticas desfavorables por la posibilidad del desarrollo del fenómeno
ENOS en su fase La Niña para el último trimestre del 2024106. Estas
condiciones climáticas adversas podrían generar un choque de oferta, con el
consecuente efecto al alza en los precios, en especial de los bienes de
origen agrícola.
106 Boletín ENOS de junio del 2024, Elaborado por el
Instituto Meteorológico Nacional y el Ministerio de Ambiente y Energía.
Riesgos a la baja
1. Un menor crecimiento de la
economía mundial al incorporado en las proyecciones de este ejercicio y,
en especial, de nuestros principales socios comerciales, se manifestaría
en una posible reducción de la demanda externa del país. Esto reduciría el
crecimiento económico local por debajo del proyectado, con lo que se reducirían
las presiones inflacionarias.
3.3. Balance de riesgos del
pronóstico macroeconómico
2. Un traslado de reducciones de la
TPM a las tasas de interés activas del sistema financiero más lento de lo que
muestra la evidencia histórica en Costa Rica, incidiría negativamente sobre la
actividad económica, con lo cual se reducirían las presiones de la demanda
interna sobre los precios locales.
3.4. Acciones futuras de política
monetaria
La Junta Directiva del Banco Central
reafirma su compromiso con la estabilidad de precios, como condición necesaria,
para la estabilidad macroeconómica y pilar del crecimiento económico. Por ello
mantiene la meta de inflación en 3%, con un rango de tolerancia de ± 1 p.p.
El BCCR hará los ajustes requeridos
en la TPM para que la inflación retorne a valores coherentes con esa meta. Lo
anterior basado en la valoración del comportamiento reciente y la trayectoria
de los pronósticos de la inflación y de sus determinantes macroeconómicos
(brecha del producto y expectativas de inflación), así como de los riesgos
asociados a la proyección de inflación. También, gestionará la liquidez del
sistema financiero con el fin de reducir los excesos monetarios para evitar que
su persistencia genere presiones inflacionarias adicionales.
Adicionalmente, buscará mejorar la
comunicación con el público, con el fin de facilitar un mejor entendimiento de
la coyuntura macroeconómica y de los elementos que sustentan las decisiones del
BCCR en materia monetaria, cambiaria y de temas relativos al sistema
financiero. Con ello se busca contribuir a un proceso informado de construcción
de expectativas económicas, que facilite la convergencia de la inflación a la
meta definida por el BCCR.
En materia cambiaria, acorde con lo
dispuesto en su Ley Orgánica, el Banco Central participará en el mercado
cambiario con el fin de atender los requerimientos propios y del sector público
no bancario, así como para mitigar fluctuaciones violentas en el tipo de
cambio. Además, continuará con el análisis de eventuales cambios operativos que
procuren el mejor funcionamiento de dicho mercado y con ello, contribuir al
proceso ordenado de formación de precios.