BANCO
CENTRAL DE COSTA RICA
JUNTA
DIRECTIVA
La Junta
Directiva del Banco Central de Costa Rica, en el artículo 7 del acta de la
sesión 6148-2023, celebrada el 25 de octubre del 2023,
dispuso en
firme:
aprobar el Informe
de Política Monetaria a octubre del 2023, cuyo texto se inserta más adelante,
de conformidad con lo establecido en el literal b, artículo 14, de la Ley
Orgánica del Banco Central de Costa Rica, Ley 7558.
INFORME DE POLÍTICA
MONETARIA
OCTUBRE 2023
El régimen
de política monetaria del Banco Central de Costa Rica
La política
monetaria comprende el conjunto de acciones que toma un banco central para
influir sobre la cantidad de dinero disponible en la economía (y sobre las
tasas de interés), con el fin de promover la estabilidad de los precios.
En el caso de
Costa Rica, las disposiciones en materia de política monetaria se rigen por lo
establecido en la Ley 7558, Ley Orgánica del Banco Central de Costa Rica. De
acuerdo con su artículo 2, el Banco Central orienta sus acciones de política
monetaria al logro de una inflación baja y estable como objetivo principal. En
enero del 2018, el BCCR adoptó oficialmente el esquema de metas explícitas de
inflación para la conducción de su política monetaria1; sin embargo,
desde años antes implementaba, de hecho, este esquema monetario.
1 Un mayor
detalle del marco de política monetaria del BCCR se presenta en el capítulo 2
del Informe de Política Monetaria de abril del 2020.
Dicho marco se
caracteriza por el anuncio público sobre el compromiso del banco central de
alcanzar un objetivo cuantitativo (por lo general con un rango de tolerancia
alrededor de la meta) para la tasa de inflación en un determinado horizonte de
tiempo, y se acompaña del reconocimiento de que el principal objetivo del banco
central es mantener la inflación baja y estable. Además, manifiesta la
importancia de la rendición de cuentas y la explicación de las motivaciones en
la toma de decisiones de la autoridad monetaria, para el proceso de formación de
expectativas inflacionarias.
De acuerdo con
lo anterior, la Junta Directiva del Banco Central de Costa Rica definió la meta
explícita de inflación en 3%, con un margen de tolerancia de ± 1 punto
porcentual, en un horizonte de 12 a 24 meses.
Esto significa
que la política monetaria del BCCR es prospectiva. Es decir, dado que las
medidas de política monetaria toman tiempo para transmitirse a la economía y
tener el efecto esperado sobre la inflación, éstas se fundamentan en la
evolución proyectada de la inflación y de sus determinantes. El principal
instrumento para indicar el tono de la política monetaria es la Tasa de
Política Monetaria (TPM), la cual se revisa de conformidad con un calendario
aprobado por la Junta Directiva a inicios de cada año, que se hace de
conocimiento público con antelación. Así, la TPM y la política monetaria en
general se ajustarán de forma tal que la inflación proyectada en un horizonte
de 12 a 24 meses se oriente a la meta de 3%.
Los análisis
efectuados por el BCCR para tomar sus decisiones de política monetaria son
informados a la sociedad por medio de comunicados y documentos analíticos.
Entre ellos está el Informe de Política Monetaria el cual se publica cuatro
veces al año, al término de enero, abril, julio y octubre. Este informe analiza
la coyuntura macroeconómica, detalla las acciones de política monetaria
aplicadas por el Banco Central y presenta las proyecciones de esta entidad para
la inflación y la producción.
PRESENTACIÓN
En nombre de la
Junta Directiva del Banco Central de Costa Rica, presento el Informe de
Política Monetaria (IPM) correspondiente a octubre del 2023. Este documento
hace explícita la visión del BCCR sobre la coyuntura económica, nacional e
internacional, revisa las proyecciones para un conjunto de variables
macroeconómicas y detalla las acciones de política aplicadas y la orientación
de las que ejecutaría para cumplir con los objetivos establecidos en su Ley
Orgánica.
En un escenario
internacional con nuevas fuentes de incertidumbre debido al agravamiento de los
conflictos geopolíticos, la economía costarricense muestra un desempeño
positivo en las principales variables macroeconómicas.
Mientras que en
la economía mundial se ha acentuado la desaceleración de la actividad económica
e incluso algunos países presentan una contracción, en Costa Rica la producción
ha mostrado altas tasas de crecimiento, lo cual llevó al BCCR a revisar al alza
el pronóstico para esta variable a lo largo del año. Particularmente, en este
informe se proyecta un crecimiento de 5,0% para el 2023 y de 4,3% para el 2024,
lo cual significa un aumento de 0,8 y 0,5 puntos porcentuales (p.p.), en ese
orden, con respecto al IPM de julio pasado.
El crecimiento
de la producción ha coadyuvado a una mejora de los indicadores del mercado
laboral, evidenciada en la reducción de las tasas de desempleo y subempleo, y
el aumento tanto de los salarios reales, como del empleo formal. Esto último
significa que hay una mayor proporción de trabajadores en condiciones laborales
más favorables en relación con las que se encontrarían en la informalidad.
La aceleración
de la actividad económica ha ido acompañada de una rápida reducción de la
inflación. Tal como estaba previsto y se informó en el IPM de julio pasado, en
el tercer trimestre del presente año, la economía costarricense experimentó
deflación (inflación negativa). Esto difiere de lo observado a nivel global,
toda vez que, aunque la inflación ha mostrado un comportamiento decreciente en
la mayoría de los países, en muchos todavía se ubica por encima de la meta
establecida por sus bancos centrales, y se espera que su normalización se
logrará en el 2025, lo cual determina el tono de las condiciones financieras
internacionales que enfrentará Costa Rica en los próximos dos años.
Los pronósticos del
BCCR indican que la inflación general se mantendrá en valores negativos en el
cuarto trimestre del año en curso e ingresará al rango de tolerancia a partir
del segundo trimestre del 2024.
Los resultados
fiscales también han sido positivos para el desempeño de la economía. En lo
transcurrido del actual año el Gobierno Central ha generado un superávit
primario y la relación de su deuda con respecto al PIB disminuyó en 3,1 p.p. en
comparación con diciembre del año pasado, lo cual es congruente con el objetivo
de sostenibilidad de las finanzas públicas.
Estos resultados
han sido reconocidos por las agencias calificadoras internacionales, que
mejoraron recientemente la calificación de la deuda soberana costarricense.
Standard & Poors la aumentó de B a B+ en febrero y el 27 de octubre
nuevamente la ajustó a BB-; de igual modo, en marzo Fitch Ratings la modificó
de B a BB-. Esta mejora abre la posibilidad de reducir la tasa de interés que
los ahorrantes del resto del mundo solicitarán por las colocaciones futuras de
títulos en los mercados internacionales, lo cual a su vez refuerza el proceso
hacia la sostenibilidad fiscal.
Adicionalmente,
es destacable la disminución en el déficit de la cuenta corriente de la balanza
de pagos en el tercer trimestre de este año, de 0,5 p.p. con respecto a igual
periodo del año previo; así como el hecho de que el país haya tenido acceso al
ahorro externo en niveles suficientes para financiar ese déficit y a su vez
fortalecer el acervo de activos de reserva.
Las condiciones
anteriores y, en particular la baja inflación registrada durante el año y el
comportamiento previsto para esta variable, han dado margen para que el BCCR
aplique una política monetaria menos restrictiva en comparación con el año previo,
cuando aumentó la TPM por un acumulado de 775 puntos básicos (p.b.). En
contraste, durante el 2023, este indicador ha disminuido en 275 p.b.; la
reducción más reciente fue aprobada por la Junta Directiva en la reunión de
política monetaria de octubre. La intención de la Junta Directiva es avanzar
hacia una posición neutral de la política monetaria, en el tanto las
circunstancias lo permitan.
Por último, es
importante indicar que, aunque en el presente año la economía costarricense ha
mostrado un desempeño satisfactorio en términos generales, existen varias áreas
para las cuales son necesarias acciones de política pública ya que los
resultados son menos favorables. Uno de esos temas, que se trata en este
informe, es el de la distribución del ingreso, el consumo y el ahorro, que
resulta de suma relevancia tanto desde una perspectiva social como por sus
implicaciones sobre el crecimiento económico futuro.
Asimismo, debe
tenerse presente que las previsiones para las principales variables
macroeconómicas incluidas en este informe, que son afines con un buen desempeño
de la economía nacional, están sujetas a varios riesgos de naturaleza tanto
interna como externa, y en la actual coyuntura mundial, estos últimos riesgos
se han ampliado.
RESUMEN
I.
Coyuntura económica
El entorno
internacional muestra nuevas fuentes de incertidumbre ante la agudización de
conflictos que han estado latentes por décadas, pero recientemente, en medio de
los cambios en el orden económico mundial, han escalado. Así, al conflicto
bélico entre Ucrania y Rusia, se han añadido otros en diversas regiones, como
África, con una ola de alzamientos militares (el más reciente en Níger, que
implicó la salida de Francia de ese país), la toma de Nagorno-Karabaj por parte
de Azerbaiyán, que originó un problema con Armenia, y más recientemente el
enfrentamiento armado entre Israel y el grupo Hamás. A estos choques
geopolíticos se suman los conflictos geoeconómicos derivados de la guerra
comercial existente desde años atrás entre algunos países, en especial Estados
Unidos y China.
En este complejo
entorno, el proceso de desinflación de la economía global continuó en el tercer
trimestre del presente año, aunque la incertidumbre sobre la evolución futura
del precio de la energía, en particular del petróleo, hace prever que la
inflación se mantendrá en niveles elevados por un tiempo más prolongado. Hay
diferencias entre países en el ritmo de desinflación; en Estados Unidos y,
especialmente, en la zona del euro, la inflación muestra mayor persistencia, mientras
que en algunas naciones latinoamericanas la desaceleración de la inflación ha
sido más notoria y, en los principales países asiáticos se ha mantenido en
niveles bajos, incluso cercanos a cero en China.
Debido a ello,
algunos países, principalmente avanzados, continúan con incrementos en sus
tasas de interés de política monetaria, mientras que otros han hecho una pausa
condicionada o bien han empezado a reducir esta referencia.
En el contexto
anterior, la actividad económica mundial se ha desacelerado, aunque los
indicadores de corto plazo dan señales mixtas. Particularmente, en Estados
Unidos el mercado laboral continúa con señales de fortaleza y en China la
producción industrial en agosto aceleró su tasa de expansión y se moderaron las
caídas interanuales de las cifras de comercio exterior, lo cual es interpretado
por analistas internacionales como un indicio de estabilización.
En meses
recientes la volatilidad de los mercados financieros internacionales aumentó,
luego de una relativa calma, debido a la incertidumbre generada por los
problemas de deuda en Estados Unidos, los conflictos geopolíticos antes
mencionados, la elevada inflación en algunas economías y las políticas
monetarias restrictivas, que podrían mantenerse por un tiempo mayor al previsto
hace un año.
En el futuro
cercano hay dos aspectos del entorno internacional que preocupan a diversos
analistas, uno es la evolución que pueda tener el enfrentamiento armado entre
Israel y el grupo Hamás, y en particular, el impacto que tendría en los precios
del petróleo si más países se suman a ese conflicto. Otro es el elevado nivel
de deuda que presentan muchos países, entre ellos Estados Unidos, que bajo
ciertas condiciones podría derivar en una crisis de deuda, con implicaciones
negativas sobre los mercados financieros y la economía global.
En Costa Rica,
durante el tercer trimestre del 2023 su indicador de inflación general mostró
deflación (inflación negativa), mientras que la inflación subyacente se mantuvo
en valores positivos, aunque relativamente bajos, por lo que ambos indicadores
se ubicaron por debajo del límite inferior del rango de tolerancia alrededor de
la meta de inflación (3,0% ± 1 p.p.). Particularmente, en setiembre la
variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) fue de -2,2% y la del
promedio de los indicadores de inflación subyacente de 0,5%.
La reducción de
la inflación general tan acentuada en el tercer trimestre del año en curso fue
prevista en los IPM de abril y julio pasados y estuvo determinada, en buena
medida, por la disipación de los choques de oferta que impulsaron el incremento
de la inflación en el 2022, y que se ha manifestado en un comportamiento a la
baja en los precios de los alimentos, combustibles y servicios de transporte
marítimo en el mercado internacional. Asimismo, hubo factores internos que
influyeron en este comportamiento, entre ellos las medidas restrictivas de
política monetaria, la presencia de un efecto base debido a que el choque
inflacionario del 2022 se manifestó con mayor fuerza entre febrero y agosto de
ese año y, la apreciación del colón desde julio del año pasado.
La actividad
económica mantuvo su dinamismo en el tercer trimestre del año en curso. En este
lapso, el PIB en volumen creció a tasa interanual de 5,6%, ligeramente inferior
a la del trimestre previo, pero superior en 1,8 puntos porcentuales (p.p.) a la
de igual periodo del 2022. Además, en este IPM se revisó al alza el crecimiento
de los dos trimestres previos en 0,4 y 0,9 p.p. respectivamente, con respecto a
las cifras publicadas en julio pasado.
Por componentes
del gasto, el crecimiento del PIB fue determinado mayormente por la demanda
externa, seguida en orden de importancia por el consumo final de los hogares y
la formación de capital fijo. Dicho crecimiento fue generalizado en todas las
actividades económicas; destacó la significativa aceleración en la construcción
y la mejora en los servicios empresariales y la manufactura. Según el régimen
de comercio, el impulso del PIB en el periodo en comentario se relacionó, en
mayor medida, con la recuperación de la actividad del régimen definitivo.
En línea con la
evolución de la producción, los indicadores del mercado laboral han mejorado:
las tasas de desempleo y subempleo son menores, los salarios reales en general
han crecido (el comportamiento es diferenciado entre grupos) y el empleo formal
aumentó; sin embargo, la tasa de ocupación se ha estancado y la tasa de
participación continúa a la baja.
A setiembre
continuó la generación de superávit primario en el Gobierno Central, lo que
apoya el objetivo de procurar la sostenibilidad de las finanzas públicas. Si
bien tanto el resultado financiero como el resultado primario muestran un
deterioro en relación con un año atrás, este responde, en buena medida, al
registro de ingresos extraordinarios en el 2022 por la aplicación de la Ley
9524.
Los buenos
resultados fiscales se manifiestan en varios aspectos, entre ellos la
disminución de la razón deuda a PIB (3,1 p.p. con respecto a diciembre pasado)
y la mayor confianza de los ahorrantes sobre la capacidad del Gobierno para
atender sus obligaciones, que ha permitido una reducción en el costo marginal
de la deuda y una menor prima por riesgo país.
Las operaciones
con el sector externo también han mejorado en el 2023. En el tercer trimestre,
el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos disminuyó en 0,5 p.p.
con respecto a igual periodo del año previo. Lo anterior es consecuencia del
aumento en los términos de intercambio, principalmente por la baja en los
precios internacionales de las materias primas, el buen desempeño del turismo
receptivo y de las exportaciones de las empresas adscritas al régimen de zona
franca. En este lapso, Costa Rica mantuvo el acceso al ahorro externo en
niveles suficientes para financiar la brecha en la cuenta corriente y
fortalecer el acervo de activos de reserva.
Por último, el
BCCR estima que el comportamiento de los agregados monetarios en el tercer
trimestre del 2023 no generará mayor inflación a futuro y no hay evidencia de
dolarización del ahorro financiero, a pesar de que el premio en colones se
mantiene en torno a cero. Por su parte, el crédito al sector privado ha
registrado un impulso notorio en las operaciones en moneda extranjera desde el
cuarto trimestre del año pasado, consecuente con el encarecimiento relativo del
financiamiento en moneda nacional, dado el comportamiento de las tasas de
interés y las expectativas de variación cambiaria. Es importante el seguimiento
cercano de esta variable por su posible impacto sobre la exposición del sistema
financiero al riesgo cambiario.
II.
Acciones de política del BCCR
En los primeros
siete meses del presente año, la Junta Directiva redujo la TPM en cuatro
ocasiones, para un acumulado de 250 puntos básicos (p.b.), para ubicarla en
6,5%. Esta decisión se sustentó en el análisis del comportamiento de la
inflación y la evolución prevista para esta variable y sus determinantes
macroeconómicos, con base en el cual la Junta consideró que existía espacio
para propiciar una postura monetaria menos restrictiva.
El proceso de
reducción de la TPM se detuvo en la reunión de setiembre, cuando la Junta
Directiva mantuvo esta referencia en 6,5%, con el objetivo de dar el espacio
requerido para que las reducciones aplicadas se transmitieran al resto de tasas
de interés del sistema financiero. Sin embargo, en su reunión de política
monetaria de octubre, una vez valorado el comportamiento reciente y esperado de
la inflación y de sus determinantes macroeconómicos, de los riesgos y, del
rezago con que actúa la política monetaria, la Junta consideró que existía
espacio para continuar con la reducción gradual, ordenada y prudente de la TPM,
en procura de avanzar, en la medida en que las circunstancias lo permitan,
hacia una posición neutral. Dado lo anterior, redujo la TPM en 25 p.b., para
ubicar su nivel en 6,25%.
En el presente
año el sistema financiero nacional ha mostrado una condición holgada de
liquidez que fue en aumento, en buena medida debido a la expansión monetaria
por la compra de dólares por parte del BCCR. Esta compra se dio en un marco de
mayor disponibilidad de divisas en el mercado cambiario, determinada
principalmente por operaciones del sector real. Dicho resultado es congruente
con la evolución de la actividad económica, el notable desempeño de las exportaciones
de bienes del régimen de zonas francas y el repunte en el turismo receptivo.
La alta
disponibilidad de divisas permitió al Banco Central participar en el mercado
cambiario como demandante neto y con ello atender los requerimientos del Sector
Público no Bancario (SPNB) y fortalecer su posición de reservas. Dado lo
anterior, el saldo de las reservas internacionales netas (RIN) se ubicó al 27
de octubre en el equivalente a 124,2% del valor mínimo adecuado según la
metodología del FMI.
III.
Proyecciones y acciones futuras de política monetaria
Los organismos
financieros internacionales estiman que en el 2023 y el 2024 la actividad
económica mundial se desacelerará con respecto al 2022. Adicionalmente, prevén
que la inflación continuará a la baja, influida en buena medida por las
políticas monetarias restrictivas, pero convergería a los objetivos
inflacionarios hasta en el 2025.
En particular,
en la revisión efectuada en octubre del presente año, el Fondo Monetario
Internacional (FMI) proyectó un crecimiento mundial de 3,0% en el 2023 y 2,9%
en el 2024. Esto representa una revisión a la baja de 0,1 p.p. para este último
año con respecto al informe de julio (para el 2023 no hubo cambio) y una
desaceleración en ambos años en comparación con el 2022.
Según este
organismo, aunque algunos riesgos se han moderado, todavía se inclinan a la
baja para la actividad económica global por el eventual agravamiento de la
crisis del sector inmobiliario en China, la volatilidad de los precios de las
materias primas, los efectos del cambio climático, los riesgos geopolíticos,
los niveles altos de inflación y el menor espacio fiscal en algunos países,
dado su alto nivel de endeudamiento.
El FMI espera,
además, que la inflación global disminuya de 8,7% en el 2022, a 6,9% en el 2023
y 5,8% en el 2024, aunque continuaría por encima de los objetivos establecidos
por los bancos centrales de las principales economías. Las políticas monetarias
restrictivas y la disminución en los precios internacionales de las materias
primas influirían en la desaceleración de la inflación.
Para la economía
nacional, en este informe el BCCR revisa al alza sus proyecciones de
crecimiento económico para el 2023 y el 2024, para ubicarlas en 5,0% y 4,3%, lo
cual significa un aumento de 0,8 y 0,5 p.p., en ese orden, con respecto a la
estimación presentada en julio pasado. Si bien el crecimiento se asocia con un
mejor resultado de la demanda interna en ambos años, se mantiene la fortaleza
de la demanda externa, que continúa como el principal motor de crecimiento en
el 2023, para el 2024 influiría principalmente la demanda interna.
En el bienio
2023-2024, el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos se
ubicaría, en promedio, en 2,2% del PIB, por debajo del valor registrado en el
2022 (3,6% del PIB). Esta mejora estaría determinada por el buen desempeño de
las exportaciones, en particular de los regímenes especiales, y por la
reducción en la factura petrolera, coherente con el incremento previsto en los
términos de intercambio. En ambos años el déficit sería financiado con flujos
externos de mediano y largo plazo, y permitiría mantener el saldo de los
activos de reserva dentro del rango que se considera adecuado según la
metodología del FMI.
El ahorro
financiero y el crédito al sector privado aumentarían en correspondencia con el
crecimiento real de la actividad económica, la meta de inflación y el mayor
grado de profundización financiera que ha experimentado el país.
El aumento del
crédito sería impulsado en el 2023 por colocaciones tanto en moneda nacional
como extranjera y en el 2024 principalmente por el crédito otorgado en colones,
toda vez que se supone que se revierte el proceso de dolarización relativa del
crédito observado en los primeros nueve meses del presente año.
Según las
estimaciones preliminares del Ministerio de Hacienda, las finanzas públicas
continuarían en la senda hacia la sostenibilidad, con resultados primarios
positivos de 1,6% y 1,9% del PIB y déficits financieros de 3,4% y 3,0% del PIB
en el 2023 y 2024, en el orden respectivo.
Por último,
consecuente con lo indicado en el IPM de julio pasado, se estima que el choque
desinflacionario habría tenido su mayor impacto durante el tercer trimestre del
presente año y que tanto la inflación general como la subyacente retornarán al
rango de tolerancia alrededor de la meta durante el segundo trimestre del 2024.
La revisión de
las proyecciones de las principales variables macroeconómicas presentada en
este informe incorpora la mejor información disponible al momento, pero está
sujeta a riesgos tanto externos como internos.
Del entorno
externo, los riesgos en materia de inflación se inclinan al alza, en tanto que
los de actividad económica a la baja. La persistencia de la inflación genera
incertidumbre sobre la magnitud y duración de la política monetaria restrictiva
y su impacto en el crecimiento económico. Este comportamiento se acentuaría por
posibles alzas en los precios de materias primas ante la intensificación de los
conflictos geopolíticos y por el efecto de fenómenos relacionados con el cambio
climático, lo que causaría un impacto negativo adicional en la actividad
económica.
A lo interno
destaca, al igual que en el informe previo, el riesgo asociado al fenómeno El
Niño. Tampoco se pueden descartar presiones en el mercado cambiario que incrementen
las expectativas de variación cambiaria, lo cual se transmitiría a las
expectativas de inflación. Este efecto podría reforzarse ante precios de las
materias primas superiores a los incorporados en este ejercicio.
En este
contexto, la Junta Directiva del BCCR reitera su compromiso con la estabilidad
de precios como condición necesaria para la estabilidad macroeconómica y,
congruente con ello, mantiene la meta de inflación en 3%, con un rango de
tolerancia de ± 1 p.p.
Al igual que lo
ha hecho hasta el momento, su política monetaria estará basada en un análisis
prospectivo del comportamiento de la inflación y de sus determinantes, por lo
que con base en este análisis realizará los ajustes necesarios en la tasa de
interés de referencia, en procura de que la inflación se ubique en valores
cercanos a la meta en el horizonte de su programación macroeconómica. También
con este propósito, procurará reducir los excesos monetarios, con el fin de
evitar que su persistencia genere presiones inflacionarias adicionales, y
gestionará la liquidez activamente en el mercado de dinero.
En materia de
política cambiaria, el BCCR participará en el mercado de divisas para atender
sus requerimientos y los del SPNB, así como para mitigar fluctuaciones
violentas en el tipo de cambio. Además, continuará con el análisis de
eventuales cambios operativos que procuren el mejor funcionamiento de este
mercado y contribuyan al proceso de formación de precios.
Finalmente, consecuente
con los esfuerzos para mejorar su comunicación con el público en general y los
mercados en particular, proveerá información y explicará los elementos
relevantes de la coyuntura económica y los fundamentos de las decisiones de
política monetaria, cambiaria y del sistema financiero, con el fin de
contribuir con un proceso informado de construcción de expectativas que
facilite la convergencia de la inflación al objetivo inflacionario.
CAPÍTULO 1.
COYUNTURA ECONÓMICA
Seguidamente
se presentan los principales hechos de la coyuntura macroeconómica externa y
nacional que determinan el contexto en el cual el Banco Central de Costa Rica
aplica su política monetaria.
En el
entorno externo, el proceso de desinflación continuó, pero la inflación aún es
elevada y el componente subyacente ha mostrado mayor rigidez a la baja. Debido
a ello, algunos países, principalmente avanzados, continúan con incrementos en
sus tasas de interés de referencia, mientras que otros han hecho una pausa
condicionada o bien ya reducen esta referencia; no obstante, aclaran que su
política monetaria aún es restrictiva. En este contexto, la actividad económica
mundial se ha desacelerado. En meses recientes, la volatilidad en los mercados
financieros internacionales aumentó en medio de una alta incertidumbre asociada
a los problemas de deuda en Estados Unidos, tensiones geopolíticas, la elevada
inflación en muchas economías y las políticas monetarias restrictivas que,
según las principales autoridades monetarias, podrían mantenerse por más
tiempo.
En el
ámbito local, la actividad económica mantuvo un ritmo relativamente alto de
crecimiento en el tercer trimestre y la tasa de desempleo bajó, en un contexto
de menor participación laboral. Además, en términos interanuales continuó la
reducción del déficit de cuenta corriente de la balanza de pagos. Por su parte
el desempeño fiscal mantiene la generación de resultados primarios positivos,
que apoya la gradual reducción de la relación deuda pública (como proporción
del PIB) en el mediano plazo. El crédito al sector privado muestra un
crecimiento moderado y se estima que el comportamiento de los agregados
monetarios en lo transcurrido del año no generará presiones inflacionarias en
el horizonte del ejercicio de proyección realizado. Por último, la inflación
general siguió en valores negativos interanuales, pero la evidencia sugiere que
setiembre fue un punto de inflexión y que en el futuro cercano observaremos
inflaciones mensuales positivas.
1.1
Economía internacional
La desaceleración
de la inflación continúa a ritmos diferentes entre países y, en general, aún
supera la meta definida por sus bancos centrales.
La inflación
mundial continúa desacelerándose, aunque el proceso de ajuste difiere entre
países y, además, se mantiene por encima del objetivo de varios bancos
centrales (Gráficos 1.A y 1.B). En Estados Unidos, la inflación general se
ubicó en setiembre en 3,7% (igual que el mes precedente) y la subyacente en
4,1%2. En la zona del euro esos indicadores se ubicaron en 4,3% y
4,5%, en el orden indicado3 (5,2% y 5,3% en el mes previo). En
América Latina la desaceleración de la inflación en algunos países ha sido más
notoria4, mientras que en los países
asiáticos dicha variable continúa en niveles bajos. Por ejemplo, en China la
inflación interanual fue nula en setiembre (0,1% en el mes previo), en tanto
que la de Japón fue de 3,0% (3,2% en agosto).
2 Según el Discurso del presidente del
Sistema de la Reserva Federal del 19 de octubre del 2023, la inflación de
Estados Unidos, medida por la variación interanual del Índice de precios del
gasto de consumo personal, fue de 3,5% en setiembre (máximo de 7,1% en junio
del 2022). Por su parte, la inflación subyacente alcanzó un máximo de 5,6% en
febrero del 2022 y se estima en 3,7% en setiembre.
3 A octubre de 2023 (preliminar) ambos indicadores se
ubicaron en 2,9% y 4,2%, respectivamente.
4 Por ejemplo, en Chile, Colombia, México, Perú y Uruguay,
el indicador interanual en setiembre bajó entre una y seis décimas de punto
porcentual, para ubicarse, en ese orden, en 5,1%, 11,0%, 4,5%, 5,0% y 3,9%,
todos por encima del objetivo inflacionario. En Brasil, a partir de julio la
inflación ha registrado ligeros incrementos debido al
aumento del precio de los combustibles, lo cual contrasta con la desinflación
observada en meses previos.
La
desaceleración de la inflación ha obedecido, en gran medida, a la caída de los
precios de los alimentos y de la energía desde finales del 2022. Además, el
tono restrictivo de la política monetaria, que aún mantienen algunas economías,
ha contribuido a dicho proceso. Sin embargo, ese comportamiento podría frenarse
debido al incremento reciente en el precio del petróleo (Gráfico 1.C) en respuesta
al anuncio realizado por Arabia Saudita y Rusia de extender los recortes de
suministro de crudo (recortes de 1,3 millones de barriles diarios) hasta
finales del presente año. En dicho comportamiento influyó también la
disminución en las reservas estratégicas de los Estados Unidos hasta alcanzar
mínimos históricos en 40 años (Gráfico 1.D), pues ello limitó la posibilidad de
que dicho país aumentara temporalmente la oferta de petróleo para compensar los
recortes antes mencionados, tal como lo hizo en el 20225.
5 Las reservas estratégicas de petróleo actúan
como un acervo de emergencia que se puede utilizar en caso de turbulencias en
el mercado petrolero (crisis económica, desastre natural o guerra). La
liberación de estas reservas puede tener un impacto a corto plazo en los
precios, más no así a largo plazo, ya que solo representan una pequeña parte
del suministro diario mundial de petróleo.
Más
recientemente, las tensiones geopolíticas en Medio Oriente, en particular el
nuevo enfrentamiento armado entre Israel y el grupo Hamás6, han
introducido una relativa volatilidad en el precio del petróleo, especialmente
por la incertidumbre de que este conflicto escale a mayores dimensiones. Cabe
recordar que en las cercanías del territorio donde ocurre esa crisis hay infraestructura
petrolera (oleoductos, almacenamiento y pozos activos).
6 Este episodio inició el 7 de octubre del 2023.
No obstante, el
precio del petróleo se ha mantenido por debajo del promedio registrado en el
2022 (USD 94,4). El precio promedio del barril de petróleo WTI cerró en
setiembre en USD 89,1, lo que significó un aumento de 9,4% con respecto
a la cotización promedio de agosto (USD 81,4) y de 18,9% en comparación
con el precio promedio del primer semestre del presente año (USD 74,9).
En octubre el precio medio del barril fue de USD 86, lo que representa
una disminución de 3,5% con respecto al de setiembre.
Adicionalmente,
existen otros factores que inducen una mayor persistencia de la inflación.
Entre ellos cabe mencionar la sequía que afectó el nivel de agua de los lagos
Gatún y Alhajuela, principales fuentes de agua de las esclusas del Canal de
Panamá, por lo que tomaron medidas para ahorrar agua7. Esto
incrementa los costos de transporte y limita el normal funcionamiento en las
cadenas globales de suministro, aunque estas restricciones aún no se han
reflejado en el precio del transporte de contenedores (Gráfico 1.E).
7 Entre las medidas para ahorrar agua adoptadas
a lo largo del año por la Autoridad del Canal de Panamá, destaca la restricción
de acceso a barcos de gran calado (de 50 a 44 pies) y a la cantidad de
tránsito diario (de 36 a 32 buques). A
partir del 1° de noviembre comienzan a regir nuevas restricciones en relación
con el tránsito de barcos y las subastas de cupos de reserva diarios.
También es
destacable la imposición de restricciones a la exportación de arroz no basmati
efectuada por India desde julio del presente año8. Según la
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura
(FAO), el precio mundial del arroz alcanzó su nivel más alto en 15 años en
agosto pasado (aumentó 9,8% con respecto a julio), influido por la
incertidumbre que esta prohibición generó en el comercio mundial. Otros eventos
como la guerra en Ucrania y las condiciones climáticas tan volátiles en
diferentes partes del mundo, también generan un elevado riesgo en el suministro
mundial de granos.
8 El propósito de esta medida fue asegurar la
disponibilidad del producto y contener el alza de los precios locales, ya que
el comienzo tardío de las lluvias monzónicas ocasionó daños en su cosecha.

En este
contexto, los bancos centrales continúan con una política monetaria restrictiva.
Los bancos
centrales mantienen una política monetaria restrictiva. En las economías
avanzadas, el ritmo de aumento de las tasas de interés de referencia ha
disminuido (Gráfico 2.A), pero los analistas económicos no descartan nuevas
alzas. Por su parte, algunas economías emergentes pausaron los incrementos y
otras comenzaron a reducir este indicador (Gráfico 2.B).
En su reunión
del 19 y 20 de setiembre, el Comité Federal de Mercado Abierto del Sistema de
la Reserva Federal de Estados Unidos mantuvo el rango de la tasa de interés de
referencia en 5,25% y 5,50%. En esta decisión consideró el crecimiento sólido
de los indicadores de actividad económica, la fortaleza del mercado laboral y
el nivel todavía elevado de la inflación. Debido a ello, no descartó nuevas
alzas en la tasa de interés hacia finales de año y la permanencia de tasas
altas por un periodo mayor al previsto.
El Banco Central
Europeo (BCE) aumentó el pasado 14 de setiembre su tasa de referencia en 25
p.b. y ubicó la tasa de financiación en 4,5%. Además, revisó al alza su
estimación de inflación a 5,6% y 3,2% para el 2023 y el 2024, respectivamente,
debido al incremento en el precio de la energía. Posteriormente, en la reunión
del pasado 26 de octubre, mantuvo sin cambio la tasa de interés de referencia.
En igual sentido, el Banco de Inglaterra aumentó el 3 de agosto la tasa de
interés de referencia en 25 p.b. hasta ubicarla en 5,25% y el 21 de setiembre
decidió mantener sin cambios ese indicador por primera vez en casi dos años.
En América
Latina, algunos países pausaron los incrementos en la tasa de política
monetaria e incluso se amplió la lista de bancos centrales que redujeron este indicador.
A la fecha, los países que aplicaron reducciones son Uruguay, República
Dominicana, Chile, Brasil, Perú y Costa Rica9.
9 Entre el 15 de marzo (cuando Costa Rica
inició con este proceso) y el 30 de octubre del 2023, la reducción acumulada en
la tasa de referencia ha sido de 50 p.b. en Perú, 200 p.b. en Uruguay, 100 p.b.
en República Dominicana, 225 p.b. en Chile, 100 p.b. en Brasil y 275 p.b. en
Costa Rica.

La
desaceleración de la actividad económica global se acentuó con respecto a lo
previsto en el IPM de julio. Las perspectivas capturadas en los indicadores
adelantados de corto plazo para las principales economías del mundo muestran
señales mixtas.
La
desaceleración económica continuó en el segundo trimestre del presente año,
aunque con algunas excepciones (Gráfico 3.A). En Estados Unidos, la tasa
anualizada de crecimiento del PIB en ese lapso fue de 2,1% (tercera estimación)
una décima menos que el trimestre anterior, mientras que en el tercer trimestre
fue de 4,9%10. La zona del euro registró en el segundo trimestre una
variación interanual de 0,5% y de 0,1% en el tercero (primera estimación). En
el segundo trimestre, algunos países latinoamericanos, como Perú y Chile
registraron caídas en su actividad económica, mientras que en otros el ritmo de
crecimiento se mantuvo estable. En China la variación interanual del PIB en el
tercer trimestre (4,9%) bajó con respecto a la del segundo (6,3%).
10 En el gráfico 3.A, para fines comparativos, los datos se
incluyen en términos interanuales. Conforme a ello, para Estados Unidos dicha
variación en el tercer trimestre del 2023 fue de 2,9%.

Los indicadores adelantados
de corto plazo dan señales disímiles (Gráfico 3.B) sobre el comportamiento de
la actividad económica en los próximos meses. En setiembre, el índice de
gerentes de compra global continuó en terreno de expansión al igual que el
indicador para las economías emergentes, en tanto que el índice para las
economías avanzadas disminuyó, lo que reflejó los efectos de la desaceleración
de la zona del euro11.
11 Si el índice está por encima de 50 indica
una expansión y por debajo de 50, contracción. El indicador global, para
economías avanzadas y emergentes pasó de 50,6, 49,5 y 52,7 en agosto a 50,5,
49,7 y 52,0, en ese orden. Particularmente, en Estados Unidos, la zona del euro
y China su valor pasó de 50,2, 46,7 y 51,7 puntos en agosto a 50,2, 47,2 y 50,9
un mes después.
En Estados Unidos, otros
indicadores registraron datos positivos en setiembre. La tasa de desempleo se
mantuvo en 3,8% y el empleo creció a su ritmo más rápido en ocho meses12,
lo que es coherente con la expansión de la actividad económica.
12 El mercado laboral de Estados Unidos creó
336.000 puestos en setiembre, el mayor incremento desde enero del presente año,
lo cual superó las expectativas. Además, hubo una revisión al alza de los datos
de empleo de julio y agosto.
En China, la producción industrial
creció en setiembre 3,7% (igual que en agosto), mientras que el crecimiento de
las ventas minoristas mostró una ligera merma (de 7,0 % en agosto a 6,8%,
Gráfico 4). Por otro lado, las caídas interanuales de las cifras de comercio
exterior, con valores de dos dígitos en meses anteriores, se moderaron y en
setiembre disminuyeron en 6,2% (tanto exportaciones como importaciones), lo
cual es interpretado por algunos analistas internacionales como un indicio de
estabilización.

En meses
recientes, la volatilidad en los mercados financieros internacionales aumentó,
ante la incertidumbre causada por los problemas de deuda en Estados Unidos, los
conflictos geopolíticos, la elevada inflación en algunas economías y las
políticas monetarias restrictivas, que podrían mantenerse por mucho más tiempo.
Luego de una
relativa estabilidad, la volatilidad en los mercados financieros
internacionales aumentó en los últimos meses (Gráficos 5.A y 5.B). Entre los
principales factores que explican dicho comportamiento están: a) la rebaja en
la calificación de la deuda estadounidense, de AAA a AA+, y en la calificación
crediticia de diez bancos pequeños y medianos de ese país por parte de las
agencias Fitch (1° de agosto) y Moody's (8 de agosto), respectivamente; b) el
aumento sostenido en los precios del petróleo desde julio del presente año,
debido al anuncio de Arabia Saudita y Rusia de que mantendrán los recortes en
la producción del crudo hasta finales del 2023; c) la intensificación de las
tensiones geopolíticas ante el reciente ataque del grupo Hamás en Israel y la
consecuente respuesta militar de este país; d) la persistencia de altos niveles
de inflación en algunas economías, que lleva a sus bancos centrales a
plantearse nuevos aumentos en las tasas de interés antes de finalizar el año y
a mantener una política monetaria restrictiva por más tiempo.

A finales de setiembre, el
Gobierno de Estados Unidos enfrentó, nuevamente, la posibilidad de cierre, lo
que generó incertidumbre sobre los efectos que podría tener esta situación
sobre la economía en caso de materializarse. Sin embargo, la aprobación de una
ley que amplió el financiamiento hasta el 17 de noviembre del presente año
redujo, al menos en forma temporal, estas presiones.
El aumento de la deuda con
respecto al PIB de Estados Unidos es un tema más relevante desde una
perspectiva estructural de mediano y largo plazo. Esta razón alcanzó en el
segundo trimestre del presente año un 119,5% (Grafico 6.A). Otros países
también enfrentan un problema de elevado endeudamiento, que genera dudas sobre
su sostenibilidad.
De acuerdo con el FMI13,
la carga de la deuda mundial disminuyó por segundo año consecutivo, pero se
mantiene por encima del nivel anterior a la pandemia, ya de por sí elevado.
Según dicho organismo, los déficits fiscales mantuvieron altos los niveles de
deuda pública, ya que muchos gobiernos gastaron más para dar impulso al
crecimiento y reaccionar al incremento en los precios de los alimentos y la
energía, incluso después de poner fin al apoyo fiscal otorgado a causa de la
pandemia. Por todo ello, la deuda pública solo ha disminuido en 8 p.p. del PIB
en los dos últimos años, con lo cual apenas se compensa aproximadamente la
mitad de su incremento por la pandemia.
13
"La deuda mundial reanuda su tendencia ascendente", 13 de
setiembre del 2023.
En el caso específico de
Estados Unidos, el problema radica en si podrá colocar toda su deuda. Esto
debido tanto a la presión que generan las altas tasas de interés, como
consecuencia de la política monetaria restrictiva, como por la menor demanda
por dichos títulos, ya que algunos países redujeron su tenencia de deuda
estadounidense, entre ellos China y Japón. Lo anterior se ha manifestado en el
rendimiento de los Bonos del Tesoro, principalmente a 10 años, cuyo rendimiento
ha aumentado hasta ubicarse en 5% (Gráfico 6.B), el nivel más alto desde el
2007.
Cabe señalar que la menor
demanda de esos títulos está asociada a una tendencia a la desdolarización de
la economía mundial y la diversificación de divisas que se usan en el comercio
que, a su vez se relaciona con la tendencia hacia una fragmentación de la
economía mundial en bloques separados.

Como se mencionó
en el IPM de julio del 2023, uno de esos bloques es el grupo de los BRICS,
conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, que en su reunión de
agosto pasado aprobó la admisión de seis países: Irán, Arabia Saudí, Emiratos
Árabes Unidos, Argentina, Egipto y Etiopía, a partir del 1° de enero del 2024.
Esta medida amplía el peso relativo de dicho bloque dentro de la economía
mundial.
En esa misma reunión,
se discutió la intención del bloque de explorar mecanismos para comerciar con
monedas locales en lugar del dólar estadounidense, así como lograr acuerdos
financieros y sistemas de pago alternativos.
Por último, el
conflicto armado entre Israel y Hamás ha despertado interrogantes sobre sus
posibles repercusiones en los mercados financieros y en la economía global. Un
conflicto militar más amplio en el Medio Oriente podría reducir el suministro
de petróleo y aumentar sus precios, reducir la capacidad de crecimiento
económico y la confianza de los agentes económicos. En particular, si Irán
participara, las consecuencias económicas podrían ser significativas ya que por
el estrecho de Ormuz (ubicado frente a dicho país) transita el 30% del petróleo
que se transporta por mar y el 20% de lo que se consume en el mundo, lo que
tendría efectos directos sobre el precio del petróleo. Además, en caso de que
este hecho fortaleciera aún más al dólar, en su condición de activo de refugio,
los países con altos niveles de deuda denominada en esa moneda se afectarían
negativamente.
1.2
Economía local: actividad económica, mercado laboral, balanza de pagos y
finanzas públicas
En el
tercer trimestre del 2023 la actividad económica continuó con altas tasas de
crecimiento.
En dicho lapso,
el PIB en volumen registró una variación interanual de 5,6% (Gráfico 7), que,
aunque es ligeramente inferior a la del segundo trimestre, superó en 1,8 p.p. a
la de igual periodo del 2022. Además, en este ejercicio se revisó al alza el
crecimiento interanual de los dos trimestres previos, en su orden, 0,4 y 0,9
p.p. con respecto a las cifras publicadas en el IPM de julio pasado. La
variación trimestral anualizada del tercer trimestre (5,6%) es similar a la de
los dos trimestres previos (5,5% en promedio)14, lo cual es un
indicio del sostenido buen desempeño de la producción.
14 Si bien al anualizar una tasa de variación
aumenta su variabilidad, es un indicador de coyuntura capaz de brindar una
lectura anual con base en el panorama actual.

Por
componentes del gasto (Gráfico 8.A), en el trimestre en comentario el
crecimiento de la actividad económica fue determinado mayormente por la demanda
externa, seguida en orden de importancia por el consumo final de los hogares y
la formación de capital fijo.
El gasto en
consumo final de los hogares mantuvo la tendencia creciente registrada en los
dos trimestres previos. Particularmente, en el tercer trimestre creció 4,9%
(2,0 p.p. más que en el último trimestre del 2022), debido al efecto positivo
sobre el ingreso disponible real de los hogares, de la mejora en los términos
de intercambio, la reducción de la inflación y la apreciación del colón. Los
rubros del consumo que más crecieron fueron los servicios de comida, bebidas,
salud, enseñanza y alquiler de vivienda, a lo que se sumó la adquisición de
vehículos y productos alimenticios.
El consumo del
Gobierno revirtió los resultados negativos de los dos primeros trimestres,
aunque con un crecimiento menor al 1,0%. La recuperación obedeció al incremento
en la compra de bienes y servicios, dado que se mantiene la contención del
gasto en remuneraciones en los servicios de administración pública, enseñanza y
salud.
En relación con
la formación de capital fijo, su impulso15 fue resultado tanto de la
mayor inversión en nuevas construcciones privadas no residenciales y
residenciales, como del aumento en la importación de maquinaria y equipo,
particularmente de transporte. Lo anterior fue atenuado por la persistente
disminución en la construcción en infraestructura pública, debido a la menor
ejecución de proyectos relacionados con la generación eléctrica e infraestructura
hospitalaria.
15 Este rubro creció a tasas de dos dígitos en
el segundo y tercer trimestres del presente año.
Al igual
que en periodos previos, en el tercer trimestre del año en curso las
exportaciones totales mostraron tasas de crecimiento de dos dígitos, mientras
que las importaciones se aceleraron por las compras de servicios.
Pese al buen
desempeño de las exportaciones, en el tercer trimestre tendieron a
desacelerarse y su comportamiento continuó disímil según régimen de comercio.
Las ventas externas de bienes por parte de las empresas del régimen especial
crecieron 22,1%, mientras que en las del régimen definitivo aumentaron 1,1%16.
En cuanto a los servicios (9,9%), si bien el resultado fue positivo, se
desaceleró 1,7 p.p. con respecto al trimestre previo, especialmente por la
evolución de la demanda externa por servicios informáticos y empresariales en
las empresas del régimen especial.
16 Si bien es una tasa baja, denota una mejora
al compararse con el -1,1% y 1,0% del primer y segundo trimestre de este año.
En este resultado influyó el desempeño favorable de las exportaciones agrícolas
(piña, raíces, tubérculos, hortalizas y banano), aunque atenuado por la menor
demanda por productos manufacturados (llantas, productos de papel y envases de vidrio)
y agroindustriales (café, carne).
Las
importaciones se aceleraron desde el segundo trimestre del año en curso, en
mayor medida por la evolución de los servicios, específicamente por el flujo de
costarricenses hacia el resto del mundo (11,4%, desde 7% el trimestre
anterior). En cuanto a los bienes (1,2%), su resultado estuvo asociado a las
compras de combustibles, vehículos, productos alimenticios e insumos vinculados
con la industria eléctrica, electrónica además de equipo de transporte.
El
crecimiento fue generalizado en todas las actividades (Gráfico 8.B), pero
destacó la significativa aceleración en la construcción y la mejora en los
servicios empresariales y la manufactura.
Después de la contracción
experimentada en la mayor parte del 2022, la construcción tornó a valores
positivos en el 2023, con tasas de dos dígitos en el segundo y tercer
trimestre. La recuperación fue impulsada por la construcción con destino
privado antes comentada. Caso contrario ocurrió con la construcción con destino
público, que continuó en descenso debido a la menor ejecución en proyectos de
generación eléctrica e infraestructura hospitalaria, cuyo efecto fue
parcialmente compensado por la mayor ejecución de proyectos por municipalidades
y obras de infraestructura vial realizados por el Ministerio de Obras Públicas
y Trasportes (MOPT) y el Consejo Nacional de Vialidad (Conavi).
En la
manufactura, el crecimiento continuó diferenciado según régimen de comercio.
Mientras la producción de las empresas de régimen especial sigue con un
desempeño positivo (16,6%), las del régimen definitivo (0,8%) muestran una
mejora con respecto a los trimestres previos, en productos alimenticios como
frutas y legumbres, pollo, carne, leche, bebidas, además de sustancias químicas
(plástico y pinturas).
Los servicios
empresariales siguen impulsados por la mayor demanda externa en el grupo de
empresas del régimen especial, así como por el incremento en la producción de
servicios de publicidad y contabilidad del régimen definitivo (crecimiento de
dos dígitos) y de las agencias de viajes. El resultado de esta última
actividad, así como el de hoteles y restaurantes está vinculado con el aumento
en el turismo.

Acorde con la
evolución del consumo privado, la actividad comercial denota, en particular, la
mayor venta de vehículos, productos alimenticios y farmacéuticos y la
recuperación en las ventas de productos alimenticios, materiales de
construcción, de productos eléctricos y electrónicos. En lo referente al
transporte y almacenamiento, si bien su tasa se moderó con respecto a un año
atrás, el crecimiento fue determinado por los servicios de peajes, aeropuertos,
puertos y transporte de carga, coherente con el incremento de la movilidad de
personas, del ingreso al país de turistas por vía aérea y de mercancías.
Es destacable
también la evolución de la actividad agrícola, la cual acumuló 4 trimestres
consecutivos de crecimiento, luego de la caída en periodos previos. Esta
recuperación fue propiciada por condiciones climatológicas favorables para
algunos productos y la reducción en el precio de los insumos agropecuarios.
Particularmente, destacó el aumento en la producción de banano, piña y
productos de ciclo corto (raíces, tubérculos, hortalizas), así como la
incipiente recuperación en la producción de leche y huevos17.
17 La restricción de ingreso al mercado panameño desde mediados
del 2020, aunado al incremento en el precio de los insumos agropecuarios
llevaron a la contracción de esta actividad en el bienio 2021-2022.
Por régimen de comercio, la
aceleración del PIB en el tercer trimestre del 2023 estuvo determinada por la
recuperación de la actividad del régimen definitivo. Del 5,6% de crecimiento
del PIB en dicho lapso, 3,8 p.p. (alrededor del 68%) se atribuye al aumento en
la producción de ese régimen (Gráfico 9).

Por último,
aunque el PIB es un indicador relevante para analizar el estado general de una
economía, no es el más apropiado para valorar otras dimensiones del desarrollo
económico, como la capacidad de consumo y los efectos distributivos de dicho
crecimiento. Para ello existen indicadores de cuentas nacionales, como el
ingreso disponible y la riqueza neta de los hogares, que permiten analizar la
distribución de grupos específicos de hogares (Recuadro 1).
Recuadro 1. Cuentas nacionales distributivas
El Sistema de
Cuentas Nacionales (SCN) proporciona los montos totales del ingreso, consumo y
ahorro de los hogares y los vínculos entre ellos, lo cual permite tener una visión
completa y coherente de la estadística macroeconómica. Sin embargo, no captura
las disparidades entre los diferentes grupos de hogares, información que es
relevante para mejorar la eficacia de las políticas económicas y, por
consiguiente, aumentar el bienestar de los ciudadanos.
La necesidad de
contar con estadísticas que reflejen el bienestar económico de las personas18
llevó a la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) y a
la Oficina Europea de Estadística (Eurostat) a organizar un grupo de expertos
(EG-DNA) con el fin de crear una metodología internacional comparable para
generar medidas de desigualdad acordes con los conceptos y las cifras de
cuentas nacionales.
18 Dicha necesidad fue señalada en el
"Informe de la Comisión sobre la Medición del Desarrollo Económico y del
Progreso Social (2009)" elaborado por Joseph E. Stiglitz, Amartya Sen y
Jean-Paul Fitoussi.
La metodología
propuesta combina dichas cuentas con fuentes de microdatos (por ejemplo,
encuestas y registros administrativos). Esta combinación permite elaborar
cuentas nacionales distributivas que contribuyen a una mejor comprensión del
fenómeno de la desigualdad.
En el 2017 el
BCCR participó en un primer ejercicio de medidas distributivas de los hogares
costarricenses. Dicho ejercicio fue dirigido por el Banco Mundial y se sustentó
en la metodología desarrollada por el EG-DNA19, por lo cual requirió
la integración de los datos del SCN con fuentes de microdatos provenientes de
la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (Enigh) y la Encuesta
Nacional de Microemprendimiento de los Hogares (Enameh). Este estudio
constituye un aporte al análisis de este tema en el país, dado que las
investigaciones previas se han enfocado en la distribución del ingreso.
19 Los ejercicios elaborados por el EG-DNA son
considerados como estadística experimental; es decir, son estadísticas
oficiales que siguen sujetas a pruebas de calidad, volatilidad y capacidad para
satisfacer las necesidades de los usuarios. Sin embargo, su documentación
metodológica permite que otros países (fuera del grupo de expertos) realicen
sus propios cálculos.
En junio del
presente año el BCCR actualizó el ejercicio con cifras al 2018, año para el
cual se dispone de los últimos datos de la Enigh. Los resultados muestran
desigualdades en el ingreso, consumo y ahorro entre los hogares clasificados
según quintil20 de ingreso equivalente21, pues en todas
estas variables la mayor proporción está concentrad a en el quintil 5, que
incluye a los hogares con los ingresos más altos. Esto confirma los hallazgos
de otros estudios22 sobre la distribución del ingreso basados en
datos de encuestas.
20 En este contexto, un quintil representa un
grupo ordenado por nivel de ingreso (de menor a mayor) que comprende el 20% de
los hogares. Así, por ejemplo, el quintil 1 se refiere al primer 20% de esta
distribución ordenada, que corresponde a los hogares de menores ingresos. A su
vez, el quintil 5 se refiere al 20% del total de hogares con mayores ingresos.
21 Las unidades de consumo equivalente en cada
hogar se definen según la escala de equivalencia modificada de la OCDE, que
otorga un valor de 1 a la persona de referencia del hogar, 0,5 a cada adulto
adicional de 14 años o más y 0,3 a cada niño menor de 14 años. La persona de
referencia es quien tiene más responsabilidad en la toma de decisiones y aporta
la mayor parte de los recursos económicos del hogar.
22 Véase, por ejemplo: Mata, C., Oviedo, L. y
Trejos, J.D. (2020). Anatomía de la Desigualdad del Ingreso en Costa Rica pre
Covid-19. Ponencia presentada como investigación base para el Informe Estado de
la Nación 2020 (no. 26), Capítulo 8: balance 2020 equidad e integración social.
Programa Estado de la Nación. Consejo Nacional de Rectores.
Este recuadro
presenta un resumen de los resultados para las tres variables antes
mencionadas. Los hogares se agruparon sobre la base del ingreso disponible
ajustado por unidad de consumo equivalente con el fin de tener en cuenta las
diferencias en su tamaño y composición.
Resultados
del ingreso
Los ingresos
percibidos por los hogares provienen de alquileres, propiedad de empresas no
constituidas en sociedad (ingreso mixto), remuneración como empleados, renta de
la propiedad y transferencias. Asimismo, disminuyen debido al pago de impuestos
(sobre el ingreso y la riqueza) y a las contribuciones sociales.
Los componentes de los ingresos de los hogares costarricenses en
el 2018 se muestran en el Cuadro 1.1. Todos los componentes evidencian un nivel
relativamente alto de desigualdad, pero esta es superior en la renta de la
propiedad, en la cual la media del quintil 5 supera en alrededor de 5,3 veces a
la media global en términos de unidades de consumo equivalente.
Probablemente,
de mayor relevancia resulta la desigualdad observada en las remuneraciones,
dado que este componente representa cerca del 67% de los ingresos brutos
totales de los hogares. En este caso, la media del quintil 5 es 2,9 veces
superior a la media global en unidades de consumo equivalente. Asimismo, los
hogares de mayores ingresos reciben en promedio una remuneración 21,1 veces
superior a la que perciben los más pobres.

En forma congruente con las
diferencias existentes en la distribución de las fuentes de ingreso, los
hogares ubicados en el quintil 5 pagaron la mayoría (95%) de los impuestos
aplicados sobre el ingreso y la riqueza23. La relación de valor
de dicho quintil en relación con la media global fue de 5,1 veces. De igual
modo, los pagos de las contribuciones sociales netas24 se
concentraron en los hogares del quintil más alto, con un 57% del total, aunque
en este caso se observa un aumento progresivo en la distribución porcentual
según quintil.
23 Los más sobresalientes en Costa Rica son los impuestos
sobre la renta, la propiedad y traspasos.
24 Las contribuciones sociales netas son pagos efectivos o
imputados al sistema de seguridad social. Dichos pagos pueden realizarlos los
empleadores en nombre de los asalariados y forman parte de la remuneración de los empleados, o bien los
mismos hogares en calidad de empleadores.
También en línea con la
distribución del ingreso, las transferencias sociales en especie,
constituidas por los bienes y servicios suministrados por el sector gobierno y
las instituciones sin fines de lucro que sirven a los hogares, como los
servicios de enseñanza y salud públicos, se concentraron en los quintiles de
menores ingresos, aunque este componente muestra una menor desigualdad25
relativa en la distribución: la relación del quintil 5 con respecto a la media
global es de 0,7 veces en términos de unidades de consumo equivalente.
25 Al analizar la distribución según tipo de transferencia social
en especie, se observa que la educación tiene una concentración de 72% en los
quintiles más bajos (del I al III) en tanto que salud muestra un 61%; es decir, los hogares de mayores ingresos
utilizan más los servicios de salud pública que los de educación pública.
Las prestaciones sociales
distintas de las transferencias sociales en especie, que incluye las
transferencias corrientes que reciben los hogares para atender circunstancias
como enfermedad y jubilación26, entre otras, son relativamente uniformes
en los quintiles 1, 2 y 3, pero están altamente concentradas en el quintil 5,
con un 60% del total (17% en los quintiles 1 y 2). Dado lo anterior, la
relación de valor del quintil más alto respecto a la media global fue de 3,2
veces más, en términos de unidades de consumo equivalente. Este hecho se asocia
con la considerable desigualdad registrada en el caso de las remuneraciones,
debido al vínculo existente entre esta variable y las pensiones.
26 El sistema de pensiones nacional está constituido sobre
la base de cuatro pilares: a) el contributivo obligatorio, b) el complementario
obligatorio, c) el complementario voluntario y d) el no contributivo, los
cuales dan origen al pago de
prestaciones sociales a los hogares. Adicionalmente, incluye los subsidios por
enfermedad y maternidad.
De igual modo, las transferencias
corrientes netas27 presentan una menor desigualdad que otros
componentes, pues la relación del quintil más alto a la media global fue de 1,9
veces.
27 Transferencias corrientes realizadas a los hogares por:
a) hogares y otros sectores de la economía o resto del mundo (como las
remesas), b) instituciones sin fines de lucro, c) el Gobierno (por ejemplo,
becas para educación).
Dado el comportamiento antes
comentado, tanto el ingreso disponible bruto como el ajustado (incluye
las transferencias sociales en especie) presentan un alto grado de desigualdad;
la media del quintil 5 es superior a la media global en 3,0 y 2,6 veces
respectivamente, en unidades de consumo equivalente. Sin embargo, cabe resaltar
que la incorporación de las transferencias sociales en especie contribuye a
reducir la desigualdad.
Resultados del consumo
y el ahorro
El Cuadro 1.2 detalla el consumo
final de los hogares correspondiente al 2018 según su finalidad. Los datos
muestran que la distribución del consumo es menos desigual que la del ingreso
disponible bruto y ajustado de los hogares, toda vez que la relación de valor
del quintil más alto con respecto a la media global fue de 2,2 veces, en
términos de unidades de consumo equivalente. En el consumo efectivo, que
considera las transferencias sociales en especie, esa relación es de 1,9 veces,
lo cual indica que, al igual que en el caso del ingreso, dichas transferencias
contribuyen a reducir la desigualdad.

Al examinar el consumo de
servicios de salud y educación, se aprecia que los hogares más ricos (quintil 5)
consumieron un 48% del primer rubro (8% el quintil más bajo), mientras que el
gasto en educación de los hogares del quinto quintil representó 57% del total
(2% el quintil más bajo), lo cual indica una alta desigualdad en la
distribución de ambos servicios, que es superior en este último. Esto es
particularmente relevante, pues la desigualdad en educación tiende a perpetuar
la desigualdad en oportunidades y en distribución del ingreso y riqueza.
La incorporación del gasto
derivado de las transferencias sociales en especie disminuye la desigualdad
(Gráfico 1.1). Así, la participación del quintil de mayores ingresos se reduce
a 31% y 27%, respectivamente, en estos servicios (13% y 18% el quintil más
bajo, en igual orden).

En lo que respecta al ahorro28,
la tasa de ahorro calculada por quintil de ingreso equivalente resultó negativa
en todos los casos (el gasto superó a los ingresos) con excepción del quinto
quintil, que registró una tasa de 31%29.
28 El ahorro se define como la diferencia entre el ingreso
disponible y el consumo final efectivo más el cambio en el patrimonio neto de
los hogares en los fondos de pensión (ajuste por la variación de los derechos
de pensión).
29 Las tasas de los quintiles I, II, III y IV fueron de
-49%, -32%, -12% y -8%, respectivamente.
Comparación de las
cuentas nacionales distributivas de Costa Rica con otros países
Para tener una referencia de
la situación de Costa Rica con respecto a otros países, se compararon los
indicadores de ingreso, consumo y ahorro del país con los de una muestra de 12
naciones que participaron en el segundo ejercicio de medidas distributivas efectuado
por la OCDE en el 2017.
Los resultados presentaron,
en general, una mayor homogeneidad en el ingreso y el consumo, en comparación
con el ahorro, aunque hay una brecha significativa del quintil 5 con respecto a
los demás quintiles en todos los países, excepto Eslovenia que es el menos
desigual.
Asimismo, las cifras
evidenciaron diferencias importantes entre países en el grado de desigualdad;
particularmente, Costa Rica resultó ser el segundo más desigual (luego de
México) en los dos primeros indicadores analizados en el año de referencia
(Gráfico 1.2)30. Dado que estos datos están ajustados por las
transferencias sociales en especie, el resultado de Costa Rica evidencia la
necesidad de una política pública orientada a mejorar la distribución más
efectiva del ingreso.
30 El
gráfico incluye los resultados de solo 6 de los 12 países analizados para
facilitar su visualización.

En el caso del ahorro, como
se indicó antes, los resultados son más heterogéneos. Siete de los países
comparados presentaron tasas de ahorro negativas solo en el primer quintil (el
de menor ingreso); dos presentaron tasas negativas en
los tres primeros quintiles de ingreso, y solo México y Costa Rica mostraron
tasas negativas en todos los quintiles, excepto en el de ingresos más altos.
Destacan los
resultados de Francia y Estados Unidos; el primero registró las tasas de ahorro
menos desiguales entre quintiles, mientras que el segundo presenta, entre todos
los países analizados, una elevada desigualdad, pues los hogares más ricos
mostraron una tasa de ahorro del 41%, mientras que en el quintil más bajo su
tasa de ahorro es negativa en 87%. No obstante, en los quintiles 2, 3 y 4 la
distribución de este país es menos desigual en comparación con Costa Rica y
México.
Consideraciones
finales
Las cuentas
nacionales distributivas son relevantes para mejorar la eficiencia de las
políticas públicas en cualquier país, pero en la coyuntura actual de Costa Rica
resultan trascendentales debido al aumento observado en los últimos años en la
desigualdad. Este hecho se evidencia en la trayectoria del coeficiente de Gini31,
el cual se ubicó en 0,524 en el 2021, su valor más alto desde 198732,
aunque en el 2022 bajó a 0,504. Además, los datos de dicho indicador
evidenciaron que en el 2021 Costa Rica fue el país más desigual entre los 38
miembros de la OCDE.
31Es un indicador de la desigualdad del
ingreso de las personas en la sociedad. Su valor varía entre 0 y 1, cuando se
acerca a 1 muestra que existe una mayor concentración, en tanto cuanto más
cercano 0 resulte, indica una mayor uniformidad en la distribución del ingreso.
Ver: https://inec.cr/indicadores/coeficiente-gini-persona
32 Según Informe Estado de la Nación 2022,
pág. 84.
El aumento de la
desigualdad impacta negativamente el crecimiento económico a largo plazo. La
OCDE (2015)33 estima que en un horizonte de 25 años un aumento de 1
punto en el coeficiente de Gini reduce el crecimiento promedio del PIB en
alrededor de 0,12 puntos porcentuales por año, con una pérdida acumulada de 3%.
Asimismo, concluye que la desigualdad tiene un impacto negativo en el
crecimiento económico por medio del capital humano, pues cuanto más amplia es
la desigualdad, menor es la posibilidad de que las personas de bajos ingresos
inviertan en educación.
33 OECD
(2015), In It Together: Why Less Inequality Benefits All, OECD Publishing,
Paris. http://dx.doi.org/10.1787/9789264235120-en
Lo anterior pone
de manifiesto la importancia de avanzar en el estudio de este tema a fin de que
se puedan obtener medidas distributivas del ingreso, consumo y ahorro de los
hogares con cierta regularidad, bajo una metodología definida y comparable
internacionalmente. Además, se considera útil incluir medidas de la riqueza
neta de los hogares (activos menos pasivos).
Una visión
integral de la distribución del ingreso, consumo, ahorro y riqueza es relevante
para mejorar el análisis de la desigualdad y el impacto de la política
monetaria en las decisiones económicas de los hogares. Estas medidas
contribuirían a mejorar el diseño de políticas más inclusivas y eficientes, y
así promover una mayor equidad en la sociedad costarricense.
La tasa
de desempleo continúa a la baja, conjuntamente con una menor participación
laboral.
En el trimestre
móvil finalizado en agosto, las tasas de desempleo34 y de subempleo
se ubicaron en 8,8% y 6,0%, respectivamente, lo que significó una reducción de
3,0 p.p. y 3,6 p.p. con respecto a los valores registrados un año atrás
(Gráfico 10.A).
34 Este indicador relaciona la población desempleada con la
fuerza de trabajo. La población desempleada está compuesta por la fuerza de
trabajo que no tenía empleo en la semana de referencia, aunque estaba
disponible para participar en la producción de bienes y servicios, y buscó
empleo. La fuerza de trabajo es el conjunto de personas de 15 años o más que
durante el período de referencia participó en la producción de bienes y
servicios o estaba dispuesta a hacerlo; está conformada por la población
ocupada y la desocupada.
La disminución
en el desempleo está influida tanto por el mayor nivel de actividad económica
como por una participación laboral que mantiene un comportamiento a la baja
(Gráfico 10.B), principalmente como resultado de factores demográficos
asociados con la salida de trabajadores del mercado por alcanzar una edad
avanzada, así como otros de índole estructural (por ejemplo, la limitación en
la participación de las mujeres debido al recargo del cuido de niños y adultos
mayores) que impiden la plena inserción de ciertos grupos de personas35.
En particular, en agosto la tasa neta de participación se ubicó en 55,8% (60,2%
un año atrás).
35 Un análisis más amplio sobre la evolución reciente de la
participación, la ocupación y el desempleo se encuentra disponible en el
recuadro 1 del Informe de Política Monetaria de julio de 2023

En contraste, la tasa de
ocupación continúa en torno a 51%, inferior al valor medio del año previo
(52,5%). Este estancamiento pone de manifiesto que el aumento del empleo formal
ha sido insuficiente para compensar la caída en el empleo informal. En agosto,
el nivel de este último fue 22,5 p.p., menor al registrado antes de la
pandemia, mientras que el empleo formal aumentó en más de 10 p.p. (Gráfico
10.C)36.
36 De acuerdo con el panel de la Encuesta
Continua de Empleo, del total de trabajadores que pasaron de estar ocupados a
ubicarse fuera de la fuerza de trabajo entre el primer y el segundo trimestre
del 2023, el 74,5% correspondió a ocupados informales.
Continúa
la recuperación de los ingresos reales, pero todavía siguen por debajo de los
niveles prepandémicos.
Desde la segunda
mitad del 2022 el crecimiento interanual de los ingresos reales de los hogares
se ha acelerado debido a la reducción en la tasa de inflación, aunque con diferencias
según sexo, nivel de calificación y sector institucional en el que laboran.
En términos
globales, el ingreso real promedio creció a agosto a una tasa interanual de
4,7%. En el caso de los trabajadores del sector privado y de calificación media
y baja, el aumento fue cercano a 9,0%, mientras que, para los trabajadores de
calificación alta, hombres y mujeres, el incremento fue de alrededor del 5,0%.
En contraste, el ingreso de los trabajadores del sector público ha caído desde
el 2022 (Gráfico 11.A).
El aumento de
los salarios no ha sido suficiente para que el salario promedio real alcance
los niveles registrados antes de la pandemia, aunque en promedio, los
trabajadores del sector privado alcanzaron dicho nivel a principios del 2023
(Gráfico 11.B).

Así, los
indicadores del mercado laboral han mejorado, desde varios puntos: las tasas de
desempleo y subempleo son menores, los salarios reales de algunos grupos han
crecido y el empleo formal aumentó, lo que significa que hay una mayor
proporción de trabajadores cuyas condiciones laborales son superiores en
relación con las que experimentaban bajo la informalidad; no obstante, la tasa
de ocupación se ha estancado y la tasa de participación continúa a la baja.
La menor
participación laboral podría implicar a futuro un mayor costo para atender una
demanda de trabajo al alza, dado el impulso de la economía en trimestres
recientes. Las mejores condiciones laborales, se manifiestan a su vez como
presiones al alza sobre los salarios del sector privado, lo que a su vez se
correlaciona con el cierre de la brecha del producto y que podría demandar
alguna acción de política monetaria.
Finalmente, es
importante mencionar que la tasa de desempleo acumula tres meses consecutivos en
valores cercanos a la estimación de la tasa natural de desempleo que, según
Garita y Sandoval (2023), se ubica entre 9,0% y 10,9%37.
37 Garita, J. y Sandoval, C. (2023). Indicadores
de holgura en el mercado laboral costarricense. Documento de trabajo N°
2-2023. Departamento de Investigación Económica. División Económica. Banco
Central de Costa Rica.
El mayor
nivel de actividad económica, la tendencia decreciente en la razón deuda
pública a PIB, la estabilidad del mercado cambiario, la reducción del desempleo
y de la inflación, incidieron positivamente en la confianza de los
consumidores, pero en las expectativas de los empresarios los resultados son
disímiles.
El Índice de
Confianza del Consumidor de la Universidad de Costa Rica presentó un repunte de
3,9 p.p. en el tercer trimestre de este año con respecto al previo, aunque aún
se encuentra en terreno pesimista (Gráfico 12). Por su parte, el Índice de
Confianza del Agente Económico38, calculado por el BCCR, mejoró en
3,4 p.p. y continuó denotando optimismo.
38 Los encuestados son académicos vinculados al
área económica, analistas financieros, consultores en temas económicos o
financieros y empresarios.
En el caso de
las expectativas de los empresarios, los indicadores muestran señales mixtas.
El Índice Global de
Expectativas Empresariales muestra optimismo, toda vez que aumentó 2,1 p.p. en
el cuarto trimestre del 2023, mientras que el Índice Empresarial de Confianza
publicado por la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones del Sector
Empresarial Privado (Uccaep), con información al segundo trimestre del año en
curso, pasó de un nivel optimista en el primer trimestre a uno ligeramente
pesimista (disminución de 0,3 p.p.).

En el
tercer trimestre del 2023 las transacciones de Costa Rica con el resto del
mundo fueron determinadas por la mejora en los términos de intercambio, el
incremento en el turismo receptivo y el alto crecimiento de las exportaciones
de las empresas adscritas al régimen de zona franca.
Las condiciones
anteriores llevaron a que en dicho lapso el déficit de la cuenta corriente de
la balanza de pagos (0,3% del PIB) disminuyera en 0,5 p.p. con respecto a igual
periodo del año previo (Cuadro 1). Las mayores exportaciones de servicios y la
reducción en el déficit de bienes permitieron reducir la brecha de la cuenta
corriente, a pesar del incremento en los egresos netos por la retribución a los
factores productivos39.
39 Principalmente por el rendimiento de la
inversión directa y los intereses de los préstamos externos y de la inversión
de cartera.
El comercio de bienes
y servicios generó un superávit equivalente a 1,2% del PIB (0,8% un año antes),
resultado de un incremento de las exportaciones (9,6%) más que proporcional al
de las importaciones (3,0%).
Las
exportaciones de bienes continuaron con un buen desempeño, aunque moderaron su
crecimiento en comparación con el año anterior. Al igual que en periodos
previos, el comportamiento fue diferenciado entre los distintos regímenes de
comercio. Las exportaciones de los regímenes especiales crecieron
interanualmente 18,1% y de ellas destacaron las ventas de implementos médicos
(válvulas cardiovasculares y catéteres).
En contraste,
las exportaciones del régimen definitivo disminuyeron 3,5%. Esto último
determinado por la caída en las ventas de bienes agroindustriales y manufacturados
(café, carne y productos de caucho); ese efecto fue compensado parcialmente por
el incremento en las ventas de productos agrícolas. El Recuadro 2 presenta
detalle sobre el comportamiento de las exportaciones del régimen definitivo en
el periodo 2012-2023.
Las
importaciones de bienes disminuyeron 0,3% en términos interanuales, debido a la
disminución en el valor de las compras externas de los regímenes especiales,
aunado al casi nulo crecimiento de las del régimen definitivo. Este resultado se
vincula con un efecto base asociado al incremento en los costos de transporte
en el año previo40.
40 La factura petrolera registró un aumento congruente con
la mayor cantidad de barriles importados (20,3%), dado que el precio de la
mezcla de hidrocarburos cayó 13,4%.

La cuenta de servicios
generó un superávit de 2,4% del PIB, como resultado del continuo incremento en
los ingresos por turismo y del resto de los servicios (en especial los de apoyo
empresarial y de informática e información). Con respecto a la cuenta de
viajes, es preciso destacar que, aunque la cantidad de llegadas de turistas fue
inferior al observado en el tercer trimestre del 2019 (previo a la pandemia),
el ingreso de divisas fue mayor.
Por último, los egresos
netos por la retribución a los factores productivos representaron 1,7% del PIB, fundamentalmente por la renta de la inversión
directa (reinversión de utilidades y repatriación de dividendos). Asimismo, los
intereses de la deuda pública externa crecieron en este mismo lapso, comportamiento
coherente con el mayor nivel de endeudamiento del país en un contexto de tasas
de interés internacionales más altas.
En el
tercer trimestre del 2023 Costa Rica recibió financiamiento externo equivalente
a 0,5% del PIB, inferior al registrado en el mismo período del año anterior,
pero suficiente para financiar el déficit de la cuenta corriente y propiciar
una acumulación de activos de reserva de 0,2% del PIB.
El flujo de
inversión directa representó 0,9% del PIB y constituyó, como ha sido usual en
los últimos años, el componente más representativo del origen del
financiamiento externo al sector privado. Esta inversión fue canalizada
principalmente a la industria manufacturera, en particular a empresas de
implementos médicos. De estos flujos sobresalió la reinversión de utilidades41,
con una participación del 65,8%.
41 Cuya contraparte se contabiliza como un
débito en la retribución a los factores de producción pertenecientes a no
residentes (ingreso primario) de la cuenta corriente.
El sector público
recibió financiamiento externo neto por 0,1% del PIB, en contraste con el mayor
monto recibido un año antes (2,4% del PIB). Estos recursos provinieron en buena
medida del desembolso del crédito de apoyo a la balanza de pagos por parte del
Fondo Latinoamericano de Reservas al BCCR por USD 1.100 millones.
El acceso al
ahorro externo permitió financiar la brecha negativa conjunta de las cuentas
corriente y de capital, y acumular activos de reserva por USD 183,4
millones, con lo cual su saldo al término de setiembre fue de USD 11.335,6
millones (13,0% del PIB). En este contexto, el acervo de RIN representó 128,9%
del nivel mínimo adecuado según la metodología del FMI42. En
relación con otros indicadores de reservas internacionales, este monto equivale
a 6,9 meses de las importaciones de bienes del régimen definitivo y 2,4 veces
de la deuda externa total de corto plazo del país.
42 Méndez, Esteban. Indicador para el
seguimiento del saldo de reservas internacionales netas (RIN) para Costa Rica
(Nota Técnica N.º 02 | 2023).
Recuadro 2. Evolución de las exportaciones de bienes del
régimen definitivo
La creciente
inserción de la economía nacional en los mercados reales y financieros externos
en las últimas décadas ha propiciado un proceso de transformación de la
estructura productiva del país, entre ellas de la actividad exportadora de
bienes. Esto último manifiesto en una diversificación de los bienes exportados,
de sus mercados de destino, así como del aprovechamiento de las cadenas
globales de valor.
En el contexto
anterior, en el periodo 2012 a setiembre 2023 las ventas externas de bienes
crecieron a una tasa media anual de 7,1% y representaron 18,3% del PIB, aunque
con diferencias según régimen de comercio exterior43. Así, mientras
que en dicho lapso las exportaciones de bienes de los regímenes especiales
crecieron a una tasa media de 11,9%, las del régimen definitivo solo aumentaron
1,9%. Como resultado de este comportamiento, a partir del 2015 las ventas
externas de este último régimen comenzaron a perder importancia dentro del
total de exportaciones (Gráfico 2.1.A y 2.1.B) y también en términos del PIB44.
43 En Costa Rica existen 2 tipos de regímenes
de comercio exterior: a) el definitivo y b) los regímenes especiales,
conformados por el régimen de zonas francas y el de perfeccionamiento activo.
44 Entre el 2012 y el 2022, las ventas externas
del régimen definitivo como proporción del PIB pasaron de 11% a 9%.

La pérdida de importancia relativa de
las exportaciones del régimen definitivo se manifestó también en una reducción
de la cantidad de empresas que conforman este régimen, en especial de las que
exportan bienes manufacturados. Entre el 2012 y el 2022, el total de empresas
de este régimen pasó de 1.165 a 982 y cerca del 65% de esta caída correspondió
a firmas manufactureras. De igual modo, las ventas promedio de estas empresas
fueron inferiores a lo largo del periodo en comentario en comparación con las
de aquellas que exportan bienes agrícolas y agroindustriales45.
45 Según datos del Servicio Nacional de
Aduanas, en el 2012 la exportación promedio por empresa manufacturera fue de USD 3,6 millones, mientras que la de
las agrícolas y agroindustriales de USD
5,6 millones. En el 2022 esos valores fueron de USD 4,9 millones y USD 8,0
millones, respectivamente.
Varios factores explican el
comportamiento en años recientes de las ventas externas del régimen definitivo.
Uno de ellos fue la pandemia del COVID-19, que impactó particularmente a las
empresas manufactureras, cuyas ventas disminuyeron en USD 192 millones
entre el 2019 y el 2020 (por el contrario, en las empresas agrícolas y
agroindustriales aumentaron USD 66 millones). Si bien la cantidad de
empresas del régimen definitivo ha disminuido con respecto al 2019 (de 1.023 a
982), sus ventas empezaron a recuperarse a partir del 2021, lo que podría
denotar una mejora en la productividad de las empresas que persisten.
También, los
choques de oferta en productos agrícolas por condiciones climatológicas
adversas, restricciones de acceso a productos agropecuarios al mercado panameño
desde mediados del 2020 y las tensiones socio políticas en Nicaragua han
influido en los resultados del régimen definitivo. Los dos aspectos antes
mencionados (impacto de la pandemia sobre la manufactura y choques de oferta)
son de suma relevancia, dado que entre las principales exportaciones del
régimen definitivo destacan el banano, la piña, el café y una variedad de
productos manufacturados46.
46 En el periodo 2012-2022, los productos
agropecuarios representaron, en promedio, 43,7% de las exportaciones del
régimen definitivo (12,5% los agroindustriales y 43,8% los manufacturados) y
dentro de ese grupo, el banano y la piña tuvieron una participación relativa de
18,4% y 17,5%, respectivamente.
Adicionalmente,
en el nuevo escenario global, la estrategia de política comercial del país ha
facilitado actividades de fabricación y de servicios no tradicionales
intensivos en conocimiento, incluidos el diseño, la investigación y el
desarrollo, particularmente en los regímenes especiales de comercio exterior.
Estas acciones han propiciado que los flujos de inversión directa hayan sido
canalizados predominantemente a esos arreglos comerciales en comparación con el
régimen definitivo.
Entre el 2012 y
el 2022 las empresas exportadoras de bienes de la actividad manufacturera,
agrícola y agroindustrial que operan en el régimen definitivo sólo recibieron
el 25% de los flujos totales de ahorro externo bajo la modalidad de inversión
directa.
Esa condición
también ha propiciado la relocalización de empresas hacia los regímenes
especiales de comercio exterior y ha moderado las actividades del régimen
definitivo. Además, no se puede ignorar que existen incentivos fiscales para
reubicar una empresa del régimen definitivo en el régimen especial.
Esto ha
involucrado tanto a empresas que previamente estaban ubicadas en otros países
como a firmas que pertenecían al régimen definitivo y decidieron trasladarse.
En este último caso, la relocalización estaría motivada por los incentivos
fiscales vigentes en los regímenes especiales47, mientras que el
movimiento de las empresas foráneas está asociado a las medidas tomadas por el
Gobierno estadounidense para que algunas firmas de ese país que tienen
actividades productivas en China las trasladen a otras ubicaciones, esto como
parte de la guerra comercial entre dichas naciones.
47 Véase al respecto el recuadro 1 del Informe
de Política Monetaria de enero, 2023.
En vista de
algunas características de Costa Rica, por ejemplo, su cercanía a Estados
Unidos, los incentivos fiscales, el huso horario, la disponibilidad de mano
obra calificada relativamente más barata, el imperio de la ley y la estabilidad
de sus instituciones políticas han hecho a Costa Rica un beneficiario de este
proceso48.
48 El fenómeno de la relocalización de empresas
estadounidenses también ha ocurrido en otros países, como México. Véanse al
respecto los recuadros 1 y 2 del Informe Trimestral abril-junio del 2023 del
Banco de México.
Cabe señalar que
recientemente el Gobierno de Estados Unidos manifestó su disposición a
asociarse con Costa Rica, para explorar oportunidades para diversificar y hacer
crecer el "ecosistema" global de semiconductores, por medio de la
legislación denominada Chips and Science Act49. Esta medida
daría un impulso adicional a la actividad de las empresas del régimen especial.
49 El objetivo de esta legislación es promover
la investigación y producción local de bienes de alta tecnología, especialmente
en el ámbito de los semiconductores y salvaguardar la seguridad nacional, desde
la perspectiva de los Estados Unidos de América.
Consideraciones
finales
El régimen
definitivo tiene gran relevancia para el país, tanto por su aporte a la
producción como al empleo50, por lo cual es importante analizar los
factores que han incidido en su pérdida de peso relativo dentro de las
exportaciones. Particularmente, es preciso profundizar en las razones que
determinan la menor inversión directa en este régimen y en el impacto de la
relocalización de actividades de empresas extranjeras hacia Costa Rica.
50 Con respecto al empleo, según cifras
disponibles al 2021, alrededor del 88% de los ocupados (1,8 millones) trabaja
en empresas del régimen definitivo, en tanto que el resto se desempeña en
empresas del régimen especial (cerca de 167 mil trabajadores). Cabe destacar
que, entre 2011 y 2021 el empleo en el régimen definitivo y especial creció a
una tasa media anual de 0,6% y 7,6%, en ese orden.
A
setiembre continúa la generación de superávit primario en el Gobierno Central,
lo que apoya el proceso hacia la sostenibilidad de las finanzas públicas.
A setiembre del
2023, el Gobierno Central generó un superávit primario de 1,7% del PIB y un
déficit financiero de 2,2% del PIB, desde 2,2% y 1,7% un año atrás, en el orden
respectivo (Gráfico 13.A).
Este deterioro
se explica, según su importancia por (Gráfico 13. B): a) el registro de
ingresos extraordinarios en el 2022, ante la aplicación de la Ley 9524 (0,4%
del PIB del 2022)51; b) la desaceleración de los ingresos
tributarios52 y; c) el ligero incremento en los gastos totales53.
51 Los ingresos no tributarios a setiembre del
2022 consideraron ¢197.005 millones por transferencias asociadas a la
aplicación de la Ley de Fortalecimiento del Control Presupuestario de los
Órganos Desconcentrados del Gobierno Central (Ley 9524) y del artículo 35 del
reglamento de dicha Ley. Excluido ese monto en el 2022, el ingreso total del
2023 habría crecido interanualmente 0,9%.
52 Los ingresos tributarios crecieron 2,9%
interanualmente (16,4% el año anterior) y representaron 10,1% del PIB (10,3% en
igual periodo 2022). La desaceleración se asocia, principalmente, a la caída en
la recaudación por concepto de aduanas, y al menor crecimiento en los componentes
de ingresos y utilidades y de valor agregado.
53 El aumento del gasto en términos del PIB fue
de 0,1 p.p. y fue determinado, especialmente, por las remuneraciones y
transferencias corrientes, que crecieron en ese orden 1,7% y 0,4% (tasa
interanual). Cabe indicar que el gasto en intereses se mantuvo en 3,9% del PIB.
Otro aspecto que incidió en
esa desmejora fue el impacto de la variación cambiaria sobre los ingresos y
egresos denominados en moneda extranjera. Se estima que a agosto del 2023 la
apreciación del colón tuvo un efecto negativo sobre el resultado financiero del
Gobierno Central equivalente a 0,2 p.p. del PIB54.
54 La apreciación del colón redujo 0,4 p.p. del PIB los
ingresos totales (colonización de los impuestos aduaneros) y 0,2 p.p. los
gastos por intereses denominados en moneda extranjera. Por tanto, el efecto
neto sobre el resultado financiero fue negativo, y se estimó en ¢84.000
millones, equivalente a 0,2 p.p. del PIB (el resultado financiero fue más
deficitario).

Dada la evolución del déficit
financiero, el financiamiento requerido por el Gobierno Central en los primeros
nueve meses del 2023 fue inferior al de igual lapso del año previo. Ello
permitió que la deuda creciera a un ritmo menor que la producción nominal, por
lo que la razón de deuda a PIB se ubicó en 59,9% (3,1 p.p. menos con respecto a
diciembre pasado55). En este lapso el financiamiento provino de la
colocación neta de bonos de deuda interna (1,4% del PIB) y del sector externo
(0,8% del PIB).
55 En términos aritméticos la disminución de esta relación
fue determinada por el crecimiento de la producción nominal, toda vez que el
efecto de la apreciación del colón compensó el incremento en el saldo de deuda
en colones y en dólares.
Los buenos resultados
fiscales han quedado de manifiesto en:
a. La mejora en la confianza
de los ahorrantes sobre la capacidad del Gobierno para atender sus
obligaciones, que permitió la reducción en las tasas de interés asignadas
durante los primeros nueve meses del 2023, contrario a los incrementos anuales
observados durante el 2022. Ese ajuste a la baja se ubicó entre 252 y 327 p.b.
en colones y entre 41 y 121 p.b. en moneda extranjera (Gráfico 14.A).
b. La evolución del
indicador de bonos de mercados emergentes diversificado, cuyo valor pasó de 327
p.b. a finales del 2022 a 252 p.b. el 30 de octubre último, valor que además
está por debajo del indicador global y el de Latinoamérica (Gráfico 14.B).
c. La mejora en la
calificación de la deuda soberana. En octubre de este año Standard and Poor's
(S&P) elevó, por segunda vez en el año, la calificación crediticia soberana
para las categorías de largo plazo, en moneda local y extranjera, de B+ a BB-56.
56 En febrero y marzo del 2023 la calificación
de la deuda soberana fue mejorada, en ese orden, por S&P (de B a B+) y por
Fitch Ratings (de B a BB-).

1.3
Condiciones monetarias
El Banco
Central estima que el comportamiento de los agregados monetarios en el tercer
trimestre del 2023 no generará mayor inflación a futuro. Asimismo, a pesar de
un premio en colones en torno a cero, no hay evidencia de dolarización del
ahorro financiero57.
57 Según información del BCCR y de los
intermediarios financieros (preliminar) al 30 de setiembre del 2023. Las tasas
de crecimiento de los agregados monetarios y del crédito al sector privado
excluyen el efecto de la variación en el tipo de cambio.
En este lapso la
base monetaria aumentó 6,7% con respecto al cierre de junio, variación
determinada por la expansión monetaria resultante, principalmente, de la
disminución de los depósitos del Gobierno en colones y la compra neta de
dólares efectuada por el BCCR. Estos movimientos fueron parcialmente
compensados por la colocación neta de instrumentos de captación a plazo (bonos
de estabilización monetaria) y el aumento en los depósitos de los
intermediarios financieros en el Mercado Integrado de Liquidez (MIL).
El ahorro
financiero, aproximado por los agregados monetarios amplios, mostró al término
de setiembre tasas de variación coherentes con el crecimiento de la actividad económica
y la meta de inflación, por lo cual se estima que su comportamiento no generará
inflación a futuro por encima de la meta.
En efecto, la
liquidez total y la riqueza financiera crecieron a una tasa anual en torno a
6,5%, en promedio, en tanto que el medio circulante (M1) amplio se aceleró (de
0,1% en junio a 3,9% al término de setiembre) y señaló una mayor preferencia
(revelada) de los ahorrantes por depósitos altamente líquidos en colones, en
detrimento de los depósitos a plazo, cuyo crecimiento pasó de 14,5% en junio a
9,0% en setiembre. Este comportamiento es consecuente con el menor costo de
oportunidad de mantener instrumentos con bajo o nulo rendimiento, dada la
reducción de las tasas de interés pasivas en colones58 (Gráfico
15.A).
58 Las reducciones de la TPM (275 p.b. en los
primeros diez meses del presente año) se han transmitido de forma diferenciada
a las tasas de interés del sistema financiero, en el tanto la disminución ha
sido más marcada en las tasas pasivas.
Esa disminución
de las tasas de interés pasivas en colones, junto con la relativa estabilidad
en las tasas pasivas en dólares y el comportamiento de las expectativas de
variación en el tipo de cambio (según mercado), redujo el premio por ahorrar en
moneda nacional y lo ubicó en valores cercanos a cero (entre -56 y 68 p.b.) al
finalizar setiembre (Gráfico 15.B). A pesar de este comportamiento, no hay
evidencia de un aumento en la dolarización del ahorro financiero (Gráfico 15.C).

El mayor
dinamismo del crédito al sector privado en moneda extranjera es foco de atención.
Al finalizar el
tercer trimestre del 2023, el crédito al sector privado (CSP) creció a una tasa
anual de 6,1% (5,8% un año antes), con un impulso notorio de las operaciones en
moneda extranjera, cuya tasa ya supera el 10% (Gráfico 16.A). Este comportamiento
ubicó la participación relativa de la moneda extranjera en la cartera total en
32,5% al término del período en comentario, 1,3 y 0,4 p.p. por encima de lo
registrado un año atrás y en el trimestre previo (Gráfico 16.B).
Según las fuentes y usos de
recursos, el crédito en moneda nacional fue atendido mayoritariamente con
captación del público59, mientras que el denominado en moneda
extranjera se financió, principalmente, con la reducción en el saldo de activos
externos del sistema financiero.
59 Parte de las captaciones en colones se
usaron para la compra de títulos del Ministerio de Hacienda y del BCCR.
La mayor demanda de crédito
en dólares ha sido consecuente con el encarecimiento relativo del crédito en
colones. Al finalizar setiembre, la tasa activa promedio ponderada del sistema
financiero se ubicó en 12,5% en colones, 18 p.b. por encima de la registrada en
junio pasado, mientras que en dólares fue de 7,1%, inferior en 54 p.b. a la
observada al finalizar el segundo trimestre. Dado ese comportamiento y la
evolución de las expectativas de variación cambiaria (mercado), el costo de
endeudarse en colones aumentó 180 p.b. en el tercer trimestre del año en curso.

El aumento de la
participación del componente en moneda extranjera dentro del CSP puede aumentar
la exposición del sistema financiero al riesgo cambiario. Sin embargo, en el
presente año ha disminuido la proporción del crédito en moneda extranjera
otorgado a deudores con exposición cambiaria (de 61,3% en setiembre del año
pasado a 58,1% un año después)60.
60 Según el Reglamento sobre Administración
Integral de Riesgos (Acuerdo Sugef 2-10), a partir de enero del 2023 el
deudor de un crédito en moneda extranjera califica como "sin exposición a
riesgo cambiario" si dispone de una cobertura natural o financiera contra
ese riesgo, que debe cubrir al menos el 100% del servicio del crédito (la
operación en estudio más las operaciones expuestas a ese riesgo e incluidas en
los registros del Centro de Información Crediticia). La cobertura natural
ocurre cuando el deudor tiene un flujo regular de ingresos en la misma moneda
de la(s) operación(es), en tanto que la financiera es cuando se dispone de un
derivado financiero para cubrirla. La entidad financiera que otorga el crédito
debe verificar que esa condición prevalezca, al menos una vez cada 12 meses a
partir de la fecha de formalización del crédito y debe dejar constancia de esa
valoración en el expediente de crédito.
Según
actividades, el crédito continúa concentrado en consumo y vivienda (cerca del
62%61 en julio), lo que aumenta la exposición del sistema financiero
y limita el financiamiento a otras actividades.
61 En colones el crédito se concentró en las
actividades de consumo (42,3%) y vivienda (30,3%), mientras que en dólares se
concentró en vivienda (26,7%), servicios (22,5%) y comercio (13,7%).
Pese a lo
anterior, la morosidad del Sistema Bancario Nacional (SBN) es relativamente
estable: en agosto pasado el indicador de mora regulatoria de la cartera
crediticia (morosidad mayor a 90 días o en cobro judicial) se ubicó en 2,0%
(2,2% un año atrás) y el de la mora amplia, (que incluye la mora regulatoria,
los créditos liquidados y los bienes recuperados) fue 11,57% en julio del 2023
(11,84% en igual mes del 2022).
1.4
Inflación
Durante
el tercer trimestre del 2023 la economía costarricense, en su indicador de
inflación general, experimentó deflación (inflación negativa), mientras que la
inflación subyacente se mantuvo en valores positivos, aunque inferiores al
1,0%. Con ello ambos indicadores se ubicaron por debajo del límite inferior del
rango de tolerancia alrededor de la meta de inflación.
A finales de
setiembre, la inflación general, medida con la variación interanual del Índice
de Precios al Consumidor (IPC), se ubicó en -2,2%y el promedio de los indicadores
de inflación subyacente62 en un valor positivo (0,5%) (Gráfico
17.A), ambos por debajo del límite inferior del rango de tolerancia alrededor
de la meta establecida por el BCCR (3,0% ± 1 p.p.).
62 La inflación subyacente captura en mayor
medida el efecto de factores internos de demanda sobre las cuales tiene efecto
la política monetaria. Corresponde al promedio simple de la variación
interanual de los indicadores de
exclusión fija por volatilidad, exclusión fija de agrícolas y combustibles,
reponderación por volatilidad, reponderación por persistencia y media truncada.
El promedio
interanual de esos indicadores en el tercer trimestre fue de -2,6% y 0,6% en
ese orden, valores menores a los previstos en el IPM de julio pasado (-2,1% y
0,9% respectivamente).
Al igual que lo
observado en la mayor parte del segundo trimestre del año en curso, en el
tercero los precios de los servicios mostraron una variación interanual
positiva y los de los bienes disminuyeron. Particularmente, en setiembre el
subíndice de servicios creció 1,4% (interanual) mientras que el de bienes
disminuyó 5,1%, con lo cual su contribución a la inflación interanual de ese
mes fue de 0,6 p.p. y -2,8 p.p., respectivamente (Gráfico 17.B).

La pérdida de participación
relativa del gasto en bienes dentro del costo total de la canasta del IPC
refleja la moderación y posterior reducción en los aumentos de los precios de
los alimentos, que pasaron de un incremento promedio de 7,3% interanual en el
segundo trimestre del 2023 a -2,4% en el tercero63. Además, influyó
la caída promedio en términos interanuales de 28,6% en el precio de los
combustibles durante este último lapso, mayor a la observada en el trimestre
previo (24,7%). En setiembre los alimentos y combustibles presentaron
variaciones interanuales de -3,3% y -21,1%, en ese orden (Gráfico 17.C).
63 Los precios de los alimentos crecieron a una
tasa interanual promedio de 15,2% en el primer trimestre del 2023.
La disminución del precio de
los combustibles determinó en mayor medida la caída de 10,0% en la inflación
del componente regulado del IPC durante el tercer trimestre64
(reducción de 8,2% en el anterior), mientras que la deflación del componente no
regulado se asoció con la reducción del precio de los alimentos. En setiembre
ambos componentes presentaron tasas de variación interanual negativas (Gráfico
17.D).
64 De la reducción observada, los combustibles
contribuyeron con 8,6 p.p.
La
reducción de la inflación ha estado influida por la reversión de los choques de
oferta de origen externo, el carácter restrictivo de la política monetaria, así
como por la apreciación de la moneda local.
El proceso de
reducción de la inflación tan acentuado en el tercer trimestre del año en curso
fue previsto en los informes de abril y julio pasados65. Este
comportamiento ha estado influido por la reversión de los choques de oferta de
origen externo, dentro de los cuales destacan las reducciones del precio de
hidrocarburos, de otras materias primas (como los granos básicos), de los
costos de transporte, así como el restablecimiento de las cadenas globales de
suministros.
65 Páginas 67 del IPM de abril y 68 del IPM de julio.
En el ámbito
local, lo anterior se ha manifestado en un comportamiento descendente en el
índice de materias primas importadas desde agosto del año pasado (Gráfico 18).
En el tercer trimestre del año en curso dicho índice disminuyó, en promedio,
8,8%66; en particular, los precios de los granos básicos bajaron
16,6% en el trimestre en cuestión, mientras en el trimestre previo la caída fue
de 18,8%67, en tanto que el precio del crudo WTI registró tasas de
-9,9% y -31,8% en esos periodos. Por otra parte, el precio promedio del
transporte por contenedor disminuyó 87,1% entre setiembre del 2021 y setiembre del
presente año (el precio se redujo de USD 10.866 a USD 1.406).
66 Entre julio del 2022 y setiembre del presente año ese
índice disminuyó en promedio 12,4% (creció 30,5% en el primer semestre del
2022).
67 El Índice de precios de los alimentos de la FAO presentó
una caída interanual promedio de 11,4% en el tercer trimestre del 2023 (-20,5%
en el trimestre previo).

La reversión de choques de
oferta de origen externo también se evidencia en el Índice de Precios del
Productor de la Manufactura (IPP-MAN), indicador que se ha desacelerado desde
el segundo semestre del 202268 (Gráfico 19.A).
68 La desaceleración del IPP-MAN se manifestó con mayor
intensidad en su componente no alimenticio que en el alimenticio, con una
variación interanual en setiembre del 2023 de -8,8% y -1,7% en ese orden, desde
tasas de 18,0% y 17,1% en julio del 2022 respectivamente.
En el tercer trimestre del
2023 ese comportamiento se reforzó, con una variación interanual promedio de
-5,1% (-2,8% en el trimestre anterior), lo que sugiere una menor presión por
empuje de costos sobre los indicadores de inflación al consumidor final. Al
desagregar este indicador por tipo de bien, el subíndice de precios de bienes
de consumo final, que podría tener mayor impacto en el corto plazo sobre el
IPC, creció en setiembre a una tasa interanual de 0,6% (10,7% en diciembre del
2022).69 (Gráfico 19.B).
69 Sin embargo, su desaceleración es menor en comparación
con los precios de bienes intermedios y de capital, que registraron tasas
negativas (el primero desde marzo pasado y el segundo desde noviembre del
2022).

Factores del ámbito interno
también han contribuido a la reducción de la inflación, de los cuales destacan:
a) El carácter restrictivo de la política
monetaria, a pesar de la reducción en la TPM aplicada entre marzo y octubre del
presente año (275 puntos base).70
70 Entre diciembre del 2021 y octubre del 2022 la TPM
aumentó en 825 p.b., lo que propició una postura restrictiva de la política
monetaria desde noviembre de ese último año, lo cual contribuyó a moderar las
presiones de demanda agregada, lo cual facilitó la contención de los efectos
inflacionarios de segunda ronda.
b) El efecto base. El choque
inflacionario del 2022, debido al extraordinario incremento en el precio de las
materias primas entre el primer y tercer trimestres del 2022, elevó y mantuvo
alto el nivel del IPC en ese periodo. Dado lo anterior, las comparaciones
interanuales de este índice en el período comprendido entre febrero y agosto
del 2023 tomaron como referencia niveles del IPC inusualmente altos, lo que
tendió a magnificar la reducción de la inflación en el presente año.
c) La apreciación de la
moneda local, dado que reduce las presiones al alza en los precios de los
bienes, principalmente de los importados.
Prospectivamente, las
expectativas de inflación obtenidas de la encuesta del BCCR dirigida a
analistas financieros, consultores en economía, académicos y empresarios, y las
estimadas a partir de la negociación de títulos públicos en el mercado
financiero costarricense (expectativa de mercado) señalan la reducción de las
presiones inflacionarias.
En setiembre pasado, la
primera de estas mediciones ubicó la mediana de las expectativas de inflación a
12 y 24 meses en 2,7% y 3,0% respectivamente, mientras que las expectativas de
mercado registraron tasas de 2,2% y 2,6% para esos mismos plazos (Gráfico 20).
Es importante señalar que las expectativas de inflación de mercado a 3 y 5
años, con las cuales se evalúa el anclaje de esta variable, se han posicionado,
en promedio, en torno a la meta desde julio del 2022.

Por último, tal como se
señaló en el recuadro 2 del Informe de Política Monetaria de julio pasado
referido a la variación de precios por estrato de ingreso de los hogares71,
el comportamiento reciente de la inflación general se percibe de manera
diferente por los hogares debido a las diferencias en sus niveles de ingreso
(bajo, medio o alto) y a su correlación con los patrones de consumo. Así, la
inflación que experimentan los hogares difiere al tomar como referencia el IPC
o las estructuras de consumo específicas por estrato de ingreso de los hogares.
71 Informe de Política Monetaria julio del 2023, página 45.
En setiembre del 2023 las
variaciones interanuales de precios por estrato de ingreso bajo, medio y alto
fueron de -1,2%, -1,9% y -3,1% en ese orden (Gráfico 21.A), mientras que la variación
general del IPC en ese mismo mes fue de -2,2%. Eso significa que en dicho mes
los hogares de ingreso más alto experimentaron una deflación mayor en
comparación con los otros estratos de ingreso.
La menor inflación a partir
de setiembre del 2022 (deflación entre mayo y setiembre del 2023) de los
hogares de estrato de ingreso alto fue determinada, en mayor medida, por la
reducción en los precios de la división de transporte en la canasta de bienes y
servicios para ese estrato. Particularmente, de la deflación interanual de 3,1%
en setiembre pasado registrada para el estrato en cuestión, la división de
transporte aportó -3,2 p.p.72.
72 En la división de transporte destacan los
aportes negativos de combustibles (1,5 p.p.), automóviles nuevos (1,0 p.p.) y
boleto aéreo (0,6 p.p.).
Para los hogares de estrato
de ingreso bajo también se redujo la inflación (deflación en julio y setiembre
pasados) pero a un menor ritmo, razón por la cual estos hogares han enfrentado
una mayor pérdida de poder adquisitivo73 en relación con aquellos de
los estratos de ingreso alto y medio (Gráfico 21.B).
73 Una menor recuperación del poder adquisitivo
para los meses en que se registró deflación.
A setiembre del 2023, las
divisiones que determinaron en mayor medida la deflación interanual de 1,2% de
ese estrato fueron la de alimentos y bebidas no alcohólicas y de transporte con
aportes de 1,2 p.p. y 0,9 p.p. en ese orden, situación atenuada por los aportes
positivos de las divisiones de alquiler y servicios de la vivienda (0,4 p.p.) y
comidas fuera del hogar y servicio de alojamiento (0,2 p.p.), entre otras.

CAPÍTULO 2.
ACCIONES DE POLÍTICA DEL BCCR
En el
periodo comprendido entre agosto y octubre del 2023, el BCCR revisó en dos
ocasiones el nivel de la TPM; en la primera la mantuvo y en la segunda la
redujo en 25 p.b. Estas decisiones partieron del análisis del comportamiento
reciente de la inflación y de la trayectoria de los pronósticos de inflación y
de sus determinantes macroeconómicos, así como de la valoración de los riesgos
que condicionarían la proyección de inflación.
En el
presente año el sistema financiero nacional ha mostrado una condición holgada
de liquidez que ha ido en aumento, en buena medida debido al efecto expansivo
de la compra de divisas efectuada por el BCCR. Dicha compra se dio en un
contexto de mayor disponibilidad de divisas en el mercado cambiario, explicada
principalmente por operaciones del sector real, en particular, una mayor
liquidación neta de divisas del comercio exterior de bienes y servicios. Este
resultado ha sido congruente con la evolución de la actividad económica del
país, el notable desempeño de las exportaciones de bienes del régimen de zonas
francas y el repunte en el turismo receptivo.
2.1 Tasa
de política monetaria
En la
reunión de política monetaria de setiembre del 2023, la Junta Directiva del
BCCR dispuso mantener la TPM en 6,5%, mientras que en la de octubre la redujo
en 25 p.b.
El Banco Central
ejecuta su política monetaria sobre la base de un esquema de meta de inflación,
en el que utiliza la TPM como el principal instrumento para controlar la
inflación. Con cambios en el nivel de la TPM, por un lado, señaliza la postura
de su política y procura influir en el comportamiento de las expectativas de
inflación y, por otro, busca controlar las presiones de demanda agregada.
En los primeros
siete meses del presente año, la Junta Directiva redujo la TPM en cuatro
ocasiones, por un acumulado de 250 puntos básicos (p.b.): 50 p.b. en la reunión
de política monetaria del 15 de marzo, 100 p.b. en la reunión del 20 de abril y
50 p.b. en cada una de las siguientes (14 de junio y del 26 de julio). Estas
reducciones se sustentaron en un análisis del comportamiento de la inflación y
la evolución prevista para esta variable y sus determinantes, que llevó a la
Junta a considerar que existía espacio para propiciar una postura monetaria
menos restrictiva.
En la reunión de
política monetaria de setiembre, la Junta acordó realizar una pausa en el ciclo
de reducción de la TPM y la mantuvo en 6,5% anual74, pues, con base
en la valoración de la evolución reciente y esperada de la inflación; de los
riesgos identificados, que en esa oportunidad se inclinaron al alza75,
y del rezago con que actúa la política monetaria, estimó prudente dar el
espacio requerido para que el proceso de reducción de la TPM, iniciado en marzo
pasado, continuara su transmisión al resto de tasas de interés del sistema
financiero.
74 Artículo 6 del acta de la sesión
6142-2023.
75 La valoración de esos riesgos permite
inferir si su materialización ubicaría la inflación por arriba o por debajo de
su pronóstico.
Sin embargo, en
su reunión de política monetaria de octubre76, una vez valorado el
comportamiento reciente y esperado de la inflación y sus determinantes
macroeconómicos, de los riesgos y, del rezago con que actúa la política
monetaria, la Junta consideró que existía espacio para continuar con la
reducción gradual, ordenada y prudente de la TPM, en procura de avanzar, en la
medida que las circunstancias lo permitan, hacia una posición neutral. Dado lo
anterior, redujo la TPM en 25 p.b., para ubicar su nivel en 6,25%.
76 Artículo 8 del acta de la sesión
6148-2023.
2.2
Gestión de la liquidez de la economía
En el
tercer trimestre del 2023 el sistema financiero continuó con una condición
holgada de liquidez, que el BCCR esterilizó en el Mercado Integrado de Liquidez
(MIL).
El sistema
financiero continuó con un exceso de liquidez que ha ido en aumento a lo largo
del año (Gráfico 22.A). El BCCR gestiona las condiciones de liquidez mediante
operaciones en el MIL, mientras busca trasladar de manera gradual y ordenada
esos recursos hacia instrumentos del mercado de deuda77.
77 A mediano plazo la liquidez del sistema
financiero también está influida por las variaciones en la tasa de encaje.
A lo largo del
año se han dado movimientos expansivos asociados con la compra de divisas por
parte del BCCR (USD 2.900,8 millones, equivalente a ¢1.592.120 millones,
en lo que transcurre del año y USD 417 millones de agosto a octubre por
alrededor de ¢224.599 millones) y, recientemente, con el uso de depósitos del
Gobierno. Esta expansión monetaria ha sido gestionada mayoritariamente con
depósitos en el MIL (posición deudora neta del BCCR en este mercado), toda vez
que el saldo de BEM creció en ¢732.400 millones durante el año (¢452.757,1
millones entre el 1° de agosto y el 19 de octubre)78.
78 A partir del 17 de julio el BCCR comenzó a
colocar BEM a 3 y 6 meses, con el fin de mejorar la transmisión de la TPM y
facilitar referencias al mercado para la valoración de instrumentos
financieros, y desde el 28 de agosto realiza subastas semanales de estos
instrumentos.
Las tasas de
interés de las operaciones en el MIL en colones a un día plazo presentaron
brechas bajas en relación con la TPM, de 5 p.b. en el indicador que incluye las
operaciones en que el BCCR es contraparte y de 8 p.b. en el que excluye dichas
operaciones (Gráfico 22.B). A partir de la disminución de la TPM, que se dio el
27 de julio pasado, ha habido una mayor variabilidad en el indicador de tasas
de interés entre intermediarios, lo cual obedece principalmente a la
distribución de la liquidez entre los distintos grupos financieros
participantes en el MIL.
En lo que
respecta al encaje mínimo legal, durante el periodo en comentario el BCCR
mantuvo la tasa en 15%, tanto para las operaciones denominadas en colones como
en dólares.
Sin embargo,
acordó eliminar la exención de este requisito a las cooperativas de ahorro y
crédito supervisadas por la Sugef a partir de abril del 202479.
Adicionalmente, estableció que desde enero del 2024 la reserva de liquidez
deberá ser constituida en su totalidad en depósitos en el MIL a plazos de 28
días y más80.
79 Esta disposición fue tomada en el artículo 8
de la sesión 6121-2023, del 25 de mayo del 2023. La medida se aplicará a partir
de abril del 2024 con una gradualidad semestral del 1,5%, de forma tal que en
el periodo 2024-2028 estos entes deberán cumplir con el encaje y con la reserva
de liquidez (la tasa conjunta debe ser de 15%).
80 De acuerdo con lo dispuesto en el artículo
117 de la Ley 7558, las asociaciones solidaristas y las cooperativas de ahorro
y crédito que están exentas del encaje mínimo legal deben cumplir con una
reserva de liquidez en un porcentaje igual al que aplique para el encaje y en
las condiciones que defina la Junta Directiva del BCCR.

2.3.
Política cambiaria y participación del BCCR en el mercado cambiario
El
mercado cambiario mantiene una alta disponibilidad de dólares, lo cual le ha
permitido al BCCR cubrir los requerimientos del sector público no bancario y
fortalecer el blindaje financiero de la economía.
En lo
transcurrido del 2023 (al 27 de octubre), el superávit de las operaciones del
público con los intermediarios cambiarios fue de USD 6.119,4 millones
(Cuadro 2), muy superior al de igual lapso del 2022 (USD 2.817,2
millones). Este excedente es el resultado de una oferta promedio diaria de
divisas del orden de USD 119,7 millones y una demanda que se ha
mantenido en torno a USD 90,2 millones.
Este
comportamiento responde a una mayor liquidación neta de divisas asociadas a
operaciones del sector real de la economía, consecuente, entre otros, con la
recuperación de la industria de turismo receptivo, la evolución de las
exportaciones y la inversión directa.

En este contexto de alta
disponibilidad de divisas, el Banco Central ha participado en el mercado
cambiario como demandante neto81. Al 27 de octubre pasado había
realizado compras netas por USD 5.759,4 millones, de las cuales cerca
del 67% las realizó en el primer semestre.
81 De acuerdo con los artículos 87 y 89 de la LOBCCR, el
BCCR está facultado a participar en este mercado con tres propósitos: i)
atender sus requerimientos, ii) gestionar las divisas del SPNB y iiii)
acotar movimientos abruptos en el tipo
de cambio (estabilización).
Estas compras le permitieron
restituir el monto de RIN utilizado para cubrir los requerimientos del SPNB en
años anteriores al 2023 (USD 1.656,5 millones), satisfacer las
necesidades contemporáneas de dicho sector (USD 2.602,1 millones),
constituir un monto de USD 246,2 millones para futuras operaciones del
SPNB y cubrir operaciones propias por USD 1.254,5 millones. Cabe
recordar que las reservas internacionales constituyen un seguro que permite a
una economía amortiguar el impacto de eventuales choques adversos y, por tal
razón, contribuyen a mantener la estabilidad macroeconómica del país.
Al 27 de octubre pasado el
saldo de RIN ascendió a USD 11.380,9 millones, superior en USD 2.830,9
millones a su saldo de finales de 2022 y equivalente a 124,2% del indicador de
reservas adecuadas mínimas, calculado según la propuesta metodológica del FMI82.
82 En marzo del presente año la Junta Directiva del BCCR
acordó dar seguimiento a las RIN con base en este indicador y estableció que,
en el largo plazo, el saldo de las RIN debe ubicarse entre 100% y 150% del valor considerado como el mínimo adecuado.
En este contexto, el 27 de
octubre el tipo de cambio promedio ponderado de Monex fue de ¢535,25, lo que
llevó a una variación interanual de -13,9% (que se corresponde con una
apreciación interanual de 16,1%). Cabe señalar que en otros países
latinoamericanos también las monedas han tendido a apreciarse tal como se
aprecia en el Gráfico 23.

Recuadro 3. Patrones de
regularidad del mercado cambiario costarricense
Las series de tiempo,
tales como las de variables económicas, pueden analizarse estadísticamente como
la combinación de los componentes de tendencia, ciclo, irregularidad y
estacionalidad83. En particular, las transacciones de compra y venta
de divisas que realiza el público con los intermediarios cambiarios84
en los cajeros físicos y en su infraestructura electrónica (cajeros automáticos
y banca por Internet), conocidas como operaciones cambiarias en
"ventanilla"85, muestran patrones de estacionalidad.
83 La tendencia caracteriza su comportamiento
de largo plazo; el componente cíclico muestra movimientos oscilatorios
alrededor de la tendencia con una duración media superior a un año. Por su
parte, el componente irregular captura oscilaciones erráticas, estadísticamente
denominadas "ruido blanco" y, finalmente, el estacional está referido
a variaciones periódicas y predecibles de la serie de tiempo en un periodo
inferior o igual a un año.
84 Entidades financieras supervisadas por la
Superintendencia General de Entidades Financieras, puestos de bolsa y empresas
que bajo la figura de casa de cambio autorice la Junta Directiva del BCCR para
realizar intermediación cambiaria.
85 También llamado mercado privado de cambios.
En el recuadro 2
del documento del Programa Macroeconómico 2017-201886, con
información del periodo comprendido entre enero del 2007 y diciembre del 2016,
se determinó que el mercado cambiario estaba caracterizado por una regularidad
en la que: a) el resultado neto positivo en el primer y cuarto trimestre de cada
año era mayor que en los otros trimestres, b) presentaba un alto superávit en
la proximidad de los días 15 de cada mes y c) era ascendente en el transcurso
de la semana.
86 https://www.bccr.fi.cr/publicaciones/DocPolticaMonetariaInflacin/PM_2017-2018.pdf.
En los últimos
años ha habido cambios significativos en la estructura productiva de la
economía costarricense (reflejados en un superávit en la cuenta de bienes y
servicios de la balanza de pagos a partir del 201687) y, además, en
el bienio 2020-2021 nuestro país enfrentó las consecuencias económicas de la
pandemia del COVID-19. Debido a ello, se consideró importante evaluar si
existen cambios en el comportamiento del mercado cambiario causados por dichos
eventos.
87 En el 2015, el resultado de esta cuenta
empezó a ser positivo, pero con un monto relativamente bajo.
El presente
recuadro muestra los resultados de la revisión de la regularidad del mercado
cambiario, así como una aproximación a los factores de estacionalidad mensual.
El ejercicio considera información de las operaciones cambiarias del público en
ventanilla del periodo enero 2007-agosto 2023, el cual se divide en dos
subperiodos: 2007-2015 y 2016-2023, separados de esa manera al tomar en
consideración la prevalencia de una balanza de bienes y servicios superavitaria
a partir del 2016. Adicionalmente, se analizaron por separado los bienios
2020-2021 y 2022-2023, con de fin de determinar el efecto de la pandemia y la
recuperación posterior a ese evento. La estimación de los factores de
estacionalidad mensual se realizó con el cociente de las compras y ventas de
divisas88; un valor unitario de dicho cociente es indicativo de un
mercado equilibrado.
88 Para los bienios 2020-2021 y 2022-2023 no es
posible calcular los coeficientes de estacionalidad, debido a la limitada la
cantidad de observaciones.
Resultados
mensuales
1. En cuanto
a la regularidad, los datos muestran que de febrero a agosto el superávit
promedio diario en el periodo 2016-2023 supera a sus respectivos valores del
lapso previo (Gráfico 3.1.A), lo cual es congruente con el comportamiento de la
cuenta de bienes y servicios antes comentada. Asimismo, en octubre, que
tradicionalmente es menos superavitario, esa condición fue más acentuada en los
últimos ocho años. Para el resto de los meses se observa un comportamiento
similar en los dos subperiodos.
En el bienio
2022-2023 se presenta un superávit mayor en febrero y marzo que en los demás
meses, mientras que el segundo semestre muestra una relativa estabilidad. En
ambos casos, el superávit de este período ocurre en niveles muy superiores a lo
histórico y al bienio 2020-2021, este último con los efectos económicos
consecuencia de las medidas aplicadas para contener la pandemia.

2. En cuanto a los
patrones de estacionalidad destacan los siguientes mensajes (Gráfico 3.1.B):
a. Para el periodo 2016
-2023 la estacionalidad del mercado es menos marcada que en el período
2007-2015. En el primero de ellos la desviación estándar es de 2,5 p.p. (3,6
p.p. en el lapso anterior).
b. Para el período más
reciente, febrero presenta un superávit mayor que el promedio anual, contrario
a lo estimado para el periodo previo (coeficiente de 1,02 contra 0,96, en el
orden respectivo).
c. En el cuatrimestre
abril-julio del periodo 2016-2023, la estacionalidad del superávit es cercana
al promedio anual, contrario a lo estimado para el periodo 2007-2015.
d. Para el cuatrimestre
setiembre-diciembre los patrones de estacionalidad se comportan de manera
similar entre ambos periodos, aunque los coeficientes son menores en el lapso
reciente, esta diferencia es particularmente acentuada en octubre.
Regularidad a lo interno
de cada mes
En general no se observan
cambios relevantes entre los periodos analizados. En ambos el superávit
promedio diario es creciente en el transcurso de las primeras dos semanas,
mientras que disminuye en la tercera semana y se mantiene en la siguiente. No
obstante, debe indicarse que en la primera quincena el superávit es mayor en el
periodo 2016-2023, no así para la segunda quincena cuando las magnitudes
promedio son similares en ambos periodos (Gráfico 3.2.A).
Finalmente, en lo que
respecta a la regularidad dentro de la semana, el cambio más visible es que, a
diferencia del período 2007-2015, que mostró un comportamiento creciente a lo
largo de la semana, el máximo en el período más reciente se alcanza el jueves
(Gráfico 3.2.B).

Consideraciones
finales
Tanto la
regularidad del mercado cambiario como la aproximación de los coeficientes de
estacionalidad señalan que el superávit del mercado privado de cambios presenta
una menor volatilidad a lo largo del año. Lo anterior es coherente con el
cambio estructural de la economía costarricense, cada vez más diversificada y
orientada al sector externo, en particular en industrias de servicios cuya
demanda externa es más uniforme durante el año. A lo interno del mes se percibe
una mayor disponibilidad neta de divisas en la primera quincena y, en particular,
los jueves.
CAPÍTULO
3. PROYECCIONES Y ACCIONES DE POLÍTICA
A
continuación, se presentan las proyecciones macroeconómicas para el periodo
2023-2024 y los riesgos que condicionan su cumplimiento.
Las perspectivas
de crecimiento económico mundial contemplan una desaceleración en 2023-2024 con
respecto al 2022. Adicionalmente, se espera que la inflación continúe a la
baja, influida por las políticas monetarias restrictivas y la disminución en
los precios internacionales de las materias primas, pero la convergencia a los
objetivos inflacionarios se daría hasta en el 2025, lo cual tiene implicaciones
sobre el nivel de tasas internacionales. Para la economía nacional, se revisa
al alza la proyección de crecimiento económico para el 2023 y el 2024, la
demanda externa es el principal determinante del resultado del primer año,
mientras que en el segundo influiría más la demanda interna. Por su parte, el
retorno de la inflación general al rango de tolerancia alrededor de la meta,
desde valores inferiores a ésta, sería un trimestre antes de lo estimado en el
IPM de julio. Asimismo, la evolución de los principales indicadores del sector
externo implicaría un menor déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos,
financiado en su totalidad por inversión directa.
En el
ámbito externo, persisten los riesgos asociados a la duración y magnitud de la
postura restrictiva de la política monetaria; además, se han acentuado los
conflictos geopolíticos.
A lo
interno, se mantiene el riesgo asociado al fenómeno El Niño, en tanto que el
relacionado con la resistencia de las expectativas de inflación a ubicarse
dentro del rango de tolerancia se disipó. Por otra parte, no se puede descartar
que las presiones en el mercado cambiario incrementen las expectativas de
variación cambiaria y se transmitan a las expectativas de inflación y, de esta
forma, incidan sobre la inflación.
3.1
Proyecciones para la economía internacional
Continúa
la recuperación de la economía mundial, pero a un ritmo lento e inferior al
promedio histórico.
En su informe
Perspectivas de la economía mundial, de octubre 2023, el FMI estimó un
crecimiento mundial de 3,0% en el 2023 y 2,9% en el 2024 (Gráfico 24). Esto
representa una revisión a la baja de 0,1 p.p. para este último año con respecto
al informe de julio (para el 2023 no hubo cambio) y una desaceleración en ambos
años en comparación con el 2022.
Las economías
avanzadas crecerían 1,5% en el presente año y 1,4% en el próximo. Si bien esas
tasas son similares a las consideradas en el informe de julio, contemplan un
cambio a lo interno de los países que lo componen: Estados Unidos mostraría un
mayor impulso (2,1% y 1,5% en el 2023 y 2024, respectivamente), mientras que la
zona del euro presentaría una marcada desaceleración, al pasar de 3,3% en el
2022 a 0,7% en el 2023 y 1,2% en el 2024.
Para las
economías emergentes se espera un crecimiento de 4,0% en ambos años. Esto
significa una revisión a la baja de 0,1 p.p. en el 2024, influida
principalmente por la crisis del sector inmobiliario y el deterioro de la
confianza en China. El crecimiento estimado para ese país se mantuvo en 5,2%
para el 2023, pero se ajustó a la baja (a 4,2%) para el 2024. En el caso de
América Latina y el Caribe, las estimaciones se ajustaron al alza, a 2,3% en
ambos años del bienio.
Según el FMI,
aunque algunos riesgos se han moderado, todavía se inclinan hacia un deterioro
de la situación económica mundial debido a que: a) la crisis del sector
inmobiliario en China podría intensificarse, b) la volatilidad de los precios
de las materias primas podría aumentar por los efectos del cambio climático y
los riesgos geopolíticos, c) la inflación general y la subyacente siguen
elevadas y, d) existe un menor espacio fiscal en algunos países, dado su alto
nivel de endeudamiento.
El crecimiento
económico de los principales socios comerciales de Costa Rica se ubicaría en
2,2% y 1,8% en el 2023 y 2024, respectivamente. Esas tasas significaron una
mejora de tres décimas y una décima en relación con lo previsto en julio pasado.

En setiembre, la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) también
estimó una desaceleración en el crecimiento mundial, de 3,5% en el 2022 a 3,0%
en el 2023 y 2,7% en el 2024, lo que implicó una revisión al alza de 0,3 p.p.
para el presente año y a la baja en 0,2 p.p. para el 2024. Al igual que el FMI,
la OCDE considera que los riesgos continúan sesgados a la baja debido a la
incertidumbre sobre la fortaleza y la velocidad de transmisión de la política
monetaria, la persistencia de la inflación y los efectos adversos de una
desaceleración mayor de lo esperado en China.
En lo que respecta a la
inflación mundial, el FMI prevé que disminuya desde 8,7% en el 2022 hasta 6,9%
en el 2023 y 5,8% en el 2024 (Gráfico 25.A), debido principalmente al
endurecimiento de la política monetaria y la disminución en el precio de las
materias primas; en ambos casos, las estimaciones se revisaron al alza. Además,
estima que la inflación subyacente disminuirá más gradualmente y que en la
mayoría de las economías la inflación retornará al objetivo de los bancos
centrales hasta en el 2025. Por regiones, el FMI proyecta para las economías
avanzadas inflaciones por debajo del 5% y por encima de 7% para las emergentes
en el bienio 2023-2024 (Gráficos 25.B y 25.C).

En términos generales, se prevé
un crecimiento económico mundial por debajo del promedio 2000-2019. Las fuerzas
que frenan la recuperación son:
a) Factores estructurales
generados por la pandemia, el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, así como
la fragmentación geoeconómica. Nótese que, al momento de estas proyecciones del
FMI, todavía no se había iniciado la crisis en el Medio Oriente por el
enfrentamiento armado entre el grupo de resistencia Hamás y el ejército
israelí.
b) Factores cíclicos asociados
con el endurecimiento de la política monetaria, el retiro de los estímulos
fiscales y los efectos que generan fenómenos asociados al cambio climático.
Para Costa Rica, un elemento
favorable es que Estados Unidos, nuestro principal socio comercial, crecerá en
el bienio 2023-2024 más de lo contemplado en el informe previo del FMI.
Adicionalmente, se prevé una mejora en los términos de intercambio con respecto
a lo previsto en julio pasado (Cuadro 3).

3.2
Proyecciones para la economía nacional
Se
revisa al alza la proyección de crecimiento económico para el 2023 y el 2024.
Aunque el crecimiento estimado presenta un mejor resultado de la demanda
interna en ambos años, se mantiene el dinamismo de la demanda externa, que
continúa como el principal motor de crecimiento en el 2023. En el 2024
influiría principalmente la demanda interna.
Para el bienio
2023-2024 se proyecta un crecimiento de 5,0% y 4,3%, lo que significa una
revisión al alza de 0,8 p.p. y 0,5 p.p. en el primer y segundo año, en ese
orden, con respecto al informe de julio pasado.
Los resultados
de esta revisión están determinados por decisiones de los agentes económicos
vinculados con la demanda interna, en especial el mayor crecimiento del consumo
privado, aunado a la inversión privada y a la menor caída prevista de la inversión
pública, esto último en el 2023. También, con respecto al informe anterior, se
proyecta una desacumulación de existencias en el 2023 debido a la aceleración
del gasto privado y una menor acumulación en el 2024.
La demanda
externa total crecería a un ritmo similar en ambos años, si se compara con lo
estimado en el informe de julio, comportamiento que combina las mayores ventas
de bienes al exterior, especialmente de empresas del régimen especial, con un
crecimiento moderado en servicios relacionados con el ingreso de turistas.
En el 2024 el
crecimiento estaría sustentado en la evolución de la demanda interna y, en
menor medida, en la externa, pues las exportaciones serían afectadas por la
desaceleración prevista en la actividad económica de los principales socios
comerciales.
Las proyecciones
contemplan un aumento del ingreso nacional disponible bruto en volumen de 4,7%
y 4,1% en el 2023 y 2024, en ese orden (4,0% y 3,7% en el IPM de julio),
determinado por el crecimiento de la producción y la ganancia en la relación de
los términos de intercambio, estimada en 3,1% y 1.0%89 para estos
años (ganancia de 2,3% y 0,1% en el informe pasado).
89 La ganancia en los términos de intercambio obedece
a la mejora en la relación de precios, tanto de bienes como de servicios,
debido a la desaceleración del precio internacional de las materias primas
con respecto al 2022. Además, ha
influido en dicha ganancia la reducción en el precio medio del servicio de
transporte de carga marítimo ya contemplado en el informe pasado.
Los principales
aspectos que explican la revisión al alza de la estimación del PIB en el bienio
en comentario, por componentes del gasto (Cuadro 4), son:
1. Consumo de
hogares. En ambos años la revisión del pronóstico responde al mayor ingreso
disponible bruto. Particularmente, la estimación para el 2023 se ajustó al alza
en 0,7 p.p. debido, en parte, a la recuperación de la confianza de los
consumidores y al impacto de la menor inflación sobre la capacidad adquisitiva
de los hogares.
Destaca en estas
proyecciones el aporte al crecimiento del consumo de servicios de suministro de
comida y bebidas, compra de vehículos, alquiler de vivienda, servicios de
salud, servicios de entretenimiento, enseñanza y productos alimenticios.
2. Consumo
del Gobierno. Se mantiene la proyección del gasto de consumo del Gobierno
en el 2023; sin embargo, en esta oportunidad se estima una caída en el gasto de
las entidades públicas dedicadas a las actividades de administración y
enseñanza pública, que sería compensada por un crecimiento en las compras de
bienes y servicios para la atención de la salud de la población. En el 2024,
según las estimaciones más recientes del Ministerio de Hacienda, el consumo del
Gobierno crecería ligeramente por encima de lo estimado en el informe pasado,
sin que esto signifique que se abandone la directriz vigente de contención en
el gasto público.
3. Formación
bruta de capital fijo. En ambos años se revisó al alza debido al mejor
desempeño previsto para la inversión en nuevas construcciones privadas, así
como de una menor caída en la inversión pública en el 2023 y un mayor
crecimiento en el 2024 en comparación a lo estimado en el IPM pasado90.
Asimismo, se estima un mayor crecimiento de la inversión en maquinaria y equipo
de origen importado para actividades de manufactura y servicios en ambos años.
90 Para el 2023, en este informe se revisó al
alza la inversión en nueva construcción privada de 9,0% en julio a 19,0%, tanto
por el segmento residencial (apartamentos y viviendas) como no residencial
(locales comerciales y
estacionamientos). Por su parte, la inversión pública en nuevas construcciones
caería 1,7%, menos de lo previsto en julio (-7,1%) debido al mayor avance del
Conavi en trabajos de mantenimiento de vías de comunicación terrestre, mayor
ejecución de proyectos municipales y el avance de la Ruta 32. Para el 2024 se
estima un crecimiento en la nueva construcción privada de 4,2% (3,2% en julio)
y un aumento de 1,7% en la inversión en infraestructura pública1,6% en el
informe pasado).
4. Demanda
externa. El crecimiento de esta variable en el bienio es similar al del
informe pasado, pero hay cambios en su conformación. Este resultado combina la
mayor demanda por productos de empresas del régimen especial, así como de
productos agropecuarios del régimen definitivo (banano, piña, raíces,
tubérculos y hortalizas)91, con la moderación del crecimiento en la
exportación de servicios relacionados con el ingreso de turistas en ambos años
(se mantiene el dinamismo de las exportaciones de servicios empresariales e
informáticos). En el 2024, si bien el crecimiento de la demanda externa de
bienes se modera con respecto al 2023, coherente con la evolución esperada para
los socios comerciales, se prevé una recuperación en la demanda de productos
manufacturados del régimen definitivo.
91 Esto por cuanto se mantiene la contracción
prevista para el 2023 de las exportaciones de productos manufacturados y
agroindustriales de este grupo de empresas (llantas, café, azúcar, carne).
5. Importaciones.
Se modera el crecimiento previsto para el 2023 de las importaciones, tanto de
bienes como de servicios. No obstante que las compras de bienes al exterior de
empresas del régimen definitivo se revisaron al alza (vehículos, productos
alimenticios, equipo de transporte y de telecomunicaciones), congruente con el
desempeño previsto para el consumo, la inversión, las menores compras de
empresas de régimen especial92 de insumos vinculados con la
industria alimenticia y bienes de capital incidirían en la moderación de las
importaciones de bienes. Por su parte, en el menor crecimiento de las
importaciones de servicios incidiría la importación de servicios empresariales
y de trasporte, ligeramente compensado por la mayor salida de costarricenses al
exterior.
92 Con respecto a la evolución prevista para
las compras de empresas del régimen especial, se debe considerar que en el
bienio 2021-2022 éstas aumentaron 20,8%, en promedio, lo que podría sugerir un
proceso de acumulación de inventarios durante ese período.
Por el
contrario, para el 2024 se revisa al alza el crecimiento tanto de las
importaciones de bienes como de servicios. En el caso de los bienes, el alza
estaría determinada por el efecto combinado de una mayor inversión en bienes de
capital por parte de empresas del área tecnológica y la evolución prevista para
el consumo y la actividad económica. Por su parte, en la revisión de las
importaciones de servicios influyó el aumento estimado para los servicios
profesionales y de apoyo empresarial, e información.

Por
actividad económica, la revisión al alza en el crecimiento del bienio se
relaciona con las actividades de servicios empresariales, construcción,
manufactura y agricultura, esta última en el 2023.
Según actividad
económica, la revisión al alza en el crecimiento económico responde a (Cuadro
5):
1. Servicios
empresariales. El ajuste al alza del crecimiento estimado para ambos años estaría
determinado por el incremento en los servicios en consultoría, profesionales y
de apoyo a empresas que brindan las empresas adscritas al régimen especial,
destinados principalmente al mercado externo, así como servicios de publicidad,
de arquitectura e ingeniería, jurídicos, de seguridad y de contabilidad de
empresas del régimen definitivo.
2.
Construcción. Se revisa al alza el crecimiento estimado para el 2023, por cuanto
el resultado del tercer trimestre de la construcción con destino privado en
este año fue superior al previsto, específicamente en el segmento residencial
para grupos de ingresos medios y altos, así como del no residencial (edificios,
locales comerciales y estacionamientos). Asimismo, la construcción con destino
público caería menos de lo considerado en el informe pasado por las razones
comentadas previamente en este informe. Para el 2024 se prevé un crecimiento
mayor al estimado en julio, aunque menor al del 2023, por la evolución positiva
en la construcción tanto con destino privado como público93.
93 Durante el 2024, se mantiene la previsión de
que la construcción con destino público retorne a tasas positivas, por el
impulso de la construcción en carreteras, caminos y puentes a cargo del
MOPT-Conavi, el avance del Programa de Integración Fronteriza (PIF) a cargo del
Ministerio de Comercio Exterior e inversiones de generación eléctrica en las
Plantas, Geotérmica Borinquen I, Eólica Tejona, Hidroeléctrica Garita Etapa 1 y
proyectos solares fotovoltaicos, ligeramente compensado por el
menor presupuesto para la construcción de centros de salud y obras de acueductos
y alcantarillados.
3.
Manufactura. En
ambos años se revisa al alza el pronóstico; para el 2023, debido al mejor
desempeño en la producción de empresas del régimen especial (especialmente de
implementos médicos), que atenuó la menor previsión para la actividad de las
empresas del régimen definitivo. Estas últimas fueron afectadas por una menor
demanda local de la producción de caucho y papel; y de productos alimenticios
(arroz, azúcar y panadería). Para el 2024 se espera que la actividad crezca, dada
la evolución prevista para las empresas de los regímenes especiales que suplen
al mercado externo, aunado a una leve mejora de las empresas del régimen
definitivo que producen para el mercado interno.
4.
Agropecuario. La revisión al alza del 2023 responde al mejor resultado previsto
en la producción de banano, raíces y tubérculos y piña94. Esto
debido a la estabilización de precios de banano y piña en el mercado
internacional, la reducción, aunque moderada, que persiste del precio de los
fertilizantes y las condiciones climáticas estables en la primera parte del año95.
Se mantiene la proyección para el 2024, que considera la demanda de productos
agrícolas con orientación al mercado externo y el impacto positivo, ya previsto
en el informe pasado, sobre la producción pecuaria debido a la estabilización
de los precios de sus insumos.
94 El crecimiento previsto para la actividad
agrícola en el 2023 estaría condicionado por: a) los cambios en los patrones
climáticos ocasionados por el fenómeno El Niño-Oscilación del Sur (ENOS) y b)
la afectación de plagas sobre las actividades agropecuarias (hormiga loca,
mosca de establo y el escarabajo picudo). Más información sobre el primer
aspecto se puede ver aquí.
95 En el cultivo de piña esa estabilidad
coincidió con el periodo anual de la floración natural y se tradujo en una
mejora en la productividad.
5. Hoteles y
restaurantes.
La revisión a la baja para el 2023 se asocia, por una parte, con la menor
demanda interna de los servicios de hoteles y, por otra, con el menor
incremento en el turismo receptor (de 12,4% contra 20,0% en el IPM de julio),
que incidiría en los servicios tanto de hoteles como restaurantes. Congruente
con la estimación de ingreso de turistas y la demanda interna por estos
servicios, para el 2024 se estima un crecimiento de dos dígitos, que significa
una aceleración con respecto al 2023.
6. Comercio. Se revisa al alza el
crecimiento para el 2023 debido al mejor desempeño en las actividades
agropecuaria, manufactura y construcción, dados los encadenamientos productivos
con dichas actividades a lo cual se suma el persistente dinamismo en la
comercialización de vehículos. El crecimiento del 2024 se desaceleraría con
respecto al 2023 acorde a la evolución prevista para la actividad económica.
7. Transporte. Esta actividad se ajusta
al alza en ambos años, debido al aumento de los servicios de transporte de
carga y actividades de apoyo al transporte (servicios de peaje, aeropuertos y
puertos), ligeramente compensado por el menor crecimiento en el flujo de turistas,
que influiría en las actividades de servicios de transporte terrestre de
personas por autobuses y taxis. Estos mismos aspectos, aunados a las
actividades de mensajería, explican el ajuste en el 2024.

El Gráfico 26 resume el crecimiento
estimado para el PIB en este informe para los años 2023 y 2024, tanto por
componentes del gasto como por actividad económica.

En el
bienio 2023-2024 el déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos
disminuiría como resultado del relativo alto crecimiento de las exportaciones
de bienes y servicios de las empresas amparadas a regímenes especiales y del
turismo receptivo, así como el efecto de una menor factura petrolera,
congruente con las previsiones de mejora en los términos internacionales de
intercambio.
En este lapso el
déficit de la cuenta corriente se ubicaría, en promedio, en 2,2% del PIB
(Gráfico 27), lo cual significa una reducción con respecto al 2022. Este
comportamiento se sustenta en una mejora en el superávit de bienes y servicios,
que alcanzaría 4,6% del PIB, como promedio anual (3,0% en 2022), cuyo efecto
sería parcialmente compensado por mayores egresos netos de la cuenta de ingreso
primario.
El déficit de la
cuenta de bienes alcanzaría niveles promedio con respecto al PIB de 5,9% (8,5%
en el 2022), mejora asociada al buen desempeño de las ventas externas y a la
moderación en las importaciones. Las exportaciones crecerían a una tasa
promedio interanual de 12,1%, lideradas por las ventas de las empresas adscritas
al régimen de zonas francas (18,4%), principalmente de productos
manufacturados, en especial instrumentos y suministros médicos y dentales.
Específicamente,
las exportaciones del régimen definitivo desacelerarían (de 4,1% en el 2022 a
1,9% como tasa media para el bienio). Dicha desaceleración se explica por la
contracción estimada en la venta de productos manufacturados (1,3% en
promedio), toda vez que las exportaciones agrícolas crecerían 6,3% en el bienio.
Las
importaciones totales crecerían en el bienio 8,8% como promedio anual (19,1% en
el 2022), dada la desaceleración tanto en el régimen definitivo como de los
regímenes especiales. Este comportamiento se debe, fundamentalmente, a la
disminución en los precios de las importaciones y la normalización en los
costos de transporte marítimo.

En cuanto a la
importación de hidrocarburos, se estima un valor medio de USD 2.424,1
millones en el bienio, que significaría una reducción interanual media de 0,6
p.p. del PIB. Este resultado combinaría una caída interanual del precio del
barril de la mezcla del producto terminado de 6,0% y un incremento interanual
medio en la cantidad importada de barriles de 4,2%.
El balance
positivo de la cuenta de servicios continuaría con tasas anuales de dos
dígitos, que llevarían a un superávit promedio anual de USD 9.702,6
millones (10,6% del PIB). En este resultado destacarían la cuenta de viajes, y
los servicios de apoyo empresarial, telecomunicaciones, información e
informática.
En lo que
respecta a la retribución a los factores de producción (cuenta de ingreso
primario) se prevé un incremento del déficit hasta alcanzar un monto promedio
anual de USD 6.806,0 millones (7,4% del PIB), asociado principalmente a:
i) mayor renta de la inversión directa debido al aumento en la rentabilidad de
estas empresas dado el crecimiento de sus exportaciones y, ii) el aumento en
los intereses de la deuda pública externa ante un mayor nivel de financiamiento
externo del país y las mayores tasas internacionales de interés previstas.
En el
2023 ingresaría al país ahorro externo neto por un monto equivalente a 6,7% del
PIB, lo que propiciaría que el saldo de los activos de reserva con respecto al
PIB ronde el 14,4%. En el 2024, pese a la disminución prevista de los flujos
financieros, este cociente se ubicaría en 13,8% y mantendría el nivel de
reservas internacionales dentro del rango adecuado según la metodología del FMI.
En el 2023, el
ingreso neto de recursos de la cuenta financiera rondaría los USD 5.837,0
millones, equivalente a 6,7% del PIB (6,1% en el 2022), mientras que el
siguiente año el acceso al ahorro externo disminuiría en 3,7 p.p. del PIB.
El
financiamiento externo al sector privado estaría determinado por los flujos de
inversión directa, con una participación media en el bienio de 4,4% del PIB
(5,3% en el 2022), principalmente de empresas dedicadas a la producción de
dispositivos médicos y de la industria electrónica de alta tecnología. Estas
estimaciones son congruentes con el buen desempeño previsto para las
exportaciones de las empresas amparadas a los regímenes especiales en el
período (Gráfico 28).

El sector
público recibiría flujos de ahorro externo cercano al 3,0% del PIB en promedio.
En el 2023 los recursos provendrían, principalmente, de dos colocaciones de
títulos valores en el exterior por un total de USD 3.000 millones96,
mientras que en el siguiente año estarían relacionados, en su mayoría, con los
desembolsos de créditos de apoyo presupuestario y vinculados a proyectos, por USD
3.167,8 millones.
96 De este monto ya fueron colocados USD 1500 millones.
Para el 2024 se
prevé una reducción en el financiamiento externo, principalmente por la mayor
adquisición de activos externos del sector privado (con excepción de la inversión
directa). A pesar de esto, dichos influjos serían suficientes para financiar el
déficit de la cuenta corriente y ubicar el saldo de los activos de reserva en
torno a 13,8% del PIB al finalizar el bienio y colocar el acervo de reservas
internacionales en un valor dentro del rango adecuado según la metodología del
FMI (129,2%).
En lo
que resta del 2023 y en el 2024 continuarán los esfuerzos del Gobierno Central
para generar superávits primarios, necesarios en el proceso de consolidación
fiscal.
Según las
estimaciones preliminares del Ministerio de Hacienda, los resultados primario y
financiero del Gobierno Central se ubicarían en 1,6% y -3,4% del PIB en el
2023, y en 1,9% y -3,0% en el 2024, en el orden respectivo (Gráfico 29.A).
Estas
estimaciones se sustentan en medidas de contención del gasto, como resultado
del cumplimiento de la regla fiscal, y en una recaudación tributaria coherente
con la evolución de la actividad económica y el avance en la gradualidad de las
disposiciones tributarias incluidas en la Ley de Fortalecimiento de las
Finanzas Públicas (Ley 9635).
En particular,
los ingresos tributarios crecerían a una tasa promedio anual de 6,1% en este
lapso, impulsados por los componentes de ingresos y utilidades y de valor
agregado; esas dos partidas representan el 74% de los ingresos tributarios.
Dado este comportamiento, la carga tributaria promedio se ubicaría en 13,8% del
PIB (14,1% en el bienio previo).

Los gastos
totales presentarían una tendencia a la baja, de modo que la relación del gasto
total al PIB pasaría de 18,7% en el 2023 a 18,5% un año después (20,0% en el
bienio previo).
Este
comportamiento supone la aplicación de la regla fiscal sobre el gasto total en
el tanto la razón de deuda a PIB ha superado el 60%97. En cuanto al
gasto primario, en términos del PIB este bajaría de 13,8% a 13,6% entre el 2023
y el 2024 y el gasto en intereses se mantendría en torno a 4,9% en ambos años98.
97 Para el 2024 el proyecto de ley de
presupuesto contempló una tasa máxima de crecimiento del gasto de 3,53%, en
acato a lo dispuesto en el artículo 15 del Capítulo II del Título IV de la Ley
9635.
98 La prevalencia de superávits primarios y la
estrategia de deuda aplicada por el Ministerio de Hacienda llevaría
inicialmente a una estabilización de la razón del gasto en intereses a PIB
(2023-2024), para continuar luego con una trayectoria descendente.
Dada la
continuidad de superávits primarios, las necesidades de financiamiento bajan y
se ubican en 9,0% del PIB en el 2023 y en 8,2% el siguiente año, ambas cifras
por debajo de lo previsto en el IPM de julio pasado.
De acuerdo con
los supuestos utilizados por el Ministerio de Hacienda, el financiamiento sería
cubierto mayoritariamente en el mercado local; no obstante, también se
dispondría de financiamiento externo, proveniente de la colocación de títulos
por USD 1.500 millones a finales del 2023 y USD 1.000 millones en
el 202499, así como desembolsos de créditos de apoyo presupuestario programados con organismos multilaterales y
bilaterales100 y créditos con el FMI101.
99 En el 2025 se podría realizar una colocación
adicional por USD 1.000
millones.
100 Alrededor de USD 65 millones en lo que resta del 2023 y USD 997 millones en el 2024.
101 Estas proyecciones suponen el cumplimiento
de los compromisos establecidos en el acuerdo con el FMI, en el Plan Nacional
de Desarrollo e Inversión Pública 2023-2026 y en la Ley de autorización para
emitir títulos valores en el mercado internacional (Ley 10.332).
Los superávits
primarios y los cambios en la estrategia de deuda pública generan un círculo
virtuoso, que permitiría que el valor nominal de la deuda crezca a un ritmo
menor que el de la producción102, por lo cual el Ministerio de
Hacienda supone que continuará la trayectoria decreciente de la razón de deuda
a PIB, hasta alcanzar 61,8% en el 2023, 60,4% en el 2024 y un valor por debajo
del 60% en el 2025 (Gráfico 29.B); esta trayectoria es similar a la contemplada
en el IPM de julio.
102 Para el trienio 2023-2025 el saldo de la
deuda se estima crecerá 3,6%, en promedio anual, en tanto que el PIB nominal lo
haría a una tasa media anual de 6,2%.
Consecuente
con lo indicado en el informe de julio pasado, se estima que el choque
desinflacionario tuvo su mayor impacto durante el tercer trimestre del presente
año y que tanto la inflación general como la subyacente retornarán al rango de
tolerancia alrededor de la meta durante el segundo trimestre del 2024.
Para el
horizonte de pronóstico relevante para la política monetaria, que comprende
desde el cuarto trimestre del 2023 hasta el tercero del 2025, los modelos de
proyección del BCCR indican que la inflación general se mantendrá por debajo
del límite inferior del rango de tolerancia alrededor de la meta hasta el
primer trimestre del 2024103. Estas proyecciones incorporan la
postura de política monetaria del BCCR con el objetivo de lograr que en el
mediano plazo la inflación converja a la meta definida por su Junta Directiva
(3 % ± 1 p.p.)104.
103 En el informe de julio pasado se estimó que
la inflación general ingresaría al rango en el tercer trimestre del 2024 y la
subyacente lo haría en el primer trimestre de ese mismo año.
104 Las trayectorias son generadas a partir del
modelo macroeconómico del BCCR, con información a octubre del 2023 de
proyecciones de precios internacionales de materias primas, tasas de interés,
crecimiento e inflación de los principales socios comerciales de Costa Rica,
entre otras, y toman en cuenta la respuesta de la TPM, modelada mediante una
regla tipo Taylor. El horizonte de 8 trimestres permite considerar los rezagos
con que opera la política monetaria.
La valoración de
riesgos sobre la proyección de inflación muestra que, en el corto plazo existe
una mayor probabilidad de que tanto la inflación general como la subyacente se
ubiquen en valores inferiores a 2,0%; no obstante, en el mediano plazo los
riesgos se encuentran inclinados al alza, principalmente por eventos asociados
con fenómenos climáticos, la reducción de oferta de algunas materias primas en
los mercados internacionales, así como los renovados riesgos geopolíticos,
factores que tendrían implicaciones directas e indirectas sobre los precios
locales.
La persistencia
y magnitud de choque desinflacionario incorporado en las proyecciones de
inflación del informe de julio pasado se manifestaron de acuerdo con lo
previsto. Por ello, la trayectoria proyectada en el presente ejercicio para la
inflación general y la subyacente en el corto plazo no difiere de forma
significativa de lo indicado en dicho informe.
Las expectativas
de inflación, uno de los determinantes macroeconómicos de la inflación,
tenderían a ubicarse en torno a 3,0%, lo que disminuye la probabilidad de que
se manifiesten efectos de segunda ronda. Por su parte, la brecha del producto,
otro de los determinantes, tendría un valor promedio cercano a cero en el
horizonte de proyección, es decir el nivel de actividad económica estaría
cercano a su potencial, por lo cual no se anticipan presiones inflacionarias
originadas en excesos de demanda.
Dado lo
anterior, la inflación subyacente pasaría de 1,1% en el cuarto trimestre del
2023 y 2,5 % como promedio para el 2024, hasta ubicarse en torno a 3,2 % en
promedio durante los primeros tres trimestres del 2025 (Gráfico 30.A).
Por su parte, la
inflación general se mantendría en valores negativos durante el cuarto
trimestre del presente año (-1,0%), aunque menos negativos que los observados
en el tercer trimestre. Se estima que este indicador repunte a 2,4% como
promedio para el 2024 y 3,1% en los primeros tres trimestres del 2025 (Gráfico
30.B).
Para todo el
horizonte de proyección (del cuarto trimestre del 2023 al tercer trimestre del
2025), en promedio la inflación subyacente y general alcanzarían 2,6% y 2,3%,
respectivamente. En ambos casos, las nuevas proyecciones fueron revisadas
ligeramente al alza con respecto a las presentadas en el informe anterior.

El
ahorro financiero y el crédito al sector privado aumentarían de acuerdo con el
crecimiento real previsto para la actividad económica y la meta de inflación.
Dada la meta de inflación,
así como el comportamiento previsto para las cuentas de producción, la liquidez
total crecería en torno a 7,5% anual en el bienio, lo que permitiría un
crecimiento anual del crédito al sector privado de 6,9% en el 2023 y 6,6% en el
2024, tasas ligeramente superiores a las previstas en el informe de julio. Esta
revisión al alza considera, además, la postura menos restrictiva de la política
monetaria.
El aumento del
crédito sería impulsado en el 2023 por colocaciones tanto en moneda nacional
como extranjera y en el 2024 principalmente por el crédito otorgado en colones,
toda vez que se supone que se contiene el proceso de dolarización relativa del
crédito observado en los primeros nueve meses del presente año.
El Cuadro 6
presenta un resumen de las proyecciones de las principales variables
macroeconómicas incluidas en este informe.

3.3
Balance de riesgos del pronóstico macroeconómico
La revisión de
las proyecciones de las principales variables macroeconómicas para el bienio
2023-2024 incorpora la mejor información disponible a octubre del 2023. Sin
embargo, como es usual en toda proyección macroeconómica, existen factores de
riesgo asociados con la evolución del contexto externo y local que podrían
alterar el escenario macroeconómico central propuesto en este ejercicio.
En el
entorno externo, los riesgos en materia de inflación se inclinan al alza, en
tanto que los de actividad económica a la baja. La persistencia de la inflación
genera incertidumbre sobre la magnitud y duración de la política monetaria
restrictiva y su impacto en el crecimiento económico. Este comportamiento se
acentuaría por posibles alzas en los precios de materias primas asociadas con
la intensificación de los conflictos geopolíticos y por el impacto de fenómenos
relacionados con el cambio climático, lo que causaría un impacto negativo
adicional en la actividad económica.
Una nueva fuente
de incertidumbre geopolítica surgió recientemente por las tensiones en el Medio
Oriente, debido al conflicto bélico entre Israel y el grupo Hamás (Infografía
1). Las consecuencias económicas todavía no son claras, pero según la
subdirectora gerente del FMI105, si esta situación se torna en un
conflicto regional se prevén consecuencias económicas importantes debido, principalmente,
a su posible impacto sobre el precio del petróleo.
105 Entrevista a Gita Gopinath del FMI, 15 de
octubre del 2023.
Ese organismo
internacional estima que un aumento del 10% en el precio del petróleo llevaría
a una reducción en torno a 0,15 p.p. del PIB mundial y un incremento de 0,4
p.p. en la inflación global. En un contexto donde la inflación aún no ha sido
controlada, una reversión de la tendencia a la baja observada a nivel
internacional complicaría el retorno de dicha variable a las metas de los
bancos centrales.
A los
principales riesgos señalados se le suma una mayor fragmentación geoeconómica,
vinculada en mayor medida con la tensión entre los países del G7 y China, en
donde los primeros tratan de contrarrestar la creciente influencia de este
último en la economía mundial. Ello puede introducir riesgos a la baja para el
comercio global y problemas en las cadenas de suministro, ambos con efectos
inflacionarios y negativos sobre la producción. Aunado a lo anterior, una
desaceleración de la economía de China y las tensiones por el
sobreendeudamiento de las economías pueden tener efectos adversos en el
crecimiento económico.
En el contexto
anterior, un crecimiento de la economía mundial y, en especial, de nuestros
principales socios comerciales, menor al incorporado en las proyecciones de
este ejercicio, se manifestaría en una posible reducción de la demanda externa
del país que, de no ser compensada por la demanda interna, implicaría un
crecimiento económico local por debajo del proyectado. Esta situación llevaría
a valores negativos de la brecha del producto, con efectos a la baja sobre la
senda pronosticada de inflación.
No obstante, la
proyección de inflación también estaría influida por los precios de las
materias primas, en especial el petróleo y los alimentos, por lo que existe
incertidumbre sobre el efecto neto sobre inflación. Con independencia del
efecto final sobre la inflación, la incertidumbre tiende a desacelerar la
actividad económica.
Infografía 1

A lo
interno, destaca, al igual que en el informe previo, el riesgo asociado al
fenómeno El Niño.
Se continúa bajo
los efectos atípicos del fenómeno El Niño (fase cálida del fenómeno El Niño
Oscilación Sur (ENOS)) y se estima que en el trimestre de noviembre a enero del
2024 impacten con mayor intensidad a lo registrado en trimestres previos,
incluso que se prolonguen hasta abril del 2024106.
106 Boletín ENOS de setiembre del 2023,
Elaborado por el Instituto Meteorológico Nacional y el Ministerio de Ambiente y
Energía. Por otra parte, en junio pasado el Poder Ejecutivo declaró una alerta
verde (preventiva) por los
efectos que traerá consigo el fenómeno El Niño durante el segundo semestre del
2023 y los primeros meses del próximo año.
Las condiciones climáticas adversas afectarían negativamente el
crecimiento económico e incrementaría la inflación, en especial por su efecto
sobre los precios de los bienes de origen agrícola y del servicio de
electricidad107.
107 En León Murillo, Jorge "Efectos
Macroeconómicos de El Niño en Costa Rica" Departamento de Investigación
Económica. BCCR. Documento de Investigación N.002 de enero 2017, se estimó que
para el lapso 2018-2020 la influencia del ENOS podría haber agregado como
máximo 115, 79 y 50 puntos base a la inflación estimada para ese periodo, según
un escenario fuerte, promedio y débil, respectivamente.
En cuanto a las
expectativas de inflación, el riesgo comentado en informes previos de una lenta
convergencia al objetivo inflacionario se disipó. La velocidad a la que
convergieron al rango de tolerancia ha incidido para que la postura de política
monetaria sea menos restrictiva. Esto último podría llevar a incrementos en los
valores positivos de la brecha del producto y, eventualmente, la mayor presión
inflacionaria que ello provoca haría que la inflación se ubique por encima del
valor central proyectado.
Por último, no
se pueden descartar presiones en el mercado cambiario que incrementen las
expectativas de variación cambiaria, lo cual se transmitiría a las expectativas
de inflación. Este efecto podría reforzarse ante precios de las materias primas
superiores a los incorporados en este ejercicio.
3.4.
Acciones futuras de política monetaria
La Junta
Directiva del Banco Central reafirma su compromiso con la estabilidad de
precios, como condición necesaria, para la estabilidad macroeconómica y pilar
del crecimiento económico. Por ello mantiene la meta de inflación definida en
3%.
El BCCR hará los
ajustes requeridos en la TPM para que la inflación retorne a valores coherentes
con esa meta. Lo anterior basado en la valoración del comportamiento reciente y
la trayectoria de los pronósticos de la inflación y de sus determinantes
macroeconómicos (brecha del producto y expectativas de inflación) así como de
los riesgos asociados a la proyección de inflación.
También,
gestionará la liquidez del sistema financiero con el fin de reducir los excesos
monetarios para evitar que su persistencia genere presiones inflacionarias
adicionales.
Adicionalmente,
mantendrá la comunicación con el público para explicar la coyuntura económica y
los fundamentos de las decisiones de la política monetaria, cambiaria y del
sistema financiero, y así contribuir con un proceso informado de construcción
de expectativas, que facilite la convergencia de la inflación al objetivo
inflacionario definido por el BCCR.
En materia de
política cambiaria, acorde con lo dispuesto en su Ley Orgánica, el Banco
Central participará en el mercado cambiario con el fin de atender los
requerimientos propios y del sector público no bancario, así como para mitigar
fluctuaciones violentas en el tipo de cambio. Además, continuará con el
análisis de eventuales cambios operativos que procuren el mejor funcionamiento
de dicho mercado y con ello, contribuir al proceso ordenado de formación de
precios.