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BANCO CENTRAL DE COSTA RICA
JUNTA DIRECTIVA
La Junta Directiva del
Banco Central de Costa Rica, en el artículo 9 del acta de la sesión 6164-2024,
celebrada el 25 de enero del 2024,
dispuso en firme:
aprobar, ajustándolo con
base en los comentarios y observaciones realizadas, el Informe de Política
Monetaria a enero del 2024, cuyo texto se inserta más adelante, de conformidad
con lo establecido en el literal b, artículo 14, de la Ley Orgánica del
Banco Central de Costa Rica, Ley 7558:
INFORME DE POLÍTICA
MONETARIA -ENERO 2024-
El régimen de política
monetaria del BCCR
La política monetaria
comprende el conjunto de acciones que toma un banco central para influir sobre
la cantidad de dinero disponible en la economía (y sobre las tasas de interés),
con el fin de promover la estabilidad de los precios.
En el caso de Costa Rica,
las disposiciones en materia de política monetaria se rigen por lo establecido
en la Ley 7558, Ley Orgánica del Banco Central de Costa Rica. De acuerdo con su
artículo 2, el Banco Central orienta sus acciones de política monetaria al
logro de una inflación baja y estable como objetivo principal. En enero del
2018, el BCCR adoptó oficialmente el esquema de metas explícitas de inflación
para la conducción de su política monetaria1; sin embargo, desde
años antes implementaba, de hecho, este esquema monetario.
1 Un mayor detalle del marco de política monetaria
del BCCR se presenta en el capítulo 2 del Informe de Política Monetaria de
abril del 2020.
Dicho marco se caracteriza
por el anuncio público sobre el compromiso del banco central de alcanzar un
objetivo cuantitativo (por lo general con un rango de tolerancia alrededor de
la meta) para la tasa de inflación en un determinado horizonte de tiempo, y se
acompaña del reconocimiento de que el principal objetivo del banco central es
mantener la inflación baja y estable. Además, manifiesta la importancia de la
rendición de cuentas y la explicación de las motivaciones en la toma de
decisiones de la autoridad monetaria, para el proceso de formación de
expectativas inflacionarias.
De acuerdo con lo anterior,
la Junta Directiva del Banco Central de Costa Rica definió la meta explícita de
inflación en 3%, con un margen de tolerancia de ± 1 punto porcentual, en un
horizonte de 12 a 24 meses.
Esto significa que la
política monetaria del BCCR es prospectiva. Es decir, dado que las medidas de
política monetaria requieren tiempo para transmitirse hacia otras variables económicas
y tener el efecto esperado sobre la inflación, éstas se fundamentan en la evolución
proyectada de la inflación y de sus determinantes. El principal instrumento
para indicar el tono de la política monetaria es la Tasa de Política Monetaria
(TPM), la cual se revisa de conformidad con un calendario aprobado por la Junta
Directiva, que se hace de conocimiento público con antelación. Así, la TPM y la
política monetaria en general se ajustarán de forma tal que la inflación
proyectada en un horizonte de 12 a 24 meses se oriente a la meta de 3%.
Los análisis efectuados por
el BCCR para tomar sus decisiones de política monetaria son informados a la
sociedad por medio de comunicados y documentos analíticos. Entre ellos está el
Informe de Política Monetaria el cual se publica cuatro veces al año, al
término de enero, abril, julio y octubre. Este informe analiza la coyuntura
macroeconómica, detalla las acciones de política monetaria aplicadas por el
Banco Central y presenta las proyecciones de esta entidad para la inflación y
la producción.
Presentación
En nombre de la Junta
Directiva del Banco Central de Costa Rica, presento el Informe de Política
Monetaria (IPM) correspondiente a enero del 2024. Este documento hace explícita
la visión del Banco Central de Costa Rica (BCCR) sobre la coyuntura económica,
nacional e internacional, revisa las proyecciones para un conjunto de variables
macroeconómicas y detalla las acciones de política aplicadas y la orientación
de las que ejecutaría para cumplir con los objetivos establecidos en su Ley
Orgánica.
Desde el último IPM,
publicado en octubre del 2023, el panorama económico internacional se ha
tornado más riesgoso debido, principalmente, a la intensificación de los
conflictos geopolíticos.
En particular, los
problemas recientes en el mar Rojo, asociados al conflicto entre Hamás e Israel,
han generado un aumento en el precio mundial del transporte marítimo, que aviva
los temores de que se produzcan dificultades en las cadenas de suministro
similares a los que hubo durante la pandemia, e incentiven también un alza en
el precio de las materias primas, especialmente en el petróleo, todo lo cual
redundaría, en última instancia, en mayores presiones sobre la inflación
mundial.
Sin embargo, estos riesgos
inflacionarios no se han materializado y la economía global continúa con un
crecimiento moderado y una tendencia a la baja en la inflación, aunque la convergencia
al objetivo de los bancos centrales ha sido más lenta de lo inicialmente
previsto. De particular importancia para Costa Rica ha sido la caída en los
precios internacionales del petróleo, a pesar de las circunstancias
mencionadas, toda vez que ello ha significado una ganancia por los términos
internacionales de intercambio.
En este contexto de más
incertidumbre, pero también con aspectos favorables, la economía costarricense
ha mostrado resultados macroeconómicos que, en términos generales, se consideran
positivos.
Conforme a lo previsto en
el Informe de Política Monetaria de octubre del 2023, en el cuarto trimestre de
ese año la actividad económica moderó su ritmo de crecimiento en comparación con
el previo, pero se mantuvo robusto y, al término del año, el producto interno
bruto (PIB) en volumen registró una variación de 5,1%, superior a la del 2022
(4,6%).
La importancia de este
resultado es evidente cuando se compara con otros países, en especial con
nuestros principales socios comerciales, que crecieron en promedio 2,5% en el
2023, lo cual significa que el crecimiento de la economía costarricense duplicó
al de este conjunto de países. Más aún, el aumento de la actividad económica
del país superó al de la economía global (estimado en 3,1% por el Fondo
Monetario Internacional).
Este crecimiento del PIB se
dio en un contexto de descenso de la inflación, e incluso de deflación a partir
de junio del 2023, lo que constituye también una diferencia con lo observado en
otras naciones, donde la inflación ha sido más persistente.
Este hecho posibilitó que
el BCCR iniciara el 15 de marzo del 2023 un proceso gradual de reducción de su
tasa de interés de referencia. Así, entre esa fecha y el 19 de enero del 2024, disminuyó
la Tasa de Política Monetaria (TPM) en siete ocasiones, por un acumulado de 325
puntos base (p.b.).
Coherente con la evolución
de la producción, los indicadores del mercado laboral mostraron una tendencia a
la mejora, aunque el BCCR reconoce que los indicadores laborales también responden
a factores socioeconómicos y demográficos que inciden en que, juntamente con la
caída en las tasas de desempleo, subempleo e informalidad se presenten
disminuciones en las tasas de participación y ocupación.
También es destacable la
mejora en las operaciones con el sector externo, evidenciada en la reducción de
2,3 puntos porcentuales (p.p.) durante el 2023 en el déficit de la cuenta corriente
de la balanza de pagos con respecto al año previo, en lo cual influyó el
aumento antes mencionado en los términos internacionales de intercambio, así
como el buen desempeño del turismo receptivo y de las exportaciones de las
empresas adscritas al régimen de zona franca.
Precisamente, el dinamismo
de las exportaciones, junto con otros factores como la atracción de inversión
directa, influyeron en la disponibilidad de divisas que caracterizó al mercado cambiario
costarricense en el 2023 y continúa en el presente año.
Para el bienio 2024-2025,
el BCCR proyecta en este informe un crecimiento promedio de la actividad
económica de 4%, que sería impulsado, principalmente, por la demanda interna.
Asimismo, prevé que la
inflación general y la subyacente, ambos medidos en términos interanuales,
retornarían al rango de tolerancia alrededor de la meta en el cuarto trimestre
del 2024 y que el déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos aumentaría
en el bienio con respecto al 2023, pero se mantendría por debajo del promedio
de la década previa a la pandemia. Ello significa que se mantendría la
tendencia secular de reducción del desequilibrio en las transacciones con el
resto del mundo que por décadas ha mostrado la economía costarricense.
Debe tenerse presente que
las previsiones para las principales variables macroeconómicas incluidas en
este informe, que son afines con un buen desempeño de la economía nacional, están
sujetas a varios riesgos de naturaleza tanto interna como externa, y en la
actual coyuntura mundial, estos últimos se han ampliado.
Al igual que lo ha hecho
hasta el momento, el BCCR continuará con una política monetaria prudente,
basada en un análisis prospectivo de la inflación y de sus determinantes, así
como los riesgos cuya materialización podrían desviar a la inflación de su
trayectoria central.
Asimismo, participará en el
mercado de divisas para atender sus requerimientos y los del sector público no
bancario, así como para mitigar fluctuaciones violentas en el tipo de cambio, y
mantendrá sus esfuerzos por mejorar la comunicación con el público en general y
los mercados en particular, por medio, entre otros, de documentos como el que
se presenta en esta ocasión.
Róger Madrigal López

Resumen
I. Coyuntura económica
El entorno internacional
continúa con importantes desafíos para el desempeño de la economía mundial y,
por ende, para nuestro país. Los conflictos bélicos parecieran estar lejos de
llegar a una solución y más bien en algunos, como el enfrentamiento armado
entre Israel y el grupo Hamás, los riesgos de que se expanda y se transforme en
un conflicto regional han ido en aumento. A ello se suman hechos que generan
incertidumbre, como el elevado endeudamiento en muchos países y los resultados
de los procesos electorales que se realizarán este año en gran cantidad de
naciones.
Una de las preocupaciones
alrededor de estos eventos, en especial de los bélicos, es que puedan provocar
un incremento significativo en el precio de las materias primas, en especial el
petróleo, que frene o incluso revierta los avances logrados por los bancos
centrales en el control de la inflación.
No obstante, aunque el
precio de esa materia prima aumentó al inicio del conflicto entre Rusia y
Ucrania, posteriormente empezó a disminuir y el impacto del ataque en Israel
hasta el momento ha sido más limitado. Ello permitió que la inflación
continuara el proceso de desaceleración iniciado desde mediados del 2022,
aunque el ajuste ha sido más lento de lo previsto inicialmente.
Por otra parte, a pesar de
difícil entorno, la economía mundial ha mostrado fortaleza pues, si bien su
crecimiento se ha desacelerado, no entró en recesión, como se esperaba meses
atrás. Sin embargo, existen diferencias importantes entre los distintos países;
por ejemplo, en el cuarto trimestre del 2023 Estados Unidos creció a una tasa
anualizada de 3,3% (primera estimación), mientras que en ese mismo periodo la
variación interanual del PIB en la zona del euro fue de 0,1%.
El ajuste más lento de lo
esperado en la inflación mundial y la relativa fortaleza de la economía mundial
ha llevado a que los bancos centrales mantengan el tono restrictivo de la política
monetaria, aunque se prevé que las economías avanzadas iniciarán en el 2024 los
ajustes a la baja en sus tasas de interés de referencia, proceso que las
economías emergentes iniciaron desde el año pasado.
En Costa Rica, durante el
cuarto trimestre del 2023, al igual que en el previo, la inflación general
interanual fue negativa (deflación), aunque en tres de los últimos cuatro meses
de ese año la variación mensual fue positiva. Por otra parte, la inflación
subyacente interanual se mantuvo en valores positivos, aunque relativamente
bajos (inferiores al 1%). Ambos indicadores se ubicaron por debajo del límite
inferior del rango de tolerancia alrededor de la meta de inflación (3,0% ± 1
p.p.). Particularmente, en diciembre la variación interanual del Índice de
Precios al Consumidor (IPC) fue de -1,8% y la del promedio de los indicadores
de inflación subyacente de 0,2%.
La reducción de la inflación,
con valores negativos desde junio del 2023, ha estado determinada, en
mayormedida, por la reversión de los choques de oferta externos y la política monetaria
restrictiva.
Por otra parte, en el
cuarto trimestre del 2023 la actividad económica moderó su ritmo de crecimiento
en comparación con el previo, aunque se mantuvo robusto. En este lapso, el PIB en
volumen creció a una tasa interanual de 5,3% (0,1 p.p. menos que en el tercer
trimestre), con lo cual al término del año registró una variación de 5,1%,
superior a la del 2022 (4,6%).
Particularmente, en el
resultado del cuarto trimestre, destacan, por componentes del gasto, la aceleración
del consumo privado, el incremento en la inversión y la moderación en el crecimiento
de las exportaciones, mientras que, por actividad económica, sobresalen la recuperación
en la agricultura y la construcción, así como la aceleración en la manufactura.
Por tipo de régimen de
comercio, el mayor aporte a la aceleración de la actividad económica en el 2023
provino del régimen definitivo, lo cual es reflejo de la recuperación de las actividades
antes mencionadas, además del comercio.
En línea con la evolución
de la producción, los indicadores del mercado laboral continuaron mejorando, lo
cual se evidenció en menores tasas de desempleo y subempleo, el incremento en
la ocupación de algunos grupos de trabajadores y la recuperación de los
ingresos reales. Sin embargo, existen retos a mediano plazo asociados con los
factores estructurales que restringen la participación laboral, dado que
condicionan la capacidad de producción y de crecimiento de la economía.
A noviembre, las finanzas
públicas continuaron con un buen desempeño, que apoya el objetivo de procurar
su sostenibilidad a mediano plazo. Si bien a ese mes tanto el resultado financiero
como el primario mostraron un deterioro en relación con un año atrás, este
responde, principalmente, al registro de ingresos extraordinarios en el 2022
por la aplicación de la Ley 9524 y, en menor medida, al efecto neto negativo de
la apreciación de la moneda nacional y el crecimiento del gasto por intereses.
Los buenos resultados
fiscales se manifiestan en varios aspectos, entre ellos la disminución de la
razón deuda a PIB (1,5 p.p. con respecto a diciembre del año pasado) y la mayor
confianza de los ahorrantes sobre la capacidad del Gobierno para atender sus
obligaciones, que ha permitido una reducción en el costo marginal de la deuda y
una menor prima por riesgo país.
Las operaciones con el
sector externo también mejoraron en el 2023. En ese año, el déficit de la
cuenta corriente de la balanza de pagos ascendió a 1,4% del PIB (2,3 p.p. menos
que el año previo). Lo anterior como consecuencia del aumento en los términos
internacionales de intercambio, principalmente por la baja en los precios
externos de las materias primas, así como el buen desempeño del turismo
receptivo y de las exportaciones de las empresas adscritas al régimen de zona
franca. En este lapso, Costa Rica mantuvo el acceso al ahorro externo en
niveles suficientes para financiar la brecha en la cuenta corriente y fortalecer
el acervo de activos de reserva.
Por último, el crédito al
sector privado creció 6,7% en el 2023, con un mayor impulso de las operaciones
en moneda extranjera. Asimismo, el BCCR estima que el comportamiento de los
agregados monetarios en el cuarto trimestre del 2023 no generará mayor inflación
en el presente año ni en el próximo y, a pesar de que el premio en colones se mantiene
en torno a cero, no hay evidencia de dolarización del ahorro financiero.
II. Acciones de política
del BCCR
En el 2023 la Junta
Directiva del BCCR redujo la TPM en seis ocasiones, por un acumulado de 300
p.b.2. Estas reducciones se sustentaron en un análisis del comportamiento
de la inflación, de la evolución prevista para esta variable y sus determinantes,
así como la valoración de los riesgos existentes, con base en lo cual la Junta
consideró que existía espacio para propiciar una postura monetaria menos
restrictiva.
2 La reducción acumulada desde el 16 de marzo del
2023 al 19 de enero del 2024 es de 325 p.b.
Cabe señalar que en
setiembre del año pasado el proceso de reducción de la TPM se pausó con el
objetivo de dar el espacio requerido para que las reducciones aplicadas
previamente se transmitieran al resto de tasas de interés del sistema
financiero. Sin embargo, en las reuniones de política monetaria de octubre y
diciembre de ese año, así como en la de enero del actual año, se retomaron los
ajustes graduales a la baja en dicho indicador.
La Junta ha manifestado
reiteradamente que los cambios en la TPM han de ser graduales y prudentes, para
reaccionar en forma oportuna y en la dirección que corresponda, si las condiciones
macroeconómicas y la valoración de los riesgos así lo requieren. Además, ha externado
su voluntad de continuar la senda hacia la neutralidad de la política monetaria
en el mediano plazo, siempre y cuando las circunstancias lo permitan.
Las acciones de política
monetaria consideran también las condiciones de liquidez de corto plazo. Tanto
en el 2023 como en lo transcurrido del actual año, el sistema financiero
nacional mostró una condición holgada de liquidez que ha ido en aumento, en
buena medida debido a la expansión monetaria por la compra de dólares por parte
del BCCR.
Esta compra se dio en un
marco de mayor disponibilidad de divisas en el mercado cambiario, determinada
en buena medida por operaciones del sector real. Dicho resultado es congruente con
la evolución de la actividad económica, el notable desempeño de las
exportaciones de bienes del régimen de zonas francas, de algunas actividades
agrícolas (que se registran como parte del régimen definitivo) y el repunte en
el turismo receptivo, que también es parte de dicho régimen.
La alta disponibilidad de
divisas ha permitido al Banco Central participar en el mercado cambiario como
demandante neto y, con ello, atender los requerimientos del Sector Público no
Bancario (SPNB) y fortalecer su posición de reservas. Dado lo anterior, el
saldo de las reservas internacionales netas (RIN) se ubicó al 29 de enero del
año en curso en el equivalente a 140% del valor adecuado según la metodología
ARA3 del FMI.
3 ARA:
Assessing Reserve Adequacy.
También esa alta
disponibilidad de divisas se ha manifestado en una caída del tipo de cambio nominal,
pese a la activa participación del BCCR como demandante neto. Al 30 de enero
del 2024, el tipo de cambio promedio ponderado en Monex se ubicó en ¢ 517,06,
lo que significa una variación interanual de -6,8% y acumulada de -1,0% con
respecto al término del 2023.
III. Proyecciones y
acciones futuras de política monetaria
Los organismos financieros
internacionales estiman que en el 2024 y el 2025 la actividad económica mundial
tendría un crecimiento moderado (en torno a 2,8% en promedio), inferior al
nivel medio previo a la pandemia (3,8% en el 2000-2019). Asimismo, esperan que
la inflación se ubique en torno al objetivo de los bancos centrales hasta en el
2025, particularmente en el caso de las economías avanzadas. Por tal razón,
consideran que la política monetaria restrictiva deberá mantenerse en esos
países hasta que haya evidencia contundente de que la inflación está
controlada.
El comportamiento de la
actividad económica global estaría influido por la desaceleración en las
principales economías, el lento crecimiento del comercio internacional, los
conflictos geopolíticos y las condiciones financieras restrictivas, que
mantienen costos elevados de la deuda principalmente en las economías en vías
de desarrollo.
El precio del petróleo,
variable de importancia crítica para Costa Rica por su condición de importador,
seguiría una tendencia a la baja en el bienio, asociada al debilitamiento de su
demanda global y el aumento en la producción de crudo. Este hecho, unido a la
evolución prevista en el precio de las exportaciones de nuestro país, darían
lugar a una ganancia en los términos de intercambio en ambos años.
Para la economía nacional,
luego de crecer 5,1% en el 2023, el BCCR estima un crecimiento promedio de 4%
en el 2024-2025, que sería impulsado, principalmente, por la demanda interna,
en particular por la inversión y del consumo de hogares y de Gobierno. El ritmo
de crecimiento de la demanda externa se moderaría con respecto al 2023, debido
a la desaceleración prevista en la actividad económica de nuestros principales socios
comerciales.
El déficit de la cuenta
corriente de la balanza de pagos se ubicaría, en promedio, en 1,8% durante el
bienio, lo que significa un aumento de 0,4 puntos porcentuales (p.p.) con
respecto al 2023. Ello debido, principalmente, al incremento esperado en el
déficit de bienes y del ingreso primario. En ambos años el déficit sería más
que financiado con flujos externos de mediano y largo plazo, que permitirían
mantener el saldo de los activos de reserva dentro del rango que se considera
adecuado según la metodología del FMI antes indicada.
El ahorro financiero y el
crédito al sector privado aumentarían en correspondencia con el crecimiento
real de la actividad económica, la meta de inflación y el mayor grado de profundización
financiera que ha experimentado el país. En particular, el aumento del crédito sería
impulsado, mayormente, por colocaciones en moneda nacional, toda vez que se
supone que se contiene el proceso de dolarización relativa del crédito
observado en el año 2023.
Según las estimaciones
preliminares del Ministerio de Hacienda, las finanzas públicas continuarían en
la senda hacia la sostenibilidad, con resultados primarios positivos de 1,9% y
2,3% del PIB y déficits financieros de 3,1% y 2,4% del PIB en el 2024 y 2025, respectivamente.
De cumplirse estas proyecciones, la deuda del Gobierno Central con respecto al
PIB disminuiría, en comparación con el 2023, tanto en el 2024 como en el 2025, lo
cual ubicaría dicha relación en este último año por debajo de 60%.
Se estima que la inflación
general y la subyacente retornarán al rango de tolerancia alrededor de la meta
en el cuarto trimestre del 2024. La primera permanecería en valores negativos interanuales
durante el primer trimestre del año en curso, aunque con valores cada vez menos
negativos.
La revisión de las
proyecciones de las principales variables macroeconómicas presentada en este
informe incorpora la mejor información disponible al momento, pero está sujeta
a riesgos que, de materializarse, podrían desviar la inflación hacia arriba
(riesgos al alza) o hacia abajo (riesgos a la baja) con respecto al valor
central estimado en este informe.
De los riesgos al alza,
destacan la intensificación de los conflictos geopolíticos, en particular, en
el Oriente Medio, la fragmentación del comercio mundial y los efectos del
cambio climático. Por su parte, de los riesgos a la baja sobresalen un eventual
crecimiento de la economía mundial inferior a lo previsto y una deflación
interna más extendida de lo pronosticado en este ejercicio.
La Junta Directiva del BCCR
reitera su compromiso con la estabilidad de precios como condición necesaria
para la estabilidad macroeconómica y, congruente con ello, mantiene la meta de
inflación en 3%, con un rango de tolerancia de ± 1 p.p.
Al igual que lo ha hecho
hasta el momento, su política monetaria estará basada en un análisis prospectivo
de la inflación y de sus determinantes, así como los riesgos cuya
materialización podrían desviar a la inflación de su trayectoria central. Con
base en este análisis realizará los ajustes necesarios en la tasa de interés de
referencia, en procura de que la inflación se ubique en valores cercanos a la
meta en el horizonte de su programación macroeconómica. También con este
propósito, procurará reducir los excesos monetarios, con el fin de evitar que
su persistencia genere presiones inflacionarias, para lo cual gestionará
activamente la liquidez en el mercado de dinero.
En materia de política
cambiaria, el BCCR participará en el mercado de divisas para atender sus
requerimientos y los del SPNB, así como para mitigar fluctuaciones violentas en
el tipo de cambio. Además, continuará con el análisis de eventuales cambios
operativos que procuren el mejor funcionamiento de este mercado y contribuyan
al proceso de formación de precios.
Finalmente, consecuente con
los esfuerzos para mejorar su comunicación con el público en general y los
mercados en particular, proveerá información y explicará los elementos relevantes
de la coyuntura económica y los fundamentos de las decisiones de política monetaria,
cambiaria y del sistema financiero, con el fin de contribuir con un proceso informado
de construcción de expectativas que facilite la convergencia de la inflación al
objetivo inflacionario.
CAPÍTULO 1. COYUNTURA
ECONÓMICA.
Capítulo 1. Coyuntura
económica
Seguidamente se presentan
los principales hechos de la coyuntura macroeconómica externa y nacional que
determinan el contexto en el cual el Banco Central de Costa Rica aplica su
política monetaria.
En el entorno externo, la
inflación global mantiene el comportamiento a la baja iniciado a mediados del
2022, aunque el ajuste ha tomado más tiempo del inicialmente previsto. Asimismo,
la producción mundial crece a un ritmo modesto y desacelerado, pero se ha
mantenido más fuerte de lo que se esperaba meses atrás, cuando se preveía que entrara
en recesión.
En este contexto, la
mayoría de los bancos centrales de las economías avanzadas mantienen el tono
restrictivo de su política monetaria, en tanto que muchas economías emergentes,
particularmente latinoamericanas, han reducido sus tasas de interés de referencia.
Se prevé que las economías avanzadas también reduzcan a lo largo de 2024 esa
referencia, pero condicionado a evidencia clara de la consolidación del control
inflacionario.
En el ámbito local, la
actividad económica mantuvo un ritmo relativamente alto de crecimiento en el
cuarto trimestre del 2023, aunque más moderado que en el trimestre previo, y la
tasa de desempleo siguió a la baja, en un contexto de menor participación laboral.
Además, en términos interanuales continuó la reducción del déficit de cuenta
corriente de la balanza de pagos y las finanzas públicas presentaron resultados
primarios positivos, lo que apoya la gradual reducción de la relación de deuda
pública PIB en el mediano plazo.
Por su parte, el crédito al
sector privado muestra un crecimiento acorde con el dinamismo de la actividad
real y se estima que el comportamiento tendencial de los agregados monetarios
no generará presiones inflacionarias en el presente año, ni en el próximo.
Por último, durante el
cuarto trimestre del 2023, la inflación general interanual fue negativa
(deflación), aunque en tres de los últimos cuatro meses del año la variación mensual
fue positiva. Por su parte, la inflación subyacente interanual continuó en
valores positivos, aunque inferiores al 1,0%.
1.1 Economía internacional
La inflación mundial
continuó desacelerándose y, en algunos casos, ya se aproxima al objetivo de los
bancos centrales, aunque el ajuste ha sido más lento de lo previsto.
La inflación mundial
mantuvo en el último trimestre del 2023 la senda descendente iniciada desde
mediados del año previo (Gráficos 1.A y 1.B), debido a la moderación en los
precios de la energía y alimentos, la normalización de las cadenas globales de
suministro y la reducción de las presiones inflacionistas en los demás bienes y
servicios.
Así, en Estados Unidos, la
inflación general y subyacente, medida por el Índice de precios del gasto del
consumo personal (PCE, por sus siglas en inglés) fue en diciembre de 2,6% y 2,9%,
respectivamente (2,6% y 3,2% en noviembre)4. La inflación general en
la zona del euro fue de 2,9% en diciembre, mientras que su componente
subyacente alcanzó un 3,4% (2,4% y 3,6% en el mes previo).
4 El Sistema de la Reserva Federal utiliza como
referencia el PCE desde el 2000 (ver aquí las razones de dicha escogencia) para
establecer la meta de inflación, aunque también le da seguimiento a la
inflación general, medida con el Índice de precios al consumidor. La inflación
general se ubicó en 3,4% en diciembre (3,1% en noviembre).
En América Latina, en una
muestra de nueve países, la inflación general de diciembre se ubicó entre 2,9%
y 5,1%, con excepción de Colombia y Costa Rica. Del grupo aquí ilustrado, solo
en Brasil, Chile y Uruguay el indicador se ubicó dentro del intervalo de tolerancia
para la meta de inflación5.
5 El
rango en Brasil es de 3,25%±1,5 p.p.; en Chile, 3%±1,0 p.p. y en Uruguay el
rango de tolerancia para la inflación está entre 3% y 6%, y no tiene una meta
puntual.

Los efectos del cambio
climático en el funcionamiento del canal de Panamá, junto con las crecientes
tensiones políticas en Oriente Medio, introducen costos en las cadenas de suministro,
debido a que algunas compañías navieras han optado por rutas comerciales alternas,
lo cual ha aumentado el precio mundial del transporte marítimo de contenedores.
Así, este precio pasó de USD 1.365 el 31 de diciembre del 2023 a USD 3.094
el 23 de enero del presente año, lo que representa un incremento de 127%
(Gráfico 1.C)6. De prolongarse esta situación, se generarían nuevas
presiones inflacionarias.
6 Como
referencia se utiliza el Índice Global de Fletes en
Contenedores (FBX, por sus siglas en inglés), que pondera las doce principales
rutas marítimas de contenedores y cuyas tarifas varían según el recorrido. Por
ejemplo, la tarifa más alta hasta el momento corresponde a la ruta China/Este
de Asia al Mediterráneo (USD 6.772).
Sin embargo, ese precio está lejos a los máximos observados para el indicador
global durante el periodo pandémico (USD
11.109 en setiembre del 2021).
No obstante, todavía no se
han evidenciado esas presiones. Por ejemplo, el precio del barril del petróleo
ha tendido a la baja desde octubre del año pasado, luego de una breve reacción alcista
ante el conflicto entre Hamás e Israel, que exacerbó las tensiones políticas en
el Oriente Medio.
La cotización promedio del
barril de petróleo WTI al 23 de enero del actual año fue de USD 72,8, lo
que significó un aumento de 0,8% y una disminución de 15,2% con respecto a la
cotización promedio de diciembre (USD 72,3) y de octubre (USD 85,8)
del 2023, respectivamente (Gráfico 1.D).
Este comportamiento estuvo
influido por el menor temor de problemas de abastecimiento de crudo ante el
conflicto en Oriente Medio, el debilitamiento de la demanda global, en especial
la proveniente del China, expectativas de una política monetaria restrictiva
por más tiempo (principalmente en las economías avanzadas) y los recortes en
los precios por parte de Arabia Saudita.
El ajuste más lento de lo
esperado en la inflación mundial y la relativa fortaleza de la economía mundial
ha llevado a que los bancos centrales mantengan su postura restrictiva de
política monetaria.
El tono restrictivo de la
política monetaria se mantiene a nivel global, aunque se prevé que las
economías avanzadas iniciarán en el 2024 los ajustes a la baja en sus tasas de
interés de referencia (Gráfico 2.A).
En particular, el Comité
Federal de Mercado Abierto del Sistema de la Reserva Federal de Estados Unidos,
en su reunión del 12 y 13 de diciembre, dejó sin cambios el rango de la tasa de
interés de referencia en 5,25% y 5,50%, pero señaló la posibilidad de realizar
un giro en su postura en el 2024. Similarmente, el 14 de diciembre, el Banco
Central Europeo (BCE) y el Banco de Inglaterra mantuvieron su tasa de interés
de referencia en 4,50% y 5,25%, respectivamente. Sin embargo, ambos bancos
indicaron que la política monetaria restrictiva continuará durante más tiempo y
no habrá cambio hasta tener mayor certeza (datos) de una disminución sostenida
de la inflación7.
7 "¿Se acabó el gran
susto de la inflación? Las razones de un optimismo moderado". Banco Mundial. Diciembre 2023.
En la reunión del 25 de
enero recién pasado, el BCE decidió mantener sin cambio (4,5%) la tasa de
interés de referencia por tercera vez consecutiva. Además, indicó que las tasas
de interés están en niveles que, si se mantienen por más tiempo, contribuirán a
alcanzar el objetivo de inflación8
del 2%.
8 Decisiones de política monetaria, 25 de enero de
2024, Banco Central Europeo.
Las economías emergentes, particularmente
latinoamericanas, empezaron ese proceso de reducción gradual de la tasa de
interés en el 2023, comportamiento que algunas continuaron en enero del
presente año. Por ejemplo, en su última decisión de política monetaria
aplicaron reducciones Chile (75 p.b.), Brasil (50 p.b.) y Uruguay (25 p.b.) el
pasado mes de diciembre, y Perú y Costa Rica en enero del 2024 la redujeron 25 p.b.9 (Gráfico
2.B).
9 Costa Rica inició la
reducción el 16 de marzo del 2023, con un acumulado de 325 p.b. al 19 de enero
del 2024; Brasil el 2 de agosto del 2023 (-200 p.b.); Chile el 28 de julio del
2023 (-300 p.b.); Colombia el 19 de diciembre del 2023 (25 p.b.); Perú el 14 de
setiembre (125 p.b.) y Uruguay el 19 de abril del 2023 (250 p.b.). De la
muestra de países latinoamericanos utilizada, México es el único que ha
mantenido su tasa de referencia.
En China, la segunda
economía del mundo, la tasa de interés de referencia utilizada es la tasa preferencial
de préstamos a un año, la cual se ubicó el 30 de enero del presente año en
3,45%, mientras que, en India, economía de importancia sistémica, la TPM se
mantiene en 6,5% desde febrero del 2023 (Gráfico 2.B).

La desaceleración de la
actividad económica continuó en el tercer trimestre del 2023, aunque con
algunas excepciones.
Pese a esa desaceleración,
el crecimiento económico es mayor con respecto a lo previsto meses atrás,
cuando se estimaba que la actividad económica global entraría en recesión, debido
al tono restrictivo de la política monetaria de la mayoría de los bancos
centrales. Sin embargo, esto no se materializó y varias economías lograron
acelerar su crecimiento10.
Por ejemplo, Estados Unidos registró en el tercer trimestre del 2023 una tasa
de crecimiento anualizada de 4,9% (tercera estimación), considerablemente
superior al 2,1% (tercera estimación) del segundo11. Ello en respuesta a la
fortaleza del consumo privado y al desempeño del mercado laboral, que mantiene
bajas tasas de desempleo.
10
"Evolución económica, financiera y monetaria", Boletín
Económico del BCE, 8/2023.
11 En Estados Unidos, la tasa anualizada de
crecimiento del PIB en el cuarto trimestre del 2023 fue de 3,3% (primera
estimación). En el gráfico 3.A, para fines comparativos, los datos se incluyen
en términos interanuales. Conforme a ello, dicha variación en el cuarto
trimestre del 2023 fue de 3,1%.
En la zona del euro la
variación interanual del PIB en el tercer trimestre fue de cero12, mientras que, en general,
las economías latinoamericanas y China mostraron una desaceleración económica
(Gráfico 3.A).
12 En el cuarto trimestre del 2023, la variación interanual del PIB fue
de 0,1% (dato preliminar).


Los indicadores de
crecimiento económico de corto plazo dan señales mixtas. A modo de referencia,
el Índice de gerentes de compra13 mantuvo, para el mundo en forma
agregada, valores por arriba de 50 en diciembre (Gráfico 3.B), pero no así para
el subgrupo de economías avanzadas y, en particular, en la zona del euro, que
se ubicó en terreno de contracción por sétimo mes consecutivo.
13 Si el índice está por encima de 50
indica una expansión y por debajo de 50, contracción. El indicador global, para
economías avanzadas y emergentes pasó de 50,5, 49,6 y 52,0 en noviembre a 51,0,
49,8 y 53,1, en ese orden.
En Estados Unidos y China,
otros indicadores también muestran estabilidad y fortaleza. Para el primer
caso, el desempleo en diciembre fue de 3,7% (igual que el mes previo) y la confianza
de los consumidores, medida por la Universidad de Michigan, pasó de 69,7 puntos
en diciembre a 78,8 puntos en enero del presente año (Gráfico 4.A). En China,
la producción industrial creció 6,8% en diciembre (6,6% en noviembre), mientras
que, para igual período, las cifras de comercio exterior muestran una mejora en
relación con el valor negativo de dos dígitos en meses anteriores (Gráfico
4.B).

Desde el IPM de octubre
2023, la incertidumbre sobre la evolución de la economía global es alta.
La evolución de la economía
global y nacional se encuentra actualmente en un entorno de alta incertidumbre
debido a la intensificación de las tensiones geopolíticas, los problemas en las
cadenas globales de suministro (mar Rojo, canal de Panamá), los efectos del
cambio climático, la mayor fragmentación económica, la elevada deuda en muchas
economías y las elecciones en el 2024 en varios países, entre ellos Estados
Unidos, Rusia e India.
Algunos de estos riesgos
continúan desde el IPM de octubre pasado, como los conflictos bélicos, los
problemas en las cadenas de suministro y la incertidumbre que generan los procesos
electorales en varios países que tendrán lugar en el 2024. En esta sección se presentan
algunos indicadores de estos riesgos14.
14 Algunos de estos indicadores de riesgo se
mencionan en el discurso "Monetary Policy inTimes of Conflicts" de François
Villeroy de Galhau, gobernador del Banco de Francia.
Los riesgos de mayor
relevancia para los mercados y la economía mundial son los relacionados con la
geopolítica, sobre todo por las dos principales guerras en curso: una en Europa
(Ucrania-Rusia) desde el 24 de febrero del 2022 y otra en Oriente Medio (desde
el 7 de octubre del 2023), a las que se unen las tensiones en África
Occidental, en particular, en la región del Sahel15, y las vigentes entre China y
Taiwán.
15 Esta región ha sido afectada por una
crisis de golpes de Estado que inició en el 2020.
Como se mencionó en el
recuadro 3 del IPM de julio del 2022, para evaluar el impacto de este tipo de
sucesos sobre la macroeconomía es útil contar con un indicador que permita medir
este tipo de riesgo en el tiempo. Uno de los indicadores más utilizado en la
literatura económica es el Índice de riesgo geopolítico (GPR, por sus siglas en
inglés) desarrollado por Caldara e Iacoviello (2022), cuya medición se basa en
un algoritmo que calcula la proporción de artículos publicados en periódicos de
los Estados Unidos, el Reino Unido y Canadá que mencionan factores geopolíticos
adversos.
El GPR global aumentó en
torno al conflicto bélico entre Rusia y Ucrania (en febrero y marzo del 2022),
pero luego disminuyó, aunque sin alcanzar los niveles previos a dicho conflicto
(Gráfico 5.A). Más recientemente este índice volvió a aumentar por el ataque de
Hamás y se ha mantenido en niveles superiores a 150.
Una de las mayores
preocupaciones es que una eventual intensificación de los eventos geopolíticos
aumente el precio del petróleo. Específicamente, en el caso de los conflictos bélicos
entre Ucrania y Rusia, y en el Oriente Medio, se aprecia un mayor impacto en el
primero de estos eventos que en el segundo (Gráfico 5.B)16. Ello puede estar
relacionado con las siguientes consideraciones:
16 Sin embargo, si se consideran varios
eventos, la relación entre el indicador antes mencionado y los precios del
petróleo no es clara, tal como concluyó un estudio reciente del BCE. Ver:
Recuadro 2 "Geopolitical risk and oil prices", Boletín Económico del Banco
Central Europeo, 8/2023.
a) Rusia es una potencia en
la producción de petróleo (11% de la producción mundial), a diferencia de
Israel.
b) Los países de la zona
del euro y Estados Unidos impusieron muchas sanciones a Rusia, lo cual no ha
sucedido con Israel.
c) En el caso del conflicto
en Israel, los países que sí son potencias petroleras, como Irán, no han
participado directamente, lo cual ha evitado que haya repercusiones en el precio
del petróleo.
d) En el conflicto
Rusia-Ucrania ha influido también el recorte de la producción de la OPEP+.

Otro riesgo es el
incremento en el costo del transporte marítimo, que surge de las tensiones en
el mar Rojo y los problemas de sequía que afectan el tránsito por el Canal de
Panamá, lo que a su vez genera presiones inflacionarias, tal como se comentó en
la sección de inflación de la coyuntura internacional.
Adicionalmente, la elevada
deuda en muchos países es motivo de valoración permanente de los mercados,
sobre todo en un contexto de altas tasas de interés, que se prevé se mantengan en
ese estado por más tiempo. En particular, la proporción de deuda pública con
respecto al PIB de los países que conforman el G7, se encuentra en niveles
históricamente altos (Gráfico 6).
Como se mencionó en el IPM
de octubre del 2023, en el caso específico de Estados Unidos, el problema
radica, en parte, en el costo de su deuda y las recurrentes crisis en los
procesos políticos para aprobar nuevos límites de dicho endeudamiento17.
17 Además, algunos países han
reducido su tenencia de deuda estadounidense, entre ellos China y Japón.
A lo anterior se le
agregaría la elevada incertidumbre en torno los resultados de algunos procesos
electorales que tienen el potencial de modificar algunas tensiones políticas
con sus consecuentes efectos económicos18.
18 Como antecedente, en las
elecciones presidenciales de Estados Unidos del 2016, la incertidumbre sobre el
posible resultado generó una reducción en el precio de los bonos soberanos de
ese país y un aumento en el precio de algunas materias primas.

1.2 Economía local:
actividad económica, mercado laboral, balanza de pagos y finanzas públicas
En el cuarto trimestre del
2023 el ritmo de crecimiento de la actividad económica se moderó ligeramente
respecto al trimestre previo, aunque fue superior al de un año atrás.
El PIB en volumen mostró
una variación interanual de 5,3% en el cuarto trimestre del 2023, superior en
1,4 p.p. al valor registrado en igual periodo un año atrás, aunque inferior en
0,1 p.p. a la variación del trimestre previo. A pesar de esta leve moderación,
el crecimiento económico ha sido relativamente alto (Gráfico 7).
De igual forma, el consumo
privado se mantuvo al alza, resultado de la mejora en el ingreso disponible y
la confianza de los consumidores. Además, la inversión aumentó, principalmente
en la construcción.
Asimismo, las exportaciones
continuaron con un buen ritmo de crecimiento, impulsadas por las ventas de
bienes manufacturados y servicios empresariales de los regímenes especiales. Por
su parte, las importaciones aumentaron debido al incremento del turismo emisor,
así como a las mayores compras de bienes de consumo y de capital,
principalmente por parte del régimen definitivo.
Desde una perspectiva más
amplia, la recuperación del parque empresarial, todavía en proceso, así como el
aumento de la productividad que inició años antes de la pandemia, también han
contribuido al crecimiento observado en los últimos años en la actividad económica
(Recuadro 1).

Como resultado del
dinamismo de la actividad económica a lo largo del 2023, al término del año el
PIB registró una variación de 5,1%, superior a la del 2022.
El mayor crecimiento de los
socios comerciales del país con respecto a lo previsto inicialmente, tal como
se comentó antes, implicó un mayor dinamismo de la demanda de origen externo,
proceso que fue reforzado por la llegada de nuevas empresas al país para la producción
tanto de bienes manufacturados como de servicios, derivada del proceso de relocalización
geográfica.
De igual modo, la demanda
interna también mostró una mejora, impulsada por la recuperación del ingreso
disponible, lo cual incidió positivamente en el consumo de los hogares.
Asimismo, se registró un aumento en la inversión, principalmente de obras
privadas.
Todo esto, en un contexto
de mejora en las finanzas públicas y de reducción del riesgo país, que favorece
las decisiones de consumo e inversión de los agentes económicos.
Por componentes del gasto
(Gráfico 8), destaca la aceleración del consumo privado y el incremento en la
inversión y la moderación en el crecimiento de las exportaciones.
El gasto de consumo final
de los hogares19
aumentó como resultado de la mejora en el ingreso disponible real, la cual a su
vez se explica por: a) el incremento en los términos internacionales de
intercambio, b) la desaceleración de la inflación, c) la apreciación del colón,
d) la recuperación de los salarios principalmente en el sector privado y d) la aceleración
del crédito20,
principalmente en moneda extranjera.
19 Por tipo de bien y
servicio, destaca el mayor aporte al crecimiento del consumo de servicios de
comida, bebidas, alquiler de vivienda y servicios de salud, que se sumó al
consumo de vehículos.
20 En el 2023, los
préstamos para consumo crecieron en torno al 8% interanual (superior en 5 p.p.
con respecto al año anterior), aun cuando las tasas de interés fueron
superiores a las del 2022.
El desempeño de la
formación bruta de capital estuvo determinado, principalmente, por la recuperación
en la inversión en nuevas construcciones, tanto privadas como públicas. En particular,
destacó la obra en vivienda, naves industriales, locales comerciales, edificios
de apartamentos y las relacionadas con proyectos viales y eléctricos. Además,
aportó al acervo del capital de la economía el aumento en la importación de
maquinaria para el transporte (de mercancías y personas) y de equipo para
telecomunicaciones.
En contraste, la
desaceleración del consumo del Gobierno se vincula con el cumplimiento de la
regla de contención del gasto. Debido a ello, el gasto de las entidades
públicas dedicadas a las actividades de administración, enseñanza pública y
salud registró una caída en la contratación de nuevas plazas, que fue
compensada por el aumento en las compras de bienes y servicios para escuelas,
colegios públicos y para la atención de la salud de la población, en particular
de medicamentos y otros productos farmacéuticos por parte de la CCSS.

La moderación de las
exportaciones, a pesar de crecer a una tasa de dos dígitos, se relaciona con el
relativo menor dinamismo de las ventas de servicios, en particular los
profesionales e informáticos, toda vez que las ventas de bienes mantuvieron el
impulso del año previo.
En el comportamiento de la
demanda externa por bienes sobresalieron las ventas de las empresas del régimen
especial (implementos médicos), a lo que se sumó la recuperación en las ventas
de banano, piña y productos lácteos, y las mayores ventas de raíces, tubérculos
y hortalizas.
Congruente con el desempeño
de la demanda interna (consumo e inversión), el aumento de Congruente con el
desempeño de la demanda interna (consumo e inversión), el aumento de las
importaciones guarda relación con las mayores compras de vehículos, combustible,
productos alimenticios, equipo de transporte y de comunicaciones, además de materias
primas para la industria alimenticia, eléctrica y electrónica. El crecimiento
de las importaciones de servicios es resultado de la mayor salida de costarricenses
al exterior.
Por tipo de actividad
económica (Gráfico 9), destacan tanto la recuperación en la agricultura y la
construcción, como la aceleración en la manufactura.
La producción de la
actividad agrícola registró un incremento, en contraste con lo registrado un
año atrás, determinado por el buen desempeño de la producción de bienes orientados
al mercado externo (banano, piña, raíces, tubérculos y hortalizas) 21. También contribuyó
a este resultado la estabilización de los precios del banano y la piña en el mercado
internacional, la reducción en el precio de los fertilizantes y las condiciones
climáticas relativamente estables en la primera parte del año.
21 Por el contrario, la producción
de palma, otras frutas, caña de azúcar y ganado vacuno, se contrajeron debido a
la afectación por plagas y enfermedades.
Por su parte, la
construcción pasó de una contracción en el 2022 a un crecimiento de dos dígitos
en el 2023, comportamiento que se asocia con un entorno de precios más bajos y estables
de los materiales importados que se usan en esta actividad.
En particular, destacó la
construcción residencial (edificios de apartamentos y viviendas) y no
residencial (edificios, locales comerciales y estacionamientos). Asimismo, las
obras con destino público tuvieron una mejora (crecimiento de 1,1% que
contrasta con la caída de 11,1% en el 2022)22.
22 Esto debido a la mayor ejecución de
obras por parte del Consejo Nacional de Viabilidad (Circunvalación Norte
Uruca-Tibás, instalación de puentes metálicos, puentes sobre la Ruta Nacional
160, paso a desnivel La Galera y Ruta Nacional 1), así como proyectos
municipales (vías de comunicación) y de electricidad y telecomunicaciones (Instalación
de servicios residenciales, proyecto geotérmico Borinquen, mejoras en la red de
telecomunicaciones, proyecto de implementación de infraestructura y provisión
de servicios de voz e internet del Fondo Nacional de Telecomunicaciones).
Adicionalmente, hubo una mayor ejecución por parte del Programa de Integración
Fronteriza.
Por último, la aceleración
en la manufactura se relaciona con la actividad de las empresas del régimen
especial, particularmente de implementos médicos, junto con la mejora en la actividad
de las empresas del régimen definitivo. Este último influido por una mayor
demanda local de la producción de sustancias químicas y plástico, así como de algunos
productos alimenticios (pollo, frutas, legumbres, café y bebidas), que fue compensada
por una disminución en la producción de llantas, cemento, papel, hierro, acero y
otros productos alimenticios (azúcar, panadería y arroz).
La recuperación de los
flujos de turismo de no residentes favoreció a la actividad de hoteles y
restaurantes, lo cual, a su vez, se manifestó en la mayor tasa de crecimiento
en los servicios de comercio.
Como resultado de la
afluencia de turistas al país (incremento de 17,1% con respecto al 2022) y la
mayor demanda interna, la actividad de hoteles y restaurantes registró un
resultado positivo en términos de su producción, aunque se moderó con respecto
al año previo y aún no alcanzó los niveles registrados previo a la pandemia del
COVID-19.
De manera similar, los
servicios de transporte de carga y actividades de apoyo al transporte (servicios
de peajes, aeropuertos y puertos) se beneficiaron del aumento en la movilidad
de personas, del ingreso de turistas por vía aérea y de un mayor comercio
exterior.
Por su parte, la actividad
comercial presentó un ligero aumento con respeto al nivel del año previo,
influido por el desempeño observado en las actividades agropecuaria,
manufactura, construcción, y hoteles y restaurantes. Por tipo de bien,
destacaron las ventas de vehículos, combustibles, productos alimenticios,
materiales de construcción y de los productos eléctricos y electrónicos.
La mayor demanda externa
explicó el crecimiento de los servicios empresariales, mientras que las
innovaciones tecnológicas impulsaron a la actividad de información y comunicación.
Los servicios empresariales
mostraron una aceleración con respecto al año anterior, determinada por la
mayor demanda externa de las empresas del régimen especial. En el régimen
definitivo destacó una mayor demanda de servicios profesionales relacionados
con el turismo (agencias de viajes, alquiler de autos).
Finalmente, en el grupo del
resto de actividades destaca el incremento de 4,5% en la actividad de
información y comunicaciones, el cual se relaciona con una mayor demanda de
servicios, tanto externa como interna, acorde con el avance mundial de la
economía digital.


La aceleración de la
actividad económica en el 2023 estuvo determinada por la actividad del régimen
definitivo.
Por régimen de comercio,
conforme a lo indicado en informes previos, la aceleración del crecimiento del
PIB en el 2023 se identifica con el desempeño del régimen definitivo donde sobresale
la recuperación de actividades como la agricultura, la construcción y el
comercio, (Gráfico 10).

Recuadro 1. Recuadro 1. Demografía empresarial y productividad
en Costa Rica 2018-2022
Este recuadro presenta las
estadísticas demográficas empresariales de Costa Rica para el periodo
2018-2022. Dicha información permite analizar la dinámica de la economía formal
y examinar las disparidades en el nacimiento, mortalidad y sobrevivencia del
parque empresarial según las características de las empresas.
En este periodo, el
promedio anual de empresas formales activas23 fue de 58.587, de las cuales
más de la mitad estaban orientadas a los servicios, seguidas por las de
comercio y manufactura, estructura que se observa también en la contratación de
trabajadores (Cuadro 1.1.).
23 Las empresas activas son aquellas que
registran ventas mayores a cero y tienen al menos un trabajador contratado por año.
Se excluyen entidades públicas, empresas sin fines de lucro y las empresas sin
actividad económica identificable.

Al término del 2022, hubo
una reducción de 993 empresas formales con respecto al 2019, año previo a la
pandemia del COVID-19 pues, aunque en el 2021 la cantidad de empresas aumentó
en 987 empresas con respecto al 2020 (1,7% en términos interanuales), ese incremento
fue más que compensado por las caídas registradas en el 2020 (1.290 empresas con
respecto al 2019) y el 2022 (690 empresas con respecto al 2021)24.
24 El cambio en 2022 se deriva de un menor número de empresas nacientes
y un mayor número de empresas salientes.
Según la actividad
económica, la mayor caída en la cantidad de empresas activas entre el 2019 y el
2022 se registró en la construcción (7,9%), la manufactura (6,0%) y la
actividad agropecuaria (5,1%) en tanto que las menores contracciones se
observaron en comercio (2,0%) y servicios (0,03%).
Natalidad y mortalidad de
las empresas
Entre el 2018 y el 2022
nacieron en promedio 5.285 empresas formales por año, lo que significó una tasa
de natalidad25
del parque empresarial de 9,0% (Gráfico 1.1.A). De las empresas entrantes26,
57,2% pertenecen a servicios, 24,1% a comercio y 9,5% a construcción.
25 Tasa de natalidad: número de nacimientos como porcentaje de la
población de empresas activas.
26 Una empresa entrante en el año t es aquella empresa activa que se
observa por primera vez en t.
En los últimos años, se
identifica una tendencia a la baja en las tasas de natalidad del parque empresarial,
la cual se ubicó en 6,5% en el 2022 desde un 10,6% en el 201927.
27 Como referencia, la tasa de
natalidad promedio de los países de la Unión Europea se ubicó en 8,5% en el
2021 con un rango entre 3,1% y 20,2% (dato preliminar registrado por Eurostat,
código: bd_size).
Por actividad económica, la
construcción (16,8%), los servicios (9,3%) y el comercio (8,6%) registran en
promedio las tasas de natalidad más altas, mientras que la manufactura (6,1%) y
la actividad agropecuaria (5,5%) presentan las tasas más bajas.

Durante este mismo periodo
cerraron en promedio 5.963 empresas por año, lo que llevó a una tasa de mortalidad28
del parque empresarial de 10,2% (Gráfico 1.1.B). En particular, el 2020 fue el
año que registró la mayor cantidad de empresas salientes (7.002) con una tasa
de mortalidad de 12,1%. De las empresas salientes29, 52,8% pertenecían a
servicios, 24,5% a comercio y 10,7% a construcción. Por actividad económica, la
construcción registra las tasas de mortalidad más altas (aunque también tiene
tasas de natalidad mayores).
28 Tasa de mortalidad: número de muertes como porcentaje de la población
de empresas activas.
29 Una empresa saliente en el año t es aquella que estuvo activa en t-1,
pero no volvió a estar activa a partir del año t.
Sobrevivencia
El crecimiento económico
depende, entre otros factores, del dinamismo del sector privado, de la
evolución de la productividad y de la capacidad de las empresas entrantes y sobrevivientes
de generar nuevos empleos en la economía. En ese sentido, examinar el desempeño
de las empresas a partir de su nacimiento permite identificar si las empresas sobrevivientes
lograron crecer, especialmente durante y después de la pandemia.
El Gráfico 1.2.A presenta
la evolución de la tasa de sobrevivencia a 5 años con respecto al 2017, para
las empresas que iniciaron actividades en el 2017. En promedio, en el primer
año de vida las empresas entrantes tienen una sobrevivencia del 80,8%, la cual
cae a 58,6% en un horizonte de 3 años, que coincide con la llegada de la
pandemia, y a 50,3% en los 5 años que concluyen en el 2022. Como referencia,
Jiménez, Segura y Vega (2023)30,
a partir de mediciones que excluyen el año 2020, estiman una tasa de
sobrevivencia del parque empresarial costarricense a 5 años de 55%.
30 Jiménez, P. Segura, R y Vega, M.
(2023). Crecimiento de las ventas y sobrevivencia: retos del parque
empresarial. Ponencia preparada para el Informe Estado de la Nación 2023. San
José: PEN, Conare.
Al examinar la tasa de
sobrevivencia por actividad económica, se observan algunas diferencias en el
ciclo de vida empresarial. Por ejemplo, la probabilidad de mantener en operación
una empresa durante 5 años en la actividad de la construcción es apenas de
23,2%, tasa inferior en 27,1 p.p. a la del parque empresarial. Por otro lado,
las actividades agropecuaria y servicios registran tasas de sobrevivencia a 5
años de 54,5% y 54,0%, respectivamente. La sobrevivencia puede estar afectada
por cierres efectivos, así como fusiones o rupturas que darían origen al
registro de otras empresas.

El Gráfico 1.2.B muestra el
empleo generado por las empresas sobrevivientes como porcentaje del empleo que
se registra durante su primer año de vida. Luego de dos años, dichas empresas
casi duplican la cantidad de personas contratadas. Además, las empresas que
sobreviven 5 años muestran que por cada persona contratada en el primer año de
vida contratan en promedio 2,5 personas en el quinto año. Por lo tanto, las
sobrevivientes han crecido en términos de empleo.
También es importante
examinar la productividad tanto de las empresas sobrevivientes como del parque
empresarial. El Gráfico 1.3.A presenta las ventas promedio por trabajador para las
empresas nacidas en el 2017 y su evolución a lo largo de 5 años31. A pesar
de la pandemia, la tendencia ascendente revela una mejora en la productividad
de las empresas que lograron mantenerse activas durante estos 5 años. En cuanto
a la productividad total de los factores, Jiménez y Vega (2023)32
analizaron la evolución de la productividad del sector formal en Costa Rica
para el período 2005-2021 y concluyeron que la productividad total de los
factores ha mostrado una tendencia creciente desde el 2015, tal como se aprecia
en el Gráfico 1.3.B. Ambos indicadores
apuntan a que se ha dado un alza sostenida de la productividad de la economía
formal costarricense en los últimos años.
31 A las ventas totales se les aplica el deflactor implícito de precios
del PIB por actividad económica.
32 Jiménez, S. y Vega, M. Análisis de productividad en Costa Rica: un
enfoque microeconómico. Documento de Trabajo 2023-009: p. 1-36.

La entrada y salida de
empresas también inciden en la creación y destrucción de puestos formales de
trabajo. El Gráfico 1.4 muestra la cantidad de empleos generados durante el primer
año de vida de las empresas entrantes y la cantidad de empleos destruidos como resultado
del último año de actividad de las empresas salientes, expresado como
porcentaje del total de empleos. Antes del 2020, se observa que el porcentaje
de empleos generados era similar o mayor al porcentaje de empleos destruidos.
En el 2020, las empresas entrantes generaron un 1,6% del total de empleos y las
empresas salientes destruyeron un 2,7%. En particular, la salida de empresas de
servicio, comercio y construcción generaron la mayor pérdida de puestos de
trabajo durante ese periodo. Para el 2022, el porcentaje de empleos creados fue
de un 1,4% y el de destruidos de un 1,9%.

Consideraciones finales
1. El estudio de la
demografía empresarial de Costa Rica revela una reducción de 993 empresas
formales al término del 2022, con respecto al 2019 (previo a la pandemia). La
mayor caída en la cantidad de empresas se registró en la construcción, la manufactura
y la actividad agropecuaria.
2. No obstante, la cantidad
de empresas al cierre del 2022 fue mayor al número registrado al inicio de la
pandemia (2020), lo que denota que, aunque la recuperación del número de
empresas formales no ha sido lineal, el proceso continúa.
3. Las empresas
sobrevivientes (nacidas en el 2017) han crecido en términos de la generación de
nuevos puestos de trabajo y tienden a ser más productivas. El parque empresarial
también ha mostrado un alza sostenida de la productividad.
4. Sin embargo, se observa
una caída en las tasas de natalidad empresarial de los últimos años. En
general, la creación de nuevas empresas se asocia a la competitividad, el
crecimiento económico y la generación de nuevos puestos de trabajo.
5. La investigación futura
debería profundizar en las causas detrás de la reducción en la tasa de
natalidad empresarial y en las discrepancias en las tasas de sobrevivencia por
actividad económica. Temas como el impacto de la carga regulatoria sobre la sobrevivencia
de las empresas, los incentivos para la creación de nuevas empresas, y los
cambios requeridos para simplificar la regulación empresarial son complementarios
a los estudios de demografía empresarial.
Los indicadores del mercado
laboral continúan con mejoras en el empleo formal, los salarios reales, las
tasas de desempleo y subempleo, aunque decrece la participación laboral.
A noviembre, las tasas de
desempleo33
y de subempleo se ubicaron en 7,2% y 4,3%, respectivamente, lo que significó
una reducción de 4,4 p.p. y 5,8 p.p. con respecto a lo registrado un año atrás (Gráfico
11.A). Dichos valores son los mínimos desde setiembre del 2010, cuando se
empezó a dar seguimiento al mercado laboral por medio de la Encuesta Continua
de Empleo (ECE).
33 Este indicador relaciona
la población desempleada con la fuerza de trabajo. La población desempleada
está compuesta por la fuerza de trabajo que no tenía empleo en la semana de
referencia, aunque estaba disponible para participar en la producción de bienes
y servicios, y buscó empleo. La fuerza de trabajo es el conjunto de personas de
15 años o más que durante el período de referencia participó en la producción
de bienes y servicios o estaba dispuesta a hacerlo; está conformada por la
población ocupada y la desocupada.

El dinamismo de la
actividad económica ha permitido una recuperación del nivel de ocupación de los
trabajadores con edades entre 25 y 59 años, los cuales usualmente tienden a
participar de forma más activa en el mercado laboral (Gráfico 11.B). En
contraste, la ocupación en los trabajadores en edades entre 15 y 25 años y de
60 o más años continúa por debajo de los niveles registrados previo a la
pandemia del COVID-19.
El empleo formal se
recupera; su nivel a noviembre es superior en alrededor de 10% al de febrero
del 2020. Por el contrario, el empleo informal baja alrededor del 25% (Gráfico
11.C).
Similarmente, el empleo de
calificación alta se ha recuperado, en tanto que el de calificación media y
baja sigue por debajo de los niveles prepandémicos.
La recuperación de la
ocupación en algunos grupos del mercado laboral (trabajadores entre 25 y 59
años, del sector formal y de calificación alta) no ha sido suficiente para
compensar la contracción del resto de grupos, razón por la cual el nivel de
ocupación total continúa por debajo del observado a principios del 202034.
Simultáneamente, se han incrementado tanto la cantidad horas efectivas
trabajadas por semana como la proporción de personas que trabajan más de 40 horas35.
34 En particular, la tasa
de ocupación a noviembre fue de 49,4%, menor en 3,7 p.p. con respecto al valor
registrado un año atrás y 6,7 p.p. respecto a febrero del 2020.
35 Estos elementos sugieren que pueden estarse dando cambios en la
estructura de la demanda laboral que ameritan un análisis adicional para
identificar nuevas tendencias en el mercado de trabajo costarricense.
La dinámica de lenta
recuperación del empleo y baja participación laboral parece ser un fenómeno
común en algunos países de la región.
La lenta recuperación del
empleo en el periodo postpandemia no es un fenómeno único de Costa Rica, sino
que es una tendencia presente en varias economías latinoamericanas (Gráfico
12). En particular, economías como México, Chile y Colombia, miembros de la OCDE
en Latinoamérica junto con Costa Rica, exhiben un patrón de lenta recuperación
del empleo tanto para la población total como para aquellos entre 25 y 54 años.

Otra característica que
acompaña la disminución de la tasa de desempleo es la baja en la participación
laboral: a noviembre se ubicó en 53,2%, mientras que un año atrás fue de 60%. Tal
como se ha mencionado en publicaciones previas de este informe, este
comportamiento responde en buena medida a factores estructurales, tales como el
cambio demográfico (salida de trabajadores por tener edad avanzada) y las
restricciones en la participación de la mujer, debido a la atención de tareas
como el cuido de niños y adultos mayores36.
36 Un análisis más amplio
sobre la evolución reciente de la participación, la ocupación y el desempleo se
encuentra disponible en el recuadro 1 del Informe de Política Monetaria de
julio de 2023.
Particularmente, el grupo
de personas entre 15-24 años y el de 60 años o más muestran la mayor reducción
en su participación en el mercado de trabajo. En el caso del primer grupo esto
obedece a motivos personales asociados con principalmente con estudio, mientras
que en el segundo se explica por razones vinculadas a la vejez.
Tal como en el caso de la
ocupación, la caída en la participación laboral es un fenómeno que se
manifiesta cada vez en más economías de la región. El más reciente informe de
la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) sobre la
coyuntura laboral destaca que la tasa de participación al primer semestre del
2023 continúa 1,2 p.p. por debajo de los niveles registrados en el 2019 y,
mientras que para las mujeres se mantuvo estancada, para los hombres registra
una contracción. Además, señala la disparidad en las tasas de participación por
sexo, debido al recargo en las actividades de cuido que recaen sobre las mujeres
y que tienden a limitar su inserción al mercado laboral37.
37 Coyuntura laboral en
América Latina y el Caribe: Desafíos y oportunidades para la inclusión laboral
de las personas y la redistribución del trabajo de cuidados. Disponible aquí.
Si bien algunas de las motivaciones
asociadas a la decisión de participar en el mercado laboral pueden estar
vinculadas a cambios estructurales, como una menor oferta relativa debido al envejecimiento
poblacional, otras requieren de la implementación de políticas que promuevan la
participación laboral, principalmente en algunos grupos de la población, especialmente
en un contexto en el que el cambio tecnológico facilita un uso menos intensivo del
factor trabajo.
A manera de ejemplo, la
implementación de políticas públicas que faciliten la atención de obligaciones
familiares promueve la integración de más mujeres en el mercado laboral, a la vez
que pueden tener efectos positivos en términos de: a) una mayor capacidad
productiva, b) un mayor dinamismo de la actividad económica y, c) una mayor
generación de ingresos para los hogares.
Medidas específicas que
pueden contribuir a una mayor participación de las mujeres son la provisión de
servicios de cuido (infantil y de adultos mayores), la implementación de mecanismos
de difusión de información sobre oportunidades laborales y retornos de empleo, el
desarrollo de programas de protección social, sistemas de seguridad y
normativas sobre el acoso laboral, mejoras en el acceso y la calidad del
servicio de transporte público, entre otras.
Por supuesto, estas medidas
tienen un costo fiscal y podrían ser de difícil implementación en el contexto
actual de contención del gasto público dada la regla fiscal. No obstante, es recomendable
realizar una valoración más profunda sobre los potenciales costos y beneficios de
incentivar a una mayor participación laboral.
Asimismo, resulta relevante
retomar una agenda de medidas asociadas con la reducción de la informalidad, el
ajuste de la oferta educativa para que sea más coincidente con los requerimientos
del mercado y con el cumplimiento y la protección de los derechos laborales.
Continúa la recuperación de
los ingresos reales, pero todavía siguen por debajo de los niveles
prepandémicos.
Los ingresos reales de los
trabajadores mostraron una aceleración durante el segundo semestre del 2023,
resultado tanto de un mayor crecimiento del ingreso nominal como de la caída en
la tasa de inflación. No obstante, persisten las diferencias en dicho
comportamiento según sexo, calificación y sector institucional.
A noviembre, el ingreso
real general promedio registró un incremento interanual de 6,4%. El aumento en
el sector privado fue de 11,2% (Gráficos 13.A y 13.B), en tanto que en el
sector público disminuyó en 5,5%. No obstante, persisten diferencias entre
grupos de trabajadores. Según calificación, destaca la aceleración en el
salario real de las ocupaciones de calificación media y baja (11,5% y 8,1%
respectivamente). El ingreso real de los trabajadores de calificación media y
baja superó el nivel registrado en febrero del 2020 en alrededor de 2 p.p.
(Gráfico 13.C), lo que se corresponde con el hecho de que la ocupación en ambos
grupos sigue por debajo de la registrada previo a la pandemia.
Lo anterior sugiere que la
demanda por trabajadores de calificaciones bajas y media es mayor que su
oferta, lo que se manifiesta como presión al alza en los salarios de esas
ocupaciones.
En este contexto, es
necesario un mayor seguimiento a la evolución de los salarios y la ocupación en
dichos grupos, ante la posibilidad de que surjan presiones de costos que
afecten los precios y su dinámica. Estos elementos resultan de interés para las
autoridades del BCCR como insumo para la oportuna identificación de presiones
inflacionarias.

En síntesis, la tendencia
de algunos indicadores del mercado laboral es hacia la mejora, lo cual se
evidencia en una menor tasa de desempleo, el incremento en la ocupación de
algunos grupos de trabajadores, la recuperación de los ingresos reales y la
reducción de la informalidad. Sin embargo, existen retos a mediano plazo
asociados con los factores subyacentes que restringen una mayor participación
laboral, dado que limitan la capacidad de producción y de crecimiento de la
economía.
Por otra parte, si bien la
recuperación de los salarios en algunos grupos del mercado de trabajo es
positiva, la menor oferta de mano de obra relativa podría implicar presiones de
costos adicionales en algunas industrias.
Recuadro 2. Recuadro 2. Probabilidad de encontrar
empleo en Costa Rica en el 2023: análisis con matrices de transición
Según la Encuesta Continua
de Empleo (ECE) elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos
(INEC), en los últimos 3 años la cantidad de personas ocupadas en Costa Rica se
recuperó (Gráfico 2.1), aunque al tercer trimestre del 2023 todavía no había alcanzado
los niveles previos a la pandemia del COVID-19.
Además, la tasa de
inactividad aumentó hasta llegar a niveles superiores a los del 2020, mientras
que la tasa de desempleo disminuyó y se ubicó por debajo de la tasa observada
en el 2018 (Gráfico 2.2).
Estos resultados ocurren en
un contexto de recuperación de la actividad económica, que coexiste con una
menor participación de la población en el mercado laboral, dado el incremento
que se observa en la población fuera de la fuerza de trabajo.

La dinámica de los flujos
de entrada y salida entre las distintas condiciones de actividad (ocupados,
desocupados e inactivos) permite estimar probabilidades asociadas a encontrar empleo,
o bien permanecer en la misma condición.
Para estimar dichas
probabilidades, se utilizaron matrices de transición38, en las cuales cada elemento
contiene la cantidad de personas que se encontraban en una condición i en el trimestre
anterior (t-1) y pasaron a una condición j en el trimestre actual (t).
38 La muestra de la ECE, por trimestre,
conserva alrededor del 75% de las mismas viviendas encuestadas y esto permite
realizar un análisis de los cambios en el mercado de trabajo para una misma
persona entre dos trimestres consecutivos.
Los resultados que se presentan
a continuación consideran a las personas ocupadas que cambiaron de empleo a
otra rama de actividad y las personas desocupadas e inactivas que consiguieron
trabajo.
La probabilidad de que el
individuo 𝑖 encuentre trabajo en el período 𝑡 + 1 se puede calcular como:
𝑃(𝑠𝑖𝑡+1 = "𝑒𝑚𝑝𝑙𝑒𝑎𝑑𝑜"|𝑠𝑖𝑡) = 𝑃𝑡 (𝑠𝑖𝑡, "𝑒𝑚𝑝𝑙𝑒𝑎𝑑𝑜"), donde:
T el número de períodos de
tiempo.
S el conjunto de estados
laborales.
𝑃𝑡 la matriz de transición de estados laborales en el período t.
𝑠𝑖𝑡 el estado laboral del individuo i en el período t.
𝑥𝑖 las características del individuo i.
Por su parte, la
probabilidad total de encontrar trabajo en la población se puede calcular como:

Donde:
𝑁 es el número de individuos en la población.
𝜔𝑖 es el peso del grupo 𝑖 (desocupados, inactivos y ocupados que encuentran trabajo) en la
población.
Los resultados de las
matrices de transición muestran que en el 2023 (promedio de los trimestres 1, 2
y 3), la probabilidad de encontrar empleo en Costa Rica fue de 13,2%, menor en
0,5 puntos porcentuales al promedio prepandemia (2018-2019), aunque superior en
comparación con el 2020, cuando registró su valor más bajo debido a los efectos
de la pandemia (Gráfico 2.3). Asimismo, los datos del tercer trimestre del 2023
muestran que la probabilidad de encontrar empleo es mayor cuanto menos tiempo39
se haya permanecido desempleado.
39 La probabilidad de encontrar empleo para
quienes han estado desempleados por menos de un año (corta duración) es de
32,0% y la de aquellos que llevan desempleados más de un año (larga duración)
es de 3,2%.

Al analizar la transición
laboral entre el segundo y el tercer trimestre del 2023, se observa que 87,4%
de los ocupados se mantuvieron empleados (Gráfico 2.4), de los cuales 70,5% continuaron
en la misma rama de actividad de un trimestre a otro y 16,9% cambiaron a otra rama
de actividad, principalmente hacia el comercio, industria manufacturera y
servicios empresariales (Gráfico 2.5).
Por su parte, en ese mismo
periodo, 7% de los inactivos y 35,3% de los desempleados consiguieron trabajo.
Los primeros se ubicaron, mayormente, en comercio, otros servicios y hogares
como empleadores, mientras que los segundos lo hicieron en comercio, hoteles, restaurantes
y servicios empresariales. Cabe señalar que 90,5% de los inactivos y 25,9% de las
personas desempleadas permanecieron en ese mismo estado.

Caracterización de las
personas con mayor probabilidad de encontrar empleo en el tercer trimestre del
2023
El Cuadro 2.1 muestra la
probabilidad de hallar empleo en Costa Rica durante el tercer trimestre del
2023 según algunas características sociodemográficas.
Al respecto, destaca lo
siguiente:
1. La probabilidad de
encontrar empleo es, en general, mayor en la zona urbana, con excepción de los
inactivos que se ocuparon.
2. Los hombres tienen mayor
probabilidad de encontrar empleo en todas las condiciones, pero es
particularmente acentuada en el caso de los desocupados (44,7% frente a 25,3%
de las mujeres). Esto influye en la menor participación de la población
femenina en el mercado laboral.
3. Si bien, a medida que
aumenta la edad, en términos generales disminuye la probabilidad de encontrar
empleo, cuando se analiza la condición de la persona (ocupado, desocupado e
inactivo), se aprecia que la mayor probabilidad de conseguir trabajo para las
personas desocupadas se encuentra en edades de entre 45 a 59 años.
4. Las personas con nivel
educativo alto (con estudios universitarios completos o incompletos) tienen
menos probabilidad de pasar de desocupado a ocupado en comparación con los que
tienen nivel educativo bajo y medio. Ello está relacionado con el perfil de los
desempleados al segundo trimestre del 2023 (población inicial), de los cuales
76% tienen un nivel educativo de secundaria completa o menos.
5. En relación con los
ocupados que cambiaron de rama, la probabilidad de encontrar empleo fue similar
en todos los niveles educativos, mientras que los inactivos que se emplearon
con mayor probabilidad fueron los que mostraron estudios medios.

Consideraciones finales
En síntesis, la
probabilidad de conseguir empleo en el periodo 2018-2023 registró el menor valor
en el 2020, año en el cual el país sufrió los mayores efectos de la pandemia.
Posteriormente hubo una
recuperación en el 2021, que se relaciona con la eliminación de las medidas
restrictivas que se aplicaron para tratar de contener dicho evento. En el 2023
esa probabilidad fue ligeramente inferior a la del periodo prepandémico.
Ligado con lo anterior, los
datos muestran que la probabilidad de encontrar un trabajo disminuye cuanto más
tiempo se haya estado desempleado. Esto puede deberse a la pérdida de
habilidades laborales, que conlleva a una obsolescencia del trabajador, lo
cual, a su vez, genera un riesgo de exclusión social y económica, que inhibe a
la persona desempleada a continuar en la búsqueda de trabajo.
En general, la probabilidad
de conseguir empleo (o de cambiar a otro trabajo si ya se está ocupado) es
mayor para las personas: a) que residen en la zona urbana, con excepción de los
inactivos que se ocuparon, b) son hombres, c) están en el rango de edad de
entre 25 a 44 años (excepto los desocupados), d) tienen nivel educativo medio40 y e) se
emplea en una ocupación no calificada.
40 Personas que tienen secundaria completa o incompleta.
La confianza de
consumidores y empresarios mejora, de forma congruente con el buen desempeño de
la producción, el aumento en el ingreso disponible y la disipación de los
choques externos.
En el cuarto trimestre del
2023 el Índice de Confianza del Consumidor elaborado por la Universidad de
Costa Rica aumentó 0,9 p.p. y 5,9 p.p. con respecto al trimestre anterior y al
mismo periodo de un año atrás, respectivamente, con lo cual mantuvo la
tendencia al alza observada desde la segunda mitad del 2020 (Gráfico 14).
Particularmente, en este trimestre los consumidores manifestaron una mejor
percepción tanto sobre las condiciones económicas actuales como las futuras.
De forma coherente con esos
resultados, el Índice de Confianza del Agente Económico calculado por el BCCR41 se ubicó
en 58,2 puntos, y acumuló tres trimestres consecutivos al alza.
41 Los encuestados son académicos vinculados
al área económica, analistas financieros, consultores en temas económicos o
financieros y empresarios.

En el caso de los
empresarios, tanto el Índice Global de Expectativas Empresariales de la UCR
como el Índice Empresarial de Confianza de la Unión Costarricense de Cámaras y Asociaciones
del Sector Empresarial Privado (Uccaep) presentaron incrementos de 2,1 puntos y
0,4 puntos respectivamente, lo que sugiere un mayor optimismo sobre la contratación
de empleo por parte de los productores en los próximos meses.
La evolución de estos
indicadores es coherente con una economía que ha mostrado un mayor dinamismo de
la producción, un menor desempleo y una recuperación del ingreso disponible.
Además, otros factores como
la disipación de los choques externos y la consolidación fiscal pueden haber
incidido positivamente sobre las perspectivas de consumidores y empresarios.
Al término del 2023 el
déficit de la cuenta corriente se ubicó en 1,4% del PIB, lo cual significó una
disminución de 2,3 p.p. con respecto al año previo.
El menor déficit de cuenta
corriente de la balanza de pagos ocurre, principalmente, por la reducción en la
brecha negativa en la cuenta de bienes y las mayores exportaciones netas de servicios,
movimientos que fueron parcialmente compensados por el aumento en los egresos netos
por la retribución a los factores productivos42 (Cuadro 1).
42 Principalmente por el rendimiento de la inversión directa y los
intereses de los préstamos externos y de la inversión de cartera.
El comercio de bienes y
servicios con el resto del mundo generó un superávit equivalente a 5,6% del PIB
(2,8% un año antes), impulsado por un incremento de las exportaciones (15,0%)
superior al de las importaciones (5,3%).
Las exportaciones de bienes
mantuvieron su alto desempeño, con un incremento de 13,0%, superior al del año
previo. Como ha sido usual en los últimos periodos, el comportamiento de dicha
variable fue diferenciado según los distintos regímenes de comercio. Las exportaciones
de los regímenes especiales crecieron interanualmente 21,2% (15,4% en el 2022),
impulsadas en especial por las ventas externas de implementos médicos (válvulas
cardiovasculares y catéteres), mientras que las ventas del régimen definitivo
moderaron su ritmo de crecimiento (de 4,0% en el 2022 a 1,9% en el 2023)43.
43 Esto último determinado, fundamentalmente, por la caída en las ventas
de bienes agroindustriales y manufacturados (café, carne y productos de
caucho), toda vez que las de productos agrícolas crecieron 11,6% (el año previo
su variación fue cercana a cero).
Las importaciones de bienes
desaceleraron, al pasar de un crecimiento de 19,1% en el 2022 a 3,6% en el
2023. Al desagregar este resultado por tipo de régimen, destaca la contracción,
dentro del régimen definitivo, de la factura petrolera44 y las compras de materias
primas (sin hidrocarburos), movimientos que fueron compensados por las mayores
importaciones de bienes de consumo, coherente con la apreciación del colón.
44 La caída en la factura petrolera
(3,8%) es explicada por la disminución en el precio medio de la mezcla del
producto terminado (15,7%), toda vez que la cantidad de barriles importados
aumentó 14,2%. De este incremento, cerca de un millón de barriles fueron
utilizados para la generación eléctrica con fuentes térmicas.
La cuenta de servicios
generó un superávit de 10,9% del PIB como resultado del continuo incremento en
los ingresos por turismo y del resto de los servicios, en especial los de apoyo
empresarial y de informática e información. Cabe señalar que, aunque la cuenta
de viajes registró un ingreso de divisas por turismo receptivo superior al del
2019 (previo a la pandemia), el resultado neto fue inferior al observado en ese
año debido a las mayores salidas de divisas por viajes al exterior45.
45 Estos egresos mostraron un crecimiento
con respecto al año previo de 53,5% y de 103,0% en relación con el valor medio
registrado en el quinquenio que finalizó en el 2022.
Por último, los egresos
netos por la retribución a los factores productivos representaron 7,6% del PIB
(7,4% del PIB en el 2022), fundamentalmente por la renta de la inversión
directa (reinversión de utilidades y repatriación de dividendos). Los intereses
de la deuda pública externa crecieron en este mismo lapso, comportamiento
coherente con el mayor nivel de endeudamiento del país y las tasas de interés
internacionales más altas.

En el 2023 Costa Rica
recibió financiamiento externo equivalente a 6,6% del PIB, superior al
registrado el año anterior, y suficiente para financiar el déficit de la cuenta
corriente y propiciar una acumulación de activos de reserva.
Los flujos de ahorro
externo neto hacia el sector privado representaron 3,9% del PIB y, como ha sido
característico en los últimos años, el componente más representativo fue la
inversión directa, que ascendió a 4,5% del PIB. Esta inversión fue canalizada
principalmente a la industria manufacturera, en particular a empresas de
implementos médicos y de alta tecnología. Destacaron, también, las inversiones
vinculadas al desarrollo de proyectos en la actividad de turismo ubicados en el
Pacífico Norte.
El sector público recibió
financiamiento externo neto por 2,7% del PIB (2,4% del PIB un año antes).
Dichos recursos responden, en mayor medida, a desembolsos de deuda externa cercanos
a 4,1% del PIB, en parte compensados por las amortizaciones del Gobierno
General (1,4% del PIB).
El acceso al ahorro
externo, tanto público como privado, permitió financiar la brecha negativa conjunta
de las cuentas corriente y de capital, y acumular activos de reserva, cuyo
saldo al término de diciembre ascendió a USD 13.225,0 millones (15,3%
del PIB)46.
En este contexto, el indicador de seguimiento de reservas internacionales netas
(IR) se ubicó en 134,6%, monto que está dentro del rango que se considera
adecuado según la metodología ARA del FMI47. En relación con otros
indicadores de reservas, este monto equivale a 8,5 meses de las importaciones
de bienes del régimen definitivo y 2,2 veces de la deuda externa total de corto
plazo del país.
46 Dicha relación, así como la
observada en el 2007, es la más alta registrada en esta serie.
47Méndez, Esteban. Indicador
para el seguimiento del saldo de reservas internacionales netas (RIN) para
Costa Rica (Nota Técnica N.º 02 | 2023). La Junta Directiva del Banco
Central de Costa Rica, en el artículo 4 del acta de la sesión 6110-2023,
celebrada el 9 de marzo del 2023, definió el indicador de seguimiento para las
reservas internacionales (IR) como la relación porcentual entre el saldo de RIN
observado con respecto al adecuado. Más información aquí.
En el 2023 las finanzas
públicas mostraron un comportamiento coherente con una trayectoria hacia la
consolidación fiscal a mediano plazo.
A noviembre, el Gobierno
Central generó un superávit primario equivalente a 1,8%48 del PIB y un déficit
financiero de 2,5% del PIB, desde 2,2% y -2,0%, en el orden respectivo, el año anterior.
El deterioro responde principalmente al efecto de la incorporación en el 2022
de ingresos extraordinarios no tributarios (0,4% del PIB del 2022)49; no
obstante, también captura el efecto neto negativo que generó sobre el déficit
financiero la apreciación de la moneda nacional y el crecimiento del gasto por
intereses (Gráficos 15.A y 15.B).
48 La meta evaluativa pactada con el
FMI para el resultado primario fue de 1,3% del PIB y para la relación de deuda
a PIB de 65,6% en el 2023, mientras que en la ley 10.332 (Ley para autorizar la
emisión de títulos valores en el mercado internacional), se estableció como
meta para el balance primario 1,15% del PIB y 5,1% del PIB en el pago de
intereses.
49 Los ingresos no tributarios
consideraron ¢201.457 millones (0,45% del PIB del 2022) a diciembre del 2022,
de recursos extraordinarios registrados por transferencias asociadas a la
aplicación de la Ley de Fortalecimiento
del Control Presupuestario de los Órganos Desconcentrados del Gobierno Central
(Ley 9524) y del artículo 35 del reglamento de dicha Ley.
Los ingresos tributarios
acumulados a dicho mes crecieron 2,6% y representaron 12,1% del PIB (12,4% del
PIB un año atrás). Este incremento, si bien fue modesto en comparación con igual
lapso del año previo (15,1%), fue superior a la variación del gasto primario
(0,3%), que continuó muy por debajo del promedio de los últimos 16 años (11%)
debido, principalmente, a la aplicación de la regla fiscal.

En la desaceleración de los
ingresos influyó el impacto cambiario experimentado en la recaudación
proveniente de aduanas50
y el menor crecimiento por concepto de ingresos y utilidades, y de valor agregado51.
50 Según estimaciones del BCCR a noviembre del 2023, la apreciación del
colón redujo los ingresos en 0,50 p.p. del PIB, especialmente por el efecto de
la colonización de los impuestos aduaneros, y en 0,28 p.p. del PIB los gastos
por intereses denominados en moneda extranjera, por lo que tuvo un efecto neto
negativo en el resultado financiero del Gobierno Central en torno a ¢105.500
millones (0,22 p.p. del PIB).
51 La caída en los ingresos de aduanas fue de 7,5% (+16,7% en noviembre
del 2022) y el crecimiento en renta e IVA fue de 1,6% y 5,8%, en ese orden
(18,8% y 14% en el mismo periodo un año atrás, respectivamente).
Por su parte, el resultado
del gasto primario se asocia a la contención de sus principales rubros:
remuneraciones, transferencias corrientes y gastos de capital. No obstante, el
gasto total creció 2,7% debido al pago de intereses, rubro que creció 9,6%
(9,4% en el 2022) y representó 4,4% del PIB. Esta cifra equivale a 32,3% del
total de ingresos registrados a noviembre (29% en el mismo periodo del año
anterior).
La generación de un
superávit primario redujo los requerimientos de financiamiento del Gobierno y
permitió que la deuda creciera a un ritmo menor que el PIB nominal, lo que se
tradujo en una reducción de esa razón de
1,5 p.p. en el 2023 con respecto al dato registrado al término del 202252 (Gráfico
16.A). A noviembre del 2023 el saldo de la deuda aumentó 2,7%, valor que es
inferior tanto en comparación con el año pasado como con el promedio registrado
en el periodo 2009-2023 (14,4%) (Gráfico 16.B).
52 También es necesario considerar el impacto por la apreciación de la moneda
nacional

Por último, cabe mencionar
que la consolidación fiscal ha contribuido a la mejora en la confianza de los
agentes económicos sobre la capacidad del Gobierno Central para atender sus
obligaciones, lo cual se manifestó en una reducción en las tasas de interés
asignadas durante los primeros once meses del 2023; el ajuste a la baja fue de
entre 244 y 323 p.b. para todos los plazos en colones y entre 41 y 121 p.b. en
moneda extranjera, tomando como referencia los rendimientos asignados entre
diciembre del 2022 y noviembre pasado (Gráfico 17).

1.3 Condiciones monetarias
El Banco Central estima que
el comportamiento de los agregados monetarios en el cuarto trimestre del 2023
no generará presiones inflacionarias que excedan la meta de inflación en los
próximos 24 meses. Asimismo, a pesar de un premio en colones que se mantiene en
torno a cero, no hay evidencia definitiva de una mayor dolarización relativa
del ahorro financiero53.
53 Según información del BCCR y de los intermediarios financieros
(preliminar) al 30 de diciembre del 2023. Las tasas de crecimiento de los agregados
monetarios y del crédito al sector privado excluyen el efecto de la variación
en el tipo de cambio.
Al término de diciembre del
2023 la base monetaria aumentó 1,6% con respecto al cierre de setiembre de ese
mismo año (3,6% comparado con diciembre del 2022), variación determinada por la
expansión monetaria resultante, principalmente, de la compra neta de dólares
efectuada por el BCCR en el mercado cambiario, la disminución de los depósitos
del Gobierno en colones y el pago de intereses sobre las operaciones de mercado
abierto.
Estos movimientos fueron
parcialmente compensados por el aumento en los depósitos de los intermediarios
financieros en el MIL y la colocación neta de instrumentos de captación a plazo
(bonos de estabilización monetaria y depósitos electrónicos a plazo).
El ahorro financiero,
aproximado por los agregados monetarios amplios, mostró al término de diciembre
del 2023 tasas de variación coherentes con el crecimiento de la actividad económica
y la meta de inflación, por lo cual se estima que su comportamiento no incuba presiones
inflacionarias por encima de la meta.
La liquidez total y la
riqueza financiera crecieron a una tasa anual en torno a 7,5%, en promedio, en
tanto que el medio circulante (M1) amplio se aceleró (de 0,1% en junio a 6,7% a
finales de diciembre) y señaló una mayor preferencia de los ahorrantes por
depósitos altamente líquidos en colones, en detrimento de los depósitos a
plazo, cuyo crecimiento pasó de 17,6% en junio a 5,7% en diciembre. Este
comportamiento es consecuente con el menor costo de oportunidad de mantener
instrumentos con bajo o nulo rendimiento, dada la reducción de las tasas de
interés pasivas en colones54
(Gráfico 18.A).
Esa disminución de las
tasas de interés pasivas en colones, junto con la relativa estabilidad en las
tasas pasivas en dólares y el comportamiento de las expectativas de variación
en el tipo de cambio (según mercado), redujo el premio por ahorrar en moneda
nacional y lo ubicó en valores cercanos a cero (entre -31 y -58 p.b.) al
finalizar diciembre (Gráfico 18.B). A pesar de este comportamiento, no hay
evidencia definitiva de un aumento en la dolarización relativa del ahorro
financiero (Gráfico 18.C).
54 Las reducciones de la TPM en
el 2023 (300 p.b.) se transmitieron de forma diferenciada a las tasas de
interés del sistema financiero; la disminución ha sido más marcada en las tasas
pasivas.

El crédito al sector
privado en moneda extranjera continúa dinámico y es foco de atención.
Al finalizar el cuarto
trimestre del 2023, el crédito al sector privado (CSP) creció a una tasa anual
de 6,7% (6,1% un año antes), con un impulso notorio de las operaciones en
moneda extranjera, cuya tasa se ubicó en torno a 11% (Gráfico 19.A). Este
comportamiento ubicó la participación relativa de la moneda extranjera en la
cartera total en 32,8% al término del período en comentario, 1,3 y 0,4 p.p. por
encima de lo registrado un año atrás y en el trimestre previo (Gráfico 19.B).
Según las fuentes y usos de
recursos, el crédito en moneda nacional fue atendido mayoritariamente con
captación del público55,
mientras que el denominado en moneda extranjera se financió, principalmente,
con la captación en dólares y, en menor medida, con la reducción en el saldo de
activos externos del sistema financiero.
55 Parte de las captaciones en colones se usaron para la compra de
títulos del BCCR.
La mayor demanda de crédito
en dólares ha sido consecuente con el encarecimiento relativo del crédito en
colones. Al término de diciembre, aunque la tasa activa promedio ponderada en
colones del sistema financiero disminuyó con respecto al trimestre previo, el comportamiento
de las tasas activas en dólares y la evolución de las expectativas de variación
cambiaria (mercado), llevó a que el costo en exceso por endeudarse en colones
fuera positivo y se ubicara en 191 puntos base.
El aumento de la
participación del componente en moneda extranjera dentro del CSP puede aumentar
la exposición del sistema financiero al riesgo cambiario. Sin embargo, en el
2023 disminuyó la proporción del crédito en moneda extranjera otorgado a
deudores con exposición cambiaria (de 61,0% en noviembre del 2022 a 58,4% un
año después)56.
56 Según el Reglamento sobre Administración Integral de Riesgos (Acuerdo
Sugef 2-10), a partir de enero del 2023 el deudor de un crédito en moneda
extranjera califica como "sin exposición a riesgo cambiario" si dispone de una cobertura natural o financiera contra ese
riesgo, que debe cubrir al menos el 100% del servicio del crédito. La cobertura
natural ocurre cuando el deudor tiene un flujo regular de ingresos en la misma
moneda de la(s) operación(es), en tanto que la financiera es cuando dispone de
un derivado financiero para cubrirla.

Según actividades, el 61%57 del
crédito continúa concentrado en consumo y vivienda lo que aumenta la exposición
del sistema financiero y limita el financiamiento a otras actividades.
57 En octubre del 2023 el crédito en colones se concentró en las
actividades de consumo (41,6%) y vivienda (30,4%), mientras que en dólares en
vivienda (27,5%), servicios (21,7%) y comercio (13,6%). Cabe destacar que,
aunque la tasa de interés en colones para actividades inmobiliarias fue
inferior a la observada en periodos previos, el crecimiento del crédito de
vivienda desaceleró, al pasar de 9,3% en octubre del 2022 (tasa anual) a 2,1%
un año después.
Pese a lo anterior, la
morosidad del Sistema Bancario Nacional (SBN) es relativamente estable: en
noviembre del 2023 el indicador de mora regulatoria de la cartera crediticia (morosidad
mayor a 90 días o en cobro judicial) se ubicó en 2,0% (2,2% un año atrás) y el de
la mora amplia, (que incluye la mora regulatoria, los créditos liquidados y los
bienes recuperados) fue 11,5% en diciembre del 2023 (11,7% en igual mes del 2022)58.
58 El indicador de mora amplia
se ubicó en febrero del 2020 (mes previo a la declaratoria de la pandemia en
Costa Rica) en 11,3%.
1.4 Inflación
Durante el cuarto trimestre
del 2023, al igual que en el previo, la inflación general interanual fue
negativa (deflación), aunque en tres de los últimos cuatro meses de ese año la
variación mensual fue positiva. Por su parte, la inflación subyacente
interanual continuó en valores positivos, aunque inferiores al 1,0%.
En diciembre del 2023, la
inflación general, medida con la variación interanual del Índice de Precios al
Consumidor (IPC), se ubicó en -1,8% y el promedio de los indicadores de
inflación subyacente59
en 0,2% (Gráfico 20.A), ambos por debajo del límite inferior del rango de tolerancia
alrededor de la meta establecida por el BCCR (3,0% ± 1 p.p.). En el cuarto trimestre,
el promedio interanual de esos indicadores fue de -1,6% y 0,4% en ese orden
(-2,6% y 0,6% en el trimestre previo)60.
59 La inflación subyacente captura en mayor medida el efecto de factores
internos de demanda sobre las cuales tiene efecto la política monetaria.
Corresponde al promedio simple de la variación interanual de los indicadores de
exclusión fija por volatilidad, exclusión fija de precios de bienes agrícolas y
combustibles, reponderación por volatilidad, reponderación por persistencia de
los cambios en los precios y media truncada. Al respecto, ver nota técnica.
60 En términos acumulados, la inflación general del cuarto trimestre del
2023 fue de -0,02% en tanto que la del trimestre previo se ubicó en -0,24%, lo
que denota una aceleración de la inflación general, aunque aún en terreno
negativo. En línea con lo anterior, de las variaciones mensuales de inflación del
lapso setiembre-diciembre del 2023, tres fueron positivas, lo que llevó a que
en ese cuatrimestre la inflación acumulada fuera positiva (0,1%).
Al igual que en el tercer
trimestre, en el cuarto trimestre los precios de los servicios mostraron una
variación interanual positiva y los de los bienes disminuyeron.
Particularmente, en diciembre el subíndice de servicios creció 1,8%
(interanual) mientras que el de bienes disminuyó 4,6%, con lo cual su
contribución a la inflación interanual de ese mes fue de 0,8 p.p. y -2,6 p.p.,
respectivamente (Gráfico 20.B).
La pérdida de participación
relativa del gasto en bienes dentro del costo total de la canasta del IPC
refleja la moderación y posterior reducción en los precios de los alimentos,
que pasaron de una variación promedio de -2,4% interanual en el tercer
trimestre del 2023 a -5,1% en el siguiente61.
61 Los precios de los alimentos crecieron a una tasa interanual promedio
de 15,2% y 7,3% en el primer y segundo trimestres del 2023.
Además, influyó la caída promedio
interanual de 6,9% en el precio de los combustibles, aunque esta fue menor a la
observada en el trimestre previo (-28,6%). En diciembre los alimentos y
combustibles presentaron variaciones interanuales de -5,5% y -7,7%, en ese orden
(Gráfico 20.C).
La disminución en el precio
de los combustibles determinó en mayor medida la caída de 1,2% en la inflación
interanual del componente regulado del IPC durante el cuarto trimestre del 202362
(reducción de 12,8% en el anterior), mientras que la deflación del componente
no regulado se asoció con la disminución del precio de los alimentos. En
diciembre ambos componentes presentaron tasas de variación interanual negativas
(Gráfico 20.D).
62 En la
reducción observada, los combustibles contribuyeron con 0,4 p.p.

La reducción de la
inflación, con valores negativos desde junio del 2023, ha estado determinada,
en mayor medida, por la reversión de los choques de oferta externos y la política
monetaria restrictiva.
Si bien la inflación del
cuarto trimestre del 2023 fue negativa, las presiones deflacionarias disminuyeron
con respecto al trimestre previo. Este comportamiento ha estado influido por la
disipación de los choques de oferta externos que impulsaron la inflación en el
2022 y se ha manifestado en reducciones del precio de hidrocarburos, de los
granos básicos y de servicios de transporte marítimo en el mercado
internacional.
En el ámbito local, lo
anterior se ha reflejado en el índice de materias primas importadas, que registra
desde agosto del año pasado variaciones interanuales negativas (Gráfico 21).
En el cuarto trimestre del
2023 dicho índice disminuyó en promedio 2,3%63; en particular, los precios de los
granos básicos bajaron 19,8% (caída de 16,6%64 en el trimestre previo), en
tanto que el precio del crudo WTI disminuyó 5,0% y 9,9% en esos periodos. Por
otra parte, el precio promedio del transporte por contenedor se redujo 88%
entre setiembre del 2021 y diciembre del 2023 (de USD 10.866 a USD 1.288)65.
63 Entre julio del 2022 y diciembre del 2023 ese índice disminuyó en
promedio 10,7.
64 El Índice de precios de los alimentos de la FAO presentó una caída
interanual promedio de 10,6% en el cuarto trimestre del 2023 (-11,3% en el
trimestre previo).
65 Sin embargo, es importante señalar que este precio aumentó desde USD
1.341 registrado el 29 de diciembre pasado a USD 2,613 al 12 de
enero del año en curso (un incremento cercano al 95%), situación propiciada por
las tensiones geopolíticas en el mar Rojo.

La reversión de choques de
oferta de origen externo también ha influido en el Índice de Precios del
Productor de la Manufactura (IPP-MAN), indicador que se ha desacelerado desde el
segundo semestre del 202266
(Gráfico 22.A).
66 La desaceleración del IPP-MAN se manifestó con mayor intensidad en su
componente no alimenticio que en el alimenticio, con una variación interanual
en diciembre del 2023 de -7,5% y -4,3% en ese orden, desde tasas de 18,0% y
17,1% en julio del 2022 respectivamente.
En el cuarto trimestre del
2023 ese comportamiento continuó, con una variación interanual promedio de
-5,4% (-5,1% en el anterior), lo que sugiere una menor presión por empuje de costos
sobre los indicadores de inflación al consumidor final. Al desagregar este
indicador por tipo de bien, el subíndice de precios de bienes de consumo final,
que podría tener mayor impacto en el corto plazo sobre el IPC, creció en
diciembre a una tasa interanual de -1,5% (10,7% en diciembre del 2022)67
(Gráfico 22.B).
67 Sin embargo, su desaceleración es menor en comparación con los
precios de bienes intermedios y de capital, que registraron tasas negativas (el
primero desde marzo pasado y el segundo desde noviembre del 2022).

Factores del ámbito interno
también han contribuido a la reducción de la inflación, de los cuales destacan:
a) El efecto acumulado de
la política monetaria restrictiva, a pesar de la reducción en la TPM aplicada
entre marzo y diciembre del 2023 (300 puntos base)68.
68 Entre diciembre del 2021 y octubre del
2022 la TPM aumentó en 825 p.b., lo que propició una postura restrictiva de la
política monetaria desde noviembre de ese último año, que contribuyó a moderar
las presiones de demanda agregada y facilitó la contención de los efectos inflacionarios
de segunda ronda.
b) El efecto base. El
choque inflacionario del 2022, debido al extraordinario incremento en el precio
de las materias primas entre el primer y el tercer trimestre del 2022, elevó y
mantuvo alto el nivel del IPC en ese periodo. Dado lo anterior, las comparaciones
interanuales de este índice en el período comprendido entre febrero y agosto
del 2023 tomaron como referencia niveles del IPC inusualmente altos, lo que
tendió a magnificar la reducción de la inflación en el 2023.
c) La apreciación de la
moneda local, dado que reduce las presiones al alza en los precios de los
bienes, principalmente de los importados.
Prospectivamente, las
expectativas de inflación obtenidas de la encuesta del BCCR dirigida a
analistas financieros, consultores en economía, académicos y empresarios, y las
estimadas a partir de la negociación de títulos públicos en el mercado
financiero costarricense (expectativa de mercado) señalan la reducción de las
presiones inflacionarias y en los dos últimos trimestres del 2023 tendieron a
ubicarse entre el valor meta de inflación y el límite inferior del rango de
tolerancia alrededor de esa meta.
Al término del 2023, la
primera de estas mediciones ubicó la mediana de las expectativas de inflación a
12 y 24 meses en 2,0% y 3,0% respectivamente, mientras que las expectativas de mercado
registraron tasas de 2,4% y 2,6% en esos mismos plazos (Gráfico 23).

Recuadro 3. ecuadro 3. Efecto del tipo de cambio
nominal sobre la inflación entre el 2020 y el 2023.
Entre enero y junio del
2022, el tipo de cambio nominal69
(TCN) registró una variación de 7,98% (de ¢639,87 a ¢690,96) y en ese mismo
periodo la inflación, medida con el Índice de Precios al Consumidor (IPC),
aumentó 6,95% (el nivel del IPC pasó de 103,68 a 110,89).
69 Medido como el tipo de
cambio ponderado por monto en Monex durante el mes correspondiente.
Posteriormente, de agosto
del 2022 a octubre del 2023, el TCN disminuyó 18,71% (de ¢659,15 a ¢535,84
colones) en tanto que la inflación se redujo en 2,96% (el nivel del IPC disminuyó
de 113,06 a 109,71).
El estudio de los efectos
de TCN en inflación hacen referencia a lo que en la literatura se conoce como
el efecto traspaso del tipo de cambio a precios. La literatura económica
reciente distingue entre dos tipos de efecto traspaso70:
70 Esta distinción sigue lo
propuesto por García-Cicco y García-Schmidt (2020).
a) El no condicional, que
indica cómo reaccionan los precios ante cambios inesperados en el tipo de
cambio nominal.
b) El condicional71, que
reconoce que un choque en un tercer factor puede tener un efecto directo sobre
precios, pero también puede tener un efecto sobre el tipo de cambio.
71 Una estimación precisa del efecto traspaso condicional es un proceso
complejo que requerirá de un análisis más extenso y un modelo econométrico más
elaborado del que se presenta en este recuadro.
Por ejemplo, si el precio
internacional de los combustibles aumenta, se espera un incremento en la
demanda de dólares y, por tanto, en el TCN. Como resultado del aumento del TCN,
los precios locales aumentarían. En este caso específico, el efecto de la
variación del TCN en los precios se denomina efecto traspaso condicional a
un choque en el precio internacional de los combustibles.
Una estrategia para
estudiar la relación existente entre el TCN y los precios, y con ello el efecto
traspaso incondicional y condicional, consiste en utilizar un modelo
vectorialestructural de corrección de errores, metodología que se discute
brevemente al final de este recuadro.
Dicho modelo identifica los
siguientes factores72:
precios internacionales de materias primas (combustibles y granos), la
diferencia entre las tasas de política monetaria costarricense y estadounidense,
TCN y la actividad económica73.
A partir de la estimación de ese modelo es posible examinar cómo responden las
variables TCN e inflación ante diferentes choques y extraer una descomposición
histórica por factor.
72 Esta lista es indicativa de los factores que influyen en el TCN y los
precios y no es exhaustiva. Existen otros factores relevantes, entre ellos las
expectativas, tanto de inflación como de variación cambiaria.
73 Gómez-Rodríguez (2024), documento
en proceso. Detalles de la muestra y las variables que se utilizan en el modelo
se encuentran en el anexo de este recuadro.
Los gráficos 3.1 (función
de impulso respuesta) y 3.2 (descomposición histórica de la inflación) son
ejemplos de estos ejercicios.
El Gráfico 3.1 muestra que
el TCN responde de manera estadísticamente significativa ante choques en
diversos factores y esa respuesta es heterogénea, lo que subraya la importancia
de estudiar el efecto traspaso condicional y determinar cómo estas respuestas
del TCN modifican la magnitud con la que la inflación responde a estos mismos
choques.

El efecto de los precios
internacionales sobre el TCN (paneles 3.1.A y 3.1.B) es el esperado, ya que
estos choques aumentan la demanda de dólares en el mercado y, por ende,
presionan el TCN al alza.
Un incremento en la brecha
de tasas, a favor del colón, (panel 3.1.C) genera un aumento en la oferta de
dólares en el país y una disminución de la demanda de dólares, por lo que el
TCN tiende a bajar.
Un incremento en la
actividad económica (panel 3.1.E) puede reflejarse como un aumento de la oferta
de dólares (entre otros, por pago de servicios, exportaciones y turismo) que
tiende a deprimir el TCN.
Por su parte, del Gráfico
3.2 se concluye que la participación de las variaciones no anticipadas del
(choques al) TCN nominal en las variaciones de la inflación en los últimos tres
años ha sido relativamente pequeña si se le compara con la influencia del resto
de variables contempladas en el modelo.
Alrededor de 0,5 p.p. de la
inflación a agosto del 2022 (12,13%) se atribuye a los efectos de los
movimientos no esperados del TCN. Por otro lado, las variaciones de los precios
de materias primas internacionales representaron, en promedio, más de 5 p.p. de
la inflación durante el 2022. Junto con los precios internacionales, la
actividad económica, así como otras variables no explícitamente consideradas,
tuvieron un aporte cuantioso en la inflación del 2022 y su reducción en el
2023.
Como se mencionó al inicio,
además del efecto de choques "puros y directos" en el TCN sobre la inflación,
existen variaciones en el tipo de cambio, resultado de choques a otra variable,
que también afecta la inflación, esto se denomina efecto traspaso condicional.
Una estimación preliminar
del efecto traspaso condicional al precio internacional del petróleo nos indica
que si la respuesta de la inflación ante un choque a hidrocarburos es de 1% entonces
0,45 puntos porcentuales fueron causados por la variación respectiva de TCN
ante el choque al precio internacional del petróleo74.
74 Este cálculo consiste en descomponer el choque a esa otra variable
que también impacta la inflación en dos: un componente que incide
contemporáneamente en las tres variables (tipo de cambio nominal, el índice de precios y esta tercera variable), y otro
componente que impacta únicamente a precios y a la otra variable y no al tipo
de cambio nominal.
Esta descomposición permite
separar aquella parte de la inflación que se debe a la variación cambiaria. La
relación que se comenta se interpreta de la siguiente forma: por cada 1% de
respuesta de la inflación cuántos puntos porcentuales se relacionan con el tipo
de cambio (primer componente).

Estos resultados muestran
que el tipo de cambio nominal, como factor, (color verde en el Gráfico 3.2)
solo explica una pequeña parte de la inflación en los últimos tres años. Sin embargo,
un análisis más profundo del efecto traspaso condicional permitirá develar el
efecto que tiene el tipo de cambio nominal sobre la respuesta de la inflación
ante choques a factores que afectan ambas variables (TCN e inflación).
Consideraciones finales
Entender el proceso por
medio del cual el TCN influye en los precios es de suma importancia en el
análisis macroeconómico de una economía pequeña y abierta como la
costarricense. El efecto de variaciones inesperadas del TCN en el reciente
episodio inflacionario y posterior deflación, es relativamente pequeño si se
considera únicamente el efecto traspaso incondicional. Por tanto, conviene
analizar la dinámica de esta relación en presencia de choques a otras variables
para identificar el efecto traspaso condicional, esto aportará elementos para
comprender, medir y proyectar la inflación en Costa Rica.
Anexo. Modelo econométrico.
Definimos un vector de variables75 con
la siguiente estructura:
75 Entre otros libros de texto se puede mencionar (Lütkepohl, 2005) como
referencia para este tipo de modelos.

Las variables del modelo76 son el
precio internacional de combustibles, precio internacional de granos, un
indicador de brecha de tasas (TPM costarricense menos la tasa de EUA), el tipo
de cambio nominal, el índice mensual de actividad económica y el índice de
precios al consumidor. La muestra comprende el periodo de flotación
administrada. Para representar la dinámica el vector 𝑌𝑡 se hace uso de un modelo de vectores
autorregresivos: 𝑌𝑡 = 𝑐 + 𝐴1𝑌𝑡?1 + ? + 𝐴𝑝𝑌𝑡?𝑝 + 𝜀𝑡
76 En este modelo se utiliza el logaritmo del nivel de las variables
(excepto en tasas de interés) y se modelan las relaciones de largo plazo
(cointegración) entre las variables.
Este modelo propone que los
valores en el periodo t de las variables en el vector dependen de los
rezagos de todas las variables en el vector. Esto se manifiesta por medio de
las matrices 𝐴1, 𝐴2, ? , 𝐴𝑝.
Además de un vector de
innovaciones (𝜀𝑡) que
representa el efecto en las variables que tuvieron todos los factores
que influyen en ellas en el periodo t. A este tipo de especificación se
le llama forma reducida, ya que solo observamos el efecto total de
las variaciones (𝜀𝑡) mas no se determina la causa esa variación.
Para convertir este modelo
en uno del tipo estructural es necesario resolver el siguiente sistema: 𝜀𝑡=𝐵𝜖𝑡
Dónde 𝜖𝑡 representa el vector de los impulsos (también
llamados choques) que causan las variaciones en 𝜀𝑡 y por ende en 𝑌𝑡, y 𝐵 representa una matriz que especifica la
relación causa-efecto en el modelo.
En este caso estimar la
matriz 𝐵 requiere de resolver 𝑑2 incógnitas (el cuadrado del número de variables), sin embargo, solo se tiene a
disposición 𝑑?(𝑑+1) ecuaciones77 que resulta de la
2
factorización de la varianza 𝜀𝑡 dada por 𝐵 ? 𝐵' = S (la matriz de varianza de 𝜀𝑡).
77 La reducción en el número de ecuaciones se debe a que la matriz S simétrica.
El problema de
identificación de estos modelos consiste en cómo generar las ecuaciones restantes.
La manera más sencilla, la que se utiliza acá, es mediante la imposición de la condición
de que 𝐵 sea una matriz triangular78 e imponer que sus valores
por encima de la diagonal principal sean 0. Es esta estructura la que le da
importancia al orden de las variables en un modelo como este. Una vez definida
la estrategia de identificación estimar el modelo (VAR) y la matriz B se
realiza de manera estándar79
78 Este criterio de identificación se le
denomina recursiva o de Cholesky debido a procedimiento de factorización
de matrices definidas positivas. Otras técnicas de identificación se basan en
relaciones de largo plazo, signos de las respuestas que se espera de acuerdo
con la teoría económica y el uso de variables instrumento.
79 Es común, para este tipo de
ejercicios, estimar el modelo con diferentes órdenes de las variables lo que les
da robustez a los resultados. Se seleccionó la combinación y orden de variables
que mostraran funciones de impulso-respuestas estadísticamente significativas
para los diferentes factores.
Capítulo 2. Acciones de
política del BCCR
La Junta Directiva del
BCCR, en las reuniones de política monetaria de diciembre del 2023 y de enero
del presente año, redujo el nivel de la TPM en 25 p.b. en cada ocasión, hasta
ubicar dicho indicador en 5,75%. Estas decisiones se sustentaron en el análisis
del comportamiento reciente de la inflación y de la trayectoria de los
pronósticos de inflación y de sus determinantes macroeconómicos, así como de la
valoración de los riesgos que condicionarían la proyección de inflación.
En el 2023 el sistema
financiero nacional mostró una condición holgada de liquidez que se ha
mantenido en lo transcurrido de enero del presente año, pero esos excesos han
estado contenidos en instrumentos del BCCR, mayoritariamente en operaciones de
muy corto plazo en el Mercado integrado de liquidez (MIL).
Esa liquidez se ha
originado, en buena medida, en el efecto expansivo de la compra de divisas
efectuada por el BCCR, la cual se dio en un contexto de un mercado de cambios superavitario.
Este resultado ha sido congruente con la evolución de la actividad económica
del país, el notable desempeño de las exportaciones de bienes del régimen de zonas
francas y el repunte en el turismo receptivo.
2.1. Tasa de política
monetaria
En las reuniones de
política monetaria de diciembre del 2023 y de enero del 2024, la Junta Directiva
del BCCR redujo la TPM en 25 p.b. en cada ocasión hasta ubicarla en 5,75%.
El Banco Central ejecuta su
política monetaria sobre la base de un esquema de meta de inflación, en el que
utiliza la TPM como el principal instrumento para controlar la inflación. Con
cambios en el nivel de la TPM, establece su postura de política y procura
influir en el comportamiento de las expectativas de inflación, al mismo tiempo
que busca controlar las presiones de demanda agregada.
Entre el 15 de marzo del
2023 y el 19 de enero del 2024, la Junta Directiva redujo la TPM en siete
ocasiones, por un acumulado de 325 p.b.: 50 en la reunión de política monetaria
del 15 de marzo, 100 en la reunión del 20 de abril, 50 en las reuniones del 14
de junio y del 26 de julio y 25 p.b. en las de octubre, diciembre de 2023 y
enero de este año.
Dichas reducciones se
sustentaron en un análisis del comportamiento de la inflación, de la evolución
prevista para esta variable y sus determinantes, así como la valoración de los riesgos
existentes, lo cual llevó a la Junta a adoptar una postura monetaria menos
restrictiva.
Específicamente, en las
decisiones de política monetaria de diciembre del 2023 y de enero del 2024, la
Junta consideró, con base en la información disponible a la fecha respectiva,
que existía espacio para reducir la TPM, toda vez que los datos evidenciaban
una persistencia mayor a la prevista del proceso desinflacionario y las
proyecciones indicaban que esa condición se mantendría incluso durante el
primer trimestre del 2024. Sin embargo, dada la existencia de riesgos externos
e internos cuya materialización podría desviar el resultado de inflación de la
senda antes proyectada, señaló que los cambios en la TPM han de ser graduales y
prudentes, para reaccionar oportunamente y en la dirección que corresponda, si
las condiciones macroeconómicas y la valoración de los riesgos así lo
requieren. Además, indicó que continuará la senda hacia la neutralidad de la
política monetaria en el mediano plazo, siempre y cuando las circunstancias lo
permitan.
2.2 Gestión de la liquidez
de la economía
Durante el 2023 y en lo
transcurrido del 2024 el sistema financiero presentó excedentes de liquidez que
el BCCR esterilizó con instrumentos de captación, principalmente en el MIL.
Estos excedentes han
aumentado gradualmente en dicho lapso (Gráfico 24.A) como resultado,
principalmente, de la compra de divisas efectuada por el BCCR (USD 3.673
millones en el 2023 y USD 174,3 millones en los primeros 17 días del
presente año80),
tanto para atender requerimientos del Sector Público no Bancario (SPNB) como
para fortalecer el blindaje financiero del país.
80 Esos montos corresponden
a la compra de divisas con efecto monetario expansivo. El BCCR también adquirió
divisas para atender los requerimientos contemporáneos del SPNB (USD 3.089
millones en el 2023 y USD 155 millones en los primeros 17 días de enero
del 2024).
Esta expansión monetaria ha
sido gestionada mayoritariamente con depósitos en el MIL (posición deudora neta
del BCCR en este mercado), toda vez que el saldo de Bonos de Estabilización
Monetaria (BEM) creció en ¢775.258 millones81 al 14 de enero del presente año con
respecto al término del 2022.
81 En julio del 2023 el
BCCR colocó BEM a 3 y 6 meses con el fin de mejorar la transmisión de los
cambios aplicados en la TPM y facilitar referencias al mercado para la
valoración de instrumentos financieros. En total se colocaron ¢294.953 millones
en estos instrumentos y el saldo vigente al 15 de enero del 2024 fue de
¢234.165 millones.
Uno de los aspectos que
incidió en el comportamiento de los depósitos en el MIL ha sido la disposición
tomada por la Junta Directiva del BCCR (acuerdo 6121-2023 del 25 de mayo del 2023)
de que las entidades financieras sujetas al requerimiento de reserva de liquidez82 deberán
constituirlo en depósitos en el MIL a 28 días plazo o más. Si bien esta medida
entró a regir en enero del 2024, el traslado gradual de fondos inició en los
últimos meses del 202383
82 De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 117 de la Ley 7558, las
asociaciones solidaristas y las cooperativas de ahorro y crédito que están
exentas del encaje mínimo legal deben cumplir con una reserva de liquidez en un
porcentaje igual al que aplique para el encaje y en las condiciones que defina
la Junta Directiva del BCCR.
83 Parte de los vencimientos de BEM que mantenían estas entidades fue
trasladado a depósitos en el MIL en el último trimestre del año, lo cual llevó
a que el saldo promedio de estos depósitos pasara de ¢18.689 millones (entre el
1° de enero y el 24 de octubre del 2023) a ¢127.145 millones al 15 de enero del
presente año.
Las tasas de interés de las
operaciones en el MIL en colones a un día plazo presentaron en el 2023 y en lo
transcurrido de enero del 2024 brechas bajas en relación con la TPM, de 4 p.b. en
el indicador que incluye las operaciones en que el BCCR es contraparte y de 5
p.b. en el que excluye dichas operaciones (Gráfico 24.B).

2.3. Política cambiaria y participación
del BCCR en el mercado cambiario El mercado cambiario mostró a lo largo del
2023 una alta disponibilidad de dólares, que se ha mantenido en lo transcurrido
del actual año.
En el 2023 las operaciones
del público con los intermediarios cambiarios generaron un superávit de USD 7.353
millones, muy superior al registrado en el año previo (USD 3.706 millones).
Dicho excedente es el resultado de una oferta promedio diaria de divisas del
orden de USD 124,0 millones y una demanda de USD 94,5 millones.
Este comportamiento
responde a una mayor liquidación neta de divisas asociadas a operaciones del
sector real de la economía, consecuente, entre otros, con la recuperación de la
industria de turismo receptivo, la evolución de las exportaciones y la inversión
directa84.
84 Para más detalles, ver el
Recuadro 2 "Resultados de la balanza cambiaria para Costa Rica: 2020-2023" del Informe
de Política Monetaria de julio del 2023.
En este contexto de alta
disponibilidad de divisas, el Banco Central participó en el mercado cambiario
como demandante neto85.
En total, realizó compras netas por USD 6.801 millones, las cuales le
permitieron restituir el monto de RIN utilizado para cubrir los requerimientos del
SPNB en años anteriores al 2023 (USD 1.656,5 millones), satisfacer las
necesidades contemporáneas de dicho sector (USD 3.088,7 millones),
constituir un monto de USD 160 millones para futuras operaciones del
SPNB y cubrir operaciones propias por USD 1.899,1 millones. Cabe
recordar que las reservas internacionales constituyen un seguro que permite a
una economía amortiguar el impacto de eventuales choques adversos y, por tal
razón, contribuyen a mantener la estabilidad macroeconómica del país.
85 De acuerdo con los artículos 87 y 89
de la LOBCCR, el BCCR está facultado a participar en este mercado con tres
propósitos: i) atender sus requerimientos, ii) gestionar las divisas del SPNB y
iiii) acotar movimientos abruptos en el tipo de cambio (estabilización).
Aunque en el 2023 el BCCR
participó activamente en el mercado cambiario como comprador neto, la
disponibilidad de divisas propició una disminución de 12,4% en el tipo de
cambio con respecto al año previo (Gráfico 25). El monto neto total adquirido
por el BCCR en Monex representó 66,6%
del total transado en ese año.
Como resultado de lo
anterior, al término del 2023 el acervo de RIN se ubicó en USD 13.218,9
millones (USD 4.669 millones más que el saldo a diciembre del 2022)86, lo
que representó 134,6% de su nivel adecuado87 y un equivalente a 15,3% del PIB88.
86 Este comportamiento difiere
con lo ocurrido entre julio del 2020 y junio del 2022, cuando la participación
del BCCR por operaciones cambiarias implicó un uso de reservas, básicamente
porque sus compras en Monex para atender el requerimiento del SPNB solo
permitieron atenderlos de manera parcial. El cambio en las RIN mencionado
incorpora los recursos provenientes de la colocación de títulos del Ministerio
de Hacienda en el mercado externo en dos emisiones por un total de USD 3.000
millones.
87 Según indicador de seguimiento para las reservas internaciones (IR)
bajo un régimen cambiario flotante.
88 Al 29 de enero del 2024, el saldo de RIN como porcentaje del PIB fue
equivalente a 14,7% y representó 140% de su nivel adecuado según la metodología
del FMI.
En lo transcurrido del 2024
(al 30 de enero) el superávit promedio diario de las operaciones de
"ventanillas" (mercado privado de cambios) se ubicó en USD 29,6
millones, muy similar al promedio anual de 2023 (USD 29,5 millones), lo
que mantiene la posición del Banco Central como demandante neto en el Monex en
un monto promedio diario de USD 22,0 millones (el promedio negociado en
ese mercado ha sido de USD 36,3 millones).
Con esta participación89, el
BCCR ha cubierto los requerimientos netos contemporáneos de divisas del resto
del SPNB de USD 250,9 millones y, además, incrementó en USD 106,9
millones el monto para cubrir requerimientos futuros90 e incrementó el blindaje
financiero en USD 204,5 millones91.
89 En adición a compras netas en Monex por un monto total de USD 462,2
millones, el BCCR le compró al Ministerio de Hacienda USD 100,0
millones.
90 Con ello, ese monto ascendió a USD 266,9 millones.
91 Alcanzó un monto total por este
concepto de USD 2.103,6 millones, de los cuales USD 1.899,1
fueron constituidos en 2023.
Al día 30 de enero de 2024
el tipo de cambio promedio ponderado en Monex se ubicó en ¢ 517,06, lo que
significa una variación interanual de -6,8% y acumulada de -1,0% con respecto de
finales del 2023.
En este contexto, el índice
de tipo de cambio real (ITCER) con ponderadores móviles a noviembre se ubicó en
79,6 (84,5 a finales del 2022). Dado que este es un número índice con base 1997
igual a 100, su valor actual lo que refleja es que el indicador del tipo de
cambio real es menor al de su año base; por tanto, ello no debe interpretarse
en el sentido de que haya un desvío con respecto a su valor de equilibrio92. El
Recuadro 4 profundiza sobre los determinantes a largo plazo del tipo de cambio
real y presenta el cálculo de la senda de tipo de cambio real de equilibrio.
92 Un error común es interpretar el valor de 100 como de equilibrio del
tipo de cambio real; este solo es un número de referencia que permite inferir
los cambios en el nivel del indicador respecto a su año base.

Recuadro 4. Recuadro 4. Una aproximación del TCRE
para Costa Rica, enfoque BEER
El tipo de cambio real
(TCR) es un precio relativo fundamental en la economía que contribuye a
determinar la asignación de recursos y, de esta forma, el nivel de actividad económica
(Frenkel y Rapetti, 2010). Esta variable no observable se aproxima como la
razón entre el precio de dos canastas de bienes similares, comerciadas externa
e internamente, expresadas en una misma moneda93.
93 En particular, se calcula el
índice de tipo de cambio real con ponderadores móviles, su metodología puede
consultarse aquí.
Su dinámica en el mediano
plazo responde al comportamiento de sus variables económicas fundamentales,
aunque en el corto plazo puede estar influido por choques económicos que lo desvíen
del valor coherente con dichos determinantes fundamentales. Estas desviaciones tienden
a ser de carácter transitorio e incluyen, por ejemplo, rigideces nominales o
rezagos de información que impiden que las brechas en los precios de algunos
bienes transables entre las economías no se cierren inmediatamente.
Por otra parte, el TCR de
equilibrio (TCRE) se define como aquel nivel del tipo de cambio real que es
compatible con los objetivos de balance externo e interno de la economía, así como
con un crecimiento económico sostenido (Edwards, 1990). En este contexto, el
balance externo se refiere a una situación en la que el déficit de la cuenta
corriente puede ser financiado con un nivel sostenible de entradas de capital,
mientras que el balance interno se concibe como un estado en el cual el mercado
de bienes está en equilibrio y la tasa de desempleo es cercana a la tasa
natural.
Puesto que el TCRE es una
variable no observable, la literatura empírica propone distintos enfoques
metodológicos para obtener una estimación94. Alfaro, Sánchez y Sandoval (2024) estimaron
la trayectoria del TCRE mediante el enfoque de forma reducida conocido como Behavioural
Equilibrium Exchange Rate (BEER, por sus siglas en inglés) durante el
periodo comprendido entre el primer semestre del 2007 y el cuarto trimestre del
2022, periodo en el que han estado vigentes regímenes de mayor flexibilidad
cambiaria en Costa Rica95.
94 En general, se pueden mencionar los modelos de paridad de poder de
compra, modelos de balance macroeconómico y modelos de forma reducida (ver
detalles en Caputo y Núñez, 2008).
95 Entre octubre del 2006 y enero
del 2015 estuvo vigente el esquema de banda cambiaria, en el cual el tipo de
cambio podía fluctuar en un rango determinado por el BCCR, cuya amplitud
aumentó de forma paulatina. En febrero del 2015 la Junta Directiva del BCCR
estableció el régimen de flotación administrada de forma oficial.
De los principales
resultados de esa investigación destaca que la trayectoria de equilibrio para Costa
Rica es explicada por la evolución de las siguientes variables fundamentales: productividad
laboral, gasto de gobierno, posición de inversión internacional, términos de intercambio
y la diferencia entre la tasa de interés interna y externa. La relación entre
cada una de estas variables y el tipo de cambio real, desde el punto de vista
teórico, es la siguiente:
Productividad laboral: incrementos de la productividad laboral (relativa a sus socios comerciales)
en el sector transable de la economía incentivan el aumento de la demanda de trabajo
en dicho sector y, a la vez, presionan al alza los salarios en el sector no
transable (supone la libre movilidad de trabajadores entre el sector transable
y no transable); ello eventualmente se traduce en incrementos en el nivel de
precios de la economía y genera presiones hacia la apreciación real.
Gasto en consumo del
Gobierno: aumentos persistentes en esta variable se
traducen en una mayor demanda de bienes no transables en la economía,
incrementos en el precio de dichos bienes y presiones hacia la apreciación
real.
Posición de inversión
internacional (PII): mejoras en la PII (es
decir, un menor endeudamiento externo para una economía deudora neta, como la
costarricense) implican una menor presión por generar superávits comerciales
para financiar los pagos al resto del mundo, lo que conlleva a una menor
demanda de divisas y una apreciación real.
Términos internacionales de
intercambio (TI)96: aumentos en los TI dan lugar a un incremento
en el ingreso disponible de la economía, lo que a su vez permite una mayor demanda
interna que genera presiones al alza sobre los precios y apreciación real.
96 Definidos como la razón entre el
precio de las exportaciones y el de las importaciones.
Diferencia de tasas reales
de interés: cuando la tasa de interés real interna es
superior a la tasa real externa hay incentivos para ahorrar en moneda local, lo
que estimula la entrada de flujos de capital a la economía local y genera
presiones a la apreciación real.

El Gráfico 4.1 presenta la
trayectoria de estas variables entre el 2007 y el 2023 en Costa Rica.
Como se aprecia, el
comportamiento del tipo de cambio real es coherente con las relaciones teóricas
antes mencionadas. Particularmente, a partir del 2015 se destaca la aceleración
en la productividad relativa del país y después del 2020 se observa una caída
en el gasto de consumo de Gobierno como porcentaje del PIB; en ambos casos se
esperaría que estos movimientos generen presiones a la apreciación real.
Asimismo, una diferencia de tasas de interés positiva y estable y una razón de
PII a PIB que tiende a revertirse generarán también presiones a la apreciación
real.
La trayectoria del TCRE se
presenta en el Gráfico 4.2.A. Cabe mencionar que, debido a la complejidad e
incertidumbre asociada a la estimación de este indicador, en la práctica se
estima una zona de coherencia alrededor de este97. Si el TCR fluctúa dentro de esa
zona puede inferirse que no existen desvíos de esta variable con respecto a la
trayectoria que dictan sus variables fundamentales. Para el caso de Costa Rica,
con una zona de coherencia del 15%, no se identifican desvíos significativos
entre el TCR y sus variables fundamentales, con información al tercer trimestre
del 2023.
97 A manera de referencia,
Eckstein y Friedman (2011) califican de "bajos e insignificantes" los desvíos
inferiores al 5% a finales de 2010 para el caso de Israel. Caputo y Siravegna
(2014) realizan estimaciones de desvíos del TCR en el 2021 respecto a sus
valores históricos (2000-07) por grupos de economías emergentes de Asia,
Europa, América Latina, países exportadores de materias primas y economías
avanzadas (G3), en donde la mayoría muestran desvíos positivos superiores al
10% (salvo el G3 que muestra un desvío negativo) y en el caso de los países
exportadores de materias primas el desvío superior al 15%, el cual los autores
califican de "significativo". Por su parte, Salazar-Díaz et al (2022) estima
desvíos del TCR respecto a su valor de equilibrio para Colombia entre 2000 y
2019 de hasta 20%, aunque señalan que como resultado de la adopción de un
esquema cambiario flexible desde el año 2000, el TCR tiende a corregir dichos
desvíos y a oscilar en torno a su nivel de equilibrio.
El Gráfico 4.2.B muestra el
aporte de dichas variables fundamentales a cambios en la senda de equilibrio
del tipo de cambio real, es decir, el efecto que tiene cada una de estas hacia
la apreciación o la depreciación.

En síntesis, las mejoras en
la productividad laboral y los incrementos en el gasto del Gobierno en el
periodo de análisis son las variables fundamentales que tienen mayor
importancia para explicar los movimientos a la baja (apreciaciones reales) en
la trayectoria de equilibrio del TCRE, principalmente hasta el 2019. Posterior
a este año, las mejoras en productividad laboral continúan con la generación de
presiones hacia la apreciación98,
mientras que, como resultado de los esfuerzos de contención de gasto público en
los últimos años, la absorción fiscal ha pasado a explicar movimientos al alza
o depreciaciones reales.
98 Este modelo incorpora la
productividad laboral de Costa Rica relativa a la de su principal socio
comercial, Estados Unidos. Esta variable refleja que, si bien en ambas
economías la productividad laboral ha crecido, la brecha entre ellas se ha
reducido. Esta mejora en la productividad laboral relativa también se observa
al comparar Costa Rica con otros de sus socios comerciales. Es probable que si
se empleara un indicador agregado de productividad laboral de socios
comerciales la tendencia a la apreciación real podría ser mayor a la estimada
en este estudio.
Por otra parte, el
deterioro en la posición en inversión internacional ha contribuido también a
explicar los cambios al alza (depreciaciones reales); no obstante, en años
recientes el nivel de endeudamiento ha tendido a estabilizarse, lo que suaviza
esas presiones.
Adicionalmente, la
diferencia entre tasas de interés reales ha contribuido en los movimientos a la
baja (principalmente en el lapso 2007-2011) como al alza (a partir del 2016)
del TCRE.
De igual manera, los
términos de intercambio han alternado periodos en los que contribuyen a la
apreciación o a la depreciación, influidos por el efecto de choques de precios
externos, entre ellos materias primas.
Referencias bibliográficas:
Alfaro-Ureña, A., Sánchez
M., y Sandoval, C. (2024). Una aproximación del tipo de cambio real para
Costa Rica, enfoque BEER 2007-2022. Nota técnica NT-02-2024. Departamento de
Investigación Económica. Banco Central de Costa Rica.
Alfaro-Ureña, A. y
Sandoval, C. (2022). Análisis histórico del tipo de cambio real en Costa Rica.
Documento de trabajo 02. Departamento de Investigación Económica. Banco Central
de Costa Rica.
Frenkel, R. y Rapetti, M.
(2010). A Concise History of Exchange Rate Regimes in Latin
America. UMASS Amherst Economics Working Papers 2010-01,
University of Massachusetts Amherst, Department of Economics.
Caputo, R. y Núñez, M.
(2008). Tipo de cambio real de equilibrio en Chile: enfoques alternativos. Economía
Chilena. 11(2), 59-77.
Edwards, S. (1990). Ajuste
cambiario y equilibrio macroeconómico en Costa Rica: Lecciones y perspectiva,
(pp. 93-126). En: C. González-Vega y E. Camacho (Eds.) Políticas económicas en
Costa Rica, Tomo I. Academia de Centroamérica: San José, Costa Rica.
Eckstein, Z. y Friedman, A. (2011). The
equilibrium real exchange rate for Israel. In: Bank for International
Settlements (ed.). capital Flows, commodity price movements and foreign exchange
rate intervention. BIS Papers, Vol. 57. pp. 201-213.
Caputo, R. y Siravegna, M. (2014). RER
Appreciation After the Great Recession: Misalignment or Fundamental Correction?
Documentos de Trabajo. N° 718. Banco Central de
Chile.
Salazar-Díaz, A. et al. (2022).
Real Equilibrium Exchange Rate in Colombia: Thousands of VEC Models Approach.
Borradores de Economía. N° 1221. Banco de la
República de Colombia.
CAPÍTULO 3. PROYECCIONES Y
ACCIONES DE POLÍTICA
A continuación, se
presentan las proyecciones macroeconómicas para el periodo 2024-2025 y los
riesgos que condicionan su realización.
Las perspectivas para la
economía mundial señalan un crecimiento modesto para el bienio 2024-2025, por
debajo de su nivel promedio histórico. Ello se daría en un contexto de inflación
a la baja, influida por los efectos de políticas monetarias restrictivas y de
una relativa estabilidad en los precios internacionales de las materias primas.
A pesar del proceso gradual de disminución de la inflación, su convergencia a
los objetivos inflacionarios, al menos en las economías avanzadas, se prevé
ocurra hasta en el 2025.
La economía nacional
crecería en promedio 4,0% en el lapso 2024-2025, impulsada principalmente por
la demanda interna. Por su parte, la inflación general y la subyacente retornarían
al rango de tolerancia alrededor de la meta en el cuarto trimestre del 2024.
El déficit de la cuenta
corriente de la balanza de pagos aumentaría en el bienio con respecto al 2023,
pero se mantendría por debajo del promedio de la década previa a la pandemia,
con lo cual se mantiene la tendencia secular de reducción del desequilibrio en las
transacciones con el resto del mundo que por décadas ha mostrado la economía costarricense.
Todo lo anterior como una manifestación del proceso de fortalecimiento de las
exportaciones de servicios.
Estas proyecciones están
sujetas a riesgos que, de materializarse, podrían desviar la inflación hacia
arriba (riesgos al alza) o hacia abajo (riesgos a la baja) con respecto al valor
central estimado en este informe. Entre los primeros, destacan la
intensificación de los conflictos geopolíticos, en particular, en el Oriente
Medio, la fragmentación del comercio mundial y los efectos del cambio
climático, mientras que en los segundos sobresalen un eventual crecimiento de
la economía mundial inferior a lo previsto y una deflación más extendida de lo
pronosticado en este ejercicio.
3.1 Proyecciones para la
economía internacional
El crecimiento mundial
seguirá modesto y continuaría por debajo del nivel promedio histórico.
En términos generales, los
organismos internacionales prevén un crecimiento mundial moderado en el bienio
2024-2025 (en torno a 3,0% anual), inferior al nivel medio previo a la pandemia
(3,8% en el 2000-2019) (Gráfico 26 y Cuadro 2). De acuerdo con el FMI, esto último
se explica por las elevadas tasas de política monetaria para combatir la
inflación y el retiro del apoyo fiscal en un entorno de fuerte endeudamiento
que frena la actividad económica.
Para el 2024, el Banco
Mundial (BM) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico
(OCDE) proyectan un menor crecimiento global con respecto al 2023, comportamiento
que estaría influido por la desaceleración en las principales economías, el relativo
bajo dinamismo del comercio internacional, los conflictos geopolíticos y las condiciones
financieras restrictivas, que mantienen costos elevados de la deuda principalmente
en las economías en vías de desarrollo.
El FMI prevé para este año
un crecimiento similar al del 2023, debido a la fortaleza mayor a la esperada
en Estados Unidos y en varias economías emergentes, así como el estímulo fiscal
en China. Para el 2025, los tres organismos citados estiman una moderada
aceleración de la actividad económica mundial.
En lo relativo a las
proyecciones para Estados Unidos, principal socio comercial del país, dichos
organismos estiman una desaceleración en el 2024, que estaría asociada, en
parte, con el efecto rezagado del endurecimiento de la política monetaria, el
ajuste presupuestario gradual y la moderación en los mercados laborales, los
cuales frenarían la demanda agregada.
La zona del euro aceleraría
el crecimiento en el 2024 y aún más en el 2025, hasta superar tasas de
incremento de 1,5%, luego de que el aumento en los precios de la energía
ralentizara la producción en el 2023 con un crecimiento cercano al 0,5%.
En China, la debilidad en
el gasto de los hogares y las perspectivas menos favorables en el mercado
inmobiliario determinarían la menor expansión del PIB en el periodo 2024-2025, desde
tasas de más del 5% en el 2023 hasta tasas en torno al 4,5% en este bienio.
Para América Latina y el
Caribe, el BM y FMI estiman un crecimiento cercano a 2%. El desempeño de esta
región estaría influido por el menor crecimiento de China, pero ese efecto sería
atenuado en parte por precios relativamente estables de las materias primas.
El crecimiento económico de
los principales socios comerciales de Costa Rica se ubicaría en 2,2% y 2,0% en
el 2024 y 2025, respectivamente.


Los citados organismos
consideran que la inflación, en general, se ubicaría en torno al objetivo de
los bancos centrales hacia el 2025, particularmente en el caso de las economías
avanzadas (Gráfico 27). Estiman que, aunque el efecto de la política monetaria
restrictiva es cada vez más notorio, esta postura ha de continuar hasta que las
presiones inflacionarias se hayan reducido de manera sostenida.

En síntesis, los aspectos
del entorno internacional más relevantes para la economía nacional para el
bienio 2024-2025 (Cuadro 3) son:
a) Crecimiento moderado de
los socios comerciales.
b) Menores presiones
inflacionarias.
c) Disminución de los
precios del petróleo y de los granos básicos.
d) Ganancia en los términos
internacionales de intercambio.

Se espera que el precio del
petróleo siga una tendencia a la baja en el bienio asociada al debilitamiento
de su demanda global (especialmente la proveniente de China) y el aumento en la
producción de crudo (en particular, la de Estados Unidos, Brasil, Guyana y
Canadá).
Según el informe de enero
de 2024, de la Agencia Internacional de Energía99, el suministro mundial de
petróleo sería impulsado por la producción de los países que no pertenecen a la
OPEP+, mientras que la oferta de ese grupo se mantendría estable con respecto
al 2023.
99 Oil Market Report - January 2024. International
Energy Agency.
De acuerdo con las
expectativas de mercado, los bancos centrales de las economías avanzadas
iniciarían los recortes de sus tasas de política monetaria a partir del
presente año.
Particularmente, en Estados
Unidos, la mayoría de los funcionarios del Comité Federal de Mercado Abierto
(FOMC, por sus siglas en inglés) prevé una reducción de 75 p.b. durante el 2024,
desde el rango actual [5,25%; 5,5%] (Gráfico 28.A).

En la zona del euro, la
inflación volvería al objetivo del 2% en el 2025. No obstante, según el
presidente del Banco de Grecia, si la inflación se estabiliza por debajo del
3%, a mediados del 2024 podría iniciar la reducción en la tasa de referencia
(actualmente es 4,5%).
El Banco de Inglaterra
prevé una caída gradual de las tasas de interés hasta 4,25% en tres años,
mientras que el mercado espera una reducción a ese nivel antes de finales del
2024 (con información al 15 de diciembre del 2023). El gobernador del Banco de
Inglaterra, Andrew Bailey, indicó el 8 de enero del año en curso que es
demasiado pronto para considerar un giro en la política monetaria.
3.2 Proyecciones para la
economía nacional
La economía nacional
crecería en promedio 4,0% en el bienio 2024-2025, impulsada principalmente por
la demanda interna.
La tasa de crecimiento
proyectada para el 2024 contempla un aumento de la demanda interna con respecto
al 2023, debido al mayor crecimiento del consumo de hogares y de Gobierno, así
como de la inversión. Esto último debido, en parte, a la acumulación de
inventarios prevista, luego de la desacumulación de existencias del año
anterior.
En el 2025, la actividad
económica mostraría un comportamiento similar, en respuesta también a la
evolución de la demanda interna. Se estima que el PIB se ubique cerca de su nivel
potencial en el horizonte de proyección, por lo que no se estiman presiones inflacionarias
significativas provenientes de la brecha del producto.
Por componentes del gasto,
el crecimiento previsto de la producción nacional se asocia, como se indicó,
con el comportamiento de la demanda interna y de las exportaciones netas.
Además, se mantiene la
proyección de un mayor crecimiento de la inversión pública en el bienio.
El detalle del PIB por
componentes del gasto se presenta en el Cuadro 4. Al respecto, destaca lo
siguiente.
1. Consumo. Se estima un crecimiento más moderado para el 2024, en comparación con
el año anterior, debido a la desaceleración prevista del ingreso disponible
real.
Para el 2025, se prevé un
mayor crecimiento en el ingreso disponible real100 y en el consumo. El aumento del
consumo en el bienio se manifestaría en una mayor demanda por servicios,
seguida de los bienes no duraderos, semi duraderos y duraderos, en ese orden.
100 Las proyecciones
contemplan un crecimiento del ingreso nacional disponible real de 3,3% y 4,1%
en el 2024 y el 2025, respectivamente. El resultado del ingreso disponible real
sería consecuencia del crecimiento de la actividad económica y de una ganancia
de 1,1% y 0,9% en los términos internacionales de intercambio, en igual orden.
En el primer año, el resultado del ingreso real combina el efecto positivo de
la ganancia por términos de intercambio con el mayor pago de rentas al exterior
(pago de intereses sobre la deuda pública externa e inversión directa).
2. Consumo del Gobierno. Crecería 0,4% en el 2024. Si bien las entidades públicas dedicadas a las
actividades de Administración y Enseñanza pública continuarían sujetas a la
política de contención del gasto, tanto en las remuneraciones como en la compra
de bienes y servicios, para ambas actividades se estima un efecto
"recuperación" en materia de contratación de nuevas plazas debido a la
restricción observada durante el año precedente. Este mismo fenómeno se espera
que ocurra en los Servicios de salud (ya contemplado en el informe pasado), a
lo que se suma una mayor compra de bienes y servicios para este año.
Para el 2025 se supone que
todas las entidades públicas aplicarán la directriz de contención en las
remuneraciones y compra de bienes y servicios. A pesar de esto, se estima una
leve aceleración, especialmente en los servicios de atención de la salud, lo que
implicaría un crecimiento de 0,5% para esta variable.
3. Formación bruta de
capital fijo. Aumentaría 7,0% en ambos años debido, principalmente,
a la mayor inversión privada en maquinaria y equipo de origen importado para
actividades de manufactura y servicios, aunado a la inversión en nuevas construcciones,
privadas101 y
públicas102.
101 De acuerdo con la evolución de los permisos de construcción, se
estima un crecimiento de 4,2% y 4,6% para el 2024 y 2025, respectivamente, en
la inversión en nuevas construcciones privadas.
102 La inversión en obra pública crecería
6,8% y 4,0% en el 2024 y 2025, en ese orden. En el 2024 influido por la
construcción en carreteras, caminos y puentes (Programa de Infraestructura Vial
y Promoción de Asociaciones Público-Privadas, II Etapa Programa Red Vial Cantonal-CCLIP-,
Programa de Infraestructura de Transporte -PIT-), así como obras para atender
servicios básicos (plantas Geotérmica Borinquen I, Eólica Tejona e
Hidroeléctrica Garita Etapa 1 y proyectos solares fotovoltaicos) y los
proyectos relacionados con el Programa de emergencia para la reconstrucción
integral y resiliente de infraestructura (Proeri), el Programa de Seguridad
Ciudadana y Prevención de Violencia, el Programa Fomento de Proyectos de Obras
y Servicios Municipales. En el 2025 destaca la inversión en obras para atender
servicios básicos (energía eléctrica), seguido de construcción de carreteras,
caminos y puentes (énfasis en II Programa de Infraestructura Vial y Movilidad
Urbana: Conectividad Resiliente e Intervenciones Urbanas y las obras del Proeri).
4. Demanda externa. Si bien el crecimiento de las exportaciones de bienes se modera con respecto
al 2023 (coherente con la evolución esperada de los socios comerciales), para
el bienio 2024-2025 se prevé una recuperación en la demanda de productos
manufacturados del régimen definitivo. El crecimiento de las exportaciones de
servicios estaría ligado al turismo receptor, junto con los servicios
informáticos y empresariales.
5. Importaciones. Para el 2024-2025, se estima una aceleración en el crecimiento de las importaciones
de bienes debido al efecto combinado de mayor inversión en bienes de capital
(por parte de empresas del área tecnológica) y de la evolución prevista para el
consumo y la actividad económica. Por su parte, el crecimiento en términos de
volumen de las importaciones de servicios estaría asociado con los servicios de
transporte de mercancías en ambos años, los servicios profesionales y de apoyo
empresarial en el primer año y el turismo emisor, especialmente en el segundo
año.

Las actividades que, debido a su importancia relativa, más aportarían al
aumento del PIB serían los servicios empresariales, manufactura, hotelería y
restaurantes y comercio.
Por actividad económica
(Cuadro 5), se tiene lo siguiente:
1. Servicios empresariales. Se estima un crecimiento
promedio para el 2024-2025 de 8,5%, impulsado por la dinámica de las actividades
de consultoría en gestión financiera, de apoyo a empresas que ofrecen servicios
al mercado externo, así como servicios de publicidad, servicios jurídicos y de
contabilidad de empresas del régimen definitivo que suplen la demanda interna.
2. Manufactura. Se espera que en el
bienio 2024-2025 la actividad crezca 3,8% congruente con la evolución de la
demanda externa que suplen las empresas de los regímenes especiales, además de
una relativa mejora en las empresas del régimen definitivo que producen para el
mercado interno.
3. Hoteles y restaurantes. El crecimiento para el
bienio se estima en 8,2%. Este desempeño se asocia, principalmente, a la
demanda externa generada por el turismo receptor, a lo cual se adiciona la
demanda de servicios relacionados con el turismo por parte de los residentes.
El comportamiento previsto para esta actividad permitiría alcanzar los niveles
prepandémicos en el 2024.
4. Comercio. Se estima que en el
bienio la actividad comercial modere el ritmo de crecimiento a 2,8% acorde con
la evolución prevista para las actividades agropecuaria, manufacturera y de la
construcción, dado su vínculo con estas actividades.
5. Transporte. Para el bienio 2024-2025
se prevé un crecimiento promedio de 4,6%, congruente con el crecimiento
previsto del ingreso de turistas (normalización en el flujo de turistas desde
el resto del mundo en el primer año) y el crecimiento de las actividades de
apoyo al transporte, los servicios de carga y el servicio de transporte terrestre
de personas (autobuses y taxis).
6. Construcción. El crecimiento estimado
para el bienio es 4,5%. Como se indicó antes, además de la dinámica prevista
para la construcción con destino privado, se espera que haya un impulso de la
inversión pública por la continuación de carreteras y puentes, y obras para
servicios básicos.
7. Agropecuario. Se estima un crecimiento
medio para el bienio de 2,0% como consecuencia, principalmente, de la
recuperación en la actividad pecuaria debido, en parte, a la estabilización en
el precio de los insumos, así como el crecimiento moderado en la producción de
banano y piña. Estos últimos combinan un efecto base por los buenos resultados
observados el año anterior y la merma en el ritmo de crecimiento de nuestros
socios comerciales. Aunado a lo anterior, se mantiene el riesgo de menor
productividad debido a posibles condiciones climáticas adversas producto del
fenómeno climático ENOS en su fase El Niño103.
103 Las diferentes fuentes
de pronóstico coinciden en que la fase El Niño del fenómeno ENOS presentaría
una intensidad fuerte entre enero y marzo del 2024, y su influencia podría
extenderse incluso hasta mayo, con una intensidad que aún no es precisa. Pronóstico
climático estacional enero-marzo 2024, pág. 3. Instituto meteorológico nacional

El Gráfico 29 resume el
crecimiento estimado para el PIB en este informe para los años 2024 y 2025,
tanto por componentes del gasto como por actividad económica.

En el bienio 2024-2025 el
déficit de la cuenta corriente de la balanza de pagos registraría un moderado
incremento con respecto al 2023, en términos del PIB, pero se ubicaría en un
valor inferior al promedio de la década previa a la pandemia, con lo cual se
mantiene la tendencia secular de reducción del desequilibrio en las
transacciones con el resto del mundo que por décadas ha mostrado la economía
costarricense. Todo lo anterior como una manifestación del proceso de
fortalecimiento de las exportaciones de servicios.
En ese lapso el déficit de
la cuenta corriente se ubicaría, en promedio, en 1,8% del PIB (Gráfico 30), lo
que significa un aumento medio de 0,4 p.p. con respecto al 2023. Este comportamiento
respondería, principalmente, al incremento esperado en el déficit de bienes y
del ingreso primario.
El déficit de la cuenta de
bienes alcanzaría una razón promedio con respecto al PIB de 5,4% en el bienio
(5,3% en el 2023), resultado en el que destacaría un crecimiento interanual de las
importaciones de 9,9%, en contraste con el 3,6% del 2023, principalmente por
las mayores compras del régimen definitivo (sin hidrocarburos).
Para el componente de
hidrocarburos se prevé un valor medio importado de USD 2.173,4 millones
en el bienio, que implica una reducción interanual media de 0,6 p.p. del PIB.
Este resultado combinaría una caída interanual del precio de la mezcla del
producto terminado y en la cantidad importada de 5,8% y 1,4%, respectivamente104.
104 La estimación de una menor demanda de barriles simultáneamente con
una caída en el precio de los hidrocarburos se explica por un efecto base
asociado a las mayores compras de combustibles registradas en el 2023 para
satisfacer las necesidades de generación eléctrica con fuentes térmicas por los
impactos adversos del fenómeno El Niño.
Por su parte, las
exportaciones de bienes mantendrían el dinamismo observado en el 2023, con un
crecimiento medio en torno al 9,9%, lideradas por las ventas externas de los
regímenes especiales (13,5% en promedio). En el régimen definitivo resaltaría
la recuperación de los bienes manufacturados, al pasar de una contracción de
5,1% en el 2023 a un crecimiento medio en el bienio de 2,5%, variación similar
a la esperada en las ventas de productos agrícolas.
El balance positivo de la
cuenta de servicios continuaría en torno al 10,8% del PIB en el bienio, con un
superávit promedio anual de USD 10.692,8 millones. En este resultado
destaca el crecimiento medio previsto de la cuenta de viajes, cercano al 19,0
%, cifra revisada al alza con respecto a lo estimado en octubre del 2023, en el
tanto la información disponible evidenció un ingreso de turistas y un gasto
promedio por persona mayor a lo estimado en ese momento. Por su parte, los
servicios de apoyo empresarial, telecomunicaciones, información e informática
crecerían en conjunto interanualmente, en promedio, 4,8%.
En lo que respecta a la
retribución a los factores de producción (cuenta de ingreso primario), se prevé
un incremento del déficit hasta alcanzar un monto promedio anual de USD 7.703,8
millones (7,8% del PIB), asociado principalmente a: i) la mayor renta de la
inversión directa, debido al aumento en la rentabilidad de estas empresas ante
el crecimiento de sus exportaciones y, ii) los mayores intereses de la deuda
pública externa105,
dado el nivel de financiamiento externo del país.
105 Corresponde a los intereses
del sector público consolidado que incluye Gobierno Central, Banco Central,
resto del sector público no bancario y bancos públicos.

En el bienio 2024-2025 el
país registraría un ingreso de ahorro externo neto promedio de 2,1% del PIB,
monto inferior al observado en el 2023. Pese a ello, el cociente de activos de reserva
a PIB se ubicaría en promedio en torno al 13,8% y mantendría el nivel de reservas
internacionales dentro del rango considerado como adecuado según la metodología
del FMI.
En el periodo en
comentario, el ingreso neto promedio de recursos de la cuenta financiera rondaría
los USD 2.112,8 millones, cifra inferior en 4,5 p.p. del PIB con respecto
al 2023.
Los menores influjos
responderían a la reducción del financiamiento neto, tanto del sector público
como del privado.
Para el resto del sector
privado (con excepción de la inversión directa), se prevé una mayor salida,
principalmente por el pago de pasivos externos. Por su parte, los flujos de
inversión directa alcanzarían una participación media de 4,5% del PIB, similar
a la registrada en el 2023 y en el quinquenio que finalizó en el 2022. Estas
estimaciones son congruentes con el buen desempeño previsto para las
exportaciones de las empresas amparadas a los regímenes especiales,
principalmente de empresas dedicadas a la producción de dispositivos médicos y de
la industria electrónica de alta tecnología (Gráfico 31).
El Gobierno General recibiría
durante el bienio financiamiento externo por un monto promedio cercano al 3,3%
del PIB, tanto por colocaciones de títulos valores en el exterior, como de
préstamos de apoyo presupuestario y vinculados a proyectos. No obstante, las amortizaciones
de deuda y otros compromisos del Gobierno General y del Banco Central compensarían
en parte esos ingresos, con lo cual los influjos netos hacia el sector público estimados
para este período alcanzarían una relación media con respecto al PIB de 1,6%, cifra
inferior a la registrada en el 2023 (2,7% del PIB).

A pesar de los menores
influjos netos, dichos recursos permitirían financiar parcialmente el déficit
de la cuenta corriente, ubicar el saldo medio de los activos de reserva del
bienio en 13,8% del PIB y colocar el acervo de reservas internacionales, en ese
mismo período, en un valor dentro del rango adecuado según la metodología ARA
del FMI (139,0% en promedio).
En el bienio 2024-2025
continuarán los esfuerzos del Gobierno Central para generar superávits primarios,
necesarios en el proceso de consolidación fiscal.
Según las estimaciones
preliminares del Ministerio de Hacienda106, los resultados primario y financiero como
proporción del PIB se ubicarían en 1,9% y -3,1%, respectivamente, en el 2024, y
2,3% y -2,4% en el 2025, en igual orden (Gráfico 32.A).
106 Corresponde a un avance de las
proyecciones que prepara el Ministerio de Hacienda para el Marco Fiscal de
Mediano Plazo de marzo próximo, por lo que deben tomarse con carácter
preliminar. Estas proyecciones incorporan las cifras macroeconómicas del
presente IPM.
Estos resultados parten del
cumplimiento de las metas acordadas en el convenio con el FMI y las definidas
en la Ley 10.332: Autorización para emitir títulos valores en el mercado internacional
y contemplan los siguientes supuestos:
. Los ingresos tributarios
crecen a una tasa promedio de 7,0% anual, lo que llevaría a una carga
tributaria equivalente a 14,0% del PIB (13,1% en el quinquenio 2018-2022).
Incide en este comportamiento la evolución prevista para la actividad económica
(particularmente de la demanda interna) y el avance en la gradualidad de
aplicación de algunos tributos o normas incorporadas en la Ley de
Fortalecimiento de las Finanzas Públicas (Ley 9.635)107.
107 Entre otros, impuesto al valor agregado a los servicios de
construcción y turismo y a los servicios digitales transfronterizos, así como
la regla de subcapitalización en el impuesto sobre la renta.
. Si bien se prevé que los
gastos primarios aumenten en términos nominales, la razón con respecto al PIB
se ubicaría en promedio en 13,5% en el bienio (16,0% en el quinquenio 2018-2022).
Ello es coherente con la aplicación de la regla fiscal sobre el gasto total, toda
vez que la razón de la deuda a PIB ha superado el 60% desde el 2020108
(Gráfico 32.B).
108 De acuerdo con el artículo 15 del Capítulo II del Título IV de la
Ley 9635, la tasa de crecimiento para el gasto total será de 3,53% en el 2024.
En lo que respecta al pago
de intereses se supone alcanzaría su punto máximo en el 2024 (5,0% del PIB),
trayectoria que refleja el efecto que en el financiamiento tiene la generación
de superávits primarios y de un costo financiero promedio que empezaría a disminuir
a partir del 2025109.
109 Producto de una estrategia
que ha buscado sustituir deuda cara, entre otros con financiamiento externo.
En este contexto, la razón
de gasto total a PIB pasaría de 18,6% en el 2024 a 17,9% en el 2025.

De acuerdo con este
comportamiento, el requerimiento bruto de endeudamiento del Gobierno Central
mostraría una tendencia a la baja y se estima en 8,3% y 8,0% del PIB para el
bienio 2024-2025, en ese orden. La principal fuente de endeudamiento sería
interna, en especial mediante emisión de títulos valores110.
110 No obstante, el endeudamiento
externo es relevante, toda vez que contempla: i) la colocación en mercados
internacionales de USD 1.000 millones por año, al amparo de la Ley
10.332; ii) el ingreso de créditos de apoyo presupuestario (alrededor de USD
409,1 y USD 1.097,2 millones, en el 2024 y 2025, respectivamente) y;
iii) los desembolsos de los créditos con el FMI (Acuerdo recuperación post
pandemia y consolidación fiscal y el de Apoyo presupuestario de Servicio de
Resiliencia y Sostenibilidad, por alrededor de USD 1.392 millones en el
2024).
La evolución de deuda del
Gobierno Central con respecto al PIB mostraría una caída de 0,4 p.p. y 2,3 p.p.
en el 2024 y 2025, respectivamente, lo que ubicaría esta razón por debajo del 60%
a partir del último año, y llevaría a la aplicación de la regla fiscal sobre el
gasto corriente en el 2027.
La trayectoria decreciente
de la razón de deuda a PIB (Gráfico 32.B) refleja el efecto acumulado de la
generación de superávits primarios a partir del 2022 y de una menor carga de
intereses (el máximo se alcanza en el 2024). Esto se manifiesta en una deuda
que crece a menor velocidad que la producción nominal.
Se estima que la inflación
general y la subyacente retornen al rango de tolerancia alrededor de la meta en
el cuarto trimestre del 2024. La primera permanecería en valores negativos
durante el primer trimestre del año en curso.
En este informe, el
horizonte de pronóstico relevante para la política monetaria comprende desde el
primer trimestre del 2024 hasta el cuarto del 2025 y las proyecciones
incorporan la postura de política monetaria del Banco Central que busca que en
el mediano plazo la inflación converja a la meta definida por la Junta
Directiva del BCCR (3% ± 1 p.p.).
Con la mejor información
disponible, los modelos de proyección del Banco Central señalan que la
inflación general interanual se mantendría negativa en el primer trimestre del
2024, y que alcanzaría valores coherentes con el rango de tolerancia alrededor
de la meta hasta en el último trimestre de ese año111.
111 En el informe de
octubre del 2023 se estimó que la inflación general y la subyacente ingresarían
al rango en el segundo trimestre del 2024.
Para el corto plazo, la
valoración de riesgos se encuentra inclinada a la baja, es decir, que existe
una mayor probabilidad de que la inflación, general y subyacente, se ubiquen
por debajo del valor central; no obstante, para el final del horizonte de
proyección, los riesgos tienden a balancearse y muestran un sesgo ligeramente
al alza112.
112 Las trayectorias son
generadas a partir del modelo macroeconómico del BCCR, con información a enero
del 2024 de proyecciones de precios internacionales de materias primas, tasas
de interés, crecimiento e inflación de los principales socios comerciales de Costa
Rica, entre otras, y toman en cuenta la respuesta de la TPM, modelada mediante
una regla tipo Taylor. El horizonte de 8 trimestres permite considerar los
rezagos con que opera la política monetaria.
La inflación interanual
general del cuarto trimestre del 2023 (-1,5% en promedio) resultó más negativa
de lo estimado en el Informe de Política Monetaria de octubre pasado (-1,0%), lo
cual denota una mayor persistencia del proceso desinflacionario, asociado
principalmente con la disminución en el precio de los alimentos y combustibles.
Las expectativas de
inflación, uno de los determinantes macroeconómicos de la inflación, tenderían
a ubicarse en 2,8% en el 2024 y 3,1% en el siguiente año, lo que disminuye la probabilidad
de que se manifiesten efectos de segunda ronda sobre la inflación. Por su parte,
la brecha de producto permanecería cercana a cero a lo largo del horizonte de pronóstico,
con lo cual no se anticipan presiones inflacionarias originadas en excesos de demanda.
Lo anterior llevaría a que,
en términos interanuales, la inflación subyacente se ubique en promedio en
torno a 2,1% en el horizonte de proyección, con valores promedios de 1,4% y 2,8%
en el 2024 y 2025, respectivamente, tasas inferiores a las estimadas en el
informe de octubre pasado (Gráfico 33.A). La inflación general se ubicaría en
promedio, en 0,9 % en el 2024 y 2,6% en el 2025. (Gráfico 33.B).

El ahorro financiero y el
crédito al sector privado aumentarían de acuerdo con el crecimiento real
previsto para la actividad económica y la meta de inflación.
Dada la meta de inflación,
así como el comportamiento previsto para las cuentas de producción, la liquidez
total crecería en torno a 7,0% anual en el bienio, lo que permitiría un crecimiento
anual del crédito al sector privado de 6,5% en el 2024 y 6,2% en el 2025.
El aumento del crédito
ocurriría tanto en moneda nacional como extranjera; no obstante, se supone que
el crecimiento del crédito en dólares desacelera y con ello se contiene el proceso
de dolarización relativa del crédito observado en el año 2023.
El Cuadro 6 presenta un
resumen de las proyecciones de las principales variables macroeconómicas
incluidas en este informe.

3.3 Balance de riesgos del
pronóstico macroeconómico
La revisión de las
proyecciones de las principales variables macroeconómicas para el bienio 2024-2025
incorpora la mejor información disponible a enero del 2024. Sin embargo, como es
usual en toda proyección macroeconómica, existen factores de riesgo asociados
con la evolución del contexto externo y local que podrían alterar el escenario
macroeconómico central incluido en este ejercicio. Estos riesgos, de
materializarse, provocarían un desvío en la inflación hacia arriba (riesgos al
alza) o hacia abajo (riesgos a la baja) con respecto al valor central proyectado
en este informe.
Riesgos al alza
1. Choques de oferta de
origen externo, vinculados con la intensificación del conflicto bélico en el
Oriente Medio y de las tensiones entre los países del G7 y China, entre otros, aumentarían
la fragmentación del comercio global y llevarían nuevamente a congestiones en
las cadenas de suministro, lo cual, a su vez, incrementaría los precios globalmente
y tendería a deprimir el comercio internacional y la producción (internacional
y local).
2. Una eventual recomposición
significativa, súbita y no ordenada del portafolio de instrumentos financieros
en el mercado financiero local podría generar presiones en el mercado cambiario
que incrementen las expectativas de variación cambiaria e incidan en las
expectativas de inflación y, por ese canal, generen efectos de segunda ronda en
la inflación.
3. El fenómeno El Niño
(fase cálida del fenómeno El Niño Oscilación Sur (ENOS) también es un riesgo
por considerar. Para el periodo comprendido entre diciembre del 2023 y marzo
del 2024 se estima que dicha manifestación atmosférica será más intensa que en el
trimestre previo y esta situación se mantendrá en el país hasta mayo del 2024113. Las condiciones
climáticas adversas afectarían negativamente el crecimiento económico e incrementarían
la inflación, en especial por su efecto sobre los precios de los bienes de origen
agrícola y del servicio de electricidad.
113 Boletín ENOS de noviembre del 2023, Elaborado por el Instituto
Meteorológico Nacional y el Ministerio de Ambiente y Energía. Por otra parte,
en junio pasado el Poder Ejecutivo declaró una alerta verde (preventiva) por
los efectos que traerá consigo el fenómeno El Niño durante el segundo semestre
del 2023 y los primeros meses del próximo año.
Riesgos a la baja
1. Un crecimiento de la
economía mundial y, en especial, de nuestros principales socios comerciales,
menor al incorporado en las proyecciones de este ejercicio, se manifestaría en
una posible reducción de la demanda externa del país que, de no ser compensada
por la demanda interna, implicaría un crecimiento económico local por debajo
del proyectado. Esta situación llevaría a valores negativos de la brecha del
producto, con efectos a la baja sobre la senda pronosticada de inflación.
2. Un traspaso de ajustes
de la TPM a las tasas de interés del sistema financiero más lento de lo que
muestra la evidencia histórica en Costa Rica podría incidir negativamente sobre
la actividad económica, con lo cual se reducirían las presiones de la demanda
interna sobre los precios locales.
3. Una deflación más
extendida de lo pronosticado en este ejercicio, que se traduzca en un mayor
ajuste a la baja de las expectativas inflacionarias, incluso por debajo del
límite inferior del rango de tolerancia, reduciría la presión inflacionaria en
el futuro y retrasaría la convergencia de la inflación al objetivo
inflacionario.
4. La última variante de la
COVID-19114
podría dar lugar a una ola de contagios local y globalmente, lo cual deprimiría
la actividad económica y generar disrupciones en el comercio internacional, con
posibles impactos al alza en los precios de las materias primas en los mercados
internacionales y de los costos del transporte marítimo. El efecto neto sobre
la senda proyectada de inflación local dependerá de cuál impacto prevalezca, aunque
con la información disponible se estima a la baja.
114 El pasado 19 de diciembre de 2023,
la Organización Mundial de la Salud determinó que la mutación JN.1 del COVID-19
era una variante de interés por sus cambios genéticos y acelerada propagación.
3.4. Acciones futuras de
política monetaria
La Junta Directiva del Banco
Central reafirma su compromiso con la estabilidad de precios, como condición
necesaria, para la estabilidad macroeconómica y pilar del crecimiento económico.
Por ello mantiene la meta de inflación en 3%, con un rango de tolerancia de ± 1
p.p.
El BCCR hará los ajustes
requeridos en la TPM para que la inflación retorne a valores coherentes con esa
meta. Lo anterior basado en la valoración del comportamiento reciente y la
trayectoria de los pronósticos de la inflación y de sus determinantes
macroeconómicos (brecha del producto y expectativas de inflación), así como de
los riesgos asociados a la proyección de inflación.
También, gestionará la
liquidez del sistema financiero con el fin de reducir los excesos monetarios
para evitar que su persistencia genere presiones inflacionarias adicionales.
Adicionalmente, buscará
mejorar la comunicación con el público, con el fin de facilitar un mejor
entendimiento de la coyuntura macroeconómica y de los elementos que sustentaron
las decisiones del BCCR en materia monetaria, cambiaria y de temas relativos al
sistema financiero. Con ello se busca contribuir a un proceso informado de
construcción de expectativas económicas, que facilite la convergencia de la
inflación a la meta definida por el BCCR.
En materia de política cambiaria,
acorde con lo dispuesto en su Ley Orgánica, el Banco Central participará en el
mercado cambiario con el fin de atender los requerimientos propios y del sector
público no bancario, así como para mitigar fluctuaciones violentas en el tipo
de cambio. Además, continuará con el análisis de eventuales cambios operativos
que procuren el mejor funcionamiento de dicho mercado y con ello, contribuya al
proceso ordenado de formación de precios.
Atentamente,
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